TITULO: QUÉ PASARÍA SI…
N.A. I DON´T OWN NORAGAMI. THIS IS A FANTASY STORY BASED ON THE MANGA. I ALWAYS WONDER ABOUT THE FINAL SO THAT ´S WHY I CAME UP WITH THIS STORY.
PREFACIO
Hiyori se encuentra de nuevo con Nora. Esta vez ella está junto a Padre, el humano cuyo deseo hizo que naciera Yato.
"Padre, ¿puedo matarla?
"Todavía no, Michuzuki". Contesta el hombre al costado de ella, acariciándola dulcemente la cabeza.
Hiyori recién reacciona a la situación.
"Fujisaki- san, eres el padre de Yato". Dice Hiyori mirando que se acerca su destino.
"Hiyori-chan, lo siento por esto, pero te interpones entre el estúpido de mi hijo y yo". Continúa el chico. "Michuzuki, no la hieras mucho, sólo queremos mandarle una advertencia a Yaboku".
"Sí Padre". Contesta Nora.
El tesoro divino junto a su maestro, se abalanzan hacia la mitad ayakashi.
Hiyori no encuentra modo de escapar. El tesoro y el cordón que la une a la Frontera del más allá se interceptan, es obvio que todos saben cómo termina todo.
"Ya...to"
Es lo último que dice Hiyori antes de desmayarse, debilitada por el ataque del cordón que le permitía seguir viva.
CAPÍTULO 1: NO TE DEJARÉ MORIR
Yato había tenido un mal presentimiento toda la mañana, pensaba ir a buscar a Hiyori después de la escuela.
Sabía que algo estaba por ocurrir.
Haces unos días Nora se había aparecido frente a él de nuevo, pero esta vez sus palabras realmente lo habían asustado.
"Lo más importante para ti se te será arrebatado, Yato". Le dijo Nora con una sonrisa burlona.
Él no iba a dejar que le ocurriera algo a Hiyori y a Yukine. Los iba a proteger a costa de su vida. Tenía que estar preparado, pero aún así ese día no pudo ir a ver a Hiyori.
El trabajo como nuevo dios de la felicidad se le había acumulado, trató de terminarlo lo más rápido posible para ir a buscar a la mitad ayakashi.
Y cuando logró terminar y fue a hallarla, se encontró con la figura de una chica desmayada y con rostro de dolor.
El rostro de felicidad y tranquilidad que había obtenido estos últimos meses por ella, fue convirtiéndose en un rostro afligido al ver cómo la mitad ayakashi luchaba para seguir viviendo.
"Hi-yori". Dijo Yato tocándole el rostro para revisar que le había pasado.
El dios notó que el cordón estaba casi destruido a punto de desvanecerse.
Inmediatamente Yato llevó a Hiyori a la casa de Kofuko.
"¡Kofuko!". Gritó el dios cuando llegó a la casa.
"¿Yato-chan, qué pa-?" La diosa de la pobreza llevó sus manos a la boca en reacción de asombro. "Hiyorin"
La diosa veía tendida en el suelo de la casa a la mitad ayakashi, moribunda. Sus lágrimas empezaron a caer en su rostro.
"Kofuko, ¿Qué hago?... Hiyori, Hiyori está a punto de morir". Hablaba Yato desesperado, al costado de la chica, sujetando fuertemente su mano.
Daikoku y Yukine al escuchar los gritos bajaron del ático.
"Hiyori". Dijo Yukine mirando horrorizado la escena.
"Yato, pero ¿Qué paso?". Continuó Daikoku.
"Yo no lo sé...Ayúdenme, sino hago algo .Hiyori morirá". Dijo Yato mirando a la chica agonizante.
Daikoku miró más detenidamente a Hiyori.
"Su cordón está destrozado". Desviando la mirada ahora. "Yato, no hay nada que podamos hacer".
Yato empezó a llorar después de esas palabras.
"Si sólo pudiéramos regenerar el cordón que la une". Continuó Kofuko.
Yato ya no escuchaba más palabras. Se acercó a la mitad ayakashi.
"Hiyori, lo siento mucho". Estas palabras fueron dirigidas a la chica.
La chica ya no reaccionaba, su alma se desvanecía poco a poco. Hiyori despertó por un momento. Vio a llorar a Yato.
"Yato, no llores. Estoy aquí". Le dijo la chica al dios acariciándole la mejilla.
"Hiyori". El dios contuvo sus lágrimas, se acercó más a Hiyori. "No te dejaré morir".
Yato puso más cerca de su cuerpo a la mitad ayakashi. Y repitió las mismas palabras de hace un momento.
"No te dejaré morir".
Acercó sus labios a los de Hiyori, el dios besó a la mitad ayakashi.
Hiyori cerró sus ojos. Ya faltaba poco para que se desvaneciera por completo.
"Yato, ya no más. Hiyori ya está…" Dijo Daikoku con un rostro apenado.
"¡No!". Gritó el dios, juntando más su cuerpo con el alma de la mitad ayakashi. "No la dejaré morir. Hiyori, vamos vuelve a mí, por favor. Te necesito".
Yato volvió a llorar.
"Hiyori, te necesito". Seguía el dios diciendo en voz baja, abrazando lo última que quedaba del alma de la chica.
"Yato…" Dijo Yukine, apartando la mirada para que no lo vieran llorar, pero después fue abrazado con dulzura por Kofuko quien también tenía lágrimas en los ojos.
"Hiyori, te necesito. Regresa. Por favor, los dioses también tienen deseos, yo deseo que vuelvas". Terminó su oración abrazando más fuerte a la mitad ayakashi.
Con esto último, todos esperaban en silencio. La muerte estaba ahí. Yato no quería separarse de Hiyori.
"Yato, es suficiente". Dijo Kofuko esta vez seriamente deja que su alma se desvanezca tranquilamente".
Esta vez, Yato aceptó las palabras de la diosa y se separó de Hiyori, la mirada del dios ya no se veía.
Se levantó sin decir nada a los presentes. Sé volteó y dio unos pasos hacia afuera. Cuando estaba a punto de irse escuchó unos latidos muy fuertes, pensó que eran de su corazón, pero se sorprende cuando escucha la voz de su tesoro sagrado.
"¡Yato!". Gritó el tesoro sagrado "¡Hiyori!"
El alma de la chica que estaba despareciendo, empezaba a tomar forma de nuevo.
Yato abrió sus ojos sorprendido, todos lo estaban.
Estaba acercándose a ella, cuando de repente siente un dolor en el pecho. Una luz estaba saliendo de él.
"¿Qué es esto?". Dijo Yato al verlo.
"Eso es tu poder divino". Contestó Kofuko seriamente. "Tu propio poder va a cumplir el deseo de no dejar a Hiyori morir".
Yato miró al alma casi sin vida de Hiyori.
"Con esto, ¿Hiyori no morirá?". Se acercó a ella con mucho cuidado sujetó a la mitad ayakashi con una mano y con la otra agarró la luz que salía de su cuerpo.
"Yato, espera, no sabemos lo que le pueda suceder a Hiyori después… ni a ti". Dijo Daikoku para evitar que el dios continuara.
"No me importa. Si es la única forma de salvarla, entonces lo haré, luego pensaré en las consecuencias". Yato pasó el orbe de luz que tenía y lo colocó en el cuerpo de Hiyori besándola una vez más.
Hiyori esta vez volvió por completo y en su rostro ya se veía color, empezó abrir los ojos poco a poco y vio a Yato a su lado, dulcemente y en voz baja dijo.
"Yato". Sonrió la chica.
"Hiyori". Lloró Yato.
"Te dije que no lloraras. Estoy bien". Continuó la mitad ayakashi.
"Es cierto, ya estás bien". Sonrió el dios con los ojos lleno de lágrimas.
El dios puso a Hiyori al suelo de la casa de nuevo. Se quedó a un lado de ella. Y dijo de nuevo.
"Qué bueno que estas bi…en".
Terminando la oración, el dios se desmaya.
"¡Yato!". Todos los presentes gritan, excepto la mitad ayakashi quien también se había quedado dormida.
