Habían pasado mas de 4 años desde la gran batalla por el destino del mundo mágico, y aunque aun se recordaba todo el sufrimiento y la desesperación que se había vivido, para muchos magos y brujas parecía solo una pesadilla lejana, pero a pesar del transcurso del tiempo Harry Potter no había olvidado muchas cosas, unas mas tristes que otras, incluso aquel día.
Flash Back
Había pasado una semana de la muerte de lord Voldemort, y en Hogwarts no se terminaba el trabajo, la cruel imagen de la guerra parecía no querer irse y entre mas escombros quitaban, jóvenes cuerpos sin vida aparecían, y la lista de desaparecidos iba acortándose para alivio y sufrimiento de muchos, entre los tantos nombres muchos de ellos eran conocidos de Harry, quien se encontraba intentando poner su granito de arena junto a sus amigos y profesores, Hagrid estaba entre ellos animándolos diciendo palabras dulces y de vez en cuando cantando, pero al igual que todos por dentro lloraba al ver a jóvenes que llego a apreciar con todo su corazón.
En un pequeño descanso que se tomaron Hagrid decidió ir a ver a su hermano al bosque prohibido, en el camino iba recordando a sus queridas mascotas y el momento en que las tuvo que dejar ir para que se fueran a un lugar mas seguro, sabia que ellos por su instinto habían encontrado muy buenos lugares y aunque algunas regresaron a Hogwarts alegrándolo un poco, de otros no sabia que había pasado.
Estaba tan sumido en sus pensamientos que no noto como unos arbustos se movían, hasta que escucho un suave y lastimero gemido puso su atención en aquel ser de color negro que salia de entre las ramas hasta caer en la inconsciencia, con temor se acerco poco a poco y con su pie hizo girar aquel bulto dejando escapar un grito de sorpresa que alerto a los aurores que estaban revisando los alrededores del bosque en busca de mortifagos prófugos, llegaron tan rápido como pudieron y para sorpresa de los presentes se encontraron con un semi-gigante cargando al mismísimo Profesor Severus Snape, quien se supone debería estar muerto.
El alboroto se hizo presente cuando Hagrid llego al pequeño grupo de alumnos, contando entre lágrimas a quien había encontrado, todos se sorprendieron pero Harry fue el primero en preguntar donde estaba el profesor.
-se lo llevaron los Aurores... e-estaba muy mal...no saben que pasara con el...- todos miraron a Hagrid quien no dejaba de llorar haciendo que algunos dejaran fluir sus lágrimas, después de tanto tiempo una buena noticia que les elevaba un poco el espíritu.
A pesar de todo, y de muchos intentos fallidos Harry no pudo ver al Prof. Snape en San Mungo, mas sin embargo el poco tiempo que había transcurrido desde que apareció Snape no evito que la monotonía volviera, y los días siguieron su curso, sin embargo, no todo era tranquilidad, al menos no para Harry quien no dejaba de ir esperando respuestas, hasta que le pregunto abiertamente a un medimago que había pasado con el profesor pudo saber la verdad. Después de esa batalla y por más esfuerzos que hizo Snape por prevenir la toxina mortal de Naggini, esta surtió efecto, dejándolo con la fuerza suficiente para escapar al bosque prohibido donde callo inconsciente, para suerte del profesor, Hagrid estaba cerca, ahora solo era cuestión de mantenerlo hospitalizado para mantenerlo estable.
Fin del flash back
Un suspiro salio de los labios de Harry, las clases de aurores eran muy importantes pero él no podía dejar de recordar, hoy era de esos días en que tenia recuerdos vividos, sabia que seria una noche larga, recordar muchas veces es bueno pero como todo en la vida de Harry para el no lo era, su mente vagaba desde el momento en que encontraron al Profesor hasta los problemas que surgieron después.
Su vida tuvo un vuelco enorme, entre la limpieza de Hogwarts, sus visitas al hospital y las ceremonias en honor a los caídos en batalla, su vida social y principalmente la sentimental se fueron de picada, empezando con la menor de los Weasley, por desgracia, su recién iniciada relación no soporto el hecho que Harry se aferrara tanto a Hogwarts y a saber que le había pasado a su profesor, tenían problemas casi todos los días reclamos, quejas, gritos, insultos, hasta que una buena tarde, Giny no controlo sus palabras y toco un tema sensible para Harry, lo cual marco el termino de la relación con Giny sorprendida por lo que había dicho y Harry azotando la puerta de la casa.
En ese momento muchos pudieron pensar que las cosas se arreglaron con una tranquila platica pero no fue así, en esos días Harry dejo de ir a la madriguera para evitar conflictos con los Weasley, y sobre todo ver o hablar con la chica, por su parte Ron como buen amigo le había aconsejado no tomarse las cosas tan en serio, pero ni Hermione sabia lo que le pasaba a su querido amigo, pero Potter tan terco como era, había ocultado todo rastro de su mal, ahora el visitaba a los Weasley pero solo para fechas importantes y cumpleaños, menos el de Giny como era de pensarse, aun así le mandaba regalos aunque solo fuera para despistar un poco.
Las clases terminaron y hoy había quedado de cenar con los enamorados Ron y Herm, eso era de las pocas cosas que disfrutaba, caminaba por las calles repasando en su mente los hechizos que apenas presto atención y el pedir los apuntes a algún compañero, al llegar a su pequeño departamento lanzo su mochila y se metió a bañar, solo hasta sentirse seguro en su casa dejo que su cuerpo perdiera el control, comenzó a temblar y a tomar mechones de cabello con fuerza, mientras el agua caía en su cuerpo se dejo caer hasta quedar recostado en posición fetal, sus ojos bailaban de manera descontrolada a todas y ninguna parte, y en su mente las imágenes de aquellos muertos en los escombros se movían a velocidad sorprendente, al final solo perdió la razón.
Unos cuantos minutos después Harry recobro la conciencia, cerro las llaves de la regadera y salio de la ducha al botiquín, con sus manos temblorosas suspiro y saco unos medicamentos muggles, ¿cuando había comenzado a ser dependiente de esas tabletas? Ni el lo recordaba quizás un año o menos después de la batalla... no recordaba, lo único que le importaba es que le controlaba aquellos ataques de pánico como había nombrado.
Aquellos ataques eran muy regulares en Harry, pero sabia que no podía sufrirlo fuera de su casa, no dejaba de preguntarse por que no había ido a ver a un medimago, constantemente pensaba que era solo un juego macabro de su mente, no tenia un síntoma si no un patrón, al final solo suspiro se vistió con lo primero que encontró y lo olvido, Caminaba con paso lento a su sofá y leer un poco el profeta, notando que tenia varias cartas, pronto seria su cumpleaños, se emocionaba saber que vería todos sus amigos, incluso al engreído de Malfoy, quien como de costumbre lo retaría a alguna competencia tonta, incluso con cartas lo felicitaban con meses de anticipación o le enviaban bromas como el caso de los gemelos y una que otra vez de Luna, mientras pasaba las cartas una lo tomo por sorpresa, era de San Mungo, la abrió con desesperación y comenzó a leer.
Poco a poco sus ojos comenzaron a mojarse y la carta callo a sus pies mientras se cubría el rostro y lloraba desconsoladamente.
continuara...
