Disclaimer: Todos los personajes que aparecen aquí no me pertenecen a mí, sino a la gran Naoko Takeuchi y son usados sin ningún fin de lucro, la historia es totalmente original de la autora aquí presente.


LA ESTRELLA DEL DESTINO

CAPITULO I: "Coincidencias"

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Era una bella tarde de primavera; la brisa jugaba con las hojas verdes de los árboles y el sol pintaba de luz los pétalos de las flores. Un muchacho disfrutaba de su tranquila caminata por las calles de la gran ciudad de Tokio, cuando pasando por una plaza, una jovencita llamó su atención.

— ¡Hola! Buenas tardes —saluda aquel muchacho de cabellera castaña la cual ataba en una coleta, con ojos de un color violeta intenso, esbelto, galante y de un semblante culto e intelectual.

Una jovencita de cabello corto y azulado, de grandes ojos del mismo color, con libros sobre su falda que estaba sentada sobre un banco de aquella plaza, gira y observa al muchacho q la saluda — ¡Hola! Muy buenas tardes, ¿qué andas haciendo por estos lados Taiki?

—Paseando un poco. Dicen que caminar ayuda a despejar la mente, ¿no lo crees así Amy?

—Puede ser... Yo igual elijo sentarme un rato aquí para relajarme y poder concentrarme al estudiar —Dijo la joven mientras acomodaba los libros que posaban sobre sus piernas y observaba la gran fuente de agua que estaba situada en el centro de la plaza.

— ¡Me parece bien! es un lugar agradable —contestó el castaño —. Es raro verte sola sin tus amigas, ¿ha pasado algo con ellas? —El muchacho se sentó al lado de la joven y sacó un pequeño libro del bolsillo de su chaqueta en señal de ponerse a leer.
—No... Sólo que necesitaba un poco de concentración para prepararme para los exámenes finales, y bueno pues... Ellas están siempre con otras cosas... —le contestó — ¿Y tú?, también es raro verte aquí, solo, sin tus hermanos... Y sin tus fans... —La joven dio una pequeña risa al hablar en tono de burla.

—Aaahhh... ¡aquellos dos son muy alborotados! Necesitaba un momento de tranquilidad... Y las fans... Bueno, tienen a mis hermanos para perseguir —él también rio al hablar y le regaló un guiño de ojo.

La joven lo observó detenidamente y luego agachó su cabeza sonrojándose y pensó —vaya... tenemos algo en común, nos gusta estar tranquilos; además, se ve diferente cuando sonríe.

El muchacho la miró algo asombrado y preguntó — ¿Te sucede algo?

—Aahh... ¿Qué…? No, no... No me sucede nada... —Apenas lo miró de reojo y volvió a bajar su mirada.

El castaño la observó un instante, mientras una brisa hacia despeinar a la joven, y sin querer se dibujó una sonrisa en su rostro; luego pensó —: Es muy simpática y agradable.
— ¿Siempre llevas un libro contigo Taiki? —preguntó la chica sacándolo de sus pensamientos.

—Eehh... sí... la mayoría de las veces. Cada vez que consigo un tiempo libre me gusta sentarme y leer.

— ¡Vaya! Yo también hago eso en mis tiempos libres, aunque tengo pocos, ¡já! También me gusta nadar, pues...

—Es relajante —interrumpió Taiki.

—Ya veo... también lo haces, ¿verdad?

—Así es... me siento relajado cuando estoy en el agua, no sé por qué razón —El muchacho alzó su mirada al cielo en forma pensativa y se dijo a sí mismo —es increíble, pero tenemos varias cosas en común —luego guardó su pequeño libro y se levantó del banco; se situó frente a la joven y se inclinó hacia ella para saludarla, besó su mejilla y sonriendo dijo —: Adiós Amy, fue un placer verte esta tarde —se marchó caminando bajo la lumbre del atardecer que cubría su espalda.

La joven sorprendida y sin palabras para decir, solamente lo vio marcharse y acaricio su mejilla sintiendo el cálido beso que el muchacho le había dado, sabiendo que lo que había pasado en ese instante no era algo común de ambos, pero de algún modo sucedió.

La voz algo aguda y divertida de una jovencita la trajo de nuevo al momento actual — ¡Hola Amy! ¿Aquel que acaba de irse era Taiki? —Pregunta curiosa la jovencita de ojos azules y largos cabellos rubios los cuales adornaba con un gran moño rojo.

—Ah, ¡hola Mina! Si, si, ese era Taiki —Responde la peliazul volteando a ver dónde se perdía la silueta de aquel joven.

—Aaahhh... ¿y que es lo que hacían juntos? —Preguntó Mina con un tono algo picaresco y unos ojos casi cerrados.

—Ah, bueno... este... ¡solo charlábamos! —Amy se sonrojó y comenzó a tartamudear queriendo evadir la pregunta de su amiga.

— ¡Ay por favor Amy! Acabo de ver como Taiki te daba un beso en la mejilla y eso no es muy común en él, jajajaja —la rubia se rio de una manera muy alocada dándole un golpe al hombro de Amy.

— ¡Ay Mina! ¡Ya basta! ¡Cuida tus actos! Taiki y yo solo nos encontramos por casualidad y nos pusimos a charlar, ¡es todo!

—Pues ni modo —se encogió de hombros —Yo igual creo que se ven muy bien juntos

— ¿Tú crees? —Se sonrojo aún más — ¡Ay bueno, eso no importa! ¿Vamos a ir a la tienda?

— ¡Ah sí, claro! Jaja ya había olvidado porque era que estaba acá jajajaja —rio.

— ¡Ay Minaaa! Mejor nos damos prisa, te acompaño a escoger tus libros para tu trabajo de biología y luego te dejo porque debo prepararme para mis exámenes finales.

— ¡Por Dios Amy! ¿Cuándo te darás un respiro?, vamos a disfrutar un poco nuestra salida, ven, te invito un refresco y luego vamos a ver los libros.

—Aahh... está bien, vamos —dijo un poco resignada.

Ambas se detuvieron en un bar-café y pidieron un refresco. Mina observó a su amiga, la cual jugaba con el sorbete de su refresco casi sin probarlo, totalmente pensativa.

—Oye Amy, ¿estás pensando en Taiki? —La blonda intervino en el estado desconectado de su amiga haciendo que esta se estremezca.

— ¿Qué? ¡Noo! Claro que no, ¡qué cosas dices Mina! —negó nerviosa.

—Vamos Amy, desde que salimos de la plaza que estas así callada, pensativa, mejillas rojas y una suspicaz sonrisita en tu cara. Creo que todo eso lo ha provocado ese beso de Taiki, ¿o no?

La peliazul se sonrojó aún más con todo lo que su amiga le estaba diciendo — ¿Es tan obvio?

—Pues si —respondió Mina con seguridad —, no te aflijas Amy, hasta yo estaría así si el chico que me gusta me da indicios de que también le agrado.

— ¿Tú crees que yo también le agrado? —Preguntó Amy con sus ojos totalmente abiertos con entusiasmo.

— ¡Pues claro Amy! Creo que has despertado en Taiki otro interés fuera de los libros... jajaja.

Ambas amigas se rieron divertidas. El corazón de Amy se había llenado de esperanzas con lo que su amiga le decía.

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Luego de haber salido del bar-café, fueron por los libros de biología para el trabajo de Mina.

—Ay por favor, ¿porque mandaran comprar tantos libros? —se quejó la rubia.

—Pues a mí no me parecen tantos Mina; es más, creo que debiste comprar también el que yo te sugerí —le respondió.

— ¿¡Queeeee...!? ¿¡Ese de 400 paginas!? ¡Estás loca Amy! Jajaja —dramatizó Mina —Ah por cierto, ¿puedes acompañarme a otro sitio?

—Ay Mina ya hablamos sobre eso.

—Por favooor Amyyy, ¿sii? —le suplicó.

—Aaahhh... ¡está bien! Pero no quiero demorarme demasiado.

— ¡Ay no! Solo me dejas en la puerta y ya.

—Bueno, y ¿a dónde quieres que te acompañe?

— Pues al estudio de grabación —contestó entusiasmada a Amy —. Es que tengo que ensayar con los chicos.

— ¿Queee? Pero...

—Ay Amy, ¿a poco olvidaste que soy su corista? O es acaso, ¿te preocupa volver a cruzarte con Taiki?

—No, no es eso... —contestó sonrojada —Está bien, te acompaño, pero solo hasta la puerta del estudio.

— ¡Ay claro! Jajaja Gracias Amy —sonrió poniéndose en marcha.

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La peliazul se estremeció cuando habían llegado al estudio y una voz dulce la atrapó por detrás.

— ¡Hola Amy! Nuevamente nos volvemos a ver —. El castaño se acercó y se puso frente a ella para saludarla.

—Ho-hola Taiki, creo que hoy la casualidad nos ha reunido, jaja —Amy sonrió nerviosa por su nuevo encuentro con esos ojos violáceos que la miraban fijamente.

— ¿Sera casualidad o será el destino que se ha empeñado en reunirnos este día? —Le respondió Taiki con una conquistadora sonrisa.

Amy se estremeció aún más con las palabras y la sonrisa de Taiki, y al verse tan obvia con su reacción de sonrojó; solo decidió despedirse y salir huyendo de ese lugar.

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La noche ya estaba próxima, Amy había terminado de cenar y fue a tomar un baño; bajo la ducha caliente sus pensamientos comenzaron a inquietarla, aquel beso en su mejilla revoloteaba en su cabeza como una hermosa y colorida mariposa, no podía alejar de su mente aquellos ojos violáceos que la observaban de aquella manera tan dulce y a la vez confusa. La sonrisa de Taiki hizo que todo su cuerpo se debilitara y su corazón latiera a mil por hora. No podía dejar de pensar en él y en las palabras que él le había dicho —: ¿casualidad o destino?

La joven se alistaba para dormir, cuando no pudo evitar acercarse a su ventana y mirar ese cielo azabache lleno de estrellas que lo cubrían; en él se encontraba una estrella que sobresalía de las demás, la cual llamó la atención de la muchacha.

—Aaahhh... —Amy, entregó un ligero suspiro —Esa estrella es la más brillante de todas, siento como si solo me estuviese alumbrando a mí. Es tan bella... A pesar de la distancia que existe entre nosotros, puedo sentir su gran fulgor.

La joven se quedó por un instante observando fijamente a esa gran y bonita estrella, cuando de repente, sin poder engañar a sus pensamientos, se dibujó el rostro de aquel muchacho castaño, como si esa imagen se apropiara de la luz de aquella estrella, haciendo estremecer y sonrojar a la peliazul.

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En el mismo instante, del otro lado de la ciudad, Taiki se encontraba apoyado sobre sus brazos en el barandal de su balcón, visualizando aquella misma estrella, la cual resplandecía más que ninguna otra, cuando una diminuta ventisca acaricio sus mejillas y sin contener sus sentidos, vio como en el lugar de esa estrella iba apareciendo el rostro de la jovencita de pelo azul y ojos de mar la cual hacia que todo su ser cambiara por completo.

—Amy... ¿por qué no puedo dejar de pensar en ti? —Ese fue el último susurro que dio el castaño, antes de darse la media vuelta en torno a su cuarto para irse a dormir.

De algún modo, sin saber cómo; esa noche ambos sintieron estar uno al lado del otro...

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Bueno antes que nada, un agradecimiento a todos los que creyeron en mí y me incentivaron a escribir mis propias historias.

En especial a ti Briita Kou, porque sin tu ayuda este fic no se hubiera podido hacer!

Y también a PaulaLunatica que siempre me dio sus ánimos para que yo siga adelante.

Bueno sin más, espero les guste y atrape esta historia que humildemente he escrito.

Espero sus comentarios y sugerencias que me ayuden a crecer.