Insinuación Tom/Bill.

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No importaba lo que hiciera, estaba condenado a ser un símbolo sexual.

Era tan perfecto, ¡por Dios que lo era!

Aun acabara de terminar un concierto y estuviese todo sudado y agotado, seguía pareciendo un adonis, y no es que lo diga él, las fans lo hacían y su reflejo lo confirmaba.

Tom Kaulitz era lo mejor del mundo, según él mismo.

A la hora de una presentación en vivo, se olvidaba un poco de su perfección, a veces los nervios son más intensos -no es que se vea menos guapo cuando tiene una crisis nerviosa-. Pero si se trata de una entrevista, era mejor no atravesarse entre él y el espejo... o entre todo aquello en lo que se pudiera reflejar.

La ropa ancha y el estilo de rapero que siempre llevaba. ¿Qué colores le favorecían? Pues ninguno, el mérito de verse siempre bien era suyo. Él hacía que un color se luciera con solo llevarlo puesto, no al revés. La gorra acomodada de lado, podría parecer una señal de descuido, pero era un toque sumamente esencial en su vestimenta. Un centímetro más a la izquierda podría ser fatal.

Pero, ey, no era todo felicidad en su vida de perfección. Era su persona quien tenía que cargar con la enorme cruz de ser uno de los símbolos sexuales de la banda que conquistó Europa y que ahora iba por América.

Cómo sus rastas caían divinamente sobre sus hombros y cómo se paralizaba el mundo a la hora en la que se quitaba la camisa. ¡Cielos!, ¿acaso podría ser mejor?, se preguntaba. Si quería un revolcón con alguna chica que estuviera buena –pero no tanto como él-, lo único que necesitaba era recurrir a su mirada matadora y penetrante, esa que decía soy Tom, ámame. Eres lo único que necesitas, sábelo.

Muchos decían que la chica del grupo era Bill, pero Gustav pensaba que había un empate entre los dos hermanitos, es que si bien Tom no usaba maquillaje era alegando que se trataba de una máscara que no dejaba ver su maravillosa belleza natural.

En secreto, ambos gemelos discutían por saber quién de los dos era el más sexy, Bill decía que tenía más clase y que era más fashion, Tom decía que no necesitaba nada de eso para resaltar. Los rumores cuentan que pelean por cualquier cosa, la cosa de la que hablaban era esa, un asunto de suma importancia tratar de discernir de dos personas físicamente idénticas, cuál se veía mejor.

Pero en secreto también se sabía que la única razón por la que a Tom no le duraba una chica nunca, era porque se decía que ninguna estaba a la altura. Era obvio que sólo podría estar de por vida con alguien de igual gracia y encanto.

Alguien como él, por supuesto. Alguien igual a él, claro.

No se amaba a sí mismo en exceso, lo que amaba era parecerse tanto que a la hora de meterse mano en la soledad del baño, podía voltear al espejo e imaginar que era otra persona la que gemía extasiado por sus caricias.

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Esta fue una dizque parodia, no los culpo si no se rieron, yo suckeo para el humor -o-. Lo mismo el título, el peor que he usado en la historia -para mí-.

Para el reto semanal de LMF.