Buenos días

- Hey Kenma - saludo Kuroo al pequeño cabeza de pudin mientras intentaba quitarle el video juego de las manos.

- Hey – fue todo lo que dijo el menor mientras movía las manos esquivando los intentos del mayor de quitarle el video juego.

- Ven a mi casa esta noche – sonó más como una petición que como una orden.

- No quiero – respondió monótonamente.

- Venga, mis padres no están en casa… Hace demasiado que no tenemos un poco de tiempo a solas – y tras decir aquello el de cabello negro le robo un rápido beso.

Hace ya un par de meses que los dos gatos empezaron con su relación formal. No esperaron demasiado, no les fue posible tomando en cuenta que el seme de la relación es Kuroo.

- No quiero – repitió – No vas a dejarme dormir – murmuro apartando la mirada y sonrojándose un poco. El mayor sonrió ante la imagen que Kenma le presento.

Kuroo tomo las manos del menor y las aparto hacia los lados dejando así espacio para poder abrazarlo, escondió su rostro entre el cuello y el hombro de Kenma e inhalo con fuerza.

- Me comportare, te deja dormir en paz… Lo prometo – retiro el rostro del cuello del menor y beso rápidamente de nuevo sus labios.

- ¿No sexo? – se encargo de rectificar.

- Yo no dije eso… dije que te dejaría dormir en paz – Kuroo sonrió.

- ¡Hey! – Kenma iba a quejarse pero antes de poder hacerlo el mayor lo tomo del brazo y se lo llevo a arrastras hasta su casa.

- Estamos en casa – dijo el mayor después de entrar.

- Kuroo idiota – fue todo lo que logro decir el cabeza de pudin.

- Si si, yo también te quiero – Kuroo volteo para sonreírle y el menor no hizo más que fruncir el ceño y apartar la mirada.

Kuroo cumplió con lo prometido, tanto el cómo Kenma quedaron profundamente dormidos antes de media noche, ignorando el hecho de que estabas exhaustos, sudados y para nada limpios.

En la mañana siguiente el primero en despertar fue Kenma quien al ver sus alrededores recordó lo ocurrido frunció el seño y suspiro. Kuroo no tenía remedio alguno. El menor volteo y al verlo tan tranquilo sonrió. Seria 1000 veces más lindo si se quedara así de tranquilo de vez en cuando.

Kenma se levando con cuidado de no despertarlo y camino por el cuarto buscando algo que ponerse, dio las gracias de que los padres del mayor no estuvieran en casa. Al final se puso una camisas y unos bóxers, los cuales ninguno de los dos eran de él.

Camino hasta la cocina para preparar algo de comer dado que la noche anterior Kuroo no lo dejo cenar correctamente. Antes de que pudiera terminar el desayuno sintió los fuertes brazos de su novio abrazándolo por la espalda.

- Hey – fue todo lo que Kenma dijo.

Kuroo lo tomo de la cadera y lo obligo a voltearse.

- ¿Qué pasa? ¿Quieres un beso de buenos días? – le pregunto el menor viendo como este se le quedaba mirando.

- No… Quiero sexo de buenos días – y tras decir aquello cargo al menor y se lo llevo de nuevo a la cama…

Fin