Este es mi primera historia de Slam Dunk de mi pareja favorita RuxHana & HanaxRu, y esta hecha y escrita, con toda mi creatividad, esfuerzo, corazón, empeño y amor para todas las fanáticas de estos dos chicos tan lindos que yo adoro con toda mi pasión jejeje O

Está historia que con tanto empeño escribí esta dedicada para dos personitas muy importantes y especiales para mí, para ti Judith amiga linda y para ti Andreita dulce y bonita, en fin jeje para ambas con todo mi amor les dedico esta historia que titule:

Destino de Amor

By Loreto W

RuXHana – HanaXRu

Yaoi Lemon

Su cuerpo musculoso flotaba pacíficamente sobre aquellas frías olas, dejándose arrastrar furiosamente por las olas de aquella playa que arremetían con ímpetu sacudiéndolo para todos lados duramente, su cuerpo flotaba boca abajo mientras el agua salada tocaba todo su cuerpo, permitiéndole al menos, poder aminorar el dolor de sus heridas abiertas suturándolas ligeramente, y calmando aquel dolor intenso y latente de todas y cada una de sus extremidades inertes. El muchacho de cabellos rojos apenas y con mucho esfuerzo intentaba respirar en un vano intento que hacía para mantenerse con vida, deseando en la oscuridad de su débil consciencia aún lucida, un rayo de luz o algo que le permitiera seguir adelante, manteniendo ardiente su casi extinguida existencia, sin embargo toda luz que pudo tener ese día se había opacado de una forma, dura, cruel, incierta, repentina e insólita, dejándolo sumido en aquella profunda oscuridad repleta de tinieblas, ya no deseaba vivir, pues aquellos errores que había cometido jamás podría permitírselos así siguiera con vida, había sido un canalla con el kitsune un miserable, un maldito, un desgraciado sin perdón alguno, que además había sido amado desde siempre por ese zorruno chico de piel nívea y bellos ojos, ya no merecía nada, sólo la muerte, que la muerte, y el infierno se lo llevarán ya para dejar de sufrir, todavía podía sentir los golpes ardiéndole, y su corazón estaba roto, ya no quedaba nada de él, había sido un tonto y peor aún había sido usado como una muñeca por esos hombres, su cuerpo había sido profanado y el sólo se había dejado, y ahora, ahora todos sus pecados y fechorías las estaba pagando, en ese mar embravecido que lo llevaba para todos lados ahogándolo...

Penso entonces, en que al menos tendría un descanso en su muerte, se iría de ese mundo, al menos con un inolvidable recuerdo, que pudo ser amado, y sintió el amor aunque hubiese sido, tan sólo mediante un abrazo, y una dulce mirada de amor, del kitsune "Rukawa" – penso, y luego nuevamente e intensamente penso "Kaede", si tuviera una oportunidad más, le amaría, amaría a ese zorro, que hizo lo que siempre había deseado en su vida, poder sentir amor, y sólo ese zorro aún en escasos y pocos segundos le había dado amor, en esas palabras, en esos gestos, caricias, abrazos y besos húmedos sobre su cuello, y sobre todo en aquellas palabras que se llevaría a la tumba, "Te amo Hana", pero él, él como todo un dohaou había dejado escapar el amor de sus manos, y por ello ahora se encontraba en semejante deplorable estado, un estado en que ni el ni el joven de ojos azules intimidantes que desesperado le buscaba lo hubieran imaginado y antes de morir para abandonar la vida, involuntariamente todos y cada uno los recuerdos hasta llegar a ese punto del día acudieron de golpe a su mente, torturándolos como un flash fotográfico repetitivo que seguía una y otra, y otra vez mostrándole las mismas imágenes, mismas escenas y circunstancias vividas, los mismos errores, y palabras que desde el inicio de ese día le habían condenado destinándolo a aquel sufrimiento y aquel doloroso golpe, y a todas aquellas torturas de su corazón vividas, mientras a lo lejos un muchacho que el no podía ver, lloraba, lloraba permitiéndose expresar su vulnerabilidad dejando de sus ojos azules cristalinos, caer lagrimas, lagrimas del dolor al perder a su dohaou, a quien siempre amaría y había amado, recordando al igual que Hanamichi como repitiendo un suceso de una dramática telenovela lo acontecido...

Flash Back

Era un majestuoso día soleado y los rayos del sol brillantes, alumbraban las calles de todo aquel que pasara por la prefectura de Kanagawa, el cielo en lo alto mantenía un hermoso color celestino despejado, y las nubes en las alturas parecían ponpones blancos, maravillosos y gratos, en tanto que la fresca brisa envidiable y sublime que soplaba permitía refrescar a todos aquellos que en ese día pudieran sentirse sofocados, mientras que los arboles de sakuras, que reflejaban claramente la estación de primavera desprendían sus coloridos pétalos carmesíes y rosados, en un lluvia mágica, exótica y colorida digna de la inigualable madre naturaleza. Quizás para cualquiera este parecería un día especial como tantos otros en esas fechas, pero ese día tenía una particularidad era 14 de Febrero, y por ende, el día de Los Enamorados, por donde quisiera que se mirase en una caminata, por todos lados se podía apreciar esplendorosamente carteles y anuncios que demostraban aquel día tan especial, corazones rojos con mensajes profundos, peluches tiernos y cariñosos, flores adornadas en ramos pomposos, tarjetas escritas con frases poéticas, y por supuesto el ambiente sensual y romántico del amor por todos lados, el amor... ese sentimiento fogoso e inigualable que te enciende el corazón con una fogosidad ardiente e inextinguible, que te llena de energías, fuerza y alegría para seguir adelante sin importar cual o cuales sean los obstáculos, todo por aquel ser amado que roba tus pensamientos día y noche, convirtiéndote en una persona atrapada por aquella red sin salida y sin cura otra más que vivirlo y disfrutarlo, cuidarlo y apreciarlo como nunca, indudablemente ese era un día cargado de amor y pasión para todos aquellos jóvenes que en sus corazones guardaban sentimientos profundos por sus seres amados, capaces de robarles el aliento y para otros por supuesto, la naciente y siempre eterna esperanza de ser correspondidos por aquellos a quienes se había amado secretamente, como el caso de dos muchachos, cada uno con pensamientos diferentes en sus mentes, aunque en el fondo ellos demostraran que ese era un día más, tanto común como corriente, sin embargo, aún a pesar de la belleza y representación de la especial ocasión no se debe olvidar que también existe el dolor, las lagrimas, el sufrimiento y el rompimiento de un corazón por causa del rechazo...

Hanamichi Sakuragi, aquel muchacho de 1 metro 88, y caracterizado por su tan peculiar cabellera rojiza, que llamaba la atención adonde quiera que fuese, caminaba alegremente dirigiéndose hacia la preparatoria Shohoku, mientras que el viento sacudía esas hebras rojizas que conformaban sus cabellos, vestía sus típicos pantalones azul marino del uniforme, y una playera blanca por el calor del día y por supuesto calzaba sus zapatillas blancas modelos Nike Air Jordan, para Hanamichi este día sería el día en que finalmente se le declararía a su tan amada Haruko, teniendo la seguridad de que la hermana menor del capitán Akagi, no podría resistirse a los encantos de ese jugador tan talentoso, mil veces mejor que ese zorro apestoso de Rukawa, como pensaba, puesto que él siempre le había estado apoyando en todo momento y dando lo mejor de sí mismo en el basketball por ella, en efecto, Hanamichi estaba completamente seguro de que Haruko le aceptaría, después de todo Hanamichi desde haber entrado al equipo de basketball, se había esforzado una y otra y otra vez, para tratar de ser un buen jugador, y ayudar al equipo a llegar hasta las nacionales, siempre había dado todo de sí en la duela, apoyado por los ánimos que su adorada Haruko le infundía, y el pelirrojo nunca en su vida había sido tan amable y caballeroso que con la muchacha, por eso alegre y con su corazón rebosante por ese día tan especial que le aguardaba, cantaba su tan conocida canción que le auto proclamaba como todo un talentoso...

- Sooooy muy talentoso, soy el talentoso basketbolista Hanamichiii... – El pelirrojo de ojos almendrados iba tan animado caminando, cantando su canción, que no pudo percatarse como un grupo de muchachos conocidos para él un poco más atrás de él, comentaban sobre su tan enérgico y radiante estado.

- Oigan muchachos alguien sabe que le pasa hoy a Hanamichi. – Preguntaba Takamiya sobándose la cabeza y mirando a sus compañeros del Gundam.

- No lo sabemos quizás tuvo un buen día – Menciono el chico del bigote.

- No lo creo Noma oigan ¿Acaso será que finalmente se le declaro a Haruko? - Expreso Takamiya, sin descartar esa posibilidad.

- ¿Creen que sea eso? – Pregunto el mejor amigo del pelirrojo, Yohei, esperando la opinión de sus compañeros.

- No creo se ve muy feliz – opino otro.

- Si tienes razón, pero si piensa declararse este día¡tenemos que prepararnos para celebrar su rechazo número 51! – Menciono animadamente Takamiya, levantando los brazos, y todos los del ejercito de Sakuragi, rieron animados ante la idea.

- Será mejor que vayamos a preguntarle... ¡Hanamichi! Espéranos – Llamo Okus, pero los intentos del rubio eran en vano, puesto que Hanamichi seguía cantando su canción.

- Yooo soy un basketbolista soy el talentoso Hanamichi Sakuragiiiiiiiii – De pronto Hanamichi oyó como la voz de uno de sus amigos le llamaba, y fue cuando se volteo hacia atrás encontrándose con un agotado Yohei que había corrido para darle alcance.

- ¡Ah! Yohei amigo, pero que te paso te ves tan mal como ese apestoso del zorro cuando se cansa jajaja – dijo animadamente Hanamichi con una reluciente sonrisa, definitivamente su siempre enaltecido ego y confianza, se encontraban en la cima, más que cualquier otro día.

- Hanamichi ¿por qué estas tan animado? – Le pregunto Takamiya, esperando la respuesta de lo que todos querían saber, mientras el resto de los integrantes del ejercito se reunían, en ese momento Hanamichi abrazo por el cuello a Takamiya...

- Takamiya amigo pero que bien estás jaja luces tan gordo y saludable como el director Anzai jaja si hasta le haces la competencia, con esa figura tan regordeta jaja – el pelirrojo entonces comenzó a sobarle la panza a un avergonzado y enojado Takamiya.

- ¡Ya no me molestes! – Dijo soltándose el muchacho de anteojos, sin embargo el humor de Hanamichi seguía intacto.

- ¡Vamos Takamiya no te enfades con este jugador tan talentoso! El arma secreta de Shohoku jaja – Dijo el jugador numero 10 extendiendo sus brazos y señalando la V de la victoria con sus dedos.

- Hanamichi ¿por qué estas tan animado? – Fue la pregunta que le hizo Yohei Mito, a su amigo, poniéndole una mano sobre su hombro para llamar su atención.

- Lo que pasa es que este jugador tan talentoso que ven aquí, el hombre que trae consigo la victoria, hoy se declarara a Haruko jajaj – Respondió simplemente Hanamichi, con su tan característica apariencia de confiado y alegre con una luminosa sonrisa gigantesca que nada podía opacar.

- ¿Qué estas loco! – Expreso su ejercito al unísono.

- ¡Sí haces eso te rechazara! – Dijo alarmado Takamiya, pero fue cuando oyó la voz del rubio, Okus.

- Pero si es rechazado podremos celebrar su rechazo número 51 – Dijo emocionado Okus.

- ¡Sí además Haruko no lo va a aceptar! – Volvió a recalcar Takamiya.

- ¡Ahggg pero que malos amigos son, son unos traidores! – Grito molesto Hanamichi dispuesto a lanzársele a su ejercito con una lluvia de puñetazos.

- ¡Takamiya, Okus son unos tontos ya lo hicieron enojar! – Grito Yohei, dándole un fuerte coscorrón a sus amigos, por haber despertado la furia del pelirrojo, y dispuesto a salir huyendo de ahí.

- ¡Ya verán! Grr

- Será mejor que huyamos – Y todos emprendieron la huida retirándose del lugar, como alma que lleva al diablo, mientras sólo se oían los gritos de reproche de un pelirrojo que vanamente había intentado perseguirles.

- ¡Traidores vengan acá para que les de su merecido! – Grito furioso Hanamichi, por la poca confianza que su Gundam tenía en él, sin embargo él por ningún motivo dejaría que aquel suceso opacara su felicidad, de victoria segura, así que sin más continuo su viaje hacia la preparatoria, continuando con su canción.

- Soy un basketbolistaaa, con mis tenis de basketball soy invencible nadie podrá vencerme nuncaaaa ese tonto de Rukawa no se compara conmigo... porque soy mas talentosooo. Jajaja – Tan distraído iba que no se percato, que un muchacho de cabellos negros azabaches, y zorruna mirada azul cristalina, iba en su bicicleta a pocos centímetros tras de él.

- A quién estás llamado tonto, torpe – Y en ese momento Rukawa, intencionalmente condujo más rápido, provocando que la velocidad de su pedaleo, hiciera que su bicicleta atropellara al pelirrojo, provocándole a este caer al suelo. Hanamichi quien se encontraba furioso por la acción del Kitsune, se levanto rápidamente sobándose el trasero por el impacto de la caída, y cerro sus manos, evidenciando sus puños dispuestos a encarar a Rukawa, quien en ese momento había abandonado su bicicleta en el suelo sujetándola con sus manos.

- ¡Ahh maldito zorro apestoso que diablos te pasa! – Grito enojado Hanamichi, al ver como su peor enemigo, ese zorro apestoso que siempre se encargaba de molestarle de alguna u otra forma llamándole torpe o tarado, robándose sus rebotes para lucirse ante Haruko o simplemente realizar una clavada espectacular llamando la atención de esta, cuando toda esta atención era sólo para el, hubiese cometido ese acto a propósito.

- Eres un torpe – fue lo único que salió de los labios del super rockie, manteniendo su tan conocido e increíble semblante que caracterizaba a ese muchacho reservado, apacible, silencioso inexpresivo y taciturno, pronunciando aquellas palabras sin evidenciar ninguna emoción...

- ¡Ahh zorro tarado a quien estás llamando torpe¡Maldito kitsune apestoso! – Hanamichi estaba furioso¿por qué demonios Rukawa siempre se empeñaba en llamarle mil veces torpes molestándolo de aquella forma? El no había dicho nada, simplemente estaba animado cantando su canción favorita, y de pronto Rukawa simplemente había aparecido prácticamente de la nada, atropellándolo de aquella forma ¿quién diablos se creía que era ese kitsune, Por eso furioso, incapaz de contener todo lo que sentía en su interior, ante la irritación y exasperación que la sola presencia de Rukawa le producía, se lanzo puños en alto dispuesto a propinarle un fuerte golpe, al hermoso rostro sensual y atractivo del número 11 de Shohoku.

- Pues a ti a quien más torpe – Menciono con gran sencillez Rukawa.

- ¡Ahggggg Rukawa canalla¡Toma esto! – Su intento de golpe fue en vano, puesto que Rukawa ágilmente lo esquivo, provocando que el pelirrojo hiciera el ridículo.

- ¡Ah Rukawa desgraciado¡¿Por qué lo hiciste!

- Por qué quise – Respondió simplemente, aumentando el rencor en el rey de los rebotes.

- Grrr zorro, Rukawa, eres un apestoso, un zorro – Decía Hana, como queriendo insultar a Rukawa con esas palabras, expresándole, su desagrado, su rencor, su odio, su rabia, furia y enojo, sin importar el sinónimo, simplemente quería expresarle cuanto su sola presencia le desagradaba.

- Eres un tarado... y yo no apesto – Se defendió el oji azul.

- Si eres un apestoso y un zorro tarado, un zorro dormilón y apestas, eres un amargado de cara seria jajaja nadie podría fijarse en ti nunca, ni siquiera mi adorada Haruko, que me aceptara cuando le confiese que la amo jaja – Hanamichi hartado de aquella situación tan molesta con el kitsune, decidió dejar a un lado la pelea con el zorro, así que sin más dio una media vuelta dándole la espalda a Rukawa y se alejo de ese lugar para seguir con su día, en el cual le aguardaban sorpresas que jamas hubiese imaginado...

Mientras tanto Kaede por su lado, se encontraba estático, no¿acaso había oído mal¡No¡No podía ser verdad¡Eso nunca! Su dohaou, su torpe, su amado pelirrojo torpe y musculoso de inigualable cabellera roja, se iba a declarar a esa niña molestosa de Haruko, eso no podía ser cierto, cada vez su amado pelirrojo se alejaba de su lado, por su culpa ¿por qué, por qué había actuado de aquella forma tan apática? Pudo haberle saludado, pudo haberlo intentado, pero no precisamente aquellas palabras, aquel apodo había escapado de sus labios inconscientemente al oír su nombre, de esos labios que el tanto anhelaba probar. Sí porque el Kaede Rukawa el super rockie del año, muchacho caracterizado por su frialdad e inexpresividad, se encontraba profundamente enamorado de aquel peli rojo que le había robado todo su corazón y más de un suspiro de amor¿cómo no amar a ese dohaou? Si para él era completamente encantador, era todo lo que el no podía, era su complemento, la parte inexistente de su ser, mientras él desprendía frialdad e indiferencia a donde quiera que se le viera, ignorando a todas aquellas molestas admiradoras estúpidas, que prácticamente babeaban por él, e iban a meter bulla y escándalo desconcentrandolo durante sus partidos además de sólo "amarle" por su atractivo, sensual y esculturalmente envidiable y deseado cuerpo, de piel nívea, y sexys cabellos negros, además de poseer unos ojos penetrantes y enigmáticos como dos zafiros inalcanzables, Hanamichi, era todo lo contrario a él, el era expresivo, ingenuo, carismático, temperamental, no era del todo atractivo, cómo el, ni tampoco llamaba la atención por su físico, sino su personalidad era la que se llevaba el crédito, ya que ese torpe de algún modo u otro siempre le hacía sacar internamente una sonrisa, se había ganado lentamente su cariño, su afecto y su aprecio, el no era como Miyagi, Mitsui o los otros, quienes apenas se dignaban a dirigirle una palabra, o peor aún simplemente lo ignoraban como si fuese un mueble, una pieza de ajedrez que sólo combatía en la duela mediante sus habilidades, Hanamichi en cambio, hablaba con el para reprocharle, su carácter, sus acciones, su forma de ser tan característica, el no le temía, el se atrevía a enfrentársele, todas aquellas cualidades únicas de Hana, habían hecho que el cayera perdido rendidamente ante ese peli rojo, nunca le había odiado, a quien odiaba realmente era esa niña ridícula de Haruko una molestia que interfería con su intento de hacerse amigo del pelirrojo, aunque por su carácter introvertido le resultaba muy difícil, ya que desde niño Rukawa había tenido que sobrevivir por su propia cuenta, su madre había fallecido al tenerle, y su padre un adinerado, le había abandonado dejándole una abundante cuenta, con la que él, podía sobrevivir sin problemas, sin embargo el nunca había tenido a alguien que le dirigiera palabras cariñosas, se había aislado de todas aquellas personas que sólo le molestaban o le cuestionaban el por qué de su actitud y soledad.

El estaba harto de eso, y por aquella razón se había encerrado en su más grande pasión el basketball, hasta ese entonces su vida giraba ante aquello a lo cual el dedicaba toda su devoción, hasta que conoció a cierto pelirrojo que hizo girar y cambiar todo su mundo, llenando su vida de una razón más que sólo convertirse en un reconocido jugador, el pelirrojo, ese torpe, había sido el primero en enfrentársele y acercarse a él, hablarle sin temor alguno, y más aún, hacerle sacar lo que sólo Hanamichi con su ingenuidad y pureza podía una verdadera sonrisa secreta, puesto que... ¿quién no se reía con las locuras y ocurrencias de ese extrovertido pelirrojo? Por eso su obsesión de molestarle y llamarle torpe, siempre se lo decía "torpe eres muy torpe" sí por qué Sakuragi, nunca podría percatarse de lo que él siempre se empeñaba por hacer, lo que nadie más que él sabía, y lo que quizás nunca nadie se hubiese percatado, él Kaede Rukawa, siempre ayudaba a Hanamichi de la forma mas inusual, no sólo le había dado aquella patada para que Hanamichi, reaccionara la primera vez que entro jugar contra la preparatoria de Ryonan, poniéndose nervioso, sino que además le había indicado al peli rojo la posición para marcar a Sendoh entre ambos, cuando el director Anzai se los ordeno, y la ocasión más importante aquella vez en que se atrevió a decirle al pelirrojo que su forma de actuar no era la misma, en aquel pánico que le había dominado contra las expulsiones, y a pesar de eso, nadie, ni mucho menos Hanamichi lo había notado, y todos lo tachaban de frío, cuando en el fondo desconocían la verdadera razón de su ser, y ahora su amado torpe, la única luz existente en las penumbras tan aburridas y solitarias de su vida, se alejaba de si para declarársele a esa muchacha, la cual sería una verdadera idiota si rechazaba a alguien tan maravilloso como su dohaou su Hana, pero aún así en el fondo, deseaba que no le aceptara...

Y ante estos pensamientos Kaede se monto en su bicicleta dispuesto a ir a su salón de clases, antes de que estas comenzaran sin quitar de su mente a ese pelirrojo que como fuese sería suyo.


Las clases de la mañana para los estudiantes, alumnos de la preparatoria Shohoku habían transcurrido sin novedad alguna, en el salón de Rukawa este dormía apaciblemente recostado en su pupitre o al menos eso era lo que todos los alumnos y el profesor creían, pero Rukawa sólo se encontraba recargado con sus ojos cerrados, pensando en el portador de una peculiar cabellera rojiza, lo seguiría, lo había decidido seguiría a Hana, como siempre a todos lados aunque este no se percatará de su presencia, no le perdería de vista en todo el día y oiría por muy doloroso que fuese, la confesión del muchacho pelirrojo "eres un torpe" – Penso para sí ¿por qué Hana no podía ver todo lo que el hacia¿Por qué tenía que odiarlo de aquella forma tan brutal? El no tenía la culpa de que esa mocosa se le acercara, le molestaba la presencia de esa chiquilla patética que se le acercaba, o trataba de ayudarle cuando el sólo quería entrenar y dedicarse pacíficamente al basketball ¿por qué Hana no podía ver en sus ojos, aquel brillo de aprecio, de cariño de amor que él sentía¿Por qué¿Por qué Hana era tan torpe¿Por qué su dohaou no podía darse cuenta que le odiaba sin razón alguna¿Por qué no podía leer en sus azulinos ojos los secretos y sentimientos que guardaba intensamente en su corazón? Todos esos pensamientos dominaban la mente de Rukawa, torturándole, pero eso era algo que jamás evidenciaría, después de todo, solo escucharía murmullos y habladurías, nadie se atrevería ayudarle, nadie, eso era algo que por supuesto lo sabía.

Hanamichi Sakuragi, por su parte se había mantenido despierto durante las clases, lo que sorprendió no sólo a su maestro de aula, sino también a todos sus compañeros e inclusive al mismo Yohei, que le miraba con una sonrisa en su rostro al ver los ánimos de su pelirrojo amigo, sólo deseaba como tal, que Hanamichi no saliera lastimado, pero en tanto pensaba, muy diferentes eran los pensamientos que surcaban por la mente de Sakuragi.

- "Hoy le diré a Haruko que la amo, jajaja no podrá rechazar a este jugador tan talentoso" – Pensaba Hana con una sonrisa macabra en su rostro, al imaginarse a Haruko decirle "Sakuragi yo también te amo, sólo tengo ojos para ti ya no volveré a pensar en Rukawa, Hanamichi" – Pero la realidad de Hana, distaba mucho de ser lo que pasaría ese día, de tragedia y lagrimas...


Hanamichi al terminar las clases pasando el mediodía, se dirigía felizmente al gimnasio a entrenar y demostrar sus grandes habilidades, como el rey de los rebotes, y todo un tensai, hoy estaba más animado que nunca, sólo debía esperar a que el entrenamiento del día terminara y su ambición su deseo, la aceptación de Haruko llegarían a él, si podía imaginarlo, podía oírlo, por ello abriendo animadamente y con gran energía la puerta del gimnasio, sin darse cuenta de que muy cercanamente era perseguido por unos ojos azules que en ningún segundo le perdían de vista y estaban al tanto de cada uno de sus movimientos...

- Jajaja ¡Ah llegado el hombre que trae consigo la victoria! El talentoso Hanamichi Sakuragi reportándose, para sorprender a todos con sus grandiosas habilidades jajaja – Había pronunciado a todo pulmón Sakuragi, haciéndose notar por sus compañeros como tan comúnmente solía hacerlo.

- Eres un presumido, torpe – menciono Rukawa, tras de él dándole una patada en el trasero al pelirrojo, provocando que se cayera de cabeza, todo para hacerle notar a su dohaou de algún modo su presencia, puesto que él era un muchacho de pocas palabras...

- Ahhh zorro otra ves tu ¡eres un molestoso maldito Rukawa! – Hanamichi nuevamente de disponía a comenzar una batalla verbal interminable con su enemigo de cabellos negros.

- A quien mas esperabas tarado – fue lo único que contesto el ojos azules.

- Grrr Rukawa maldito esta vez te voy a hacer pedazos.

- Parecer un tonto, ya deja de hacer estupideces – Fue lo que respondió centrado toda la atención de su amado en él, de aquella extraña forma inevitable ante ambos.

- ¿Qué fue lo que dijiste zorro!- Pregunto enfadado Hanamichi.

- Que eres un tonto...

- Ahggg ¿a quién le estas diciendo tonto?

- Pues a ti y ya cállate tonto, eres un bocón – Dijo Rukawa característicamente, como solía decirle a su monito pelirrojo.

- Ahhhg zorrooo

- ¡YA BASTA HANAMICHI SAKURAGI, RUKAWA! – Menciono Ayako, golpeando al pelirrojo con su abanico en la cabeza, para evitar que esos dos dejaran de discutir.

- Ayako, pero por qué golpeas a este talentoso, si fue ese zorro el que empezó – Reclamaba Hanamichi sobándose la cabeza ante el golpe recibido.

- Hanamichi Sakuragi, ya basta las practicas van a comenzar y será mejor que te prepares – Menciono la entrenadora de Shohoku, intentando calmar el ambiente tan explosivo que mantenían aquellos dos.

- Pe... pero Ayako ¡ese zorro fue el que me provoco! – Intento reprochar Hanamichi para defenderse, pero...

- ¡Sakuragi¡Ya deja de hacer payasadas y ve a entrenar! – Se impuso el capitán del equipo de basketball con su grave y poderosa voz, golpeando con un coscorrón al tensai.

- Ahh Gorila eres un elitista ¿por qué me pegas a mí y no a ese tonto de Rukawa¡Si él comenzó todo! – Se quejaba Hanamichi, llevándose sus manos a los bolsillos de su ahora vestimenta compuesta shorts blancos de basketball y una sudadera negra, luciendo una acongojada cara además de un enorme chichón en su cabeza, y pateando suavemente el piso como solía hacerlo cuando el Gori, le reclamaba.

- Ya basta ve a entrenar Sakuragi ¡Y no me llames gorila! – Recalco Akagi.

- Sí Gori... Capitán Akagi "ahhgg maldito zorro esta me la pagaras" – Pensaba Hana para sus adentros.

- Eso te pasa por ser un torpe – fue lo ultimo que le oyó decir a Rukawa antes de que este cogiera un balón en sus manos y se fuera a practicar.

- Aaa maldito zorro – Reclamaba haciendo pucheros.

- Pero que escandaloso eres Hanamichi – Menciono Ryota, quien había llegado a acercársele a su amigo.

- Eres un presumido – Menciono Mitsui integrándose a la conversación de los dos muchachos.

- Ahhh ¿pero que les pasa¿Por qué todos están en contra de mí, ahhh ¿se pusieron de acuerdo con ese zorro cierto? – Decía Hanamichi, comenzando a parecer un niño, mientras de la lejanía Rukawa observaba cada facción que su torpe demostraba ante la variedad de expresiones que hacía.

- ¿De que hablas Hanamichi? Nosotros no nos pusimos de acuerdo con Rukawa, tu eres el que siempre lo anda molestando – Menciono el guardia central del equipo de Shohoku.

- ¡Así es Hanamichi Sakuragi! Ryota tiene razón deberías intentar llevarte mejor con Rukawa – Menciono la manager, dándole toda la afirmación a las palabras de un enamorado Ryota.

- A.. Ayakoooo – Y un Ryota muy sonrojado se tiro a abrazar a Ayako, quien le correspondió dándole un apasionado beso, ya que en ese día especial, Ryota finalmente se le había declarado a la chica, recibiendo de Ayako, quien le había tomado admiración y estima a ese integrante tan valioso para el equipo aceptándolo, y por supuesto correspondiéndole su amor.

- Será mejor que se calmen ustedes dos – Menciono Mitsui al contemplar la acalorada escena y espectáculos que la manager de su equipo y su amigo estaban dando.

- Déjalos Micha – Susurro de pronto Kogure, al oído derecho de Mitsui suavemente, provocándole al de cabellos negros unos escalofríos y estremecimientos ante la gran cercanía de su novio Kiminobu Kogure – Ya que para todos los miembros del equipo, aquellas relaciones no eran de extrañarse, ni mucho menos de rechazar, puesto que todos se guardaban gran admiración y aprecio, y ante todo, merecían ser felices, Rukawa que miraba aquella escena, deseaba internamente que pudiera demostrarle a su torpe tan abiertamente cuanto le amaba, mientras que el pelirrojo, había decidido dejar a sus amigos, para ir a entrenar.

En ese momento fue cuando una voz femenina se oyó abriendo las puertas del gimnasio.

- ¡Hay que susto pase, llegue a tiempo para ver las practicas del equipo¡Hermano hola! – Saludaba desde la entrada Haruko, a su hermano, y fue cuando su voz hizo captar la atención del pelirrojo, y por supuesto la de un zorrito curioso y muy celoso que miraba la escena con una gran cantidad de sentimientos de odio y rencor hacia esa mocosa detestable y fastidiosa.

- ¡Ha... Haruko! Viniste a ver a este jugador talentoso jejeje – Mencionaba alegremente Sakuragi al ver al fruto de su alegría en aquel lugar.

- Así es Sakuragi, y también vine a ver como practicaban los muchachos – Respondió sonriente Haruko.

- No tenías por que venir a verlos Haruko con este maravilloso basketbolista es más que suficiente – Menciono presumidamente Hana, Rukawa quien había contemplando la escena y era carcomido por los celos, y el deseo intenso de querer matar en ese mismo segundo a esa chiquilla estúpida, que le robaba toda la atención y amor de su Hana, apretó el balón que sostenía en sus manos firmemente lo reboto y comenzó a driblear hábilmente, llamando la atención de todos los presentes ante el ruido que producía el balón al tocar la duela, entonces fue cuando vieron como Rukawa corría decididamente con una velocidad y habilidad increíbles dignas de contemplarse hacia el tablero, daba un gran salto hacia al aro, y encestaba como una espectacular, increíble e impecable clavada dejando a todos atónitos por el arrebato del pelinegro, pero especialmente llamando justo como quería la atención de cierto muchacho.

- ¡Maldito zorro presumido! No tienes por que tomarlo en cuenta Haruko, mmm ¿Haruko? – Hana dirigió su vista al rostro hechizado por la muchacha que no dejaba de contemplar al atractivo causante de aquella clavada.

- Aaa Rukawa, eres maravilloso – Suspiraba con sus ojos en forma de corazón y completamente ida perdiéndose en esa figura del chico que amaba.

- Esta me las pagaras canalla – Esta vez la furia de Hanamichi y su carácter temperamental habían salido a resurgir nuevamente, así que sin evitar contenerse corrió rápidamente hacia Rukawa, y le dio un puñetazo en el estomago.

- ¡Ahh que haces torpe! – Exclamo Rukawa, forcejeando para que el pelirrojo no le golpeara nuevamente, si bien le había ya dado un puñetazo, había logrado reducir el impacto, por lo que no le había lastimado.

- Maldito Rukawa, por tu culpa Haruko no me pone atención, maldito zorro – Decía furioso Hanamichi.

- ¡Sakuragi por favor ya basta por lo que más quieras no lastimes a Rukawa! – Fueron las palabras de la hermana menor del capitán Akagi interponiendose entre ambos jugadores, con sus brazos extendidos, impidiéndole a Hanamichi cualquier acción en contra del super rockie.

- Haruko, no... no defiendas a ese zorro – Menciono quebradamente Sakuragi, al ver como el "supuesto" amor de su vida, se interponía, pero fueron las acciones que tomo Rukawa las que hicieron que Hanamichi se volviera loco del coraje.

- Hazte un lado, estorbas – Rukawa ocultando perfectamente el odio que sentía por esa chiquilla cargosa y desagradable, que nuevamente se metía entre aquella típica disputa entre ambos, que él disfrutaba puesto que llamaba la completa atención de su torpe, no pudo evitar sentir una ira intensa recorrerle, esa mocosa, esa estúpida era quien siempre se interponía y por su culpa Hana nunca le vería mas que como su enemigo, la odiaba, así que con esas palabras frías de su boca, cargadas de desagrado e indiferencia, más jamás con el odio que verdaderamente le embargaba, la tomo del brazo derecho apretándolo lo suficiente como para que no chillara, y la empujo de tal forma, que Haruko resbalo cayendo directamente al suelo, y agrego:

- No quiero que vuelvas a meterte mocosa – Y se dio la vuelta, sin embargo pese a la expectación shockeante que reinaba entre todos, el único que reacciono fue simplemente Sakuragi.

- ¡MALDITO RUKAWAAAAA¡¡¡CÓMO TE ATREVES A TRATAR ASI A HARUKO ERES UN DESGRACIADOOOOOO! MALDITO ZORRO NO TE LO VOY A PERDONAR – En ese momento el Gundam que había entrado y había visto la escena, trataron de detener a Hanamichi, sujetándolo firmemente entre los 4, más todo intento por evitar que Hana matara al zorro eran vanos.

- ¡Hanamichi basta! – Gritaba Yohei vanamente calmando a su amigo.

- SUÉLTAME YOHEI VOY A MATAR A ESE DESGRACIADOOOOO – Gritaba Hana pataleando ante el odio¿cómo¿Cómo Rukawa había tratado así a Haruko¡A su Haruko!

- Hanamichi por lo que más quieras cálmate – Trataban todos forcejeando de detenerle, pero cada intento, cada forcejeo, cada palabra era vana, Sakuragi estaba cegado.

- MALDITO ZORRO TE VOY A MATAR – Y Hanamichi logro zafarse del agarre de su ejercito, empujándolos a todos, duramente contra el piso, y se abalanzo sobre Rukawa, empujándolo contra el piso encerado de aquel gimnasio, y comenzó a golpearlo, duramente en el estomago, después de todo no quería herir el rostro del zorro, por muy mal que le cayera, así que en una lluvia potente de puñetazos con toda la fuerza y músculos que poseía, le golpeo, una y otra vez, y sin embargo Rukawa, teniendo la fuerza capaz de poder detenerle, sólo recibía los potentes golpe, cuyo cuerpo fortalecido con la gran cantidad de ejercicio físico que realizaba, podía recibir sin tanto sufrimiento, el kitsune había hecho enfurecer a Hanamichi con semejante acción, y entonces ante el intento vano y la parálisis temporal de todos, la única que trato de hacer algo dignándose, fue Haruko, quien con lagrimas en sus ojos, por la humillación recibida a causa de Rukawa, decidió detener al pelirrojo.

- SAKURAGI POR FAVOR DENTENTE YA NO HIERAS A RUKAWA – Grito para que Hana le oyera, pero no Hana parecía una bestia salvaje hiriendo a Rukawa, hasta el punto de hacerle toser sangre por la boca.

- Cof cof cof detente torpe – fue lo único que apenas audiblemente pudo balbucear Kaede.

- ¡SAKURAGI YA BASTAAAA! – Haruko ya llorando no hizo más que abofetear a Sakuragi en su mejilla izquierda, haciendo que el estruendo de la cachetada dura y remarcada en esa mejilla se oyera por todo el gimnasio.

- Ha... Haruko ¿por qué? – Pregunto atónito el de ojos castaños sin poder creer aquello de su amor, y sus ojos comenzaron a llenarse de pequeñas evidencias de lagrimas.

- ¿SAKURAGI COMO PUDISTE HACERLE ESO A RUKAWA? – Reprocho Haruko acercándose a chequear la condición de Rukawa, y ofreciéndole un pañuelo para que se limpiara la sangre, pañuelo que Rukawa por supuesto rechazo golpeándole la mano. Y ante esa acto Hanamichi apretó firmemente sus puños intentando calmarse para no lanzarse nuevamente contra el zorro, pero fallo y se disponía a atacarle nuevamente cuando Haruko encaro al tensai, con una mirada penetrante y furiosa, evidenciando su enfado.

- ¿COMO PUDISTE SAKURAGI? En la escuela todos decían que eras un chico conflictivo y que les daba miedo acercarse a ti, siempre creí que eras diferente, pero ya veo que no es así, como pudiste – Decía furiosa Haruko reprochándole hirientemente a Hanamichi aquella acción.

- Haruko yo lo hice, por que... por que ese zorro apestoso te había lastimado Haruko por favor yo... yo tú me gustas yo ¡te amo! – Confeso de golpe Hana, alarmado, no podía soportar aquella situación esa mirada fría y llena de rencor de Haruko, no era demasiada, la situación ya se estaba saliendo de control, todo era tan caótico, Rukawa, con su playera blanca azul marina sangrando, Haruko mirándole llena de odio, todos los presentes atónitos contemplando la pelea, la situación sin saber que hacer, sin la más remota idea, todo había sido tan rápido, hace tan poco el pelirrojo entraba como siempre al gimnasio, mantenía un riña con Rukawa como otras tantas ¿en qué momento la situación se había salido de control?

- ¡SAKURAGI, YO NO TE QUIERO! CREÍA QUE ERAS DIFERENTE; PERO ME EQUIVOQUE TE ODIO SAKURAGI; TE ODIO POR HABER HERIDO A RUKAWA, TE DETESTO NO PUEDO CREER QUE LO HICIERAS; CREÍA QUE ERAS BUENO; PERO ME EQUIVOQUE, NUNCA CREÍ QUE CAYERAS TAN BAJO¡¡¡ME HAS DECEPCIONADO¡¡¡NO QUIERO VERTE! – Con estas palabras Haruko salió corriendo rompiéndole el corazón en infinitos pedazos a Hanamichi, convirtiendo sus sueños, sus esperanzas, y todo aquello que había soñado en simplemente NADA, Haruko le había rechazado, Hanamichi no podía soportar tanto dolor y pensaba en su mente:

"¡Me odia Haruko me odia¿POR QUÉ¿POR QUÉ? NOOOOO NO PUEDE SER NO EXISTE UN DIOS QUE ME AYUDE EN ESTE MUNDO, OH DIOS POR QUE ME ODIAS TANTO LO SABIA QUIERE MAS A ESE CRETINO QUE A MI"

Hanamichi Sakuragi, ese enérgico pelirrojo, presumido, arrogante, confiando y ególatra que solía auto proclamarse como un tensai, se encontraba absolutamente deprimido absorto en la más angustiante y dura pena de su vida, su corazón había sufrido un fuerte impacto y shock, como jamás antes lo había recibido, y dolía le dolía tanto, se encontraba tan herido, sentía como su corazón era oprimido dolorosamente de una forma atroz como si se lo estuvieran estrujando, mientras que al mismo tiempo sentía como sus ojos comenzaban a llenársele de lagrimas, sus ojos almendrados, comenzaban a cerrársele involuntariamente, al no soportar las abundantes lagrimas que resbalaban por sus mejillas mojando la cancha del gimnasio, Haruko le había rechazo ¿Por qué? El siempre había hecho todo para agradarle a Haruko, se había convertido en un basketbolista, muy hábil, había ayudado al gorila tomando su posición cuando podía y este era herido, siempre había sobresalido de un modo u otro, y sobre todo siempre había hecho hasta lo más imposible, por asombrar y ganarse el amor de Haruko, que debía merecer, siempre le trato cariñosamente, infundiéndole ánimos a la muchacha cuando perdía toda esperanza de que su hermano pudiera llegar a las nacionales, el cómo miembro de Shohoku había hecho todo lo posible, una y mil veces para cumplir el sueño de ella, había hecho el ridículo incontables veces, había sido objeto y mira de burlas y habladurías por todos aquellos que dudaban de sus habilidades como un principiante, pero eso era cuando comenzó a jugar, entonces ¿por qué? 51 rechazos, eran demasiado si bien es cierto sus elecciones siempre fueron erróneas y meramente por caprichos, de este estaba seguro, el siempre había puesto su buena voluntad y corazón en sus intentos por conquistar a una chica, y nunca había intentado nada malo con Haruko, entonces ¿por qué! Por que la vida se empeñaba en dejarlo en aquella soledad infinita, primero perdía a su madre, luego a su padre, de una forma simplemente horrible, sin poder salvarle por la pobreza que en él abundaba, si tan sólo hubiese tenido más, habría, habría podido llamar en aquel momento por su padre, para salvarle, pero ni siquiera les alcanzaba para tener un teléfono¿por qué entonces la vida lo condenaba a la soledad, y Dios lo odiaba, No podía ser, él estaba seguro ¿tan feo era¿Tan molesto era¿Tan desagradable era él¿Qué, qué, qué era lo malo que él tenía¿Por qué todos le rechazaban¿Por su cabello¿Su actitud¿Sus risas¿Qué era? Él quería corregirlo, corregir aquello que estaba mal en él, todas sus acciones las realizaba con buenas intenciones y corazón, si bien había entrado al equipo de basketball por Haruko, amaba el deporte se había convertido su vida, pero entonces que, Hanamichi sin poder evitar detener esas abundantes lagrimas solubles y tibias que dejaban surcos de sal en sus ojos, y con los ojos rojos e hinchados por las lagrimas, cayo arrodillado en el piso y comenzó a golpearse duramente la cabeza gritando...

- ¿POR QUEEEEE¿POR QUEEEEEE? – Gritaba golpeando su cabeza como solía hacerlo cuando algo verdaderamente le afectaba de sobremanera casi traumandolo, y con su mano derecha estrujaba su camiseta donde su corazón se encontraba, como si eso pudiera permitirle detener las cuchilladas repetitivas que se clavaban torturando su vulnerable y herido corazón de una forma salvaje y brutal, pero era vano el dolor seguía, y continuaba llorando, gritando y pataleando sin poder creer todo aquello, mientras todos no podían creer esa escena, Ayako se llevaba su mano a la boca, intentando contener las lagrimas, por ver a ese jugador que era una fuente de energía para infundir ánimos al equipo desmoronarse de esa forma tan patética y lastimosa, mientras Ryota, sabiendo que nada ni nadie podría calmar a Hanamichi sólo abrazaba a Ayako para consolarla, Michi apretaba firmemente la mano de Kogure, transmitiéndole que fuera fuerte y soportara, aunque en el fondo sufría por ver a Hanamichi, el capitán Akagi, estaba nulo, no sabía que pensar de todo aquel caos, sólo miraba con su semblante afligido la escena, mientras que el Gundam vanamente intentaba desesperado hacer reaccionar a Hanamichi.

- ¡Hanamichi cálmate! – Trataban de reanimarlo, pero la actitud de Sakuragi era mas fuerte, que la vez en que había intentado suicidarse arrojándose por la azotea de la preparatoria.

- ME ODIA HARUKO ME ODIA POR QUEEEEEEE – Seguía gritando y golpeándose duramente haciendo a su cabeza sangrar para el horror de todos.

- ¡HANAMICHI POR FAVOR CÁLMATE! – Trataba de calmar Yohei a su mejor amigo, agachándose a su altura, y llevando una de sus manos a la espalda de su amigo dándole suaves golpes para tratar de animarlo, pero Hanamichi estaba tan absorto, ensimismado y desesperado en sus sentimientos que todos sus intentos eran vanos.

- ¿POR QUEEEE¿POR QUÉ HARUKO ME ODIA¿POR QUÉ? – Seguía gritando a todo pulmón Hanamichi, como intentando pensar, pensar ante aquella crisis la razón, de que todas le odiaran y ahora Haruko también, y en ese momento de alteración fue cuando oyó una inconfundible voz responderle.

- Por qué eres un tonto – Rukawa, no sabía que decirle, quería lanzarle a sus brazos y besarlo, quería hacerle el amor y oírlo gemir su nombre, quería ante cualquier cosa, decirle mil veces que le amaba, que lo deseaba, que el lo amaba tal cual, que amaba su sonrisa, su presunción, su voz, su ingenuidad, sus movimientos, su cuerpo, cada parte de Hana con locura, quería tenerle bajo su cuerpo gemir su nombre "Kaede ah Kaede" y llevarlo al clímax del acto sexual, haciéndole olvidar todo y ofreciéndole en ese simple acto las puertas del cielo, con tal de evitar que esas valiosas gemas que eran las lagrimas de su dohaou continuaran derramándose, pero no podía, el no era bueno en palabras, qué podía hacer, no podía hacer nada, sólo sufrir y derramar cada lagrima que Hana derramaba en secreto y en su corazón sufriendo mediante lagrimas de sangre, que este derramaba, y fue cuando se percato como Hana le miraba y le decía.

- Tienes razón kitsune soy un torpe – Y con sus ojos llorosos y una terrible mirada de sufrimiento, demostrando su deplorable estado, corrió de ahí alejándose, huyendo, huyendo de todo, quería ir a su casa y refugiarse en la soledad de su vivienda, olvidarse de todo y morir ahí mismo ¿qué le había mantenido con vida todo ese tiempo? Sencillo... la vana esperanza de encontrar algo que llenara el vacío de su corazón al perder a sus padres, el amor, pero sabía que lo había perdido justo en ese día, el día de los enamorados... Y escapando de toda aquella pesadilla enternecedora, aquella pesadilla que le maniataba, le desquiciaba, huía con todas sus fuerzas, estaba tan turbado y tan mal, que corría sin saber a donde iba, sólo podía divisar apenas con sus ojos llorosos, y enrojecidos horriblemente, la salida, y salió de aquel gimnasio motivo del tormento que carcomía pudriendo y resquebrajando su alma y corazón sin saber a donde dirigirse, pero con la clara idea, de terminar con su miserable vida, y una enrojecida mejilla como recuerdo del nefasto suceso.

Rukawa que hasta entonces había permanecido atónito, a duras penas pudo levantarse, ya que los numerosos puñetazos del pelirrojo si habían logrado herirle y debilitarle considerablemente, pero aún así no dejaría a su dohaou solo, él, él se encargaría de mostrarle a su pelirrojo cuan valioso e importante era en su vida, no permitiría que una mocosa miserable, y patética, un chiquilla boba, como la hermana del capitán Akagi, hiriera de aquella forma a su torpe, y se llevara lo mejor de él, Hana lo necesitaba ahora más que nunca y era el momento de demostrarle al tensai sus verdaderos sentimientos y así muriera con una golpiza en el intento le demostraría a toda costa cuanto sufría su corazón al verle llorar de aquella forma y cuanto le había amado desde que se había irremediablemente enamorado de ese monito pelirrojo. Y ante todo jamás le perdonaría a esa mocosa estúpida, haber rechazado a alguien tan bello y puro como su torpe, por eso se levanto tambaleándose, arrojo el asqueroso pañuelo que la chiquilla le había dado y lo piso intencionalmente, caminando con dificultad a la salida, pero dispuesto a buscar hasta el fin del mundo al rey de los rebotes y dueño legitimo de su corazón...

Los presentes que habían estado callados y absortos en lo sucedido, sabían en sus corazones y mentes que nada podrían hacer por su pelirrojo amigo, así que con rostros compungidos, cabezas cabizbajas y miradas tristes, hicieron lo único que estaba a su alcance, desear que el herido y destruido corazón del ojos almendrados, pudiera encontrar la paz y sanar...


Había corrido como alma que llevaba al diablo en su interior, sin saber a donde ir, y mucho menos en donde se encontraba, sólo había corrido con todas las fuerzas que sus piernas le permitieron, sólo deseando huir de aquel lugar, y poder olvidarse de todas aquellas palabras hirientes, duras y crueles de Haruko, aún no podía recuperarse de aquel rechazo y shock amoroso en el cual había caído, pero ¿quién¿Quién en su sano juicio podría reponerse tan rápidamente de un golpe tan duro como ese, Si supiera que el amor de su vida por quien trabajo tan duro, de pronto te odiara, y te diera duras palabras, sin razones verdaderamente fuertes, menos cuando el mismo Rukawa, la había tratado así, el no podía entenderlo su mente atormentada, no le permitía pensar con claridad, y la confusión, el tormento, el dolor, la opresión, el sufrimiento y la depresión en la que de golpe se había sumido no le alcanzan lo suficiente para pensar...

Había llegado sin darse cuenta, de pronto, cerca de una playa del distrito de Kanagawa, y apenas desde la vista panorámica que él con sus ojos no podía observar, se podía apreciar, el mar un poco a lo lejos de su posición actual, ya que se encontraba parado sobre un puente de madera que permitía el cruce, de las calles pavimentadas, a la suave y delgada arena café de ese balneario, que se encontraba vacío y sin gente alguna por la hora y por ser un día donde todas las parejas de enamorados estarían en intimidad disfrutando de sus sentimientos, y no de un día de playa que podían disfrutar cualquier otro, pero a pesar de eso la playa era magnifica y hermosa, con aquellas olas que iban y venían mojando esa fina y envidiable arena café que al verla, daban ganas de pisarla dejando huellas, mientras que en lo alto, las gaviotas revoloteaban felices volando...

Hanamichi ante el dolor y cansancio de tanto correr, incapaz de que sus piernas pudieran darle para más, se desplomo en la arena bajo sus pies, de rodillas, cansado, agitado, y sofocado por el calor ardiente sobre su cabeza en lo alto, apenas podía respirar y su nariz tapada por la mucosidad le dificultaba de sobremanera esa tarea, se sentía tan mal tan destrozado, había podido superar gracias a su Gundam la ocasión pasada donde creyó que Haruko le rechazaba, más en esa ocasión sólo había sido un malentendido por parte de ambos, ni la muchacha le había rechazado ni el había causado razón para ello, pero esta vez, en esta ocasión, bajo está circunstancia, todo era completamente distinto, el si había sido rechazo, de una forma que jamás creyó posible, con odio, con saña, con furia y rencor, no con palabras tranquilas, si le hubiese dolido pero habría sido sólo un rechazo más que habría de superar con mucha dificultad, pero la manera de rechazarle había sido demasiado dura e impactante, no la merecía, no cuando había dado tanto...

Rukawa quien estaba en mucho mejor estado que el ojos almendrados, puesto que el golpe de este, había sido débil, corrió con toda la agilidad que su cuerpo y condición física atlética se lo permitieron y logro ver en un horrible y deplorable estado a su pelirrojo, "Hana por favor no sufras" Fue lo único que penso el muchacho zorruno cuando le vio llorando, arrodillado con sus ojos enrojecidos, sus cabellos revueltos, y su camiseta mojada por lagrimas que su amado había dejado brotar de sus ojos con libertad, le dolió verle así ¿dónde había quedado el talentoso tensai, el muchacho que decía llevar la victoria a todos lados¿Ese pelirrojo que siempre le llamaba zorro¿Ese muchacho que siempre presumía y demostraba una gigantesca e imborrable sonrisa? Evidentemente se había ido, para dejar a un desconsolado jugador, así que ante aquella posición corrió para darle alcance hasta llegar a su lado.

- Dohaou ¿te sientes mejor? – Pronunció difícilmente, ya que hablar no era uno de sus fuertes, y mucho menos sabía como dirigirse a Sakuragi por mucho que quisiera abrazarle en ese instante y gritarle infinitas veces "Te amo Hana", solamente quería que Hana volviera ser el mismo, más como podía siquiera expresarle todo lo que sentía, quería ver al pelirrojo sonreír, reír a carcajadas llamarle torpe, no importaba que, pero él Kaede Rukawa, anhelaba con toda su alma, poder consolar a su torpe, así que decidió agacharse para poder encarar al muchacho...

Hanamichi en su tristeza, y sollozos, le pareció oír una voz suave llamarle, pero no, no quería ver a nadie quería estar sólo como se encontraba ocultando su horrible rostro acongojado y supuesta causa para él de sus rechazos entre sus piernas, para que nadie le viera, nadie le odiara, nadie le gritara ni muchos menos le rechazaran.

- Dohaou respóndeme – dijo Kaede, con el tono más suave de voz que pudo poner, moviendo con sus blancas manos el hombro de Hana para llamarle la atención, pero este como un niño pequeño se había encerrado en su dolor.

- Respóndeme torpe – Volvió a repetir y pudo ver como el susodicho alzaba su rostro, para mirarle...

Oía una voz, una voz suave llamarle, no supo de quien era, pero él sólo quería mantenerse en aquel estado solo huyendo de todo aquello que pudiera dañarle, sintió como alguien movía su hombro para llamar su atención más no respondió "torpe" Escucho y levanto su vista para encontrarse una azulina mirada preocupada observarle, una mirada que jamás penso ver en él, era tan cálida, tan grata, tan profunda, y tan confortante ¿qué tenía esa mirada que le hechizaba tanto? Eran como dos zafiros misteriosos, enigmáticos profundos y azules que le magnetizaban atrayéndolo y le otorgaban una paz envolvente y agradable mitigando el dolor presente en su corazón, pero cuando supo de quienes eran esas preciosas gemas, no pudo evitar que nuevamente esos sentimientos, esa furia, ese enojo de su interior despertara en su ser nuevamente, y menos aún cuando oyó:

- Reacciona torpe – fue lo ultimo que dijo Rukawa, sin saber como diablos hacer que el pelirrojo volviera en sí.

- MALDITO RUKAWA TE ODIOOOOOOO ERES UN ESTUPIDO ZORROOO APESTOSO UN MALDITOOOO – fue la forma de reaccionar de Hanamichi, al darse cuenta que su peor enemigo, el causante de todas y cada una de sus desgracias estaba ahí, no pudo evitar querer matarlo, por la culpa de ese zorro, ese apestoso, Haruko le había rechazo y lo prefería más a él, a ese cretino de Rukawa, que siempre le había hecho la vida imposible, por eso, ya cegado y trastornado, por todo los sentimientos, dejándose dominar por la confusión sin ser consciente de sus actos, se lanzo al ataque, y Hanamichi descargando todo su odio y rechazo amoroso, utilizando todas sus ultimas fuerzas para golpearlo violentamente en el rostro, se levanto rápidamente y le propino un puñetazo arrojándolo duramente contra la arena, que amortiguo un poco la caída, pero que no por ello evito que la cabeza del peli

negro impactara haciéndole sangrar.

Rukawa incapaz de reaccionar ante semejante brutalidad, sin poder defenderse de los duros puños de su ser más amado y de la fuerza del musculoso cuerpo de este sobre el suyo, simplemente por amor, se dejo golpear sin rechistar, pacíficamente soportando el dolor y las heridas que aquel pelirrojo con cada golpe habría en su corazón, si eso hacía a Hana soportar el rechazo y hacerle volver a ser el mismo dohaou que amaba, como un saco de boxeo se dejaría golpear.

- MALDITO RUKAWA; MALDITO ZORRO POR TU CULPA HARUKO ME RECHAZO; ME RECHAZO POR TI HARUKOOOO POR QUEE – Gritaba enajenado el pelirrojo, no podía contenerse¿cómo podía alguien en ese estado detener todo su numeroso sentir? Tenía que hacer algo para liberarse y sentirse bien, por ello no hacía más que lo único que estaba a su alcance, descargar su decepción con Kaede, el oji azul al oír el nombre de esa mocosa, que tanto odiaba también comenzó a enfurecerse, por la estupidez de su dohaou¿por qué ese tarado seguía nombrando a esa mocosa¿Por que? Si él era mucho mejor que ella, él si le amaba, el si daría todo por su Hana entonces... ¿por qué!

- Eres un tarado esa chiquilla sólo fue un capricho para ti torpe – Menciono Rukawa con sus ojos azules brillantes de fiereza y enfado, por aquella gran torpeza, y por supuesto por oír el nombre de esa víbora.

- Ah maldito zorro quien diablos te crees yo amaba a mi Haruko. – Decía Hanamichi iniciando una nueva agresión verbal.

- Mientes, porque eres un torpe, esa mocosa siempre fue un capricho para ti – dijo firmemente con una seguridad asombrosa en sus palabras, sin titubear ni cambiar su expresión normalmente seria e inexpresiva, todo lo que reflejaba, lo reflejaba su tono de voz característico y su mirada azulina.

- ¿Qué sabes tú si sólo eres un zorro! – Dijo sarcásticamente.

- Lo sé porque te he visto, esa mocosa estúpida siempre fue la única que te puso atención de tantas otras por eso creíste estar enamorado – Respondió mirándole más intimidánte a los ojos. – Pero el pelirrojo apretando sus puños por los insultos a Haruko, sólo sonrió con sorna y enojo pronunciando.

- Ah maldito zorro estúpido¿qué sabes tú de amor? Jajaja no me hagas reír Rukawa ¿TÚ saber de amor? Jaja – Esas palabras hirieron calando fuertemente el corazón de Kaede, esta vez el ojos almendrados le había dado duro, provocándole la perdida de su paciencia.

- Y tu tarado ¿Tu que sabes de amor! – Menciono con un tono de voz más fuerte y más audible, acercándose seguramente con movimientos zorrunos hacia Sakuragi quien expectante contemplaba cada uno de sus movimientos. - Esa chiquilla sólo fue un capricho para ti ¿sabes que se siente amar torpe? – Y con esas palabras decididas y enigmáticas tomo firmemente la mano derecha de Sakuragi, que reposaba sobre los costados de este, y la tomo para llevarla directamente a su propio corazón agregando, sin quitarle su azulina y profunda vista y zafiros brillantes y vidriosos de encima – Esto torpe es lo que se siente amar, este es un corazón vivo – Hanamichi se quedo perplejo, no sabía que decir, ni muchos menos entendía que rayos pasaba ahí, si supiera, si tan solo supiera cuanto lo amaba, pensaba Rukawa para sí, si supiera cuanto lo amaba y cuanto latía su corazón, si entendiera y supiera que cada lagrima que derramaba era para él una filosa daga fría sanguinaria, que rebanaba en añicos lentamente torturando una y otra vez su destruido espíritu, y su herido y sufriente corazón.

- Ya no sufras más torpe, ya no lo hagas más – Kaede entonces rodeó con sus delgados y descubiertos cálidos brazos el cuerpo musculoso del dohaou que seguía perplejo, rodeándole con amor, dulzura, cariño, calidez y sobre protección, pero en especial con una devoción infinita y amor, luego permitió impulsándolo a que este apoyara su cabeza en su cálido pecho, llorando y derramando por medio de lagrimas todo el dolor del rechazo que tanto le enloquecía atormentándolo, y el le envolvió dulcemente en un abrazo cargado de amor, transmitiéndole paz, acerco su rostro tímidamente al cuello del pelirrojo besándole sutilmente con besos suaves, delicados y húmedos saboreando ese cuello que estaba a su alcance, pero abandonándolo para acercarse a su oído y susurrarle - No llores por alguien que no te merece – Estas palabras impactaron abruptamente al muchacho de ojos cafés y piel bronceada, sacudiéndolo de pies a cabeza, olvido todo, olvido todo lo malo y negativo en aquel momento, era parte del pasado, debía seguir y vivir con eso, y entonces sólo se dejo llevar por la amabilidad, y dulzura que aquel zorruno chico tiernamente le otorgaba en un embargante sentimiento de protección, que poco a poco y lentamente le hacía tranquilizar y confortar como nunca penso que algo pudiera lograrlo, y penso en los nuevos sentimientos ahora descubiertos por su corazón y no por su mente obstinada que le caracterizaba, en que ese muchacho, no era tan malo, no era frío, no era desgraciado, un maldito, un canalla, un zorro apestoso, quizás sí dormilón, pero nunca todos aquellos absurdos y verdaderamente ridículos y estúpidos calificativos que uso con él, entonces sollozó en ese pecho, como un niño desvalido, olvidando todo, todo y deseando empezar una amistad con ese chico, estaba mal, deprimido, herido, muerto en vida, no había nada ni nadie que pudiera ayudarle y sacarle de su estado de depresión caótico, nadie había ido a verle, nadie había intentando nada por consolarle, y ese pecho, ese cuerpo confortándole, era todo lo que en ese momento de debilidad podía necesitar para ves la luz nuevamente...

Rukawa, estaba tan feliz, tan maravillado, era tan difícil para él poder describir como se sentía, finalmente podía tener a su dohaou en sus brazos, sólo suyo, suyo para él como desde que se enamoro quiso tenerle, más decidió usar una mascara, una fachada para ocultar su verdadero sentir, pues sabía que con ese temperamental chico, sus posibilidades eran nulas, y espero, espero siempre pacientemente y molestándole, para poder atraer su atención y seguir cada paso que diera, sus sentimientos para con el pelirrojo eran demasiado obvios, y se alegraba de que nadie pudiera notarlos ¿pero no era más que evidente que al único que le digiera más de dos palabras era al pelirrojo¿Acaso tan difícil era de ver que siempre buscaba captar la atención del otro¿Tan poco notorio era percatarse de la ayuda que siempre le había ofrecido? Muchas preguntas, a respuestas nulas, pero lo que más importaba era su sentir, y fue entonces cuando se atrevió a decirle al objeto de su amor...

- Te amo Hana – dijo suavemente como en un agradable susurro, casi arrullándole entre sus brazos, todo era tan maravilloso, pero como siempre nada en la vida dura eternamente, ni siquiera ese mágico momento entre ambos...

Hanamichi abrió sus ojos abruptamente ¿acaso¿Acaso¿Acaso¡No¡No¿No y mil veces no¿Acaso había oído que Rukawa, le, le amaba¿A él¿A él? No, eso no podía ser, no podía ser NOOOOOO ESO ERA UNA PESADILLA ¡POR QUÉ A ÉL¿En qué momento había terminado cayendo en la dimensión desconocida¿En qué? No podía ser cierto eso, Rukawa, Kaede Rukawa, su peor enemigo, ese, ese zorro, al cual había odiado con toda la saña, furia, y enojo de su alma, ardiente y fogosa por desear verle muerto, deseándole mil maldiciones y la más atroz y espantosa muerte existente, le decía que lo amaba, ese muchacho al cual él le había hecho siempre la vida imposible y miserable, a ese que llamaba, feamente, insultándole "zorro, desgraciado, apestoso, canalla, maldito" no podía ser, ninguna, ninguna mujer le había amado, Haruko estaba loca por el kitsune, y él kitsune sólo tenía ojos para él, para un miserable canalla como él, para un desgraciado bastardo que siempre le había tratado verdaderamente como un zorro repugnante ante el cual siempre quería mantenerse distante y alejado, como si fuese una peste, un plaga, un gusano, una araña, un bicho asqueroso ante el que quería alejarse, y ese chico, ese chico que le abrazaba reflejándole, reflejándole con ese acto tan sencillo, tantos sentimientos en un abrazo, le amaba con toda su alma como le trasmitía, se abría sólo para él, abría su corazón y exponía su vulnerabilidad por él, no podía creerlo, su mundo se derrumbó más aún de lo que ya estaba, cayéndose ahora, más abajo y más profundo que el mismo infierno supuestamente encontrado millones de metros bajo el suelo, no podía ser cierto, eso era horrible y espantoso que tu peor enemigo, que alguien a quien deseaste la muerte más horrible de todas, a quien odiaste al punto de molestarle y hacerle cosas imperdonables, hablando mal te ame...

No Hana no podía resistir esa confesión tan abrupta, no el no se merecía el amor de nadie, menos el del zorro, no, no, no se merecía su amor, no se merecía esa ternura, esa calidez, fogosidad ni pasión, quería huir, ya no, ya no quería vivir quería matarse y morir como fuera, quería que el mundo que sentía desapareciera para siempre, y toda esa opresión ese dolor se fuera, eso era demasiado para él, 51 rechazos para que su enemigo le ame, no, el le trato tan mal, fue un bastardo, siempre le odio, y ahora esto, quería huir, desaparecer y acabar con su vida, era demasiado el dolor de su cuerpo, de su alma podrida, de su mente confusa, espíritu marchito y corazón hecho añicos, así que con su cuerpo temblando incontrolablemente, sin poder contenerse, y con todo ese tormentoso remolino de sentimientos y emociones dominando cada uno de sus pocos sentidos alertas y funcionando apenas, alarmado dijo.

- ¡Suéltame, Rukawa, Suéltame no mereces a un maldito como yo, déjame y olvídate de mí soy un desgraciado Haruko tiene razón soy un canalla - Y con esas palabras prueba de su dolor, se soltó de los brazos de Rukawa dispuesto a irse de ahí, pero una mano férrea le sujeto.

- No te alejes de mí dohaou, lo que allá dicho esa mocosa no tiene importancia, te amo Hana – Y Rukawa le abrazo sin permitirle huir, pegando su estilizada figura atractiva, con el cuerpo de su amado, como si fuesen un complemento, puesto que ambos se amoldaban como si se pertenecieran por toda la vida, pero Hana, no podía asimilar esas palabras en su mente, eran un golpe demasiado impactante, y simplemente, haciendo acoplo, de sus energías como tensai, soltó los brazos de Kaede, le miro directamente y le dijo:

- Perdóname Kaede, perdóname por todo – Y se fue de ahí dejando a un paralizado Rukawa que por unos segundos no reacciono ni dijo nada, sólo se quedo estático como si de una estatua se tratase.

- ¡HANAAAAAAAAAA! – Grito a todo pulmón como estos se lo permitieron y cuando reacciono para moverse y correr tras él, ya era demasiado tarde le había perdido de vista en esa inmensa playa.

- Demonios tengo que encontrar a ese torpe – dijo alarmado, preparándose para buscarle, ya que por el rostro de Hanamichi y sus actitudes, sabía que su pelirrojo corría peligro e intentaría una locura...

Continuara...

Notas de la Autora:

Hola a todas nn bueno este es mi primer fan fic de Slam Dunk esta ambientado en relación al 14 de Febrero jeje. Me costo mucho trabajo hacerlo y es por eso que espero que ojalá les guste ya que realmente me esforcé mucho, y sobre el final no se preocupen porque tendrá uno feliz aunque no lo parezca debido a las situaciones, aún así espero que hayan disfrutado la primera parte yyyyy

Cualquier comentario, critica, o lo que sea a loretovegeta1yahoo.es y si quieren agregarme a su msn el mío es: Gracias por leer y ¡nos vemos en la parte II! ñ.ñ

Y por favor no olviden animarse a dejar un review para saber que les pareció

Atte; Loreto W