Sherlock

L O S C O L O R E S D E U N A S O M B R A

by JadeIcaria


Llueve en Londres.

Como cada día.

Pero hoy es distinto.

Camino lento porque he recuperado mi muleta. Después de la muerte de Sherlock volví a sentir un dolor agudo en la pierna, ese que mi amigo había conseguido hacerme olvidar. Cuando él murió mi muslo simplemente volvió a dolerme, de la misma manera que duele el corazón.

Es horrible pensar que Sherlock está muerto. Más que muerto, porque no murió sin motivo, o por causas naturales, o en silencio. Vi con mis propios ojos su caída y oí su despedida. Ese claro adiós John con voz rota que me encogió el corazón. Yo presencié la muerte del único detective asesor del mundo.

Pero sé por qué lo hizo. Soy el único. Lestrade quedó destrozado cuando supo la noticia, se siente culpable y dice que es mejor no indagar más y dejar que el tiempo cure las heridas; más o menos igual que Mycroft, al que no he visto más. La Señora Hudson se pone a llorar cada vez que menciono a Sherlock, por lo que nadie quiere escucharme cuando intento contar la verdad.

Lo sé. Sherlock murió para protegernos.

Intentó que me creyera que era un fraude. Odiaba que le tomaran por farsante, pero aún así intentó ensuciar su propia imagen antes de morir. Por nosotros. Porque tenía miedo a que nos hicieran daño. Resultó que al final el maldito Moriarty tenía razón y Sherlock tenía un corazoncito oculto tras esa coraza de hielo.

Hoy, un año después de la muerte de mi mejor amigo, vuelvo por primera vez a Baker Street 221B.

Tengo la puerta justo enfrente; no ha cambiado nada. Si cierro los ojos puedo ver a Sherlock saliendo mientras se coloca la bufanda y se alza el cuello de la gabardina.

Tengo que recordarme que está muerto antes de entrar. Miss Hudson me está esperando con cara de preocupación.

─¡Querido! ─exclama, cogiéndome del brazo─. Gracias por venir. Yo sola no puedo recogerlo todo…

─Lo sé, Miss Hudson ─murmuro. Durante un año he logrado evitar este momento, pero ya no puedo huir más de este sitio. Parece que el tiempo se ha detenido a mi alrededor y solo existo yo y las escaleras que me llevarán a mi antiguo hogar. Nuestro antiguo hogar. El silencio lo invade. El aire es tenso y cargado. No hay que ser detective para averiguar que aquí vivió alguien que ahora está muerto.

Un paso, dos, tres. Estoy arriba… Cojo aire y cuando llego lo exhalo. Ya estoy dentro.

Todo está intacto. Como si Sherlock tuviera que volver de un momento a otro. Los agujeros de bala en la pared, la calavera, los libros, la mesita del café… Alguien tendrá que recoger todo esto. Yo, supongo. Doy una vuelta sobre mí mismo, observándolo todo, guardando en la memoria cada detalle. ¿Por dónde empezar? ¿Por dónde comenzar a olvidar a Sherlock, a enterrar su vida, a convertir su existencia en un mero recuerdo?

Le pedí un milagro, y, por muy ridículo que suene, sigo esperándolo. Por eso me resistí a quitar sus cosas del sitio correcto, por si volvía. Sé que se mosquearía si cambiáramos algo de su caos ordenado.

Muerto, John, muerto- me repito a mí mismo mentalmente, porque empiezo a caer en la tentación de soñar en un mundo donde Holmes está vivo.

─Aquí están las cajas ─señala Miss Hudson. Asiento con la cabeza y me alejo un poco. Abro la ventana para que corra un poco el aire. Hay que ventilar la sala, huele demasiado a Sherlock.

─Estaré abajo ─dice finalmente.

Una vez se ha ido, me dejo caer en la butaca y me friego las sienes con insistencia. Debe de haber una manera de salir adelante, de dejar atrás toda esta pesadilla. Dios, ya hace un año y no he mejorado nada. Es de locos.

Arrastro mi sillón hasta el lado de la ventana porque no tengo ganas de cojear y me dedico a mirar los transeúntes. Ya es de noche y la poca luz que hay en la calle se debe a los faroles amarillentos.

Ese paisaje me ha sido tan familiar durante tanto tiempo… Ahí abajo la gente pasa por delante del 221B sin saber que aquí vivió un genio.

Y entonces ocurre. Es solo un movimiento casi imperceptible que veo de reojo, y ni siquiera puedo asegurar que sea real. Una sombra en una esquina, un abrigo negro que se funde con la oscuridad.

Me levanto apresuradamente y me asomo por la ventana, pero ya no hay nada.

Me dejo caer en el asiento, derrotado.

Solo ha sido una ilusión. Una vez más he sido víctima de la esperanza.


Hello! :3

No estoy especialmente orgullosa de este primer capítulo, pero bueno. Espero que haya gustado mínimamente. (En ese caso, dejo caer que tengo un bonito one-shot post-Reichenbach llamado Sentidos xD) Yyy nada, en cuanto pueda subo el siguiente capítulo ^^

¡Los reviews son bienvenidos! (y animan a continuar :D)

(Estoy obsesionada-loca con Sherlock. Agh.)