Hola mis estimados lectores, esta vez les traje una historia con una temática medieval, espero se entretengan...

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Una pelimorada se encontraba caminando, iba acompañada de una peliazul. Ambas se encontraban en uno de los jardines del castillo, en el cual habían variedades de bellas flores. La pelimorada portaba un hermoso vestido de la más fina tela, con un collar adornando su cuello y algunas joyas representativas en sus manos. La peliazul en cambio, vestía un pantalón de color blanco, guantes blancos y una camisa azul.

-Su alteza, ¿puedo preguntar el porqué me ha solicitado acompañarla en su paseo matutino?-preguntó la peliazul cuando se detuvieron.

-¿Uh? ¿Es que acaso a Umi le molesta acompañarme?

-¿Eh? Por supuesto que no-respondió de inmediato-es solo que..-se puso nerviosa al no saber que responder.

-Haha..estoy bromeando-la miró sonriendo-pero ya te había mencionado que no necesitas tantas formalidades conmigo..-la regañó y volvió a caminar.

-Usted sabe que-fue interrumpida.

-La injusticia, sí, lo sé..-pronunció con un tono amargo.

-No lo considero una injusticia su alteza..-dijo con voz calmada-simplemente es lo que debía ser...

-Es una injusticia-dijo encarándola al haberse detenido abruptamente-tenemos la sangre del mismo padre, pero por no tener la misma madre te han dado un trato despectivo..-dijo con rencor y apretando los puños.

-Nozomi..-pronunció en un tono bajo a la vez que tomaba sus manos y deshacía los puños-eres muy amable...pero como dije antes, las cosas se dieron porque así debían ser...-la miró a los ojos y sonrió con sinceridad-tenemos la misma sangre, pero diferentes destinos...sabes que el hombre que me tuvo a su cuidado después de la muerte de mi madre y el que me dio su apellido, es una gran persona, me enseñó muchas cosas y estoy agradecida enormemente con él..

-Pero te fuiste..-replicó.

-Fue necesario...no me dijeron bien el porqué pero era importante, además en ese viaje aprendí muchas cosas...ahora soy capaz de proteger a mi querida hermana mayor-pronunció con orgullo-además nuestro padre fue generoso al otorgarme un título y un puesto dentro de la corte..

-Aun así...es injusto..-pronunció con un dejo de tristeza.

-No pasa nada...como dije antes, de esta manera puedo protegerte y ayudarte en lo que necesites..-dijo separándose y ofreciendo su brazo para que la pelimorada lo tomara-porque yo se que me has citado porque necesitas mi ayuda con algo..

La pelimorada suspiró y entrelazó su brazo con el de la peliazul, retomaron su caminata, en la cual la peliazul esperaba pacientemente a que su hermana dijera que era lo que la molestaba.

-Verás...es probable que haya una guerra contra los del reino Argo, el cual ya sabrás tiene alianzas con los reinos Fleia y Tider...

-¿Necesitas que vaya a espiar las fuerzas enemigas?-preguntó con un toque serio al saber del posible peligro para su reino.

-No...-volvió a soltar un suspiro-sabes que estamos aliados con el reino Ryot..

-Sí-pronunció algo confundida.

-El problema es que el reino Aremis y nuestro reino no tiene bien definido una alianza..

-Ya veo, y qué es lo que necesitas que haga?

-Para simplificarlo, necesito que vayas a hablar con la princesa, actual regente, y la convensas de aceptar un compromiso...-dijo algo desanimada.

-¿Un compromiso?

-Nuestro padre está algo ausente en cuanto a cuestiones del reino, no sé qué es lo que lo mantiene tan ocupado, pero el caso es que mi madre le escuchó decir que para formar una alianza duradera debemos unir a las familias reales, es por eso que yo, Nozomi Toujo, actual princesa del reino Aris-soltó un suspiro-deberé contraer nupcias con la princesa, Eli Ayase del reino Aremis...

-¿Puedo preguntar por qué la noto tan decaída con dicho compromiso?

-Porque..-suspiró nuevamente-hace unos años, la familia real de Aremis vino a visitarnos...y dicha princesita resultó ser en demasía fastidiosa para mi gusto, añadiendo el hecho de que mi estado de ánimo no era muy apropiado dado a que mi hermana menor fue llevada lejos de mi a un paradero desconocido y sin informarme nada..-dijo mirándola con algo de recriminación.

-Lo siento..-pronunció apenada.

-Lo dijiste muchas veces cuando volviste pero aún así, me dolió mucho el que desaparecieras sin decirme nada...-desvío la mirada y luego se aclaró la garganta para continuar-retomando el tema de dicha princesa...es muy probable que se niegue a aceptar un compromiso entre nosotras..

-¿Por qué?-preguntó curiosa.

-Porque como mencioné, su actitud engreída resultó ser en demasía fastidiosa por lo que acabé empujándola a la fuente del jardín trasero..-respondió con una sonrisa al recordar aquello-desde entonces me odia..-rió un poco.

-Supongo entonces que mi tarea es algo complicada..-pronunció con una sonrisa al imaginarse a su hermana en dicha situación.

-Lo siento, pero estoy segura de que lo conseguirás, después de todo eres la duquesa Di'Aries-sonrió y se separó para hacer una ligera venia-mano derecha del rey y la más confiable de la corte.

-Cumpliré con lo pedido princesa..-hizo una pequeña reverencia y al levantar la cabeza se sorprendió al sentirse envuelta por los brazos de la pelimorada-Nozomi?

-Perdón...es sólo que...a pesar de que ya pasaron seis meses de tu regreso...siento como si fueras a desaparecer en cualquier momento como en aquella época...-pronunció con un un dejo de tristeza.

-Eso no pasará...no iré a ningún lado, ahora mi lugar es al lado de mi rey y mi princesa..-murmuró con voz calmada y acariciando los cabellos de su hermana para calmarla.

-Bien...será mejor que sea así-se separó del abrazo-porque sino te castigaré-dijo con una sonrisa amenazante.

-S-sí...-respondió asustada y nerviosa-b-bueno, partiré lo más pronto posible al reino de Aremis para cumplir con tu pedido-cambió de tema-te avisaré cuando me vaya.

La pelimorada asintió y se dio la vuelta, para adentrarse al castillo, por su lado la peliazul soltó un suspiro y se dirigió en dirección contraria para alistar lo que necesitaría en su viaje.

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Dentro del carruaje que la llevaría al reino de Aremis, la peliazul se encontraba tranquilamente leyendo un libro de pasta marrón. Esta vez vestía un pantalón de color negro con un cincho del cual colgaba una espada enfundada, una chaqueta blanca con bordados dorados, la cual estaba cerrada con algunos botones dorados, además de tener bordado el símbolo de su reino en el lado izquierdo y nuevamente portaba unos guantes blancos.

-Mi señora, hemos llegado-dijo un hombre abriendo la puerta del carruaje.

-Gracias..-pronunció cerrando su libro, y al bajar del carruaje fue interceptada por un guardia del castillo de Aremis.

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En un salón del trono, dos personas se encontraban discutiendo. Aunque al observar con detenimiento se podía apreciar a una madre regañando a su hija, la cual estaba sentada en el trono real con una mueca fastidiada.

-¿Entiendes eso Eli?-preguntó con un tono amargo.

-No me voy a casar con nadie-replicó con molestia.

-Entonces no lo entiendes-dijo la mujer con una expresión cansada e irritada-tu padre está enfermo, y tú apenas tienes 17.

-¿Y qué?

-El reino de Argo siempre ha sido gobernado por reyes ambiciosos de poder, y su actual rey no es la excepción-explicó nuevamente y sobándose la sien-somos un blanco débil para él en estos momentos, necesitamos una alianza poderosa para que no nos ataquen.

-Entiendo esa parte madre, lo que no entiendo es porqué tengo que casarme!

-Es la única manera de crear una vínculo y una alianza duradera.

-No es lo único..

-Suficiente!-exclamó irritada por la actitud de su hija-te había concedido la regencia porque creí que sabrías cumplir tu deber, pero me equivoqué.

-Mamá..

-No, me has decepcionado-la miró con seriedad-has rechazado todas las propuestas de matrimonio de los herederos de muchos reinos-recriminó con molestia-así que tu puesto de regente será removido y yo tomaré el cargo-antes de que la rubia pudiera replicar la detuvo-sabes que tu padre estará de acuerdo conmigo-Eli cerró la boca con molestia-con eso en claro, ya que no aceptaste ninguna propuesta, elegiré a tu futuro cónyuge.

-Tch..-se notaba irritada pero se mantuvo en silencio.

-La duquesa Di'Aries solicita audiencia con la princesa-informó un solado cortando el silencio.

-Concedida-pronunció la reina y pasó a sentarse en el otro trono.

-Buenas tardes sus altezas-saludó la peliazul haciendo una ligera reverencia.

-Duquesa, ¿a qué se debe su visita?-preguntó la reina, quien conocía bien el reino del cual provenía la peliazul, hecho que Eli ignoraba, quien se encontraba con el ceño fruncido y tratando de calmarse.

-Verá su alteza, vine a pedir la mano de la princesa Eli en matrimonio-respondió con una sonrisa.

-Eh?-pronunciaron ambas rubias.

-"Esa unión sería muy beneficiosa, contando todos los logros que esta chiquilla carga a pesar de su corta edad"-pensó la reina con una sonrisa-excelente..-pronunció sonriendo, sin dejar paso a más explicaciones por parte de la peliazul-te concedo la mano de mi hija, será un honor incluirte a la familia real duquesa Di'Aries..

-¿Uh?-pronunció confundida tratando de asimilar lo que se le había dicho-"espera qué?"

-¿Me vas a comprometer con ella?-murmuró Eli con cierta molestia.

-Es una duquesa que a pesar de ser tan joven ha logrado grandes cosas, sin duda será una gran reina, y ambas llevarán a un futuro próspero a nuestro reino..-explicó en voz baja, además de ver como la peliazul se encontraba pensativa.

-Pero..-trató de refutar mas fue interrumpida.

-Si rechazas también esto entonces me veré obligada a comprometerte con la princesa de Aris..-al decir eso su hija se puso pálida y decidió mejor no contradecir a su madre.

-Espere alteza yo..-al analizar bien las palabras de la reina, se puso nerviosa y trató de explicar bien la situación, pero no pudo hacerlo.

-Muy bien, para formalizar este compromiso supongo deberemos solicitar la aprobación de tu rey, así que, partiremos ahora mismo hacia el reino de Aris-dijo la rubia mayor sin dar opción a mayor explicación.

-Pe-pero..-pronunció la peliazul sumamente nerviosa, pero fue ignorada totalmente.

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No supo como fue que el tiempo pasó tan rápido y las acciones también, ya que se encontraban frente a las puertas del castillo de Aris, las cuales prontamente se abrieron para dar paso a las dos rubias y a la peliazul, quien se encontraba pálida y muy nerviosa.

-"¡¿Cómo fue que pasó todo esto?!"-se preguntó a la vez que caminaba hacia el salón del trono, al llegar con su compañía, pudo ver a Nozomi y su madre, ambas sentadas en los tronos.

-Reina Mariane, princesa Eli, debo suponer que su visita se debe a que la duquesa les hizo presente mi solicitud-habló la pelimorada sentada en uno de los tronos reales, además de portar una sonrisa ensayada-"¿qué le pasa a Umi?"-se preguntó con ligera preocupación.

-¿Solicitud?..."entonces ella la envío.."-pensó la rubia mayor con una sonrisa-así es, para empezar debo informar que estoy asumiendo la regencia de mi reino ahora.

-Entiendo..

-Y sobre la solicitud, estamos de acuerdo en que mi hija despose a la duquesa Di'Aries-terminó de hablar con una sonrisa.

-¿La..duquesa?-pronunció sorprendida y confundida Nozomi.

-Así es, ella fue a pedir la mano de mi hija en matrimonio, la cual fue concedida-respondió frunciendo ligeramente el ceño ante los rostros confundidos de las mujeres sentadas.

-Umi..-la llamó la pelimorada, sorprendiendo a las rubias por la informalidad con la que la llamaba-qué fue lo que pasó?

-Yo..-alzó la vista para explicarse, pero fue interrumpida.

-Sabía que fue un error haberte dado esa confianza, tu chiquilla-la madre de la pelimorada estaba enfurecida, tanto que se había levantado del trono para acercarse peligrosamente a la peliazul-eres igual a tu madre, esa sucia ramera!-exclamó con furia.

-Madre!-exclamó la pelimorada molesta por la actitud de su progenitora.

La peliazul se mordió el labio inferior y apretó los puños. Detestaba que alguien se refiriera a su madre con desprecio, pero sabía también que la pelinegra que le gritaba siempre la había odiado, siempre odió su mera existencia. Por su lado, las rubias invitadas no entendían bien todo aquello, y la rubia mayor se encontraba ligeramente irritada al ver la actitud de la otra reina. Mas todo se interrumpió cuando las puertas se abrieron, y un pelimorado de ojos turquesas ingresó, tenía el ceño fruncido, sus pisadas eran fuertes, delatando su molestia.

-Tus gritos se escuchan por todo el castillo, Celeste-dijo el hombre con un tono molesto.

-Satoshi...-siseó la mujer.

-Umi, me disculpo por la actitud de esta mujer..-dijo mirándole con cariño y luego dirigió su mirada a las invitadas-pero vaya que es oportuno el tenerlas aquí presentes-se dirigió a ellas con una sonrisa.

-¿A qué se refiere?-preguntó la rubia mayor.

-He terminado unos arreglos y pensaba dirigirme a su reino para poder proponerles algo, pero supongo que tendré que hacerlo ahora-sonrió con amabilidad, todas las presentes se encontraban ligeramente sorprendidas y confundidas.

-¿Y qué sería eso?-preguntó la reina de Aremis.

-Para empezar reina Mariane, me gustaría presentarle a mi hija-se acercó a Umi y la abrazó por los hombros-Umi..

-¿Su hija?-pronunciaron ambas rubias sorprendidas.

-Satoshi, qué estas diciendo?-siseó la mujer pelinegra.

-¿S-su majestad?-pronunció la peliazul también sorprendida y algo nerviosa.

-Umi, eres mi hija, y ya no hay necesidad de ocultar ese hecho-dijo con un tono serio-y tú-miró a su esposa-no vuelvas a hablar como lo hiciste sobre Sayuri, ella nunca fue como la describiste-dijo con odio y separándose de la peliazul-¿crees que no sé todos los rumores que esparciste sobre ella? ¿Todas las mentiras que divulgaste?-se acercó peligrosamente a la pelinegra, quien se veía asustada-¿y que trataste de matar a mi hija?-entonces la mujer sintió pavor-pero, eso se acabó-sonrió con arrogancia-guardias-llamó y al instante dos hombres se acercaron-llévenla al calabozo, no me importa el trato que le den-dijo con frialdad.

-Espera! ¿Con qué cargo me mandarás ahí? No puedes hacerlo!-exclamó tratando de buscar una escapatoria.

-Te encerraré por intento de asesinato a la futura reina de Aris..-respondió con una sonrisa y señalando con una mano a la peliazul.

Entonces lo guardias se llevaron a la mujer de ahí, dejando a los demás con sorpresa y algo confundidos. Sobre todo las visitantes de otro reino. Nozomi en cambio prefirió mantenerse calmada, ya que ella sabía de todo lo que su madre hacía, además de no haber recibido nunca alguna muestra de afecto, por lo que no sintió mucho al ver a su madre apresada y sacada de ahí. Además, esperaría pacientemente la explicación de su padre.

-Me disculpo por haberlas hecho presenciar eso-dijo con una sonrisa sincera-pero continuando con lo que iba a decir-se aclaró la garganta-ambos sabemos que nuestros reinos necesitan formar una alianza, reina Mariane-la aludida asintió-es por eso que creí conveniente la unión de mi hija-señaló a la peliazul-con la princesa de Aremis-finalizó de hablar.

-¿Eh?-apenas pronunció la peliazul, ya que se encontraba en demasía confundida por todos los hechos ocurridos.

-Entonces es clara la coincidencia, justamente estábamos aquí para aceptar eso, ya que la duquesa fue a pedir la mano de mi hija-dijo de manera calmada.

-Vaya, entonces ¿tú también caíste en los encantos de la princesa de Aremis, Umi?-preguntó con un tono divertido.

-N-no...y-yo..

-Eso fue mi culpa padre-habló la pelimorada para salvar a su hermana al verla tan nerviosa.

-¿Nozomi?

-Luego te lo explicaré..-soltó un suspiro.

-Por favor princesa, deléitenos con lo que sucedió, porque la verdad en estos momentos me encuentro confundida-dijo la reina de Aremis.

-Nuestra invitada está haciendo una petición hija..-habló el rey.

-...-Nozomi miró a Umi y luego suspiró-mi madre me comentó tu idea sobre unir ambos reinos, había mandado a Umi para que concretara un compromiso entre su princesa y yo..-explicó.

-Entonces..-todos miraron a la peliazul, quien se encontraba visiblemente nerviosa y evitando hacer contacto visual.

-Y-yo...-tartamudeó y sintió que la garganta se le secó al sentirse intimidada, la pelimorada entonces se levanto de su asiento y se acercó a ella.

-Umi, solo explica que fue lo que sucedió..-dijo con un tono cariñoso.

-Y-yo pedí su mano pero...antes de que pudiera explicarme bien..lo habían malentendido y..y no pude decir nada hasta este momento...-explicó mirando a todos lados menos a los presentes, además de estar jugueteando con sus dedos.

Una clara carcajada proveniente del rey resonó en el salón, mientras las otras presentes reían delicadamente, ante la vergüenza de la peliazul, quien tenía el rostro cubierto por un rubor.

-De verdad te pareces a Sayuri...-habló el rey con tono melancólico después de calmarse, acarició los cabellos azules con cariño y luego volvió su mirada a las visitantes del otro reino-entonces...aceptará el compromiso con mi hija, princesa Eli?-preguntó directamente a la aludida.

-...-la rubia intercambió una mirada con su madre, y luego volvió a mirar al rey-espero que esta unión sea próspera-respondió con una leve inclinación de cabeza.

-Bien, dada la afirmativa, nosotros podemos pasar a un salón adyacente para ver el acuerdo prenupcial y la alianza-indicó el rey a la reina con una sonrisa sincera, luego miró a las tres jóvenes-ustedes pueden ir conviviendo, pronto serán familia.

Ambos adultos salieron del salón del trono para dirigirse a otro espacio, al instante el lugar se sumió en un silencio incómodo. La pelimorada tenía muchas preguntas en mente, por lo que se encontraba pensativa; la rubia tenía brazos cruzados y el ceño fruncido; la peliazul estaba parada en el mismo sitio en el que estuvo todo el rato, se encontraba nerviosa y confundida.

-"Creí que hoy sería un día normal.."-pensó la peliazul después de tragar pesado al sentir su incomodidad creciendo.

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Lo prometido es deuda Xd, bueno, pensaba hacer esta historia algo divertida, por lo que podrán notar que la primera parte se veía ligeramente divertida, y después se empezó a tornar algo más serio. Esto se debe a que estaba triste por algo pero ya les había comentado que subiría esta nueva historia, así que aquí está...

Bueno, hablando sobre la historia en sí, no sé si les habrá gustado, la verdad espero que sí, porque me costó escribir esto (por la tristeza y todo) y pues no estoy segura que tan bien narré la época medieval, así que por favor no sean tan críticos con ese aspecto (hago lo que puedo n.n) además, no sé muy bien cómo se daban los títulos en esa época pero creo que les otorgaban un nombre especial a cada noble (por eso es lo de Duquesa Di'Aries...) no estoy muy segura de este aspecto pero seguiré de esta manera, otorgando títulos y nombres :v

Bien, creo que me he explayado esta vez en las notas que suelo dejar, pero quiero acabar deseándoles un feliz año nuevo, espero que todas sus metas para el 2018 se cumplan y tengan nuevas y bonitas experiencias en un año más.

En fin, me despido n.n