Wola!!! como estan!!?? espero que super bien, jeje, bueno, aqui me tienen con una nueva historia diferente, este fic lo tenia en un concurso de fics, pero ps lo cancelaron, y pues simplemente lo quise publicar... que les parece la idea?? es un Naruhina (a webooo XD) y pues es una tematica diferente, espero les guste...
A LEER!!
-Aquí el capitán Uzumaki, cambio-.
*shhhh*
-Naruto-sama, acabamos de capturar a uno de los integrantes de la banda Akatsuki, cambio-.
*shhh*
-de acuerdo, voy para allá, cambio y fuera-. Respondió un chico manejando en el centro de la ciudad. Y su nombre, Naruto Uzumaki, el capitán general de la policía de la ciudad de Los Ángeles, California.
Era un hombre hecho y derecho, con sus 25 años de edad, y aunque aun con su pasado, vivía día tras día en poder dar con la delincuencia en aquella ciudad. Otra con los típicos problemas de criminalidad que cualquiera pudiera tener.
Y aquella banda Akatsuki, era una de las más buscadas en el país, ya que habían cometido varios crímenes, y entre ellos, secuestros, asesinatos, asaltos, etc., no habían podido capturar algún integrante de aquella banda, pero, por fin se dio la oportunidad, y ya tenían a uno de esos tipos en sus manos.
El chico rubio manejaba un automóvil volvo negro, mientras vestía un traje obscuro con su camisa color anaranjada, uno de sus colores favoritos, mientras lucia una cabellera doraba como los rayos del sol, aunque muy despeinada, pero eso aun no le quitaba lo atractivo. Con sus ojos color azul, y su bella piel bronceada, daba un toque de un hombre maduro, pero no siempre era así, en su trabajo era todo un capitán, o general, pero en la vida con sus amigos, pudiese jurar que estaba un niño de 5 años con ellos.
El Uzumaki llego al cuartel, entre las calles menos circuladas de la ciudad, oculto por si alguien asecha o piensa atacar en cualquier momento del día.
Estaciono su auto en aquel estacionamiento, colocó su alarma y salió lo más de prisa que sus pies pudiesen dar.
-bienvenido-. menciono un hombre en una cabina del estacionamiento. El que se encargaba en cuidar los carros de los agentes especiales.
-gracias, ¿y dónde está el detenido?-. dijo el rubio mientras observaba detrás de la ventanilla de la cabina.
-está en el 4to piso capitán-. Respondió aquel tipo.
-de acuerdo, gracias-. Y salió lo mas de prisa, subió unas escaleras, ya que no tenía tiempo de estar escuchando la canción armonística del aquel elevador.
Después de varios escalones de estar subiendo lo más rápido que pudiese, llego al cuarto piso, y allí estaban unos agentes especiales con papeles en sus manos, enfrente de computadoras, etc.
-vaya, hasta que por fin llegas dobe-.
-jeje, lo siento, es que había trafico-. Sasuke Uchiha, un gran detective de los agentes de Los Ángeles, muy solicitado, además de ser un gran investigador, tenía el don de dar "sufrimiento" a los criminales para poder saber alguna información que sea requerida.
-si claro, de seguro fuiste por una taza de rameen ¿verdad?-. Pregunto el pelinegro mientras alzaba una ceja dando una mirada de burla.
El agente Uchiha estaba vestido con un traje color negro, mientras que su camisa era de color azul oscuro, mientras que, tenía dos pistolas en sus costados, tenía pinta de ser todo un hombre frio y sin sentimientos, pero las apariencias engañan, y mucho mas el corazón.
-bueno, cada quien debe tomarse un pequeño descanso no?? Jeje, y dime teme, ¿dónde está el chico?-. pregunto el rubio mientras dejaba su saco oscuro en una silla.
-está dentro de la cabina-. hizo una pausa.- y ten cuidado, es un chico bastante…extraño-. Dijo con desinterés mientras buscaba la palabra correcta para describirlo.
- ¡ha! No te preocupes, ¡¡a Naruto Uzumaki nadie lo vence!!-. Y después de tomar un par de hojas de una pequeña mesa antes de aquella puerta donde se encontraba aquel criminal. Aquellos documentos que daban información de la banda, quienes era, como se llamaban, entre otras cosas, y sin más, entro dentro de la cabina donde estaba uno de los integrantes.
-bien, me presento, yo soy el capitán Uzumaki y tu…?-. Se sentó enfrente del aquel tipo.
-Zetsu-. Respondió el sujeto delante de él con bastante desinterés.
Estaba vestido con una sudadera negra, mientras traía unos jeans bastante desgastados, y en su cara tenia… ¿pintura?, si eso era, ahora ya entendía porque Sasuke le dijo que era extraño.
Por favor, ¿quien se pinta la cara a la mitad de color verde y otra blanca?
-bien Zetsu, solo quiero que me digas… ¿dónde se esconde Akatsuki?-. Fue directo al grano, al rubio no le gustaba dar rodeos respecto a las preguntas, por eso le decían que él no era bueno en estar cuestionando.
-¿crees que te lo diré? ...imbécil-. Soplo aquel tipo. No mostraba ningún gesto, ningún sentimiento en su cara pintada, ¿seguro que era humano?
-te lo preguntare de nuevo, ¡ ¡ ¿Dime donde diablos se esconde Akatsuki?!!-. Se exalto el rubio, mientras golpeaba con sus puños fuertemente la mesa de centro y encima de ella, una lámpara colgando del techo.
-Hmp-. Esa fue su respuesta, algo que desespero al rubio. Le hecho una última mirada de reproche, soltó un último suspiro, y salió de aquella habitación.
-Shizuneeee!!!-. grito el rubio mientras salía de la habitación, tomo su saco y se dirigía a su oficina.
- ¿qué pasa Naruto?-. pregunto la chica antes llamada. Era la secretaria del Uzumaki, mientras que a veces atendía a otros agentes o cosas por el estilo.
-dile al teme que se haga caso del ese tal Zetsu, yo no puedo con el-. dijo mientras susurraba lo último.
- ¿cómo que no puedes con el Naruto? ¿Tuuu!!? El agente más importante de la ciudad de…-.
-ya se ya se, es que me duele la cabeza, el teme puede con él; estaré en mi oficina-. Tomó su saco y se dirigió a la habitación mencionada.
Abrió la puerta, y como siempre con lo que se encontraba, con un montón de platos de rameen instantáneo, vasos de coca-cola, etc. ¿Quién podría vivir con ese cochinero? Nada más él.
Después de 10 minutos, estaba tomando una taza de café, mientras leía el periódico del día: crímenes, asaltos, estado financiero, deportes, nada interesante que no fuera algún record de que trate de rameen.
-Naruto, tienes una llamada-. Dijo Shizune por el intercomunicador, un aparatito delante de él.
-¿Quién es Shizune?-. Pregunto mientras apretaba el botón para comunicarse.
-es Sakura-.
-de acuerdo, pásamela-. Después de varios segundos de espera, sonó el teléfono de aquel aparato.
-¿qué paso Sakura-chan?-. pregunto el rubio con el teléfono en la mano.
-hola Naruto, oye, ¿sabes dónde está Sasuke-kun?-. Pregunto aquella voz dulce y a la vez tosca.
-Está interrogando a un tipo, ¿Por qué?, ¿pasa algo?-. Pregunto un poco preocupado.
-No, no pasa nada, es que le estaba llamando a su celular y no contestaba, pero por lo menos está bien-. Se oyó un suspiro.
-No te preocupes Sakura-chan, el teme está bien, ¿quieres que le diga algo si me lo encuentro?-.
-Aaa si, dile que me llame, y que lo espero en el hospital, y que lo amo y que…-.
-Está bien está bien, yo le digo, no te preocupes-.
-¡¡Gracias Naruto!! , ¡¡Cuídate!!-. Y se corto la llamada. Naruto dio un suspiro y observo su habitación delicada y lentamente…y se puso a pensar.
Como envidiaba al teme, tantos años de conocerlo y a Sakura-chan, para que al final sus dos mejores amigos terminaran juntos como una pareja formal, vaya, si que los envidiaba, y el, solo, como un agente que solo se dedica a la vida de los criminales, a servir al gobierno, pero nada más.
Como anhelaba tener alguien a su lado, alguien a quien tomar de las manos... alguien a quien amar.
-(creo que necesito aire fresco)-. pensó el rubio. ¿Dónde tenía su mente en este momento?, si, solo le falta aire fresco para despejarse, necesitaba salir.
Tomo una chamarra café, ya que andar en la ciudad vestido todo de negro y nada mas con su camisa anaranjada, era de sospecharse, y más en aquella metrópolis.
Salió de su oficina y caminó hacia el escritorio donde estaba su secretaria.
-Shizune, cuando salga el teme, dile que le llame a Sakura-chan-.
-de acuerdo, yo le aviso y… ¿tú dónde vas eh?-. pregunto la chica mientras alzaba la ceja.
-voy a salir un rato, ocupo tomar aire fresco, hay le avisas al teme, al rato-. Se despidió y salió de aquel cuartel, tomo el elevador, ya que no tenía ganas de bajar por las escaleras de nuevo, y llego a su auto, se subió, y se fue a la ciudad, a despejarse un poco del mundo donde siempre habitaba.
Después de casi 20 minutos de andar en su auto, se fue a un estacionamiento cerca de un parque. Quería ver aquellos arboles de cerezo, cayendo pétalo por pétalo, donde daba paz y tranquilidad.
Le dio dinero al hombre del estacionamiento para que hiciera su deber, y salió a caminar.
Observaba parejas con sus niños, tomados de la mano, comiendo un gran helado, mientras daban una grande sonrisa.
Sonrió. Sonrió con nostalgia al solo recordar su infancia, una pequeñísima parte de felicidad que algún día vivió.
Continuo admirando la bella vista de la ciudad, del parque, observo bicicletas, ancianos dando de comer a palomas, personas vendiendo cosas para dar diversión y… ¿una muchacha corriendo?
Alzo la vista y se acerco al lugar, ya que escucho algo que no le agrado.
-¡¡¡detengan a esa mujer!!!!! ¡¡¡Me ha robado!!!-. grito un hombre saliendo de una tienda de abarrotes bastante enojado, desesperado, bueno, era difícil describir como se sentía en aquella situación.
El Uzumaki se dirigió al señor de la tienda.
-¿qué le robo señor? -. dijo mientras lo observaba.
-comida, cosas enlatadas, bolsas de alimento, ¡¡no se!! ¡Solo no pago! Deténgala joven, por favor-. Suplico el señor.
-no se preocupe, yo la detendré-. Y tras tranquilizar al encargado o dueño de la mini-tienda, salió corriendo detrás de aquella chica sin perderla de vista.
Vaya, si que corría rápido, hasta pudiese pensar si esa chica practicaría algún deporte o algo por el estilo, pero eso no era posible, como se alcanzaba ver, esa chica era una más de esas personas que pedían limosna.
Observo como doblaba en una esquina en una calle solitaria, aun no la perdía de vista, pero si era rápida.
La siguió y la observo detenerse en el final del callejón…pero no estaba sola.
-tranquilos, aquí les traje algo de comer, tengan-. Hablo esa muchacha entregando las cosas robadas a… ¿niños?, ¿para eso había robado?
-Hi…Hina-chan mira allí-. Dijo uno de los pequeños apuntando al rubio, el cual solo observaba esa escena intrigado. Observando bien, eran 3 niños, y se podría ver que eran de esos que pedían limosna, limpiaban carros…eran niños de la calle, y esa muchacha era su ¿mama?
-no…no se preocupen…yo…yo los protegeré-. Se escucho una dulce voz saliendo de esa boca, se coloco enfrente de esos niños tratándolos de proteger con sus brazos, que a simple vista, estaban temblando. Una cara llena de manchas negras, sucia por el clima de aquella ciudad.
Tenía el cabello largo y azulado, y encima de ese, un gorro negro que cubría su cuero cabelludo, una sudadera de color morado oscuro cubría su tronco de aquel débil cuerpo, y unos jeans bastante sucios y desgastados, esa chica…era igual que esos pequeños.
-tranquilos, no les hare nada-. Intento calmarlos acercándose un poco, pero fue algo no muy bien visto por esas personitas.
-no… no te acerques-. hizo una pausa la chica, mientras ponía su mirada en aquellos niños-. Vállense, puede hacerles daño-. Trato que esos pequeñines se alejaran de ese callejón, no quería que les pasara más cosas de las cuales ya habían sufrido mucho, no quería verlos sufrir, no más.
-tranquila, no les are nada-. Se acercaba más y más el Uzumaki.
-no te acerques, si le haces da…daño, ten… ¡¡¡tendrás que pasar por nosotros!!!-.y tras dicho eso, las 3 criaturas se colocaron enfrente de aquella chica, tratando de protegerla, no permitirían que él le haga daño, después de tanto sacrificio que hizo ella por ellos.
-no les dañare y para que vean que soy su amigo, les invito a comer, ¿qué dicen?-. Se incoó enfrente de los niños quedando a la altura de estos dando una cálida sonrisa.
¿Había escuchado bien? Acaso ese sujeto ¿los estaba invitando a comer? ¿Después de que ella había robado en una tienda?
-nos… ¿nos invitaras a comer? -. pregunto una niña, la única de aquéllos pequeñines observándolo con una mirada llena de ilusión, dando un brillito especial en sus ojitos, el rubio los observo.
-claro que si, y yo pago todo, y… ¿Qué quieren comer? -. pregunto el rubio observando a los niños con la misma sonrisa, enseñando sus blancos y bellos dientes, mientras que la muchacha solo observaba un tanto incrédula, es que no podía creerlo.
- ¡siiiii! Yo quiero rameen!!-. dijo un niño elevando su mano, dando victoria.
-hay no, yo no quiero ese que tiene verduras-. Bufo uno de aquellos pequeñines cruzándose de brazos.
-si quieres, lo pides sin verduras tonto-. dijo la niña.
-la idea del rameen es genial, pero todo depende de su mama-. dijo el rubio mientras observaba a la chica que permanecía callada. Esos ojos…esos ojos eran color perla dando un toque de inocencia.
-neeeh, ella no es nuestra mama, es nuestra Onee-san, ¿verdad Hina-chan?-. menciono uno de los hombrecitos de aquella bolita.
Y ella aun no podía comprenderlo. Nadie había hecho algo por ellos, el trata de detenerla y de pronto, ¿los invita a comer?, ¿acaso estaba soñando?
-¿Hina-chan? ¿Estás bien?-. pregunto la mujercita.
-¿Por…porqué nos invitas a comer?-. pregunto débilmente la peli azul, teniendo su mirada plasmada en el suelo, se sentía un tanto extraña en esta situación.
-pues porque creo que tienen hambre, ¿no?-. pregunto a los pequeñines, para después dar como respuesta los gritos de esos niños, llenos de felicidad.
-¿podemos ir a comer con él Hiña-chan? ¿siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii?-. dijieron los 3 peques con una carita de perro entristecido, algo que la ojiperla no se atrevería a negar.
-es…está bien-. susurro, pero audible para los niños.
-qué bien!!!, Yahoooo!!-.y entre otros gritos se escuchaban en aquel callejón oscuro.
Los 3 niños y el joven rubio se fueron alejando poco a poco de aquel callejón oscuro, dejando a la peli azul un tanto…pensativa.
-Hina-chan, ¿no piensas venir?-. una vocecita la saco de sus pensamientos.
-¡si, ya voy!-. Y se dirigió corriendo hacia el joven rubio y los niños felices por poder probar un sabroso plato de rameen.
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-mmmmm, esto esta delicioso!!-.
-vaya que si!! Y hasta tiene carnitas!!-.
-pues el mío no tiene verduras y esta rico-. Y allí estaban, esos niños realmente felices de poder saborear un verdadero rameen.
-¿les gusto?-. el rubio con una sonrisa.
-siiii, estarico!-. dijieron los 3 niños al unisonó, mientras seguían con su labor de saborear aquel tazón lleno de tallarines.
Naruto solo se dedico a observar a los peques con una amplia y nostálgica sonrisa, fue una buena idea traerlos a "Ichiraku".
-¿no piensas comer?-. pregunto el rubio observando a la chica que tenia alado, ya que ella tenía la mirada en el plato, aun sin poderlo ingerir.
-lo…lo siento-. se disculpo y tomo los palillos, para que así, poder tomar pequeñas porciones.
-no tienes porque disculparte-hizo una pausa.- Oye… ¡¡no me has dichotu nombre!!-. dijo el rubio mientras apuntaba a la ojiperla como si hubiera ocasionado un delito.
-go…gomene, soy Hi…Hinata-. Murmullo la chica mientras ingería lentamente la comida sin poder mirarlo a los ojos.
-pues…mucho gusto Hinata-chan!!!, Yo soy Naruto...Uzumaki (rayos!!, acabo de romper unas de las reglas!!)-. Pensó el chico percatándose de lo que había hecho. Dar su nombre… y completo era una de las reglas de los agentes especiales, y tal parece que había fallado en eso, pero… ¿que tenía esa chica para que se sintiese libre de decir cómo se llama o quién es?
- ¡wooo! Tú te llamas Naruto!! , ¡¡Qué lindo nombre!!-. djio una pequeña vos dulce sacándolo de sus pensamientos.
-asi es! ¿Y como se llaman ustedes?, aun no me han dicho-. Dijo el rubio cruzando los brazos, dando un son de reproche, pero solo bromeaba con los peques.
-yo me llamo Konohamaru!! El más inteligente!!-.
- yo soy Moegi !!! La flor del grupo!!-.
-soy Udon, el más…-.
-webon jajajajajajaja-. Se burlaron los dos niños, algo que hizo que la ojiperla sonriera al ver la escena de sus pequeños angelitos.
El rubio la observo.
-¿sabes? Deberías sonreír mas a menudo, tienes una linda sonrisa-. Menciono el ojiazul mientras la observaba con una amplia sonrisa, algo que hizo que la peliazul se sonrojara al máximo y bajara su mirada.
-gra…gracias-.
-no tienes por qué agradecerme, es la verdad-. Sonrió. Un momento…
¿Naruto Uzumaki alago a una chica?
-¡Naruto y Hina-chan son novios! ¡Naruto y Hina-chan son novios!-.
-Konohamaru, Moegi, Udon, ¡Ba…Basta!-. dijo la peli azul roja como un tomate maduro, tratando de tranquilizarlos, algo que fue difícil en aquella situación.
Naruto no dijo nada, solo eran unos niños. Se veían tan felices y…
Algo vibro en su pantalón, después un pequeño sonido. Su celular…
Observo la pantalla, era el teme… y contesto.
-¿Qué paso teme?.... ¿en serio, y nada mas eso dijo?....De acuerdo, ahora llego, adiós-. Y colgó guardando su celular en el bolcillo de su pantalón oscuro.
-lo siento chicos, pero el deber me llama, me tengo que ir-. Dijo el rubio después de observar la escena de gritos y burlas por parte de las 3 personitas.
-¿ya te vas Naru-kun?-. dijo la pequeña Moegi con un tono de voz algo triste.
-sí, lo siento chicos, pero tengo que trabajar-. Los niños dieron una cara triste, bajando su mirada y poniendo una cara de perrito castigado.
-oigan, no se pongan así-. Hizo una pausa.- para que vean que los quiero… Hinata les comprara un helado, ¿Qué les parece?-. Hablo el Uzumaki mientras le daba unos cuantos dólares a la chica.
Los chicos gritaban y aplaudían de felicidad con solo escuchar la palabra helado.
-Na…Naruto, ya has hecho mucho por nosotros, no pu…puedo aceptarlo…-.
- ¡ ¡claro que puedes!! Ya que una comida sin postre no es comida, ¿cierto chicos?-.
- ¡¡siiiiiiiii!!-. dijieron al unísono.
-ya ves Hinata, les compras sus helados…. ¡¡Adiós chicos!!!-. mencionó Naruto rápidamente despidiéndose felizmente con las manos.
- ¡¡ Adiós Naru-kun!!-.
-¡¡ Cuidatee!!-.
-¡¡Gracias!!-. Y se perdió de la vista de aquellos niños… y de la mirada aperlada de Hinata.
Hinata solo lo observo irse. No le dijo gracias, no le dijo nada… se quedo muda.
¿Cómo es que alguien, les dio un plato decente que comer?
Nadie tan siquiera les había ofrecido un pedazo de pan, y el llego, dando una hermosa sonrisa, ofreciéndoles un plato donde comer, un lugar donde sentarse y estar tranquilamente sin ser la burla de los demás.
Nunca lo olvidara. Nunca.
Esa hermosa sonrisa que la cautivo, y donde quisiera que este, algún día le pagara el favor.
Pero la duda que tenía…
¿Lo volverá a ver?
Que les parecio?? merece continuar? bueno, ojala que les haya gustado... y bueno, cada capi creo que sera un poco diferente, asi que los tengo avisados juju, espero que me califiquen jajajaja, no se crean... a que nunca se imaginaron a Hinata de limosnera???!! jeje, yo tampoco, asi que se me vino esta idea, que loco no?? espero sus comentarios para continuar!! si no... pues me veran llorar... y creo que no lo continuare (muajajajajaja)
GRACIAS POR LEERLO!!!
Merece un 10?? n_nUuU
