Vick Dice: He escrito esta historia en español para hacerla más rápida en su elaboración y tan descriptiva como quiero que sea, además, tenía más capítulos en español que en inglés y no tengo tiempo de traducirlos.

Esta historia será traducida pronto para beneplácito de la avida audiencia de habla Inglesa.

Este Fic es un poco diferente a los que se han escrito y espero sinceramente que a todos los lectores de lengua Hispana les agrade este tributo a la serie de televisión que cambió todas mis novelas de Sci Fi.

Agradecimientos: Primero, a todas las personas que leyeron esta historia como Lector Beta porque sus comentarios y correcciones fueron clave para dar a este trabajo la forma que siempre quise darle, tres lectores Beta de tres países diferentes, Oveja Negra, de Argentina, Faye Siegel de Puerto Rico y la gran autora de Viñetas Letra K, Isabel Ameban de España, a todos ustedes, muchas gracias.

Finalmente, a los que inventaron la Pocket PC IPAQ1910 porque gracias a este grandioso aparato pude terminar mi historia aun sin estar frente a mi computadora.

Punto de Contacto: .mx

ROBOTECH

El Camino del Guerrero.

The Path of the Warrior.

By Vick

Colaboración Especial de

Oveja Negra

Faye Siegel

Isabel Ameban

Vick,mx

Prólogo

En el año 1999 una fortaleza espacial gigante se estrelló en la isla Macross en el Pacífico del Sur…Diez años después, una raza de humanoides gigantes llamados Zentradi arribó a este planeta para reclamar lo que fue la Nave fortaleza de Zor llevando a la humanidad a una confrontación tal que casi terminó con la vida sobre la Tierra.

Mientras los sobrevivientes de la Primera Guerra Robotech se esfuerzan por reconstruir lo que ellos consideran su forma de vida, los recién llegados alienígenas que deambulan entre ellos son un recordatorio viviente de las muertes y el dolor causado por esta raza alienígena.

La ciudad de New Macross y su majestuoso monumento son un cruel recordatorio de lo que para la gente de la Tierra fue el principio del Apocalipsis, el SDF-1, descansando plácidamente en un lago sirve de protector y deseable trofeo para los que aún luchan…guerreros Zentradi que aun luchan en nuestro planeta…renegados en un mundo extraño, además de ser un blanco fácil en cualquier momento para la armada que acecha entre las estrellas.

Capítulo 1

La suerte de Rick, la pesadilla de Lisa

Para la Comandante Lisa Hayes, caminar al trabajo era algo necesario, no porque no tuviese nada que hacer, no…mas bien por el enorme cúmulo de trabajo que le esperaba. El caminar le traía paz…paz en mundo que se estaba yendo lenta pero definitivamente al infierno.

La ciudad de New Macross estaba creciendo lentamente, edificios, parques y centros comerciales estaba apareciendo de la nada, la gente estaba realmente empezando a creer que todo había terminado pero ella sabía que la Paz que estaba viviendo no era más que momentánea y eso la hacía sentirse mal.

Ella deseaba el disfrutar sus caminatas como cuando no había guerra. Lisa deseaba, por ejemplo, continuar con su vida y casarse, o tener hijos como aquella mujer al otro lado de la calle, que alimentaba a su hijo mientras esperaba a que la luz del semáforo cambiara.

Lisa suspiró y continuó su camino hacia el SDF-1 pensando que la vida, SU vida, había cambiado de una rutina placentera a una de constante estrés…todo en un corto tiempo.

Mientras pasaba por un tienda de Música, la voz familiar de Lynn Min May llenó el aire; la gente se arremolinaba para comprar Cds, DVDs y todo tipo de material relacionado con la artista, incluso aquella película basada en la batalla contra la armada de Dolza en la que ella misma aparecía encarnada por nada menos y nada mas que Sandra Bullock a quien ella odiaba.

La Fuerza de las Armas, la película del siglo, tenía además, algunos errores históricos como, por ejemplo, el momento en el que el piloto del Skull-1, el Señor Tobey McGuire, rescataba a MinMay y no a Sandra…es decir, no a Lisa Hayes, de la base de Alaska.

Rick había comentado algo sórdido sobre esa parte en el debut de la película y ambos se había reído de eso pero no del final donde Lisa era mandada a otro país para servir como enfermera del ejército de salvación.

Hollywood pensó Lisa sonriendo levemente mientras se preguntaba como reaccionaria aquella gente si supiera como Min May estaba conectada a su vida en más de una forma.

La sonrisa se evaporó cuando recordó el porqué estaba ligada a ella.

Rick Hunter era la conexión y lo odiaba.

Mientras suspiraba de nuevo pensó en el juego de llaves que Rick le había dado para que Lisa limpiara su casa mientras él estaba en servicio…Un pequeño homenaje a tu valentía que deseo hacer le había dicho a Rick cuando por fin él había accedido a darle las llaves.

¿Tendría Min May acceso a la casa de Rick?, pensó y de inmediato desecho la idea pues ella no estaba en la ciudad de New Macross

Tal pensamiento la sorprendió pues no se había dado cuenta de que tanto sabía acerca de los pormenores de la estrella; aun así, meditó, era su trabajo conocer donde estaba el enemigo.

Eso la hizo sonreír

El día era hermoso aun y cuando el cielo estaba cubierto por nubes. Era un hermoso día otoñal de mediados de Octubre y no había seña de cuando empezaría a nevar

Lisa se acomodó la bufanda alrededor de su cuello cuando se detuvo en una intersección esperando por la señal para cruzar la calle.

La multitud alrededor de ella estaba en silencio, todos ellos perdidos en sus pensamientos mientras leían el periódico, tomaban café o hablaban por teléfono en camino a sus trabajos.

Un día normal en la ciudad, pensó Lisa cruzando la calle.

El sonido de un avión volando a baja altura la hizo voltear hacia arriba a tiempo para ver un grupo de aviones de combate Veritech pasando sobre la ciudad. No le sorprendió en absoluto el saber que ninguno de ellos era el Skull—1 piloteado por el Teniente Hunter

Mientras los aviones desaparecían a la distancia Lisa finalmente se rindió a la verdad…Estaba completamente enamorada de él pues estaba segura que nadie podía reconocer el tren de aterrizaje de un Veritech como ella lo hacía…Tal vez no era el avión en sí, pensó tratando de animarse, tal vez era la manera en que era piloteado, tal vez solo era esperanza, ¿quién lo sabía?

La verdad era que ella sabía mucho sobre Richard Tiberius Hunter.

Como su segundo nombre, oculto para todos por él mismo pero conocido por ella… aunque difícilmente se atrevería a usarlo sin su consentimiento).

Información aparentemente sin uso pero significativa en una relación.

¿Cuál relación? Pensó Lisa amargamente mientras seguía caminando hasta llegar al lago en el que el SDF-1 descansaba.

La imponente fortaleza aun mostraba las cicatrices de la batalla contra la flota Zentradi.

Lisa camino por la orilla del lago (el cual era, por cierto, el cráter resultante de un impacto que habia sido luego llenado con agua) hasta la llegar a la estación del trasbordador.

Un rostro familiar la saludo cuando abordaba.

— ¿Caminando de nuevo?—

—Hola Claudia, — dijo a manera de respuesta.

La mujer de piel oscura sonrío en su siempre presente estado de buen humor —Creo que con tu salario puedes comprar un automóvil.

—Prefiero caminar— dijo Lisa, llanamente.

—Ya veo— Claudia cruzó los brazos — dime, Lisa, ¿sigues limpiando la casa de Rick?

—De verdad, Claudia, no estoy de humor— Lisa cerró los ojos para lograr mantener la paciencia.

—Oh, lo siento, querida — Claudia sonrío otra vez tratando de provocar una reacción similar en Lisa, cosa que no sucedió —sólo quería empezar una conversación.

—Sí, claro y tú siguiente pregunta sería: ¿encontraste ropa interior de Min May?

Claudia Grant rió con ganas

— Claro que no, tonta— hubo una pausa — ¿de veras la encontraste?

Lisa torció los ojos y cruzó los brazos.

—Oh, vamos, Lisa — Claudia sonó seria esta vez — mira el lado positivo.

— ¿Acaso tiene uno?— preguntó ella.

—No, no lo tiene. Pero búscale uno, es decir, no culpes al hombre por no saber tus sentimientos, es un hombre común y corriente que no es especialmente sensible a esas cosas…Para él, tú eres su oficial superior.

—Creo que tienes razón — contestó Lisa pensativamente — Pero, después de todo lo que pasamos, pensé que sería fácil para el saber que… —otra pausa— Bueno, olvidemos el asunto.

—De acuerdo — Claudia se recargó contra el barandal de protección y empezó a hablar de otros temas arrastrando los pensamientos de Lisa lejos de Rick Hunter,

***

—No creo que esté aquí.

Eso fue lo primero que Rick pensó cuando abrió la puerta de su casa.

La verdad era que Lisa Hayes había partido hacia solo algunos minutos y que si volteaba a ver calle abajo, podría haber visto su largo cabello mientras ella se alejaba.

Pero Rick estaba muy cansado para siquiera pensar en estar otro minuto fuera de su casa.

—¡Ya llegue!— anunció Rick, en voz alta y luego rió un poco — Sí, como si alguien me fuera a contestar— pensó y luego se quito la chaqueta de vuelo que traía puesta.

El silencio de su casa era una bendición, especialmente después de una larga patrulla, a él le fascinaba volar, pero le fascinaba aun más hacerlo por diversión. Rick se había vuelto un extraordinario líder de escuadrón y era respetado por todo el mundo, pero eso era todo, cuando estaba de nuevo en casa se encontraba solo una vez más.

—Debería invitarla a salir, nada complicado, un café y ya — se dijo en voz alta. — Tal vez deba invitarla a cenar uno de estos días.

Tal idea sorprendió al joven piloto porque a pesar de tener ahora una mejor relación, la idea de invitarla a salir no se había presentado en su cabeza desde aquella vez en que ella abandonó el SDF-1 para tratar de convencer a los altos mandos militares que las negociaciones eran el mejor camino para evitar más muertes…Una idea tonta porque la única cosa que logró fue ser encadenada a un asiento de primera fila para ver la destrucción de la Tierra.

Para su buena suerte, Rick fue derribado y pudo rescatarla.

Ella estaría muerta ahora, pensó, y el solo imaginarlo le envió una ola de malestar a su cuerpo.

En ese estado caminaba en su casa pensando en tomar una ducha pero dirigiéndose a la cama esta lo recibió con un cariñoso abrazo acompañado por el aroma de flores

Este es el perfume favorito de Lisa

Ese fue el último pensamiento de Rick antes de quedarse dormido.

***

La Señorita Lynn Min May caminó hacia su cuarto privado y suspiró con disgusto.

Su espectáculo había terminado bien pero ella no estaba satisfecha.

Aún y cuando había sido vitoreada como la estrella que ella era no había sido suficiente pues era imposible para ella el entender cómo es que la mujer cuya voz había servido para abatir a la más poderosa armada del universo podía sentirse tan vacía.

Min May se sentó frente al espejo y el rostro que vio reflejado la llenó de sorpresa.

Se veía cansada y triste.

Lo peor era que así era como se sentía precisamente.

¿Cómo puedo sonreír en el escenario?, se preguntaba frecuentemente — ¿cómo es que puedo subir ahí y cantar sobre el amor cuando no siento nada?—

Esas eran Preguntas que no tenían respuesta sencilla.

Min May se recargó en su silla frotándose la sien en el proceso. En ese momento, alguien llamó a la puerta.

—Adelante— dijo.

Lyn Kyle, su primo y apoderado, entró al cuarto con una gran sonrisa en su rostro y una botella de champán en un contenedor con hielo y dos copas.

—Para celebrar— dijo.

—Has estado bebiendo demasiado— opinó Min May desde su asiento.

—No seas aguafiestas— replicó él poniendo el contenedor en la mesita de servicio — no beberé esta noche si eso te hace feliz pero tu deberías al menos tratar de relajarte un poco.

—Quiero irme de vacaciones— fue su respuesta.

— ¿Vacaciones? — protestó Kyle — ¿Y se puede saber a dónde?—

—A la ciudad de New Macross.—

—Rick Hunter…— adivinó él, ácidamente.

— ¿Y qué te hace pensar que es a él a quien quiero ver?

—Es simple…Tú no conoces a otra persona más que a él en esa ciudad…a él y a los militares que te usaron como carnada para asesinar a los Zentradi.

—Se te olvida que eran ellos los que nos querían matar.

—Lo hicieron— el abrió las persianas para revelar la enorme figura de la nave Zentradi que se había estrellado en lo que ahora era el centro de la ciudad— ¿Ves?…ellos acabaron con la Tierra.

—Pero nosotros estamos vivos.

Lyn Kyle suspiro mientras decía:

—Ese Rick Hunter tuyo te va a matar un día de estos.

***

Hope
I refused to say it
Thinking it was
The only privilege
Of the weakest ones
Of the weakest ones
Not believing
In hope meant for me
That I decided
On my destiny
All these sufferings
I'm ready to endure them (1)

Khyron estaba mirando a través de la portilla de observación de su camarote.

Él lanzó un suspiro y cruzo sus brazos observando la jungla mientras su frustración lo llevaba, de nueva cuenta, en un laberinto de enojo y deseo de estar en otro lugar que no fuera este asqueroso planeta que él se negaba a llamar su nuevo 'hogar'.

Las reparaciones de su crucero de combate progresaban de manera lenta y tediosa con numerosas incursiones en territorio Microniano para obtener refacciones y material para la reparación. Más tarde que temprano su crucero funcionaria de nuevo pero por el momento solamente los sistemas de preservación de vida (incluido el sistema de acondicionamiento de temperatura) estaban operacionales.

Sin embargo, ese pequeño lujo no era suficiente para hacerlo feliz.

La mitad de su tripulación había muerto cuando su crucero se había estrellado después de pelear para salvar a Azonia y a sus Meltran, lo único que lo hacía feliz era haber mandando al infierno a uno de sus peores enemigos.

Lo cual le recordaba a Breetai.

"Maldito seas, Breetai", pensaba regularmente, maldiciéndolo por sus tácticas de combate superiores a las suyas.

Solo un milagro lo había mantenido con vida y ahora, dos años más tarde, con toda esa jungla a su alrededor, la urgencia por venganza era una constante espina en su alma.

El sonido de las puertas abriéndose lo alertó pero no lo hizo moverse para ver quién era.

— ¿Aún aquí?—

La voz de Azonia lo hizo sonreír, últimamente y sin importar lo que ella había significado para él en tiempo pasado, se habían convertido en muy buenos amigos y compañeros y no había nada que no hicieran juntos.

Es un sentimiento interesante, pensaba Khyron, el tener un perfecto aliado en situaciones difíciles... ¿Por qué habrían de separar a mujeres y hombres?, se preguntaba ahora: eran buenas compañeras, los apoyaban, eran atentas y en todos los casos olían muy bien.

Azonia lo hacía sentirse completo.

Y aunque él probablemente jamás lo entendería, estaba nada menos que enamorado,

—Sí, solamente pensaba.--

Ella sonrió y le mostró un dispositivo de mano con gráficas y reportes en su pantalla.

—Este es nuestro siguiente objetivo.--

El estudio los mapas sin ningún signo de interés, ella lo notó.

—¿Qué sucede?--

—Ven aquí. — él la llevó junto al frente a la ventana tomando su mano.

— ¿Qué te sucede?— pregunto ella más confundida sin soltar su mano.

— ¿Por qué estamos aquí?— él empezó, mirando hacia fuera.

—Somos soldados — Azonia dijo inmediatamente, — Estábamos en combate y fuimos derribados. — Ella se encogió de hombros — Así de simple.—

—No…— él negó con un gesto — Estamos aquí por causa de esa estúpida fortaleza que Zor construyó.

—Sí, y es nuestro deber el recuperarla para los Maestros de la Robotechnia…Imagina lo que podría suceder si cae en las manos de los Invid.

Él gruño, enojado

— A estas alturas no sé quién es el peor enemigo que tenemos.

— ¿A qué te refieres?…— ella pareció confundida — Si el Invid encuentra este planeta, sería mejor que no estuviéramos aquí — Azonia negó con la cabeza — Lo que sea que estés pensando, Khyron, creo que debes compartirlo conmigo. Tú sabes que escuchare todo lo que tengas que decir. —

—Lo sé. — Él cruzó lo brazos. — Todos nosotros estamos aquí por una simple cosa — levantó un dedo para enmarcar sus palabras — una estrategia rastrera que uso una estúpida canción de Min May. Me gustaría haberla matado cuando tuve la oportunidad.

—Pero…

—Yo he estado en muchos campos de batalla…He visto cosas que estos micronianos no son siquiera capaces de imaginar…Yo destruí el Domo Principal en la Capital Invid y casi maté al Regente en combate cuerpo a cuerpo…— Khyron dijo esto con una mezcla de odio y orgullo — ¿Y todo para qué?…para ser vencido por una canción…—

Azonia tal vez se acercó un paso hacia él, pero si él lo notó o no, paso desapercibido; ella sentía el conflicto en el interior de aquel hombre y quería mostrarle que tanto se preocupaba, pero se contuvo simplemente cruzando los brazos.

—Eres un excelente soldado. — Ofreció ella, conmovida por sus palabras. — Y nadie jamás te quitara el orgullo de ser un Comandante Zentradi.

Él no dijo nada, solo la miró fijamente pero cuando sus ojos se encontraron el desvió la mirada porque no pudo resistir la intensidad de aquellos ojos verdes

—Vámonos— Ella giró para salir de la habitación. — Tenemos trabajo que hacer.

—Sí…— él la siguió pero una idea empezó a gestarse en su mente mientras salían y nació al pasar por la pared donde el ponía sus preciados tesoros de combate, porque él, como todo Zentradi, tenía una colección de objetos ganados en batalla, cada uno con un significado especial.

La pared tenía repisas metálicas colocadas de tal forma que todos los objetos eran visibles. Aquí, un casco de combate Invid, allá, una espada usada por los Thyresianos, un mundo que el mismo había visto morir solo por intentar sublevarse a la ocupación Zentradi, màs alla objetos que no recordaba con exactitud pero que eran, todos ellos piezas de algún combatiente que había muerto por mano de Khyron.

Los trofeos se sucedían uno tras otro en las repisas, cada uno con su propia historia.

El último objeto estaba flotando en un cilindro de líquido transparente, una criatura en forma de mano con seis dedos que casi había terminado con su vida y la de Azonia hacia ya mucho tiempo en un planeta llamado Endira.

Trofeos y más trofeos de todos los mundos donde él había peleado.

Solo al verlos se dio cuenta de que no tenía ninguno de los Micronianos. Lo cual le dio la idea de que debía hacer aún antes de pensar en destruir el SDF-1.

***

El atardecer cayó sobre Ciudad New Macross, el fin de un día ordinario.

Y para Lisa y Claudia era la oportunidad de obtener un poco de esparcimiento para alejarse de la rutina, en esta ocasión, en el Bar.

Lisa ya había bebido algunos tragos, solo entonces una sonrisa se asomó en su rostro. Claudia estaba saboreando su bebida de una manera lenta y pausada en contraste con su compañera lo cual era divertido, es decir, ver a la siempre controlada y seria Lisa Hayes ponerse ebria, la divertía.

—Oye, más despacio, no creo poder cargarte en mi espalda.

—Deja que el licor fluya. — Lisa dijo, en una especie de euforia alcohólica. — Después de todo, no tengo nada por hacer mañana.

—Eso es bastante notorio.

— ¡Así es!— Continuó Lisa. — Tú sabes, solamente tengo que lavar mi ropa. — un gesto casual. — limpiar la casa de Rick…interesante, ¿no crees?—

—Y tanto— Claudia intentó tomar la botella de Merlot que se erguía al centro de la mesa pero Lisa fue más rápida.— ¡Oye!

—Lo siento— Lisa se rió con ganas.— Dime que harás tú mañana.— Preguntó sirviéndose una generosa cantidad de licor en su vaso y procediendo después a rellenar el aún medio lleno vaso de su amiga.

—Creo que tengo algunos pendientes que arreglar y luego a trabajar.

— ¡Aburrido!— Lisa acotó, riendo divertida.

—Tendrás una resaca horrenda por la mañana.

—Es mejor que estar pensando en Rick— La sonrisa se esfumó de los labios de Lisa como si nunca hubiera estado ahí.

—Oh, Lisa— Claudia tomo la mano de Lisa en un reconfortante apretón pero Lisa la retiró de inmediato.

—No quiero tu lástima— Apuntó, molesta.

Claudia cruzó los brazos en actitud defensiva. —Ok—

—Es increíble que pueda dirigir un ataque contra un crucero enemigo pero no poder decirle al hombre que amo lo que siento por él— Ella finalizó su trago de golpe trayendo un poco más de rubor a sus mejillas. — Y para acabar de arruinarlo, la competencia no es sólo cualquier chica, es la estrella más famosa del mundo, el icono de la victoria en contra de las fuerzas Zentradi: ¡Lynn Min May!— Lisa terminó la frase ceremoniosamente pero cargada de las acidez que Claudia sintió pena por ella.

El camarero se acercó a la mesa y preguntó si todo estaba bien probablemente atraído por la mención de la estrella, Lisa y Claudia eran regulares de aquel lugar y el mesero lo sabía e incluso sabía quiénes eran ellas y cuál había sido su parte en la Batalla contra Dolza, pero nunca se había atrevido a mencionarlo.

—Merlot, por favor y la cuenta— pidió Claudia.

—Al momento, señorita.

—No sé que me impide estrangularla.— Lisa continuo enmarcando su comentario con un gesto hecho con sus manos en el cual apretaba un imaginario cuello con tal fuerza que sus manos se crisparon — Es decir, — dijo más calmada. — No es justo.

—Nunca lo es.

Ambas mujeres se dieron cuenta entonces que el mesero aun estaba ahí y que había presenciado aquel arrebato de rabia.

— ¿Le importaría ir a por nuestra orden?—

El mesero se alejó hecho una exhalación. Al momento, Lisa retomó el tema.

—Debería serlo. — dijo en un tono molesto. — pero no estoy segura de querer escuchar su respuesta… ¿qué tal si dice que la ama a ella y no a mí? — Ella negó con la cabeza. — Eso terminaría por matarme.

El mesero regreso y dejó la botella en el centro de la mesa sin decir nada y luego partió a la mesa contigua.

—Creo que estoy dispuesta a matar a Min May solamente para estar segura de que esta fuera de la competencia. — dijo Lisa con tal vehemencia que Claudia pensó por un momento que hablaba en serio.

Sin embargo y conociendo a Lisa como solo ella lo hacía, fue suficiente para hacerla lanzar una carcajada.

—Si yo fuera tú. — Dijo Claudia, inclinándose hacia ella. — Tomaría otro camino hacia la solución.

—¿Una bazooka?

Ambas mujeres rieron por un buen rato ante tal comentario y ese fue el final del mal humor de Lisa Hayes.

—Olvidémonos de el— Ofreció ella. — No sé porque siempre termino hablando de él.

—Ok— Claudia levantó su vaso para brindar. — Por mejores tiempos.

****

Time moving slow
The minutes seem like hours
The final curtain call I see
How true is this
Just get it over with
If this is true, just let it be

Ride the Lighting –Metallica(2)

Dos días después.

—Escuadrón Skull, Escuadrón Skull, este es Delta-1, Teniente Hunter, por favor responda.

—Aquí Rick, ¿qué pasa Lisa?—

El rostro de Lisa apareció en la pantalla de la derecha, junto al radar.

—Rick, tenemos una fuerza de ataque Zentradi aterrizando cerca del sector Industrial de Nuevo Boston…Inteligencia piensa que Khyron está intentando recuperar refacciones para sus Battlepods.

—Estamos a quince minutos, —Rick consulto sus cartas de navegación en la pantalla izquierda. —Max y Mirilla están cerca, los llamaré.—

—Negativo, Rick— Replicó Lisa. — Están asignados a otra misión prioridad uno. Creo que iras solo con tus hombres.

—Está bien. — Rick asintió. — Este es el Skull-1, fuera.

—Ten cuidado.

—Ya me conoces.

***

Recuerda lo que tienes que hacer.

¿Podremos charlar cuando regreses?

Estoy seguro que sí, Azonia.

****

La idea de atacar a un comando Zentradi era peligrosa, pero se había vuelto peor cuando ese inmenso y poderoso ejército se había convertido en nada más que una guerrilla; sus ataques eran cada vez más desesperados y suicidas con tal de obtener piezas de recambio para sus Mechas y cruceros de combate.

Los Zentradi podían ya no ser un ejército monumental pero no eran menos peligrosos.

Como aquel grupo por ejemplo: un grupo compacto pero bien organizado de diez Battlepods y una armadura que Rick reconoció como la que se había informado era la que pilotaba Khyron.

—Bien, gente. — dijo en el Tac Net y mientras su Veritech se transformaba a Battloid. — David y Morales trataran de desviar su fuego mientras Steele, Hicks y yo los golpeamos por los flancos, usaremos la distracción que los Spartan no darán desde tierra.

—Sí, señor. — Uno de los pilotos aceleró para tomar formación.

Los enemigos estaban atrincherados detrás de algunos almacenes y edificios del puerto disparando contra todo lo que pudiera parecer una amenaza mientras los Spartan, seis en total, tomaban posiciones un tanto precarias en las calles adyacentes, precarias pues los edificios circundantes eran todos apartamentos de los empleados de la zona industrial.

Los Regult Zentradi protegían al de Khyron mientras este parecía buscar algo en los Almacenes.

Rick se mordió el labio y se lanzo al ataque mientras los Battloid de David y Morales aterrizaban entre fuego cruzado para empezar a disparar.

Usando sus misiles, David logró atraer la atención de los Regult más cercanos quienes olvidaron momentáneamente a los Spartan completamente conscientes de la capacidad de los Veritech para enfrentar una lucha cuerpo a cuerpo. Las explosiones dañaron a un Regult pero otros dos se pusieron a cubierto tras un edificio el cual se incendio después de recibir los impactos.

La respuesta fue inmediata pero ya para cuando empezaron a disparar David y Morales habían tomado refugio detrás de un edificio semi colapsado.

—Todos suyos, muchachos. — Dijo Morales disparando su gunpod en ráfagas continuas.

David cambio a modo GERWALK para poder utilizar los micro misiles y su gunpod al mismo tiempo inutilizando a otro Regult y casi alcanzando al mecha de Khyron pero este era muy hábil y se dio tiempo para atacar con sus cañones casi haciendo ver al piloto del GERWALK su suerte.

Un disparo destruyó el ala y la pierna derecha, lanzándolo contra el suelo violentamente y dejándolo como blanco fácil en medio de la calle.

La suerte del piloto del Skull-23 no fue muy larga pues los Regult saltaron a descubierto para terminar con su enemigo lanzando disparos que llovieron sobre él como una lluvia de muerte.

Arriesgando su propia vida, Morales saltó frente a su compañero y disparo rápidamente mientras con una mano hacia que su Battloid jalara al mecha de David hacia la seguridad que les confería el edificio tomando algunos rasguños pero manteniendo su vehículo libre de daños serios.

Los treinta metros que tuvo que jalar a su compañero caído eran cruzados por mortales franjas de energía pero finalmente estuvieron tras el edificio semi colapsado sabiendo él que ese lugar pronto sería ineficaz.

—Tienes que salir de ahí. — Dijo en la radio. — Este lugar no es seguro.

Pero David no contestó lo que le hizo suponer que estaba inconsciente o muerto así que utilizó la famosa 'Maniobra de rescate Fokker' que el Teniente Hunter les había enseñado al contarles como es que había sido rescatado junto con Min May por el mismísimo Roy Fokker en el ataque inicial a Ciudad Macross.

Así que separó la cabina del resto del Veritech dañado y la sujeto al antebrazo de su Mecha mientras seguía disparando contra los Regults haciendo explotar al que se había atrevido a aterrizar sobre las ruinas de lo que era la única barrera entre ellos y la muerte.

El Regult recibió los impactos y cayó hecho una bola de fuego.

—David esta herido, Teniente. — Dijo Morales en la radio. — No contesta, lo voy a sacar de aquí.

—Retírate, — dijo Rick cayendo contra los Regults en un ángulo agudísimo que los hacía parecer casi horizontales sobre el suelo mientras repelía los disparos con su propia arma. — ya los tenemos.

Rick lanzó los misiles y estos dieron en el blanco mientras su ahora Battloid cayó sobre un aturdido soldado sin armadura (y que había escapado de un Regult destruido por Morales) usándolo como escudo.

El soldado recibió tres tiros que debieron haber matado a Rick, muriendo instantáneamente.

Las manos del Veritech se mancharon con la sangre del soldado muerto cuando lo lanzó contra los Regults quienes empezaron a huir entre los almacenes en franca retirada.

—¡Khyron!— Se dijo Rick, buscándolo en sus monitores.

¡Allá esta!, ¡huyendo entre sus hombres!

Rick hizo correr a su Veritech tratando de tomar puntería, un solo disparo acabaría con la mayor amenaza Zentradi, sólo un disparo…

La mira electrónica de su gunpod señaló, en la pantalla, la orden de disparar y el Teniente Hunter casi tuvo la oportunidad de cumplir su cometido pero todo a su alrededor empezó a explotar.

Las explosiones llenaron la pantalla de advertencias mientras el pisaba el pedal para tomar altitud completamente rodeado por el infierno desatado por las minas que seguramente había plantado el líder Bottoru.

Desde el puesto de control Lisa vio con profundo e involuntario terror como el Skull—1 era envuelto por la explosión.

Las imágenes por satélite eran exactas y de gran claridad mostrando a ojo de pájaro el campo de batalla con acotaciones hechas por computadora separando a amigos de enemigos.

La comandante Hayes sintió que la sangre se le fue a los pies cuando el nombre 'SKULL-1' parpadeo preventivamente y luego desapareció junto con 'SKULL-22' y 'SKULL-32' ya que los tres habían estado en el área de la detonación.

—Skull-1— llamo ella frenéticamente pero sólo obtuvo estática. —¡Rick!, ¡Contéstame!

Las miradas se dirigieron a ella mientras seguía insistiendo una y otra vez, todos temiendo lo peor pero sin atreverse a decir nada.

Pero Rick estaba demasiado ocupado para contestar.

El Skull-1 empezó a tomar altitud rápidamente pero Rick vio todo en cámara lenta, los escombros golpeando su Battloid, rompiendo las cámaras que servían de ojos para Rick, magullando y golpeando el fuselaje mientras él rogaba que ninguno perforara el tanque de combustible o pasaría a formar parte de la lista de Caídos en Acción.

La bola de fuego que surgió de la explosión fue tan grande que nadie pensó que un Battloid pudiera salir como lo hizo el Skull—1 quien saltó describiendo un arco elegante hacia el suelo donde cayó sobre un par de vehículos, formando un pequeño cráter con sus pies.

Los conjuntos estructurales de las piernas del Battloid de Rick encargados de soportar tales impactos crujieron y finalmente cedieron bajo la presión y se quebraron en una forma premeditada y calculada para hacer al robot hincarse y luego, automáticamente, apoyarse en sus brazos.

En términos humanos, el Battloid de Rick se había fracturado las piernas a la altura de las rodillas.

Rick apagó los motores, los cuales murieron con un agudo y decreciente silbido.

La cabeza del robot se movió para permitirle salir pero su escape no iba a ser fácil pues el metal estaba aún al rojo vivo, sin embargo, no podía quedarse ahí o moriría pues las probabilidades de que el combustible explotara eran grandes.

Rick Hunter activó el mecanismo que haría salir el asiento del piloto y se preparó para saltar en cuanto tuviera la oportunidad de hacerlo.

El calor lo recibió como un enjambre de abejas ardientes que casi lo ahogaron.

Rick soltó su arnés y se dejó caer sobre el capo de un auto, dos metros abajo.

Gracias a Dios era un VW Cabriolet con techo suave el que lo recibió; el golpe fue fuerte pero no suficiente para dejarlo inconsciente así que resbaló por un lado y se alejó cojeando hacia la relativa seguridad de un edificio cercano en el preciso momento que dos carros de bomberos y tres ambulancias aparecían en la boca calle.

Una joven paramédico le llamó con un gesto desde el otro lado de la acera, Rick lanzó una mirada a su fiel Battloid que ya recibía las primeras descargas de agua para bajar la temperatura y luego cojeó hasta donde la paramédico lo esperaba para darle los primero auxilios.

Rick se quitó el casco luciendo molesto.

Una multitud de oficiales de rescate y policías aparecieron por la calle en sus vehículos, descendiendo de ellos inmediatamente al llegar para buscar sobrevivientes en los escombros y para darles inmediata atención como la que Rick estaba recibiendo.

—No se mueva, Teniente Hunter.

Rick arqueó la ceja al escuchar su nombre, no recordaba habérselo dicho. — ¿Me conoce?

—Sí, señor. — dijo la paramédico. — Lo vi en el reportaje de MBS sobre de la 'Lluvia de Muerte'.

—Oh. — Rick gruño un poco cuando le pusieron agua en una herida que tenía en la cabeza.

Jazmín era el nombre del paramédico que atendía a Rick y a medida que le daba los primeros auxilios los golpes iban mostrándose hasta hacerle ver que realmente había tenido mucha suerte en haber sobrevivido.

— ¿Dónde está el resto de mis hombres?— preguntó Rick cuando Jazmín le pidió que subiera a la ambulancia y se recostara para revisar su pierna.

—No lo sé, Teniente. — dijo Jazmín profesionalmente.

Un hombre de edad madura con bigote poblado y ojos marrón que fumaba un cigarrillo y que ostentaba el emblema de Jefe de Bomberos en su uniforme rojo se acercó a paso lento hacia la ambulancia.

— ¿Es esa pila de chatarra suya, piloto?

—Sí, — Asintió Rick e inmediatamente se arrepintió pues un súbito mareo lo hizo cerrar los ojos.

—Fuiste suertudo, hijo. — El Jefe de Bomberos expulsó humo por la nariz y luego le dio otra bocanada a su cigarrillo sin importar que estaba lo suficientemente cerca para que Rick oliera el humo. — Ese cacharro llegó hasta el límite…un poco más y serías estofado.

—Gracias, Jefe. — Atinó a decir Rick deseando que se fuera al momento.

—Dos de sus pilotos no lo lograron. — continuó el Jefe De Bomberos Erick O'Hara tratando de sonar casual. — Tardaremos por lo menos dos días en apagar esa hoguera y rescatar lo que quedó de sus compañeros--.

Rick se sentó de golpe ocasionando que su visión se nublara.

—Ey, tranquilo, Teniente. — Advirtió Jazmín sosteniéndolo para que no cayera de la camilla. — Tómelo con calma.

—El radio de su Battloid ha estado sonando, piloto.— El Jefe lanzó la colilla de su cigarrillo lejos de ellos mientras Rick lo miraba fijamente. — Una mujer lo ha estado llamando por su nombre.

—Debe ser Delta-1, — Dijo Rick recordando que durante su escape Lisa lo había estado llamando sin que él le contestase. — Necesito llamar e informar la situación. — Continuo mientras en el fondo de su mente se decía que debía llamar a Lisa para decirle que estaba bien.

—Usted no hará nada, — Jazmín uso un tono de voz que no admitió contradicción. — Iremos al Hospital y después de que un médico lo revise podrá hacer lo que desee.

A cada minuto que pasaba la cantidad de personas alrededor de la ambulancia iba creciendo, incluso algunos reporteros habían llegado y usaban sus cámaras para transmitir la noticia; Rick gruño cuando se percató que estaban usando la figura del Skull-1 como fondo para la noticia y que una mujer sonriente con el gáfate de prensa prendido de su saco le ponía el micrófono frente a su boca.

—Teniente Hunter, — dijo formal. — Unas palabras.

—Sáquenme de aquí. — Le murmuró a Jazmín quien sonrió y cerró la puerta de la ambulancia en las narices de la reportera.

La ambulancia se alejó con la sirena encendida para abrir camino entre la multitud que la policía mantenía detrás de una barricada a mas de cien metros.

Al acercarse el vehículo los policías abrieron la valla y pidieron a la gente que se moviera e hiciera espacio, todos obedecieron, incluso el hombre de pelo color azulón y piel color lavanda que miraba todo aquello con maliciosa curiosidad.

El hombre observó a la ambulancia partir y luego, sonriente, camino calle abajo sin poner importancia a las llamas que crepitaban en la distancia ni en la destrucción que reinaba en el lugar.

Él ya estaba acostumbrado a las ruinas y a la devastación.

Así era la vida de Khyron después de todo.

***

Lisa estaba aún en control cuando las imágenes llegaron desde la escena del combate mostrando al Skull-1 detrás de una reportera que decía que el piloto de aquel famoso aeroplano había declinado hacer declaraciones y que había sido llevado a un hospital cercano a recibir atención médica.

Eso la hizo sentir mejor y más calmada y le dio ánimo para terminar su turno con eficiencia.

Max y Mirilla la estaban esperando en el pasillo fuera del puesto Delta de control.

—Oí que Rick fue derribado.

—Sí, pero está bien. — Lisa no se detuvo junto a ellos sino mas bien los arrastro consigo pasillo abajo rumbo a la zona de Enfermería donde todos sabían perfectamente que hallarían el reporte del estado de salud de Rick Hunter y de los pilotos heridos en el combate.

—No robaron nada. — Musitó Max, desde atrás de Lisa.

—Aun no lo sabemos, Max. — musitó Lisa caminando más rápido.

Mirilla jaló a Max por la camisa y lo obligó a detenerse.

— ¿Qué pasa?— preguntó el piloto de lentes azules, cruzando los brazos.

—No es justo lo que haces. — Dijo en tono serio.

Max estaba confundido. — ¿A qué te refieres?

—Tú sabes…— dijo la Piloto Zentradi. — Ella…Rick…— e hizo gestos señalando el corazón de Max y el suyo propio.

—Ah, está bien, ya entiendo. — Max sonrío pero empezó a caminar hacia la enfermería. —dejemos que ella llegue primero.

—Bien…— Mirilla asintió.

Lisa entró a la enfermería tan rápido que la asistente del doctor Jenkins pensó que era una emergencia y en cierto sentido lo era.

— ¿Comandante?— preguntó Sara desde la isla de enfermeras. — ¿Sucede algo?

—Sí, —ella se detuvo y adquirió un aire profesional. — ¿Tiene ya los reportes preliminares sobre el estado de salud del Teniente Hunter y sus hombres?

Sara buscó en su computadora y asintió para alivio de Lisa.

—Sí, comandante. — la enfermera se recargó en su silla. —Dos muertos y dos heridos.

— ¿Quiénes son los heridos?

—El Teniente Richard T. Hunter y el Sargento David García. — Leyó la enfermera.

— ¿Alguna lesión seria?

—Mmm…— Sara pasó un minuto entero leyendo el informe para darle una buena respuesta a Lisa. — no pero ambos tendrán algunos días libres, El Teniente Hunter sufrió algunos golpes y excoriaciones además de haberse luxado un tobillo pero nada más, el otro piloto tiene una pierna rota y algunos golpes internos, este tipo si que tendrá vacaciones.

— ¿Cuándo serán trasladados a Ciudad Macross?

—El Sargento García esta inconsciente pero el Teniente Hunter ha pedido que lo trasladen junto con su avión. — Hizo una pausa — Llegará mañana.

—Bien. — Lisa palmeó el escritorio con gusto. — Lo veré mañana.

—¿Perdón?

—Es decir, — Lisa se mordió el labio. — Mañana veré su reporte enfermera, a las 0700 por favor en mi correo electrónico. — Y sin decir más salió con paso decidido.

—Pero no tengo su correo. — Dijo Sara pero Lisa ya no estaba cerca para escucharla.

***

Rick bajó del avión Antonov AN-25 lentamente y ayudado por un bastón seguido de cerca por dos técnicos de la RDF que charlaban animadamente sobre la carga que llevaba la enorme aeronave en sus entrañas.

El inmenso avión de carga de seis turbinas había aterrizado hacia unos momentos en el TARMAC del Prometeus siendo recibido por personal de tierra y algunos oficiales del área de mantenimiento.

Era un día con nubarrones de lluvia que hacían la mancuerna perfecta a como se sentía Rick, es decir, deprimido.

Si hay algo que odio, pensaba, es escribir cartas de consuelo a los familiares de mis pilotos, ya lo hice una vez con Ben Dixon y sinceramente no deseo hacerlo de nuevo.

Un par de Battloids caminaban por la cubierta de vuelo de Prometeus rumbo al Antonov An-25 listos para transportar al Skull—1 al área de servicio donde pasaría un buen tiempo.

Rick no deseaba volar en otro avión, de hecho, prefería esperar a que su propio Veritech estuviera listo pero sabía que eso no sería posible.

— ¡Rick!

Alguien estaba llamándolo pero en el estado anímico que se encontraba no escucho su nombre a la primera, de hecho, Lisa tuvo que prácticamente tomarlo del brazo para hacerlo saber que ahí estaba.

—Lisa. — Dijo él a manera de saludo tratando de sonreír.

— ¿Cómo te sientes?— Preguntó ella sin atreverse siquiera a pensar en ayudarlo a avanzar hacia el ascensor que todavía estaba a buenos cincuenta metros.

—Estoy bien. — Fue la seca respuesta. — Recuerda que si el enemigo está a distancia de tiro, tú también lo estas.

—Tuviste suerte. — dijo ella, mirando hacia la figura monumental del SDF-1. — Vi la explosión vía satélite y pensé que…

—Steele y Hicks murieron. — apuntó Rick mirándola fijamente.

—Lo sé. — Lisa aclaró su garganta para cambiar de conversación. — Espero tu reporte lo más pronto posible y…—

—Sé el protocolo, Lisa. — aseveró el piloto amargamente.

—No quise presionarte. — Aseguró la comandante Hayes. — Esto es solo una bienvenida informal.

—Gracias. — Esta vez sonó amable. — fue un largo día.

— ¿Te llevo a casa?— Preguntó Lisa con una sonrisa.

Él asintió con la cabeza levemente.

—Claro…— Rick decidió romper el mal ánimo que tenía sobre sí y pensó que no había mejor persona para eso que la mujer que caminaba a su lado. — De hecho, pensé que me podrías cargar el resto del trayecto al estacionamiento.

Ella lo golpeó en el hombro en son de broma pero el gesto de dolor de Rick la hizo lanzar una expresión de sorpresa.

—Lo siento, Rick, yo…

El se río levemente y entonces ella comprendió que, de nuevo, él la había hecho presa de una de las bromas que solo parecía gastarle a ella.

—Eres muy buena oficial, Lisa Hayes pero no estás hecha para detectar bromas.

***

Lyn Min May salió del hangar privado donde su Jet había sido conducido y esperó con paciencia a que la limosina aparcara cerca de ella.

El viento estaba soplando y muy probablemente estaría lloviendo en muy poco tiempo.

Vestida modestamente pero con buen gusto, la joven Srta. Macross sentía que el sólo estar en Ciudad Macross era suficiente para sentirse más relajada.

Sólo había un detalle que amargaba aquel momento, al borde de sus vacaciones lejos de todo el tumulto. Era Lyn Kyle, por supuesto. Quien por centésima estaba tan borracho que era imposible pensar que pudiera bajar del avión sin ayuda que ella no pensaba proveer.

Así que dos de sus guardaespaldas le habían bajado, ebrio y alucinante, y lo habían metido en el auto donde el se había acurrucado para dormir como si no tuviera pecado alguno mientras Min May lo miraba con rencor.

Como había cambiado…como habían cambiado en tan poco tiempo.

La guerra hace madurar a las personas tan rápido que es difícil saber cuando pasó le había dicho el Almirante Gloval al bajar de la plataforma en el SDF-1 después de vencer a Dolza. Usted jamás será la misma después de este día.

Cuanto le hubiera gustado que se hubiese equivocado pero no lo estaba y la prueba era precisamente el hombre ebrio y dormido en el asiento frente a ella, roncando placenteramente en su estupor inducido por el alcohol.

Parecía que había sido hacia años cuando el gallardo Kyle había llegado con ella de Yokohama para cuidarla y cambiar su vida.

Y todo había sido perfecto entre ellos, eran como una pareja de baile experimentada, podían adelantarse a lo que el otro estaba pensando, cuidar los detalles importantes de cada show sin siquiera planearlo juntos.

Eran la pareja perfecta.

Hasta el día que la beso.

Ese día Min May había comprendido que para Lyn Kyle ella era una mujer de la cual se había enamorado y no la pequeña que cuidaba cuando eran niños.

Era una lástima que ella no pudiera sentir lo mismo que él pero así era. Ella jamás lo amaría pues su corazón pertenecía a otro hombre.

¿Lo entendería algún día?

Eso esperaba.

***

Nota del Capítulo

(1) La letra de la canción HOPE de Penumbra.

Esperanza.

Me niego a decirlo

Pensando que era

El único privilegio

De los más débiles

De los más débiles.

No creyendo que la Esperanza fuera para mí

He decidido.

Mi destino.

Todo este sufrimiento.

Estoy listo para soportarlo.

La canción que utilice para escribir el capítulo del combate como música de fondo.

Ride the Lighting por Metallica.

El tiempo se mueve lento.

Los minutos parecen horas

El último llamado puedo oír.

Que verdadero es esto.

Solo acostúmbrate

Si esto es cierto, que así sea.