Ubicada justo después del final de Conquistador de Shamballa, pero sin tomar en cuenta la escena final de la partida de Edward y Alphonse.

Para todos aquellos que aún estén interesados en esta historia, primero, lamento el largo retraso pero finalmente va a ser continuada y terminada, hay cambios en los capítulos que ya habían sido publicados, del 1 al 3 para ser exactos. ¡Gracias por leer!

FMA y respectivos personajes no me pertenecen.

Alphonse rodo perezosamente en el sillón, aburrido y con un creciente dolor de espalda por la inactividad de simplemente estar tumbado en el sillón por más de una hora

Había pasado solo una semana desde que había cruzado la puerta y llegado a este nuevo mundo, una semana desde que había vuelto a estar al lado de su herman como tanto había deseado, la semana más aburrida, tediosa y larga de toda su vida. Desde que Ed cerró la puerta de su apartamento detrás de ellos esa noche Alphonse no había salido ni una sola vez, a partir de la mañana del segundo día Ed había tomado un extraño pero ya conocida actitud de hermano mayor responsable y sobreprotector, le dijo que hasta que Al no supiera hablar Alemán y no tuviera registros no podía andar por ahí libremente, igual que con un perro que aún no tiene placa y collar. Alphonse había llegado a esa comparación poco después, no podía estar molesto con Ed por ello, comprendía las razones de Ed, este país trabajaba de forma diferente a Amestris, la gente, el idioma, la cultura, etc, etc. Sobre todo la falta de alquimia, él le había prometido a Ed que haría todo lo que le dijera ¡Claro que esa noche había estado demasiado feliz al estar junto a su hermano mayor finalmente! Además que desde niños su madre había hecho esa distinción estaré ellos aunque sólo fuera un año de diferencia entre las edades, Ed tenía más responsabilidades sobre sus hombros de las que Al tenía.

Hablando de Ed, él había estado en casa con Alphonse los primeros días, le ayudó a comenzar a aprender este nuevo y complicado idioma, Ed le había traído un libro para la practicar la lectura alemán, algo así como una novela romántica, la típica historia del héroe que salva a la damisela en peligro, solo había leído un cuarto del libro debido a que no entendía la mayoría de las palabras y era aburrido. Como sí Ed tomó el primer libro que encontró o no le importó de qué trataba, aunque había la posibilidad de que el libro no fuera de él, el resto de los libros del apartamento hablaban sobre motores, cohetes y cosas mucho más entretenidas, pero si no podía entender un libro sencillo mucho menos uno con palabras y explicaciones complicadas.

Solo quería tomar el estúpido libro y tirarlo a la cara de su hermano, sin embargo Edward no estaba aquí, había salido temprano esa mañana diciendo que era un trabajo importante, mejor dicho la búsqueda de un trabajo, Al de inmediato quiso ir con él, Ed lo considero un momento en silencio solo para rechazar la oferta y marcharse con nada más que una agitación de mano y un rápido "adiós".

Tal vez podría salir del apartamento mientras Ed estuvo ausente, pero la posibilidad de ser descubierto era demasiado alta, probablemente Ed había hablado con esa señora de la florería de abajo para pedirle vigilarlo o estar al tanto de él, la señora parecía ser agradable y Alphonse sentía que ya la había visto antes, su rostro era demasiado familiar pero no pudo recordar quien era exactamente, sus recuerdos se habían vuelto confusos y borrosos en lugar de regresar como en un principio había sido, y estos solo venían mientras dormía, sin duda sus recuerdos fueron mejores que ese libro...

Al suspiro mientras le daba una mirada al reloj de pared, sólo cinco minutos desde la última vez que revisó la hora, eso era el colmo, se levantó rápidamente del sillón y se acomodó su ropa, la camisa negra con bordes blancos que hace mucho tiempo pertenecieron a su hermano al igual que el llamativo abrigo rojo, Ed le había dicho que esa ropa seria mal vista aquí pero Alphonse no tenía nada más que usar, la ropa actual de Edward era demasiado grande para que el pudiera usarla, nunca pensó que algo así volvería a pasar desde que cumplió 9 años y supero a Ed en altura, uno de los días más tristes del joven Edward aunque ahora parecía satisfecho de pararse junto a Al sentir la diferencia, enano para alguien de 19 años pero es mejor no hablar de ello si no quieres provocar su ira, de todas formas por el momento seguiría usando esta ropa. Volviendo al problema de Al, él había pasado cuatro años sin Ed viajando sólo a ciudades desconocidas, además de que este nuevo mundo no se ve tan diferente a comparación, un pequeño paseo por las calles cercanas no le haría daño a nadie, además de ser lo suficientemente temprano como para evitar ser descubierto por Ed. Confiado de sí mismo, Al tomo el abrigo rojo del perchero y salió por la puerta principal.

Edward Elric nunca fue y nunca será una persona paciente, mucho menos tolerante, había estado sentado en la sala de espera del edificio de ciencias de un museo por más de dos horas, lo suficiente como para hacer un hueco en el sillón y hacer su trasero adolorido, si esta reunión a la que le había llamado ese profesor no fuera tan importante para él se habría ido desde el principio, pero Edward realmente necesitaba un nuevo empleo, ahora que tenía que mantenerse a sí mismo y a su hermano menor necesitaba dinero para hacer los papeles para nacionalizar a Alphonse, además de la paga del apartamento ahora que Alfons había fallecido, la secretaria le había dicho que el Profesor Lethood, el hombre que le había llamado a esta cita, no se había presentado en el edificio esa mañana, pero que podía esperarlo. Eso había sido hace dos horas, Ed había disparado miradas molestas a la secretaria que solo sonreía tímidamente y se encogía de hombros.

Finalmente se levantó con un suspiro exagerado, tomo su abrigo del respaldo del sillón e hizo una despedida con la mano a la secretaria que se apresuró a decir que pospondría su cita para otro día a Ed no le importaba en este momento solo quería salir de ahí,salió a la calle y miro la hora en su reloj de bolsillo, a pesar de ser temprano las nubes de tormenta se habían expandido por el cielo oscureciendo las calles de la ciudad, la lluvia parecía inminente, además de que el clima húmedo frío hacia sus miembros automail doler como el infierno y Ed quería evitar ese sufrimiento a toda costa, por lo que se apresuró a caminar en dirección a casa.

Mientras caminaba a sus ojos dorados se desviaron a un gato callejero que corría por uno de los callejones laterales a la calle por donde caminaba, casi podía ver a la armadura de dos metros correr detrás del gato, sonrió para sí mismo en el recuerdo y sus pensamientos se desviaron a Al, pero no a la armadura que había recordado, al Al de carne y hueso que le esperaba de vuelta en casa, la única razón para llamar ese apartamento su casa, seguramente Al estaría aburrido de sí mismo estando solo, Al es demasiado sensible para la soledad, Ed sonrió más amplio para sí mismo, mañana llevaría a Al a visitar la ciudad, tendrían todo el día para pasarla juntos fuera de casa, con ese feliz pensamiento en mente corrió a casa para evitar la lluvia.

Alphonse estaba maravillado, solo a unas cuadras del apartamento había un gran mercado junto a una plaza, la gente comprando y viendo la mercancía mientras los niños jugaban ruidosamente en la plaza, todo era bastante alegre y colorido, Al camino tranquilamente por ahí observando a las personas y repitiendo palabras en voz baja intentando copiar el llamativo acento alemán, algunas personas le daban miradas furtivas mientras que otros descaradamente lo veían de pies a cabeza, Al supuso que era por su ropa, tal como Ed había dicho, pero el recordó que cuando estuvo en ese traje de armadura gigante la gente lo veía raro también, y aunque las miradas eran algo normal para él desde hace mucho tiempo siempre se sintió incomodo, la gente solo pensaría que era un extranjero y volverían a sus propios asuntos, Alphonse alcanzo el gorro de su abrigo y se lo puso, algo apenado ahora. Después de caminar a lo largo y alrededor del mercado decidió que era la hora de regresar al apartamento, el cielo había oscurecido en gran medida desde que salió y si regresaba empapado seria obvio que desobedeció a Ed, dio media vuelta sobre sus talones y comenzó a caminar por donde había venido, no dio ni tres pasos cuando escucho un fuerte ruido a sus espaldas, como cajas cayendo y algunos gritos molestos, giro un poco la cabeza para ver a sus espaldas. Un hombre fortachón con un traje militar había tirado un puesto de frutas, algunas de las manzanas habían rodado a sus pies, la mujer de la tienda grito molesta, algo que parecía una obscenidad, la mujer se agacho a recoger las cosas cuando otros soldados aparecieron prácticamente de la nada y comenzaron a tirar más cosas y pisar algunas de las frutas, un hombre del puesto continuo al de la mujer se acercó y trato de detener a los soldados, estos simplemente lo golpearon en la cara con el mango de sus armas gritándole, más gente del mercado se acercó, algunos de los hombres saltaron a la violencia sin pensarlo dos veces, golpearon a los soldados como sí pudieran matarlos de ese solo golpe, sin contenerse, con enojo y rencor que llevaban guardado desde hace tiempo, los gritos comenzaron a llenar la calle como más soldados llegaron rápidamente para tomar el control del pequeño revuelto aunque su llegada causo más gente a unirse a la pelea que había empezado como un intercambio de golpes, Al sabía que las cosas se pondrían feas cuando las primeras pistolas empezaron a ser disparas y la sangre se derramó por las que hace sólo un minuto habían sido alegres.

Edward decidió evitar el camino del mercado, desde unas calles antes ya podía escuchar un alboroto, la situación del país cada día se iba más a la mierda, Ed no quiere estar ni remotamente involucrado en esta guerra, si este país esa su hogar ahora pero tenía cosas más importantes que atender en lugar de lanzar su vida en esta guerra que para él no tenía sentido, tomando el camino largo a casa con paso acelerado para evitar problemas, una vez que subió las escaleras del edificio de apartamentos, saco la llave de su bolsillo y abrió la puerta lentamente.

-¡He vuelto!- dijo con una sonrisa y entro, espero un poco pero a la falta de respuesta inmediata preguntó

-Al, ¿dónde estas?- todas las luces estaban apagadas y las ventanas cerradas, además de que el libro que le había traído a Al estaba en el suelo junto al sillón, Ed volvió a llamar el nombre de su hermano en voz alta mientras caminaba a los dormitorios pero ambos estaban vacíos, Ed podía sentir su corazón latiendo rápido y una horrible sensación en la garganta, al llegar a la sala principal rápidamente notó la falta del abrigo rojo en el perchero, la preocupación fue mayormente sustituida por la ligera molestia, sabe que Al es perfectamente capaz de cuidar de sí mismo, pero sin alquimia y un lugar desconocido... Ed salió del apartamento antes de que su mente imaginara las miles de manera en que las cosas podrían salir mal.

Al corrió rápidamente lejos del alboroto, no tenía idea de hacia dónde corría pero tenía que alejarse de ahí antes de que las cosas se pusieron peor, si es que podían llegar a estar peor que esto, tuvo que empujar a algunas personas para seguir corriendo, algunas de ellos le dieron palmadas o gritaron cosas después de ser empujados, pero Al no entendió ni una sola palabra de lo que le gritaban, sabía muy bien que él no tenía aliados en esto y si algunos de los dos soldados se fijó en él como objetivo sería su fin ya que todos estos hombres estaban peleando a matar y sin alquimia no podría defenderse de un arma de fuego, tendría que encogerse como un gusano entre la gente y salir del lio ileso, volver a casa antes que Ed… Diablos, con todo esto, Ed debió de haber vuelto antes a casa, solo esperaba ser más rápido y llegar antes que él.

Con el humo del fuego se volvió difícil de ver o de orientarse, Al comenzó a temer de que había corrido al lado contrario o hacia calles desconocidas, no fue una opción detenerse para tratar de ubicarse o para tomar aliento, el ruido del conflicto se hizo cada vez más fuerte al punto en que era aturdidor, no tenía idea de cuando había comenzado a haber fuego involucrado en esto pero se estaba propagando rápidamente, el humo negro que salía disparado de ventanas explotando por el fuego en su interior, gente que corría fuera de sus tiendas o u hogares envueltos en llamas y gritando.

Cuando Ed le había contado la situación del país nunca se imaginó algo como esto, tanta violencia empezada por un soldado demasiado prepotentemente abusando de su poder sobre gente que creía inferior, era demasiado familiar la guerra de Ishbal.

Giró la cabeza sobre su hombro para ver detrás de él, pero la visión era la misma que por delante, humo negro, gente corriendo y gritando, personas callejeo muertas en media pelea o inocentes que no fueron lo suficientemente rápidos para huir, temía convertirse en una de esas víctimas.

Al escucho algunos niños llorando cerca de ahí, supuso que debía de ser la plaza que había visto cuando comenzó a caminar, sintió una oleada de alivio de saber que corrió en la dirección correcta, pero antes de que pudiera voltear hacia adelante choco contra algo grande y robusto, Al cayo hacia atrás en el suelo por el impacto. Un hombre alto y exageradamente musculoso se volvió hacia él, tenía un grueso bigote rubio que cubría su boca y un único rizo que sobresalía de su frente en la cabeza calva, era la copia exacta del Mayor Armstrong, pero este en lugar de sonreírle y brillar como lo haría su Armstrong en Amestris haría al verlo, este le miro con desprecio, usaba la misma ropa que los soldados que había visto antes, pero llena de insignias y decoración mostrando que era de un rango superior, miro a Al de pies a cabeza y levanto un poderoso brazo hacia arriba con el puño preparado para golpearle, Al cerro los ojos y levantó los brazos en un inútil intento de protegerse del inevitable golpe.

Un golpe quenunca llegó, en cambio escucho el ruido de metal siendo golpeado, abrió los ojos para encontrar la espalda de su hermano mayor frente a él, sosteniendo el puño de este otro Armstrong. El brazo automail de Ed temblaba sosteniendo el puño musculoso, pero no cedió, se mantuvo de pie entre los dos y aprovecho la confusión del otro Armstrong para golpearle en la cara con su puño humano, una vez que el hombre retrocedió poco o nada afectado por el golpe, conmocionado por el hecho de haber sido evitado, Ed aprovecho ese instante tomo el brazo de su hermano con un poco más de fuerza de la necesaria y lo jalo poniéndolo de pie y corrio arrastrándolo lejos de ahí, Al escucho el ruido del otro Armstrong gritándoles, pero no les siguió.

Ed corrió todo el camino jalando del brazo de Al hasta el apartamento, incluso en las escaleras había jalado de su brazo con fuerza. Al normalmente le habría dicho que podía caminar solo y soltar se del agarre de metal, pero Ed tenía una mirada sería y llena de molestia reprimido en su cara, sería mejor quedarse callado.

Ed lucho con la cerradura del departamento al abrirlo solo con una mano, una vez que la abrió empujo a Alphonse adentro y cerro una vez más, dio un suspiro entre aliviado, cansado y molesto, se pasó las manos por la cara hasta peinar su largo flequillo hacia atrás solo para después volviera a los lados de su cara, ordenando las palabras en su mente, no iba a gritarle a Alphonse, simplemente no podría hacerlo. Al le miró fijamente con grandes ojos inocentes, tal vez si se disculpaba sería mejor.

-Hermano, yo no sabía que algo así podría pasar, yo solo quería… - Al dijo en voz baja pero Ed levanto una mano hacia el indicando que se callara.

-¿Qué no sabías que eso podría pasar? ¡Al, te dije claramente que esas cosas están pasando! ¿Y si no hubiera llegado a tiempo? ¡Ese sujeto te ataco porque te vez como un extraño!- Ed trato de mantener su voz tranquila, pero salió como un grito con ira reprimida de todas formas, sus ojos observaron todo el cuerpo de su hermano buscando lesiones, pero parecía no haber ninguna. Su hombro derecho se sentía entumecido del impacto que su automail había residido al detener el puño de ese Armstrong, pero cuando lo vió a punto de lastimar a Al su mente quedo en blanco y no lo pensó dos veces antes de meterse en el camino y hacer de escudo a su hermano, recordaba cuando Al aún era una armadura y sería quien iba a hacer de escudo para balas, golpes o cualquier cosa que pudiera o no ser resistida por su armadura para defender a Ed.

-¿Y porque atacan a los extraños?- Al pregunto aun con voz baja

-Eso no importa, lo peor de todo es que te fuiste, ¡cuándo te dije que no lo hicieras!- Ed subió aun mas su tono de voz, puso sus manos en las caderas.

- Lo siento…- Al miro a otro lado, pero no parecía realmente arrepentido, pero ese tono de voz baja y falsamente inocencia fue suficiente para calmar a Ed un poco.

-No importa, solo no vuelvas a hacerlo nunca. Entiendo que estés aburrido pero no puedes salir solo. Ahora…- Ed extendió la mano hacia su hermano, Al le miro confundido - La chaqueta, dámela- Ed dijo en todo de orden.

-¡Pero ya no te queda hermano!- Al envolvió los brazos alrededor de sí mismo – ¡Winri me la dio a mí!-

-No era de ella en primer lugar- Ed dijo con un poco de tartamudeo ¿Winri conservo su ropa, o solo esta chaqueta en particular? – Es demasiado llamativo, no puedes usarla más, la voy a guardar.-

Al suspiro derrotado y deslizo la chaqueta de sus hombros y se la dio a su hermano.

-¿Algún día me la regresaras?- Al pregunto esperanzado.

-Nunca- Ed sonrió mientras se marchaba a su habitación con la familiar chaqueta en sus manos.