AAAAAAAH dos horas tratando de subir el bendito fic!!!!!!!!! Holaaa me presentooo soy stefaniaa y este es uno de mis fanfics xD, como veran soy nuevo en esta pag ¬ y bueno espero qe les guste y si es asi regalenme un comentario P.D:comentarios constructivos no destructivos amigos! SALUDOS =D

Primer capitulo.

Era una noche fría pero bastante calma.
Dentro de una inmensa cueva un grupo de hombres realizaba una ceremonia. Eran 10, vestidos de la misma forma, pero muy diferentes entre si.

- prometes sernos fieles y defender la muerte, la codicia y la maldad? – le pregunto uno de los hombres el cual parecía ser el jefe del grupo, sosteniendo a otro que, frente a el se encontraba arrodillado.

- si, lo prometo con mi vida – respondió el hombre que tenia una mascara naranja que cubría todo su rostro dejando solamente ver su ojo izquierdo.
En ese momento, este se dio cuenta que detrás de su nuevo jefe había alguien mas. Una joven.- bien, Haras pareja con Deidara. Ambos cumplirán las misiones que se les asignaran.-

- "ohh mierda" – pensó un rubio, de un ojo celeste y uno mecánico, Deidara.
Después de unos minutos el recién llegado se reunió con su colega.

- Ey! Deidara un placer conocerte! – le saludo

- emm,, igual Tobi – dijo un poco fastidiado.

- oye dime sabes quien era la joven detrás del jefe Pein? –

- ¿quien? Ah! Si Hikari Kurayami, es su… digamos hija…- le dijo el rubio un tanto dudoso.

- ¿su hija? No son para nada parecidos…-

- bueno, en realidad eso quiere que nosotros le hagamos creer a ella. Veras, ella fue la única sobreviviente cuando atacamos un viejo clan millonario y poderoso. La vio ahí, una pequeña bebe. Pero no solo una bebe. Algo le llamo la atención a Pein-sama. En su mano. Algo había. Tapado con vendajes y sellos sobre estos. No era normal. – al decir esto la cara del rubio cambio y en ella se formo una sonrisa perversa.

-sellos? Que clases de sellos? – pregunto Tobi confundido.

- de los mas poderosos, aquellos que se usan sola para impedir que los demonios tomen el cuerpo de su humano.-

- o sea, que esa chica, es una…-

-exacto una jinchuriki pero no solo una jinchuriki, algo peor…- es ese instante la cara de Deidara se puso totalmente seria – no era un demonio animal el que tomo el cuerpo de la chica sino… un demonio humano… -
Tobi comprendió de inmediato. Solo existen en el mundo dos demonios humanos que eran capaces de causar atrocidades con tan solo mover un dedo. Los demonios de ying y el yang. ¿Pero cual de los dos residía el la chica?

- pero… ella solo tiene uno… ¿cual? – quiso saber Tobi.

- solo Pein sabe eso, pero viendo la naturaleza de la chica, tan asesina, tan destructora, para mi tiene a yang bien adentro – dijo sonriendo de nuevo maliciosamente.

Ella estaba afuera, como era de costumbre. Siempre que veía la oportunidad ella escapaba para no aguantar a todos aquellos locos con los que vivía. Caminaba entre los pastizales, y a su vez, decenas de luciérnagas salían de el. Eso le encantaba. Jugaba con las luciérnagas pero por alguna extraña razón las luciérnagas escapaban de ella.

- "mierda, malditos bichos, tan lindos y caprichosos. ¿Será que me temen? Si nada malo les he hecho. "- siempre pensaba lo mismo, pero la pregunta final siempre le dolía – " ¿Por qué? ¿Por qué lo hacen?" – y al pensar esto ya el ultimo insecto se había alejado de ella.

Gaara estaba sentado como de costumbre en una de las mas altas ramas de un árbol, claro, que mas iba a hacer de noche? Frente a el había una pequeña terma natural. Tal vez su humo le ayudara a… pensar. De pronto sintió pasos, venían de cerca.
Movió su cabeza. Y la vio. Pelo largo, totalmente negro y despeinado. Usaba una remera que te llegaba hasta arriba del ombligo, rasgada y pantalón también rotos. Caminaba como si estuviera feliz, con gracia, pero su rostro demostraba lo contrario. Y eso fue lo que llamo la atención de Gaara.
Ella caminaba, conociendo el lugar. Y de pronto sus ojos se abrieron al ver la perfecta terma frente a ella. No lo pensó dos veces. Se quito la ropa solo dejándose la interior y se lanzo al agua. Estaba deliciosa, caliente y relajante. Era delgada, muy bonito cuerpo. Pero su mano o mejor dicho su muñeca. ¿Qué rayos tenían?
Gaara sintió curiosidad y no dejo de ver a la chica. Esta noto su presencia. Hikari se asusto al ver a aquel chico mirándola tan descaradamente y no contuvo su ira.

- ¡¡¡¡EEEE TU!!! ¡¡¡QUE RAYOS MIRAS PERVERTIDO!!! – grito parándose del agua.

– yo estaba aquí antes que tu… y no te miro a ti sino a tu muñeca – dijo Gaara corriendo la cara hacia el lado opuesto.

- ¡¡NO TE HAGAS EL TONTO ME ESTABAS MIRANDO!! –
Pero Gaara la ignoro. Esto hizo que la chica se enojara mucho más aun.
Era facil hacerla enojar, pero difícil hacer que el enojo se fuera.

- ¡¡TE ESTOY HABLANDO!! –
Sin respuesta.

-DIJE QUE TE ESTOY HABLANDO- y al decir esto la furia de la chica no tuvo control. Su chakra, negro, comenzó a fluir de su mano derecha hasta forma una especie de látigo.

- dije que te estoy hablando – dijo corriendo hacia el árbol donde Gaara estaba sentado y con un solo mover de su mano el látigo de chakra se agito y quebró el grueso tronco. El árbol completo cayó frente a sus pies. Satisfecha se le acerco para ver como había quedado el muchacho que la había hecho enojar tanto. Pero no había nada.

- Tienes problemas con tu ira ¿no? – Dijo una voz desde atrás – eres un jinchuriki ¿eh?- señalo su brazo – y parece que dejas que tu demonio se apodere de ti con frecuencia.- Eso era evidente, la furia de la joven era fácilmente aumentada por la naturaleza de su demonio, la maldad.

- y eso que te impor… – pero no puedo terminar su frase porque se dio cuenta de que aun estaba en ropa interior, se puso roja, pero no de vergüenza sino de enojo – Grrr, maldita ropa quedo bajo el maldito árbol por tu culpa!-

Trato de levantar ella sola el gigantesco tronco pero era inútil. De pronto vio algo la ayudaba. ¿Arena? ¿De donde salía? Soltó el árbol repentinamente al ver que la arena era capaz de levantarlo y se dio cuenta de que de aquel chico salía toda aquella arena. Tomo su ropa y allí mismo se cambio.
Y ahora si se sonrojo de vergüenza.

- Gra… gracias – Gaara no dijo nada – ¡y bueno perdón! Creí que eras un pervertido maniático que me espiaba- se sonrojo por lo que decía – ejem, un placer me llamo Hikari Kurayami y tu? – tendió su mano para saludarlo.

- Gaara Del Desierto. – pero el no le devolvió el saludo.

- bueno… ¿me puedes decir que es eso de jinchuriki? –

- ¿Cómo? ¿No lo sabes? Eso es lo que somos nosotros –

- amm… claro ¿y que es lo que somos? – ya comenzaba a confundirse.

- "quien es ella"- se pregunto Gaara al ver la ingenuidad de la chica-
Mira… los jinchurikis somos contenedores de demonios.- dijo seriamente mirándola.

- ¿y eso bueno? – pregunto sonriendo.

- No Hikari –

- ah, ya veo.- Pero no demostraba tristeza alguna por aquella noticia.

Habían pasado horas y ellos se encontraban sentados a la orilla del agua. El le explicaba los detalles de sus naturalezas. Ella lo oía con mucha atención.

- sabes Gaara del Desierto, siempre supe que era diferente. Los demás miembros de mi familia siempre me trataron diferente, hasta mi padre ¿sabes? ¡Ja! Y yo pensé que me respetaban… – miro hacia arriba, buscando el cielo, buscando las estrellas – tantas estrellas como personas en el mundo… y justo a nosotros nos toco "esto" con razón mi padre me pone estas… cosas – señalo los sellos de sus vendajes de la mano – para que no me mate a mi misma ¡Ja! -

- no creo que fueran para eso – la interrumpió Gaara – mira, esos sellos son para evitar la salida de tu poder, mejor dicho, para que no uses tu poder –

- yo no creo que mi padre… -se acordó de la cruda realidad – ¡¡mi padre!! Ay dios mío! ¡¡Me matara si se entera que no estoy con ellos!! Lo siento Gaara debo irme –

Se paro deprisa y comenzó a correr mientras le gritaba a Gaara:

- ¡Te veo aquí mañana! –