Hola a todos los que han entrado a leer este fic. ¿Que les puedo decir? Estoy feliz por que ya acabo la universidad! Y eso quiere decir que tendré mucho más tiempo para dedicarme a culminar mis fics y hacer más Oneshoots de ICHIHIME por supuesto que si! Pero ahora bien, estoy casi segura que los que siguen Cruel Intentions y Love & War se preguntaran que demonios hago yo haciendo otro fic? Pues sencillo, es que desde hace tiempo tenia esta idea en mente, pero no encaja con Cruel Intentions que es universo alternativo y tampoco con Love & War, así que tuve que colocarme a escribir. Eh estado una semana {jamas eh estado tanto tiempo escribiendo un solo fic!} y luego de darle vueltas y vueltas al asunto pues aquí esta, ya mas o menos tengo pensado lo que serán los próximos caps. Y si, es un ICHIHIME aunque no esperen verlo en los primeros caps, y tampoco sera romántico. Nada que ver. Y es enserio, xDD Este fic llevara un poco de OCC, debido a que planeo convertir a Orihime en una chica fuerte, en el primer cap no se ve, pero PROMETO {al estilo politico, xDD} que en los próximos caps lo verán!

Es un fic fuerte, comparado a los que eh escrito antes. Tiene violaciones, sangre y mucho odio hacia Aizen-sama {ya sabrán por que}

ADVERTENCIA: Es un fic M debido a su contenido en lenguaje, ademas de sus lemons {aqui se muestra uno, y próximamente en los siguientes caps.} Se habla sobre violaciones hacia un personaje, etc... No es recomendable para la lectura de menores de edad. Si aun así desean leer, es bajo su responsabilidad.

Paring: Ichihime, Aihime, GrimmNel, Renruki

Autor: Killerqueen04

Disclaimer: Bleach no es mio, es del maestro Tite Kubo. Si hubiese sido mio, ya hubiera violado a Ichigo, a Toushiro, a Ulquiorra y a unos cuantos más de los que me eh olvidado... ahhh si también a Urahara, jajaja xDD También hubiera colocado de pareja a Ichigo y a Orihime & Renji y Rukia! ICHIHIME RULES!

.::CAP I : GOODBYE, HALCYON DAYS!::.

Definitivamente ella estaba metida en la boca del lobo. Llevaba casi tres meses en ese estado, en una destrucción y depresión que nadie podría ayudarle a salir. Sus amigos habían perdido la batalla, pero ella le había podido suplicar a Aizen-sama de que no los asesinara. El hombre lo dudo un instante, pero siendo rey, ¿no debía importarle dejar uno que otro vivo? No, no le importo, aunque si se encargo de que ninguno tuviera la fuerza necesaria como para poder pelear de nuevo. Además de eso, él necesitaba una sociedad de almas que estuviera bajo sus pies, que tuvieran que hacer lo que él quisiera, por el bien del mundo, por lo que no solo lo cumplió por la chica. Aun sabiendo que ellos habían perdido, en su interior pensaba que podían ganar, porque después de todo por haber perdido la batalla no significaba que habían perdido la guerra.

La Sociedad de Almas, como era conocida anteriormente, ahora era parte del pasado, un cruel y doloroso pasado. Ella pensaba que el hombre la dejaría ir, o al menos la asesinaría, pero era todo lo contrario, ese monstruo se había obsesionado con ella, y la tomaba como su premio, como un objeto para divertirse. La primera vez que eso ocurrió había sido el día en que la batalla había culminado, donde sus amigos perdieron y donde su esperanza había desfallecido.

Kurosaki había perdido ante Ulquiorra, pero ella lo había podido sanar, de la misma forma que a Ishida, les había rogado que se fueran, que se olvidaran de ella, que no siguieran haciéndose daño. Ulquiorra se había puesto a su lado, con su forma normal, y con las manos en los bolsillos le había dicho a Ichigo que mejor era que se fueran, que ella ya era una de ellos. Los dos chicos miraron incrédulos a Orihime, y esta solo pudo asentir para luego afirmarlo con un "Pertenezco a Aizen-sama". No sabía que le había dolido mas, si el sentirse como un miserable objeto que cualquiera podía poseer, o la mirada de Ichigo. El chico la miraba incrédulo, a lo que ella, con lágrimas en los ojos, dijo que era cierto, que ella había decidido ayudar a Aizen-sama. El chico la miro nuevamente, pero su mirada no denotaba la incredulidad, sino el coraje, el resentimiento y también la desilusión de creer que ella era inocente, para ver que todo era una jodida mentira.

Grimmjow había acertado; ella estaba rota, dañada, jodida, por dentro. Sentía que su corazón se había destrozado en miles de pedazos, y que su alma se había podrido dentro de ella. Kurosaki-kun solo se coloco de pie, y seguido por Ishida, el que se había quedado sin palabras ante la acción de la chica de asentir a todo, se encaminaron a la salida. Cuando habían desaparecido de su vista, Orihime se dejo caer al suelo, para lanzar un grito de dolor, un grito desgarrador, que la trajo de nuevo a su dolorosa realidad. Sus amigos habían perdido, todo estaba perdido, Aizen había podido entrar a la dimensión real, se había enfrentado a todos, había ganado. Y no solo había ganado la llave real y el mundo espiritual, sino que había destrozado completamente a la chica.

— ¡KUROSAKI-KUN!— fue el último grito desgarrador que pudo emitir la chica, antes de que Ulquirra se la llevara de allí. Bastante alejado del lugar, donde se reunían los sobrevivientes, y que emprendían la retirada, Ichigo había escuchado el grito de la chica. Rukia lo observo preocupada. Era más que obvio que él sentía algo por la pelinaranja, pero había ocurrido algo que había hecho cambiar al chico, que caminara enojado, frustrado y no solo por perder la batalla. Había algo más. Trato de preguntarle, pero solo se llevo un grito de enojo.

— ¡PORQUE ES UNA JODIDA TRAIDORA! ¡NOS HA TRAICIONADO TODO ESTE TIEMPO!—grito furioso el chico. Rukia observo incrédula al Quincy, que con gran pesar asintió. No estaba del todo de acuerdo, es mas dudaba mucho conociendo la naturaleza de Orihime, pero no había forma de hacerle ver eso a Ichigo, y menos en ese estado de cólera.

Los capitanes de la Sociedad de Almas, junto a Yamamoto se habían mirado unos a otros, Yamamoto se lo había dicho al chico. Si él no hubiera sido tan idiota como para correr hacia Hueco Mundo por la chica esa, nada de eso hubiera pasado. Si tenían la oportunidad de ganar, la chica iría directo a un juicio, donde estaba casi seguro seria encontrada culpable y enviada al infierno junto a Aizen y los suyos.

No había shinigami que no estuviera herido. Todos esperaban por la asistencia de la cuarta división. Había que reconocer que hacía falta la ayuda de Orihime para recuperar a los heridos de manera rápida y efectiva, pero nadie mencionaba el nombre de la chica, al menos no frente al enojado y resentido Ichigo. Rukia aprovecho un momento en que el shinigami sustituto platicaba con su padre para preguntarle a Ishida sobre lo que estaba ocurriendo. El Quincy le explico todo, a lo que Rukia dudo unos instantes, esa definitivamente no podía ser Inoue. El Quincy también acepto eso, diciendo que la chica solo lo había hecho para salvarlos a ellos dos, lo que era más probable y entendible a pensar que Inoue era una traidora. Rukia no dudo, ella con el poco tiempo que había podido conocer a Orihime sabía que ella no era una traidora y que debía haber algo mas para que la chica decidiera quedarse con los arrancar y Aizen. Como por ejemplo el hecho de que el ex capitán permitiera que siguieran con vida. Pero por el momento ellos debían concentrarse en sobrevivir y pensar en cómo enfrentarían a Aizen en una batalla próxima.

Por otra parte, luego de haber llorado a mares, y llevada a la fuerza por el cuarto espada a la nueva fortaleza de Aizen, la dimensión celestial, Orihime había sido encerrada en una habitación. No podía parar de llorar, se sentía inútil, se sentía peor que la basura. Pero ella lo había tenido que hacer para salvarlos. Ella no podría vivir en un mundo donde no estuvieran sus amigos, donde no estuviera Ichigo. Ya había sufrido demasiado ante la muerte de su hermano, como para darse el lujo de perder a sus amigos. Aunque pensaran que ella era una jodida traidora, no importaba, ellos estaban vivos. A diferencia de Hueco Mundo, esa dimensión no tenia luna, sino sol, se parecía a la sociedad de almas, con algunos edificios y el enorme palacio donde residiría el nuevo rey, Aizen-sama.

Desde donde estaba, podía escuchar los gritos de los sirvientes y de algunos miembros de la familia real, siendo asesinados por los espadas. Se escondió en una esquina, mientras su cuerpo temblaba, el grito de una pequeña niña le hacía recordar los momentos en que sus padres les pegaban a ella y a Sora. Su madre le pegaba, pero el que más frecuente lo hacía era su padre, quitándose su cinturón de cuero y pegándole con este a ella y a Sora, que gritaban adoloridos. Pero la gran diferencia era que esa niña gritaba porque la estaban asesinando. Orihime cerró los ojos, y se llevo las manos a los odios, mientras los últimos gritos de angustia y dolor de la criatura se iban desvaneciendo. Paso seguido, las risas burlescas de Nnoitra. Las manos y las piernas de la chica temblaban, ¿Dónde diablos se había metido? ¿La iban a matar también? En lo más profundo de su corazón deseaba que todo culminara, que la asesinaran. Tocaron a su puerta, pasado los gritos y burlas de Nnoitra. "Mascota, mascota, ¿estás ahí? ¿Quieres jugar?" ahogo un grito de pavor. Ese era el espada al que más temía, ese rostro y esa mirada repulsiva. Continuo tocando a la puerta, ella sabía que él podía hacer volar en pedazos la puerta si lo deseaba, pero por lo visto el estaba esperando algo, el momento indicado. Cesaron los golpes, a lo que la chica respiro aliviada, aun escondida en la esquina. Se escucharon varias voces y luego silencio. Podía jurar que la voz que había escuchado era la de Aizen-sama, pero no podía ser. La puerta se abrió, dejando paso al ser más despreciable del planeta, su peor pesadilla. Aizen.

Bienvenida al infierno, Orihime Inoue.

El había entrado a la habitación donde estaba la chica, la chica aun temblaba, él la ordeno colocarse de pie. La puerta estaba cerrada, o al menos eso suponía la chica. No había nadie salvo a él en aquella habitación. La respiración de la chica se hizo agitada, mientras algunas lágrimas comenzaban a hacer acto de presencia. El hombre se acerco a ella. El demonio venia a buscar su recompensa. La lanzo con cierta brusquedad sobre la cama, mientras ella, con cierta torpeza trataba de alejarse.

"No, no, esto, no puede estar pasando" se decía una y otra vez mentalmente. Aquel hombre iba a acabar con su inocencia, ¿y de esa forma?

—Sería muy triste que tus amigos terminen por morir por tu resistencia. Eh sido bastante generoso con dejarlos ir a la Sociedad de Almas, aun sabiendo que ellos podrían atacarme. — los ojos grises de la chica se cruzaron con los de su maldito agresor. Aizen sabía muy bien como jugar con las mentes de las personas, y sabía muy bien que lo más que amaba la chica eran sus amigos. Casi de inmediato la chica se arrodillo frente a él, mientras el sonreía triunfalmente. La pelinarranja comenzó a llorar desconsoladamente.

—No, no, por favor Aizen-sama, por favor, no les haga más daño. Haga lo que quiera conmigo, asesíneme, envíeme al infierno, lo que quiera, ¡pero no le haga daño!— lloro la chica, aun de rodillas. La imagen de Ichigo luchando contra Grimmjow, luego contra Ulquiorra que casi lo mata. Imaginar lo que ese hombre podía hacerle a Ishida, Rukia, Renji, Tatsuky, Ichigo y el resto de sus amigos la hizo sentirse mareada. Ella no podría sobrevivir a eso, ella moriría al tan solo pensar en la muerte de todos. Prácticamente con esas palabras de "haga conmigo lo que quiera" estaba entrando a la boca del lobo, jugando con fuego y es bien sabido que el que juega con fuego se quema.

Esa noche, el palacio del rey se lleno de gritos de dolor. No había rincón donde los gritos de Orihime no se escucharan. Nnoitra se había burlado, diciendo que era posible que se escucharan en Hueco Mundo. El resto de los espadas solo rio o continuo con los comentarios, excepto por Ulquiorra, y no era porque el espada sintiera lastima o algo por la chica, sino porque no era propio de el hacer tales comentarios. Si Aizen-sama le solicitase que asesinara a la chica, sin pensarlo lo haría, porque para eso el estaba allí, para las ordenes de Aizen. Y por lo visto, el debía continuar con los cuidados de la chica, porque Aizen no le había dado otra encomienda.

Los gritos de dolor cesaron, y ahora continuaban las burlas y riserias entre los espadas, Ulquiorra mantenía su típica expresión, mientras que Stark yacía dormido en uno de los asientos del palacio. Todo había culminado, por lo que nuevamente el trabajo comenzaba. Ulquiorra se coloco de pie, llevando sus manos a sus bolsillos. No le prestó la mínima atención a los comentarios doble sentidos de Nnoitra, que muy en el fondo estaba resentido con Aizen, por haberle "bajado" a su mascota, de la misma manera estaba un –casi recuperado- Grimmjow, que deseaba a la "princesita".

El espada número cuatro recorrió los pasillos, hasta dar con la habitación de la mujer. Aizen-sama ya se había retirado, por lo que era su trabajo el verificar que la mujer estuviera bien. Abrio la puerta de la habitación. La chica estaba en forma fetal en la cama, temblando de pies a cabeza. En la cama habían manchas de sangre, algo que ya Ulquiorra conocía el por qué. El espada entró a la habitación, observando todo en silencio.

—Traerán tu comida pronto, mujer— informo, como si fuera lo más importante. Orihime temblaba, mientras mantenía su mirada fija en algún punto que el espada no pudo descubrir. La chica no respondió nada, por lo que el espada se sintió algo irritado. El no conocía por lo que pasaba la chica, el ser desvirginada de esa forma, tan dolorosa y asquerosa, sobre todo por ser su verdugo, el hombre que deseaba asesinar a sus amigos, el que la había llevado a cabo. Ella siempre había soñado con que ese momento seria compartido con alguien que realmente amaba, como Kurosaki-kun. Un sollozo la hizo convulsionar, ante la mirada sin sentimientos de Ulquiorra. —Te eh hablado, mujer— dijo secamente, aun con sus manos en los bolsillos, observando las reacciones de la humana. ¿Tanto dolor y lagrimas por un acto tan básico? Los humanos sí que eran patéticos.

—H-hai— respondió la chica, con esfuerzo. Las lágrimas aun continuaban bajando por sus mejillas. Se sentía tan sucia, tan inmunda, si tenía la posibilidad de encontrarse alguna vez con Ichigo ella no podría mirarle al rostro, porque ya no era digna de él, no era digna de nadie.

—Vístete— le ordeno el espada, antes de darse la vuelta y ver a Nnoitra y Grimmjow, gozando con la vista de una Orihime semi desnuda, temblando. El cuarto espada de movió hasta la puerta, cerrándola en la cara de los dos espadas de niveles inferiores. Era más que obvio para que estaban esos dos allí. Querían vengar sus respectivas derrotas ante Ichigo con su "novia", de la misma manera en que lo había hecho ya Aizen, asegurándose de no solo poseer los poderes, mente y alma de la chica, sino también su cuerpo. Pero Aizen no les había dado permiso, por lo que hasta ahora esa mujer era prohibida para Grimmjow y Nnoitra. —Mujer, te eh hablado— dijo nuevamente, sin expresar sentimiento alguno. Orihime no esperaba consuelo por parte del espada, era más que obvio que el hollow no tenia sentimientos por qué no posee corazón.

Con lentitud la chica se puso de pie, observando con horror como había sangre en las mantas. Cambio su mirada rápidamente, mientras otras cientos de lágrimas bajaban por sus mejillas. Cubriendo su cuerpo –todo magullado y adolorido- con una manta, se encamino al cuarto de baño que había en la habitación. Calló una vez, frente a la puerta, debido al dolor que la carcomía por dentro. Miles de lágrimas de frustración se encaminaron por sus mejillas, se coloco de pie, mientras limpiaba estas con su mano. El espada estaba de pie, con su mirada puesta en la humana.

Ulquiorra no había encontrado una chica tan… ¿fuerte? ¿Estúpida? ¿Ilusa? No sabía cómo describirla. La chica por más que llorara, y lo ocultara, aun deseaba que sus amigos creyeran en ella, y que la rescataran. El espada imaginaba que dentro del supuesto corazón de la chica, lo más importante era el estúpido y odioso shinigami de cabellos naranjas. Tenía que reconocer que el chico ese le había dado batalla, pero Ulquiorra se las había areglado y estuvo a punto matarlo, pero ante la victoria de Aizen, no tuvo que hacerlo, dejándolo moribundo. Total, lo que había afectado al chico, además de los golpes y su derrota, era el simple hecho de que su amada amiga fuera una traidora y haya decidido quedarse solo para salvarlos, aunque eso el no lo aceptaba. No conocía al idiota shinigami, pero estaba seguro que por la forma en que peleaba, de manera explosiva y la forma en que había observado a Orihime, él pensaba lo peor de ella.

Luego de todo ese razonamiento interno del espada, la chica de cabellos naranjas, cuyos poderes eran los Shun Shun Rikka, salió del cuarto de baño. Su cabello estaba mojado, y su mirada estaba algo perdida. El espada aprovecho ese punto débil para continuar con todo sus "juego y tortura" mental.

—Ellos no vendrán a buscarte, mujer. Morirán si lo intentan. — Orihime no respondió, solo se encamino –con gran dolor en su cuerpo- hasta la cama, donde se sentó en el filo de esta, con su mirada puesta en el piso. —Deberías estar más que agradecida con Aizen-sama, el ha dejado vivos a todos esos que dicen ser tus amigos. — la chica subió su mirada, llena de odio, algo que jamás se había visto en ella.

¿Le estaba diciendo que debía agradecerle a ese monstruo? ¿El mismo que le había arruinado la vida? ¿El que la había violado y secuestrado? ¿El responsable de que ella no pudiese estar con sus amigos?

—Si te hace sentir feliz y te llena de regocijo, han ganado. Han destruido todo lo que conozco, incluyéndome. — dijo en un casi inaudible susurro Orihime, con su mirada puesta en los ojos verdes del hollow. Lo que más le agradaba el hollow, era el debatir y discutir con la chica por las cosas que ella creía correctas y las cosas que para el eran solo idioteces. Pero ella se estaba rindiendo y ahora eso no era divertido o excitante.

— ¿Incluyendo eso que llamas corazón?— preguntó, observándola. Su expresión fría y monótona continuaba siendo la misma. En otra ocasión Orihime hubiera discutido, le hubiera pegado como la cachetada de aquella vez, pero ahora… ahora no tenía fuerzas para nada.

— Incluyéndolo— respondió, aun con su mirada en los ojos del hollow. La mirada de este se coloco en una mueca de curiosidad, que desapareció con la misma rapidez con la que se había dibujado. Eran muy pocas las cosas que hacían que Ulquiorra mostrara alguna emoción.

—Ya veo, es patético. — el espada le dio la espalda, bufando. Definitivamente los humanos eran patéticos. — ¿Y desaparece tan rápido? Es decir, hasta hacia un par de horas tú me retabas por ese "corazón" y ahora resulta que él desaparece ante el primer problema o derrota. ¿A caso todos los humanos actúan de la misma forma? — el espada aun se mantenía dándole la espalda, para luego abrir la puerta de la habitación. —Al final siempre tuve la razón, eso que llamabas corazón no es más que un término patético y poco razonable, que se desaparece en cuanto tus salvadores pierden. — dicho esto el hombre abandono la habitación, dejando a la chica en estado de shock. Era cierto, ella que tanto había defendido y debatido contra él, y al poco tiempo que sus amigos perdían la batalla ella perdía las esperanzas. ¿Pero realmente ella podía tener esperanzas, cuando todo estaba prácticamente perdido? Sin sus poderes, sus amigos y demás miembros de la Sociedad de Almas tendrían que recuperarse por la vía larga, y eso significaba que tardarían muchísimo en volver a recuperarse. Además de que si ellos ganaban, ella seria juzgada junto a todos los traidores y estaba casi segura de que sería hallada culpable.

Ella moriría. Pero prefería morir de esa forma a estar ahí.

Esos tres meses habían sido los peores de su vida. No había un minuto donde no deseaba morir. Se sentía peor que una puta. Era tomada a la fuerza, violada sin piedad alguna y luego abandonada en la habitación, donde lloraba y maldecía. Todos los días, durante esos tres meses habían sido exactamente lo mismo.

Aizen la violaba, la utilizaba, la denigraba. Luego llegaba Ulquiorra, con sus cuestionamientos y torturas mentales, y al final del día llegaban dos invitados sorpresas: la soledad y los recuerdos.

Con la primera vivía desde que su hermano había fallecido por lo que no la afectaba del todo, pero la ultima era la que la hacía llorar a mares. Recordar sus días felices, junto a sus amigos. Toda una vida por delante.

Incluso en ese momento, la imagen de sus amigos venia a su mente, porque todo lo hacía por ellos, aunque ellos la odiaran y la vieran como lo peor del mundo.

Una brutal embestida la hizo gemir de dolor, mientras unas lágrimas bajaban por sus mejillas, en silencio. Su agresor se movía excitado sobre ella, embistiéndola de manera salvaje, sin compasión alguna hacia la chica. Pero esta no esperaba nada más de ese maldito. Su espalda fue obligada a curvarse por los brazos del hombre, que bajo su rostro por el cuerpo de la chica, hasta llegar a sus partes más privadas. Cerró los ojos, esa era la parte que mas detestaba, porque su cuerpo flaqueaba ante ella, y su verdugo lo sabía. Cerró sus puños, mientras un gemido escapaba de sus labios. Música para los oídos de Aizen. Luego de culminar, el hombre volvió a embestirla, esta vez más fuerte que antes, la chica mordió sus labios en señal de dolor. Pero ya estaba acabando.

Sintió con asco como se corría dentro de ella, mientras caía exhausto sobre Inoue. La chica volteo su rostro, sin expresar emoción alguna. El hombre lo volteo de nuevo hacia él, para sonreírle. Una de esas sonrisas que tanto despreciaba Orihime.

—Sonríe, por que cuando la princesa no sonríe, el sol deja de brillar— deslizo su lengua por su pecho, para luego colocarse de pie. Se vistió y como siempre hacia luego de violar a su víctima, salió de la habitación sin decir nada más.

Una vez más la chica comenzaba a llorar, maldiciendo su suerte. No tenía noticias de sus amigos, pero por lo visto ellos aun vivían, sino estaba casi segura que Aizen le estaría diciendo en su cara que estaban muertos. Solo esperaba que ellos se recuperaran y que pudieran romper el reinado de terror de Aizen, aunque al final ella fuera juzgada como traidora.

Luego de vestirse se sentó en una esquina de la cama, en silencio, observando el frio suelo. No salía de esa habitación nunca, solo estaba allí metida, como en Hueco Mundo. Ya comenzaba a pensar que jamás saldría de allí, que solo estaría para darle el placer carnal a Aizen. Hoy según tenía entendido, la gran parte de los espadas iría al mundo humano, a ver si todos los "rebeldes" seguían haciendo de las suyas. Hoy no vendría Ulquiorra. Suspiro aliviada, porque no tendría que verlo. Aunque prefería la presencia del espada a la de Aizen. La puerta se abrió con lentitud, y Orihime retrocedió asustada. ¿Quién podría ser? El solo imaginar que fuera Nnoitra o algún otro de los espadas la hizo temblar.

La figura de una mujer apareció frente a ella, cerrando la puerta tras de ella. Una mujer bien proporcionada, de cabello largo y verde, además de tener una figura envidiable.

—Orihime— dijo en voz baja la mujer, que Orihime reconoció al instante. Neliel estaba frente a ella, y no sabía por qué. Según tenía entendido Neliel era buena, o al menos eso pensaba, ¿pero por que estaba allí?

— ¿Neliel-san?— pregunto algo asustada. La mujer de cabellos verdes se acerco a ella, para colocar un dedo en sus labios. Sonrió de manera dulce.

—Tenemos que avanzar. Eh podido colarme porque no hay nadie. Tenemos que salir— dijo la chica tirando del brazo de Orihime. Inoue se quedo algo pensativa, ¿Cómo saldrían de allí sin que nadie se percatara de ello?

—Pero… pero ¿Aizen-sama?— pregunto asustada. Neliel la halo una vez más, para detenerse un momento, volteándose hacia ella. La chica dudo un instante, no permitiría que le ocurriera nada a Neliel.

—Luego de salir de aquí, él se encamino a la tierra. Tenemos cerca de quince minutos para salir. Hablaremos luego. — ordeno la arrancar, mientras caminaba con Orihime tras de ella. La chica de cabellos naranjas era casi llevada a rastras por la mujer.

¿Realmente eso estaba pasando? ¿Neliel la estaba rescatando? Sentía que su corazón daría un vuelco, pero ¿y si pasaba algo malo y las asesinaban a ambas? Las dos mujeres comenzaron a correr por los pasillos del palacio, donde no había ni un alma. Una garganta estaba abierta, esperándolas. Estaban cerca de largarse, cerca de ser libre, cerca de no tener que ver jamás a Aizen. Sentía una fuerte presión en su pecho, pero era una presión de ansiedad, de deseo de abandonar ese lugar cuanto antes.

— ¿A dónde van?— la voz de Grimmjow las asusto. Orihime cerró los ojos, estaban tan cerca de largarse de ese sitio, y ahora llegaba Grimmjow. El espada se posiciono frente a las chicas, observándolas a las dos. El no era precisamente el espada más fiel a Aizen, y no se encontraba en el palacio por que Aizen lo haya dejado a cargo, sino porque al estar herido no le era de gran utilidad en su viaje a la tierra. Algo humillante para Grimmjow.

—Grimmjow, ¿aun continuas detrás de Aizen?— cuestiono Neliel. La mujer no parecía tener miedo alguno al espada, más bien parecía estarlo retando. El peliazul puso mala cara. —No es que me hayas agradado nunca, en mi opinión eres un descerebrado, pero puedes intentar cambiar, Grimmjow. Sabes muy bien que Aizen solo los tiene para obtener poder. Y tú nunca has sido un lambebotas. Ademas mirate, te han dejado por que no le eres de utilidad. Podrías vengarte. — puntualizo la mujer. Neliel solo trataba de persuadirlo, para que no se opusiera al intento de rescate.

— ¿Eso es una oferta para que me una a ti? Porque precisamente no eres la más brillante de todos, estas aquí sola, rescatando a la mujer a sabiendas de que habría algún espada. — bufo Grimmjow, sonriendo de lado. Neliel solo se encogió de hombros, para luego colocar los ojos en blanco. Orihime abrió los ojos, ¿Neliel estaba loca para haberle hablado así al espada? Grimmjow se encamino a grandes zancadas hasta donde estaban las mujeres, echándose sobre sus hombros a Orihime, quien trato de bajarse. Neliel lo miro aturdida. —Avanza, o nos encontraran en media huida. — ordeno el espada, mientras se encaminaba por la garganta. Inoue no podía creer lo que estaba ocurriendo, lo mismo le había ocurrido a Neliel por un instante, pero luego continúo con su camino, siguiendo al peliazul.

—Yo sabía que tú no eras tan fiel a Aizen— expreso Neliel, adentrándose tras Grimmjow por la garganta. El hombre chasqueo la lengua, mientras caminaba por la garganta. Inoue se sentía incomoda al estar siendo cargada por Grimmjow que no era precisamente el señor simpatía. — ¿Hueco Mundo? ¿Realmente crees que Aizen no irá tras la mascota a Hueco Mundo?— preguntó, dejando libre a Orihime, que cayó al suelo algo mareada. Estaba en Hueco Mundo, lo reconoció al instante por la arena blanca que cubría el suelo.

—Claro, si tienes una mejor idea, pues dímela. — bufo la arrancar, mientras hacia un puchero. Definitivamente la chica no dejaba las reacciones infantiles que la caracterizaban. —Además, si regresamos al mundo humano la Sociedad de Almas se cargara a Orihime y no la rescate para que la maten los shinigamis— Orihime se tenso al escuchar eso. Era más que obvio que se esperaba esa reacción por parte de la Sociedad de Almas, incluso antes de que Aizen ganara. —Si lo piensas bien, Aizen la buscara primero en la Sociedad de Almas, donde se supone que sus amigos la protejan. — observo Neliel.

— ¿Las Noches aun está de pie?— pregunto el ex espada luego de un minuto de silencio. En ese momento Neliel ayudaba a Orihime a colocarse de pie. Se podía ver el castillo desde ese lugar, pero no se podía saber si era inhabitable. Inoue aun no decía nada, no porque no tuviera nada que decir, por que tenia muchísimas interrogantes, sino porque no tenía fuerzas para hablar.

—No creo que sea buena idea, en mi opinión el mejor lugar es el Bosque de los Menos. — Grimmjow bufo nuevamente. —Si vamos a Las Noches corremos el riesgo de que los otros espadas vengan a rastrear y nos encuentren. — volvió a informar Grimmjow. —El Bosque de los Menos no es el lugar más seguro, pero tiene varias cuevas que servirán de fortaleza temporal. — los dos espadas continuaban discutiendo los pro y los contra de ir al bosque de los menos. Hasta ahora Neliel ganaba.

—Ya, ya, ya, como quieras. Pero que conste, yo no seré niñero de la mascota. Si los menos intentan matarla, la salvaras tú. — la señalo, para luego comenzar a caminar hacia dicho lugar. —Ademas, ¿Por qué insistes tanto en ir a ese jodido bosque? Es una mierda de lugar, lleno de estúpidos menos grandes. — se quejo Grimmjow, Neliel iba junto a él, mientras que Orihime caminaba tras ellos.

—Por que eh encontrado un aliado. — dijo la chica. Grimmjow la miro interrogativo. —Un ex shinigami. Lleva años en el Bosque de los Menos. Mis fracciones lo encontraron herido, luego de lo ocurrido con Nnoitra. Le ayudamos y es nuestro aliado. En fin, un aliado shinigami nos será muy bueno para terminar con Aizen. — culmino Neliel.

—Neliel-san… Grimmjow-san… arigato— titubeo Orihime. Neliel la miro con una amplia sonrisa, Grimmjow solo la ignoro. —Yo… no quiero que Aizen les haga daño, y si estar con ustedes significa que el vendrá y los asesinara… yo prefiero entregarme nuevamente. — bajo la cabeza, mientras su labio inferior temblaba.

—Mira mascota, se que tú y yo no tenemos una relación de amistad o de agrado, porque te seré franco, no me agradas porque eres demasiado tonta, además, todavía deseo vengarme del maldito fresa esa. Y yo tampoco te agrado, eso lo sé. Pero no me eh lanzado a Hueco Mundo y me eh unido a último momento a esta loca -señala a Neliel- para que tú decidas regresar con el idiota de Aizen. — gruño Grimmjow. Neliel le dio una patada en la pantorrilla por decirle que era una loca.

—No tienes de que preocuparte, Orihime. Debemos enfocarnos en entrenar para que cuando llegue el momento de tener que pelear, podamos derrotar a Aizen y destruir el Hyoku. — todo siempre giraba en torno a esa piedra. Definitivamente la chica tenía que destruirla.

Luego de unos minutos de caminar por Hueco Mundo, llegaron al bosque de los Menos, donde efectivamente habían un centenar de Menos Grandes. En menos de segundos, los menos grandes yacían muertos, gracias al ataque de Grimmjow, que parecía disfrutarlo, aunque termino un poco agotado debido a que no se encontraba recuperado del todo del enfrentamiento con Ichigo. Orihime se ofreció a curarlo, y el arrancar no dudo en aprovechar el ofrecimiento.

Llegaron a una cueva, donde las fracciones de Neliel dormían. La chica de cabellos verdes comenzó a gritarles que se pusieran de pie, que había llegado. Grimmjow embozo una mueca, esas fracciones no le agradaban para nada, les parecían idiotas. Un chico de cabello rojo, desordenado y con ropas de shinigami algo desgastadas apareció.

—El es Ashido, es un shinigami y un aliado— lo presento Neliel. Orihime hizo una leve reverencia al muchacho. Grimmjow no le prestó atención al chico.

—Así que tú eres la chica a la que vinieron a rescatar Rukia y sus amigos. — observo el chico. Orihime asintió levemente. El solo recordar a sus amigos de esa manera hacia que se sintiera mal, muy mal, pero debía volverse fuerte para ellos. —Si no quieren ser comida para Menos, mejor vayamos a la cueva— dijo Ashido mientras era seguido por Neliel, Grimmjow dudo un instante.

— ¿Ahora deseas regresar, Grimmy? Por que lamento decirte que si quieres regresar, lamentablemente lo harás muerto. — bromeo Neliel. Grimmjow chasqueo la lengua y siguió a Ashido. Orihime camino junto a Neliel. —Tendremos mucho tiempo para entrenarte. — dijo Neliel, aunque en realidad ella no sería la que ayudaría a Orihime, sino Ashido.

— ¿Y mis amigos? Ellos…—

—Lo siento, Hime-chan. Pero ellos no deben saber que estas aquí, porque la Sociedad de Almas vendría a buscarte, o el rumor podría llegar a oídos de Aizen. — el nombre de ese hombre hizo que recorriera un escalofrío. Neliel notó a la chica. —Descuida, podrás hacerle pagar a Aizen todo lo que ha hecho. — alentó la arrancar. Orihime sonrió de manera hueca, mostrando que estaba más que dañada por dentro.

—Es mi meta colaborar a destruir a Aizen, y si por eso debo entrenarme día y noche… lo haré— era más bien una promesa para ella misma. Regresaría al mundo humano más fuerte, ayudaría a vencer a Aizen, aunque luego la juzgaran. No importaba, por que al menos podría ver a sus amigos.

Goodbye, Halcyon Days!

¿Y que les pareció? Les digo que en los próximos capítulos se vera una Orihime mucho mas fuerte y decidida, gracias a la ayuda de Nel y de Ashido, por que Grimmjow es medio vago en eso de ayudar ¬¬

Recorri a personajes como Ashido, que fueron secundarios para darle un nuevo giro. En los próximos caps se sabrá sobre lo que ha sucedido con los chicos y la Sociedad de Almas, y sobre la reacción del violador de Aizen.

Ahora dejo un pregunta que eh tenido desde hace dias, xDD:

¿Por que los ichirukistas continúan diciendo que ellos ganaran, cuando Tite Kubo afirmo en una entrevista que Rukia e Ichigo no tienen una relación romántica, que es solo una amistad muy grande?? Es una gran interrogante ¬¬ {que conste, no hago esta pregunta para joder, mofar, burlar o cualquier adjetivo o verbo que le quieran calificar, solo para enterarme el por que!}

ICHIHIME RULES!

See you in other cap^^