Bienvenidos a mi nuevo fic.

Dedicatoria: RAkAoMi te regalo este fic desde mi corazón, como agradecimiento de tantos momentos que has grabado en mi imaginación durante años con tus fics.

La idea original y creación de este fanfiction salió inspirada del oneshoot "Mi Pequeña Hada" de RAkAoMi, léanlo, es altamente recomendable ;)


Abril 1975, Sherwood, Inglaterra.

Hoy es mi cumpleaños, hoy tengo 50 años y al fin lo conseguí, te tengo hermosa mía… mía.

En las sombras se ocultaba un hombre de porte encorvado que dejaba escapar risillas enfermas y roncas. Sus ojos, oscuros como pozos de amargura, miraban desorbitados a la brillante y delicada figurita femenina que mantenía presa de sus alitas entre sus temblorosas manos viejas.

El hada plateada se agitaba sin control, intentando usar su magia y desembarazarse de ese horrible humano. Sus ojos zafiro se llenaron de lágrimas sin entender qué le sucedía.

-Sshh…- Susurró el mago despidiendo un aliento putrefacto. El hada se mareo de solo olerlo –No te lastimes tú sola. Conmigo serás muy feliz, me amarás… sí lo harás, lo harás…- Asintió fervientemente. El hada soltó un chillido, parecido al sonido de una cuerda de arpa tronándose –Sí, yo también estoy emocionado.

Se puso de pie, ayudándose de su bastón. El hada se columpió en su mano libre, chillando de protesta. El mago la miró extasiado –Te amo- Le susurró.

Fema, como se le conocería después a la primera hada capturada, miró aterrada como aquel mago ponzoñoso se abría su túnica mostrándole una esfera de cristal coronada por el ojo solidificado de un Unicornio. Fema entendió al fin a qué se debía que su magia no funcionara, ni que su voz saliera como debería. Y cuando fue introducida a aquella esfera, su vida dejó de tener sentido.

29 de Mayo de 1998, Colegio Hogwarts.

-Ve a dormir, mañana será otro día- Dijo Hermione intentando darle ánimos a su mejor amigo. Las cicatrices en su rostro se hicieron más vistosas y feas al marcarse su sonrisa brillante.

Harry contuvo con gemido de dolor. Se deshacía siempre que veía las terribles heridas que habían dejado marcada de por vida a Hermione.

-Lo siento- Susurró ella borrando la sonrisa de su rostro –No quise asustarte. Buenas noches- Se levantó y fue hasta las escaleras, pero antes de subir sintió un pecho cálido y unos brazos fuertes rodeándola –Harry- Suspiró oliendo el aroma de aquel que amaba tanto.

-Jamás me asustarías. No seas boba- Pidió besándole la coronilla. Los rizos castaños le hicieron cosquillas en la nariz –Yo soy el que debo pedirte perdón. Por mi culpa tú…

-No- Ella se giró, aún entre sus brazos para mirarle con reproche –Prometiste que no volverías a culparte por esto.

-¿Cómo no hacerlo?

-Pues así, simplemente no haciéndolo- Replicó empujándolo suavemente –A todos nos quedaron cicatrices de la guerra, Harry- Puso un dedo sobre el rayo de su frente, mirándolo con cariño –Solo que algunas son más obvias que otras.

-Nunca quise que te pasara esto.

-Afortunadamente para mí, no soy una chica superficial- Sonrió –Eso ayuda. Si no sería muy desdichada con mi nueva apariencia. Lo importante es que estoy viva, y puedo seguir con la gente que quiero- Lo miró significativamente. Harry sintió un calor delicioso en su pecho. La apretó más contra él.

-Para mí sigues siendo bonita.

-Gracias- Se soltó de él y subió las escaleras.

Al entrar en su dormitorio de prefecta, inconscientemente volteó hacia el espejo de su tocador, que ahora permanecía escondido bajo una sábana rosa. Se mentalizó para no ir hacia él, pero algo más fuerte que ella la impulsó y terminó descubriendo el espejo.

Una joven delgaducha y pálida estaba ahí, con la cara atravesada por tres cortes que deformaban sus mejillas y sus labios. Esa joven comenzó a llorar profundamente, dejándose caer de rodillas al suelo mientras se abrazaba a sí misma.

Hermione intentaba ser fuerte, "No importa tu apariencia, sino lo que vales por dentro" Se repetía cada segundo como un mantra desesperado. Pero no podía convencerse. Nunca se consideró bonita, pero su nuevo rostro dejaba mucho qué desear.

Todo era culpa de Bellatrix Lestrange, que como última alternativa al verse vencida y desarmada, se le fue encima con su daga maldita y le rebanó el rostro hasta que pudo quitársela y lanzarle un hechizo paralizante.

Ahora, a días después de vencer a Voldemort, la autoestima de Hermione estaba por los suelos, y pese a que el mundo la consideraba una heroína, ella solo podía verse peor que un trol.

No dejaba de pensar que ahora menos lograría que Harry se fijara en ella.

Harry entró a la habitación de los chicos y miró disgustado que todos seguían despiertos.

-Qué cara- Dijo Neville echándose en su cama -¿Estás molesto, Harry?

-No, solo cansado- Respondió meditabundo notando que Ron seguía evadiéndole la mirada.

-Todos estamos molidos- Siguió Dean lanzando un bostezo –Recoger escombros y reparar muros es una lata. Espero que McGonagall ya regrese para que podamos regresar a clases.

Seamus soltó una carcajada –Jamás creí que te escucharía decir algo así.

-No es el único- Aseguró Neville –Yo también quiero que todo vuelva a la normalidad.

-¡Eso es imposible!- Gritó Ron. Todos le miraron sorprendidos -¿Qué te crees Neville? Tus comentarios son puras idioteces, se nota que no perdiste a nadie.

Neville lo miró apenado –Disculpa, Ron. No quise decir nada grosero contra todos los que cayeron en la batalla. Pero me parece normal que la vida siga, y que si nosotros sobrevivimos entonces aprovechemos todo para ser felices.

-Ser felices…- Murmuró el pelirrojo como si fuera una maldición –Díselo a mi hermano George.

-Se lo he dicho- Replicó Neville sin dejarse amedrentar –Le di mi pésame y le deseé de todo corazón que fuera feliz algún día.

Ron lo miró desesperado, su enojo aún no había pasado y necesitaba liberarlo, pero Neville no parecía dispuesto a recibirlo. Sin pensarlo miró a Harry y se desquitó con él

-¡Hasta Neville tiene más tacto que tú, idiota! Y eso que no era mi cuñado, ni tampoco el niño al que tanto cuidó mi familia- Acusó.

Harry sintió que le hervía la sangre -¡Yo también siento lo de Fred!

-¡Mentira, sino no hubieras dejado a mi hermana cuando más te necesitaba!

-¿Entonces qué preferías? ¿Qué siguiera con un engaño sin importarme lo que ella sintiera?

-¡No te preocupas por nadie que no seas tú mismo! No sé cómo la gente puede seguir hablándote. Solo viniste a arruinarnos la vida, a Fred, a George, a mi hermana, ¡hasta a Hermione!

Harry no lo pensó y se lanzó contra él y le estampó un puñetazo en la cara -¡No hables de ella! Ni siquiera has tenido la decencia de hablarle o consolarla, solo la ignoras.

-¡Porque prefirió dejar de hablarme a mí que a ti, y si es su decisión pues allá ella!

-Siempre haces eso, la pones a elegir entre ambos- Le miró fastidiado, quería terminar con toda esa pelea, pero sobre todo quería transmitirle un poco del dolor con el que vivía Hermione diario, así que no dudó nada –Deberías dejar de hacerlo. De cualquier forma sabes que siempre me elegirá por encima de ti. Siempre.

El dolor y la sorpresa en los ojos azules de Ron fueron tan claros como el agua. Los grititos asombrados del resto de los chicos solo provocaron que la situación se viera más hiriente.

Harry se arrepintió de inmediato de lo que había dicho. No le gustó haber lastimado de esa forma a su mejor amigo. Pero tampoco dijo nada que lo disculpara y salió del cuarto sin ver atrás.

-¿En serio no importa que me quede aquí?

-Claro que no. Solo espero que no pases frío- Le dio una cobija y una almohada –O que te tuerzas el cuello en el sillón.

Harry hizo un gesto para restarle importancia y se acostó en el sillón que estaba frente a la cama de Hermione –Gracias.

-De nada. Pero debes saber que no fue bueno lo que hiciste. De hecho estuvo muy mal y debes disculparte.

-Ron me provocó…

-Da igual. Deben hacer las paces de una buena vez. Son mejores amigos, siempre lo han sido.

-Últimamente no se ha comportado como mi mejor amigo.

-Bueno, es un cabezota, ya lo conoces.

Harry la miró indeciso -¿Siempre me elegirás a mí?

Ella sonrió –¿Por qué preguntas eso?

-Solo quiero saber…

-Tú eres y siempre serás mi única elección- Respondió. Harry la miró sonrojado –Ahora a dormir. Mañana empezaremos con la zona norte del castillo, no está tan mal, pero se necesitarán varios días para terminarla, así que será mejor descansar.

-¿Crees que Hogwarts pueda volver a abrir como una escuela?

-¡Por supuesto! No dudo en que la directora McGonagall logrará terminar de hacer todos los trámites necesarios y organizar el pésame para los alumnos caídos. Muy pronto te estaré atosigando para que estudies.

Harry sonrió –Eso espero. Te quiero, buenas noches.

Hermione contuvo un suspiro, su corazón se aceleró –Yo… yo más, Harry. Buenas noches- Se acostó y acaricio a Crookshanks que maulló feliz.

Pasaron algunas horas, ambos estaban profundamente dormidos y no escucharon el marco de la ventana crujir, ni tampoco vieron las pequeñas luces multicolores desfilar hasta flotar sobre Hermione. Crookshanks brincó hacia ellas, enojado, pero las lucecitas batieron sus alitas y durmieron al gato. Luego dejaron caer una estela de polvo.

La bruja estornudó, y las luces salieron disparadas de nuevo hacia la ventana.

Al día siguiente Harry, efectivamente, tenía un dolor en el cuello. Se desperezó y salió con mala cara del durísimo sillón –Ni Ron provocará que vuelva a dormir en esa cosa- Masculló bajito para no despertar a su amiga. De pronto se le ocurrió hacerle una broma, y caminó de puntitas hasta Hermione, decidido a echarse sobre ella para despertarla. Pero Harry no la vio, la cama iluminada por el Sol solo tenía un pequeño bultito en medio bajo el edredón, y parecía respirar por la manera en que subía y bajaba.

-¿Hermione?- Llamó hacia la puerta del baño. Luego le echó una mirada a Crookshanks, se acercó y lo agitó –Vamos gato, hay un ratón en la cama de tu ama.

El peludo gato pareció reaccionar y se aventó, garras fuera, contra el bultito de la cama, embrollando el edredón y cayendo del otro lado de la cama. El gritito femenino detuvo la cacería. Crookshanks enrolló la cola y se alejó rápidamente.

-¿Qué fue eso?- Murmuró Harry arrodillándose junto a Crookshanks.

Ambos miraron como una pequeñita Hermione se asomaba por la orilla del edredón, su cabello estaba perfectamente delineado en rizos mieles que llegaban hasta su cadera, traía un vestido rojo hecho con lo que parecían ser pétalos de rosa, iba descalza, y su mirada parecía poseer un fuego cálido y brillante.

Harry se fue de espaldas, impresionado del cambio de su amiga, que sobre todo ya no tenía las cicatrices en su diminuto y precioso rostro -¿Qué… qué…?

-¡Harry, estás gigante!- Gritó la aguda y dulce voz de Hermione, mirando hacia arriba -¡Crookshanks, tú también!... eso es muy coincidente, más bien parece que yo me he encogido- Se miró a sí misma -¿Y este vestido?- Dio un brinco y miró detrás de ella asustada -¡He sentido algo en mi espalda!

Harry reaccionó, preocupado de que algo pudiera amenazar a su amiga ahora que era tan pequeña, incluso una araña podría ser peligrosa. Tomó el edredón y lo levantó rápidamente.

-¡Por Merlín!- Exclamaron ambos, y Crookshanks dejó escapar un maullido muy largo.

En la espalda de Hermione había un par de alas como de libélula, doradas y casi transparentes.

-Bueno, concluyendo: Me he vuelto un hada- Gimió nerviosa.

-¿Cómo pasó?- Se acercó a ella y estiró una mano. Hermione se subió con dificultad, apoyándose del pulgar. Harry la alzó y la dejó frente a sus ojos. Inevitablemente sonrió –Pero si estás hermosa, y tan pequeñita. Te ves adorable.

Hermione se sonrojó tanto que combinó perfecto con su vestido -¡Harry no digas eso! Me siento ridícula con este vestidito y las alas.

-No te ves ridícula. En serio- Acercó su índice libre y le acarició el cabello. Se sentía fascinado por alguna razón. Pero despertó de su ensoñación -¿Qué crees que haya pasado?

-No tengo idea, pero espero que solo sea una broma y pueda regresar a la normalidad lo más pronto posible. De este tamaño no creo ni poder sostener mi varita.

Harry asintió –Mides como 10 centímetros.

-Eso no es nada bueno- Se sentó en la palma de Harry, sintiendo la calidez de su piel y volvió a sonrojarse. Estaba admirada de poder ver a esa escala los increíbles ojos verdes de su amigo, era un como un sueño.

-¿Por qué me miras así?

-Es que así como veo tus ojos me parecen más bonitos aún si es posible.

Él sonrió –Los ojos de mi madre- Se encogió de hombros –Creo que sé qué haremos. Como parece a todas luces que eres un hada, iremos con un experto en el tema de cualquier ser mágico.

-Hagrid. Bien pensado, él sabrá qué hacer. Me sentiría más tranquila si la profesora McGonagall estuviera aquí.

-Tranquila. Eh… ¿Crees poder volar?

Hermione palideció -¿Volar, yo? Claro que no, si a penas soporto estar encima de una escoba, no tengo idea de cómo usar mis alas.

-Bien, no te preocupes, yo te llevaré.

-Gracias, Harry- Le sonrió dulcemente.

Harry se dirigía hacia la puerta cuando Crookshanks se le atravesó y comenzó a maullar sin parar -¿Qué le pasa a tu gato? Quizá quiere comerte, estas a tamaño ideal para un delicioso bocado.

Hermione le miró molesta –Mi Crookshanks nunca me haría daño- Replicó –Bájame, por favor.

Reticente obedeció, pero a penas separó los dedos para que Hermione quedara protegida parada en medio de su mano. Ella se apoyó y alzó su brazo hacia su gigantesca mascota. El gato se acercó y lamio suavemente su mano.

-Oh Crookshanks, no estoy enojada, sé que no quisiste atacarme a propósito.

-¿Cómo sabes que quiere decir eso?

-Se le nota afectado, es obvio.

Harry sonrió –Si tú lo dices. Ahora vámonos.

Mientras Harry se movía, cuidando en todo momento a su amiga, caminando por el castillo, Hermione no dejaba de replicar su mala suerte.

-Precisamente ahora que la profesora McGonagall me encargó que organizara a los estudiantes para la reparación del castillo, me vuelvo un hada. ¿Cuántas posibilidades existen? Ni siquiera conozco un hechizo para transformar a alguien en hada. Todo es muy sospechoso.

-Estoy seguro que Hagrid nos ayudará, mantén la calma- Respondió intentando ignorar las pequeñitas, largas y suaves piernas que desnudas se restregaban contra sus manos. "No está bien ser adolescente y traer a tu mejor amiga semidesnuda en la palma de tu mano. Ni siquiera sé si trae algo debajo de ese vestidito que se ve tan frágil"

-Hola Harry, ¿Cómo estás?- Sonrió el semigigante mientras apilaba la leña que acababa de cortar -¿Qué traes ahí escondido?

-No lo vas a creer- Alzó los brazos y descubrió a Hermione.

-Hola Hagrid.

-¡Por Morgana! Un hada del bosque… ¡Un hada de fuego!, ¿Cómo la atrapaste, está herida? No es bueno tenerlas prisioneras, Harry. Eso es tan vil como atacar a un unicornio.

-No la he atrapado. Y tampoco está herida. Hagrid fíjate bien, ella es Hermione.

-No puede ser. Ningún humano puede volverse así como así un hada. Ella no es Hermione, quizá adoptó su apariencia, pero es imposible.

Harry miró desconfiado a la mujercita en sus manos. Hermione lo miró airada -¡Harry James Potter, honestamente!- Gruñó dando una patadita en su mano.

Harry rió –Es definitivamente Hermione.

-¿Cómo ha pasado esto?

-Es lo que queremos saber- Dijo Hermione sin notar que sus alas se agitaron un par de veces –No sé qué me ha pasado. Ayúdame Hagrid, por favor.

-Me temo que no sé qué sucede. Sé muy poco sobre hadas, prácticamente lo mismo que viene en cualquier libro. Sabes que son muy reservadas sobre ellas mismas y no confían en ningún humano.

Hermione bajó la mirada –La verdad es que nunca he investigado sobre hadas- Confesó apenada de no saber sobre algo. Harry le acarició las alas con suavidad. Hermione casi ronroneó, y Harry sintió una excitación incomparable con alguna otra.

-Oh eso le encanta a las hadas. Sus alas son muy sensibles- Apuntó Hagrid sonriente –Bueno creo que todo esto se podría deber por culpa de un hada verdadera. No se me ocurre otra cosa.

-¿Cómo podría comprobarlo?

-Puedes buscarlas. Debe haber alguna por aquí cerca si es cierta mi teoría. Dicen que un hada siempre encuentra a otra.

-Pues no me siento muy hada. Quizá mi apariencia haya cambiado, pero yo me sigo sintiendo Hermione la bruja.

Hagrid asintió –Pero debes confiar en ti misma. Sino no tendrías ese aspecto. Además no eres cualquier hada, sino una de fuego.

-¿Hay varios tipos?- Preguntó Harry sorprendido.

-Claro. Hay de viento, agua, tierra y fuego.

-Eso explicaría por qué los ojos de Hermione parecen tener llamas y transmiten tanto calor.

-Así es.

-¿Mis ojos qué?- Inquirió ella tallándose los ojos.

Hagrid rió, pero luego pareció recordar algo porque su mirada se volvió asustadiza y tomó a Harry del hombro -¡Cómo pude ser tan distraído! Rápido Harry, métete a la cabaña, cubre a Hermione, que nadie le vea.

Harry obedeció e incluso pegó a su amiga contra su pecho. Hermione se sintió derretir al estar envuelta en el aroma del hombre que amaba.

Hagrid entró nerviosamente –Fang ándate a revisar todo el lugar, no quiero nadie cerca- Ordenó y su fiel perro salió olfateando por todos lados. Cerró la puerta con llave y tiró de las cortinas hasta estar a oscuras.

Entonces Hermione brilló con un halo escarlata que soltaba chispazos dorados. Harry la miró maravillado -¿Cómo haces eso?

Hermione se miró –No tengo idea.

-Es normal- Interrumpió Hagrid –Las hadas de fuego refulgen siempre que hay oscuridad.

-¿Qué sucede, Hagrid?- Preguntó el moreno poniendo en la mesa a Hermione. Ella caminó hasta sentarse encima del salero -¿Por qué te has puesto tan nervioso?

-Estoy muy poco familiarizado con las hadas, y por culpa de mi descuido pude poner en riesgo a nuestra Hermione- La miró apenado –Kurik, un centauro, me dijo hace casi un año que una gran congregación de hadas se asentó en el Bosque Prohibido. Estaban huyendo de un mago que les ha venido dando caza desde hace 22 o 23 años. Esperaban que aquí no las encontrara.

-¿Cazan a las hadas?- Gruñó Hermione ofendida. El fulgor rojo a su alrededor brilló un poco más –Esa es una violación total a su libertad. De haberlo sabido no solo estaría defendiendo los derechos de los elfos domésticos, sino también de ellas.

-Lo sé. Pero así como se ignora el problema de los elfos, también ignoran a las hadas- Masculló Hagrid poniendo el té a calentar –La gente puede ser muy tonta, de verdad.

Harry asintió –Entonces hay un loco cazándolas- Miró con aprensión a su amiga –Tenemos que regresarte a la normalidad lo más pronto posible.

-Sí. Y en cuanto vuelva a poder utilizar mi varita me pondré en contacto con las hadas y pelearé junto con ellas por sus derechos y…

-Eso no podrá ser- Negó Hagrid entristecido –Las hadas nunca dejan que ningún humano se les acerque. Sobre todo por lo ocurrido con este mago loco.

-Pero sería benéfico para ellas…- Murmuró Hermione.

-Lo sé. Pero ellas no lo saben.

Hermione se cruzó de brazos, emberrinchada. Harry la miró precavido.

-No estarás pensando en…

-Sí- Lo interrumpió, el fuego en su mirada se volvió tórrido y peligroso –Aprovechando mi nueva apariencia haré lo posible por ponerme de acuerdo con las hadas y las convenceré de que sean mis representadas en un juicio mágico por sus derechos.

Harry negó –Olvídalo, ¿Qué tal que ese maniático te quiere atrapar a ti también?

-Es un riesgo que estoy dispuesta a tomar- Aseguró –Alguien tiene que pelear por esas criaturas indefensas que…

-No- Cortó Harry tomándola de nuevo entre sus manos –"Ene", "O"

Hagrid apoyó a Harry –Ese tipo tiene una especial fascinación por las hadas de fuego. No es recomendable que andes por ahí buscando al resto de las hadas.

Hermione le dio un empujón a los dedos de Harry -¡Yo me sé defender sola!

-No lo creo- Siguió Hagrid –Por lo que veo ni siquiera sabes volar, y es la principal manera de escape de las hadas. Tampoco tienes idea de tus poderes. Sé que las hadas de fuego son las más poderosas, pero no sé cómo usen su magia.

Enfurecida la nueva hada se cruzó de brazos y les dio la espalda. No podía aguantar su enojo. Harry soltó un gemido y la dejó caer contra la mesa. En su mano había una quemadura muy grave.

Hermione lo miró aterrada -¡Oh, Harry! Lo siento, yo… no sé qué…- Las lágrimas llegaron a ella. Se sentía fatal de haber herido a su amor.

Hagrid ya tenía un paño húmedo en la mano y lo presionó en la herida.

-¡Au!- Harry miró con desagrado el paño. Pero luego miró preocupado a Hermione -¿Te has pegado cuando te deje caer? Perdón.

-Qué importa eso. Tu mano Harry…- Señaló dolida y abrazó su pulgar. Harry la miró enternecido.

-Eres tan pequeñita- Murmuró acariciándole las alas de nuevo, con esperanzas de hacerla sentir mejor. Hermione ronroneó sin poderlo evitar, agitó sus alas varias veces y dejó caer un polvo que a Harry le recordó a la brillantina roja en su mano.

La herida desapareció, y eso sí alegro a Hermione -¡Ya no está! Qué bien, me da tanto gusto- Sonrió casi bailando sobre la palma.

Harry la observó curioso –Nunca bailas cuando estás feliz.

-Es que me dio mucho gusto.

-Creo que es algo más que eso- Apuntó Hagrid –Las hadas se la pasan expresando sus emociones a través el baile y del movimiento de sus alas. Al parecer tu cambio realmente ha afectado hasta tus reacciones.

-Entonces podría ser capaz de encontrar al resto de las hadas por mí misma.

-Ya deja eso. Te he dicho que lo mejor será que te olvides del tema- Le murmuró Harry clavándole sus enormes ojos verdes.

Hermione respiró intentando no descontrolarse de nuevo –No me lo puedes prohibir. Las ayudaré.

-Calma, pequeña Hermione- Pidió Hagrid intentando aligerar los ánimos –Comúnmente eres muy racional, y a pesar de tu carácter fuerte sabes mantenerte. Pero ahora que eres un hada tus emociones pueden rebasarte, como hace un momento que te enojaste tanto. Lo mejor será que permanezcas cerca de Harry. Sé que él te protegerá. Puedes investigar por tu cuenta en la biblioteca, te prometo que yo investigaré en el Bosque Prohibido. Si sé de algo te lo comunicaré inmediatamente.

-¿Y si no consigues nada, Hagrid?

-Entonces pesaremos en una nueva solución. Pero todos juntos ¿bien?

Hermione pareció sopesárselo un poco, pero al ver la mirada suplicante de Harry decidió aceptar.

Estaban regresando al castillo cuando empezó a llover. Harry abrió su túnica y metió a Hermione en su bolsillo interno –Aguanta un poco ahí pequeña Hermione.

Ella le sonrió y se acobijó aún más en su bolsillo, sorpresivamente le dio sueño.

Harry llegó hasta su habitación, estaba vacía y lo consideró normal. Todos estaban ayudando al reparamiento de Hogwarts.

Sacó a su hada del bolsillo y la dejó sobre su almohada. Ahí hecha un ovillo se veía incluso más desprotegida y hermosa que nunca. Acercó un dedo a sus alas y las acarició, consiguiendo la reacción que tanto deseaba. Hermione comenzó a gemir suavemente mientras se estiraba contra su cojín.

Harry se acostó lentamente y apoyó su rostro junto a ella y durante un rato más siguió acariciando las alas doradas, hasta que Hermione soltó un gemido más ronco y largo, y todo su cuerpo pareció liberar una gran cantidad de "brillantina" escarlata.

Por más inocente que pareciera, Harry supo muy bien lo que acababa de provocar en Hermione, y eso de alguna deliciosa manera lo llevó a él también a la gloria.

Contuvo un gemido por miedo a despertarla, y que lo mirara como un depravado.

Pero él no se sentía así, más bien estaba deseoso y lleno de un sentimiento muy fuerte y cálido. La amaba mucho.

Hermione respiraba agitada y excitada, había estado despierta desde hacía rato, pero no quiso hacerlo notar, porque estaba disfrutando como jamás de las atenciones de su mejor amigo. Quiso abrazarlo y besarlo, y muchas cosas más subiditas de tono que no le parecían nada propias de un par de amigos ni tampoco de llevarlas a cabo en un colegio.

-Hermione…- Escuchó el susurro de Harry y de nuevo tembló al sentir su aliento cálido envolviéndola –Mí pequeña Hermione.

Y sintió la mano de su amigo posarse delicadamente sobre ella, como un abrazo. De nuevo quedó dormida.


¿Qué tal les ha parecido? Un poquito aburrido? Algo hot el final? Para nada!, este fic estará lleno de momentos muy candentes entre nuestra pareja favorita, y ya sé qué están pensando "¿Cómo puede ocurrir algo así cuando Hermione solo mide 10cm?" Ahhh pues espero sorprenderlos y mostrarles que el amor que se transmite en esos momentos íntimos va más allá de cualquier medida.

Estoy intentando respetar todo lo que puedo la línea temporal canon de los libros. No me pienso borrar nada ni inventarme algo, solo por supuesto he omitido el horripilante epílogo y he comenzado la historia unos 20 días después de que derrotan a Voldemort. El capítulo ha sido más que nada introductorio, o eso es lo que intenté. Oh y ya se sabrá más acerca del personaje con el que inició el fic, hablo de ese hombre horrible y cruel.

Escribo esto como un reto personal, porque quiero algo original y completamente mío, aunque como ya expresé en las primeras notas está inspirado en el oneshoot de RAkAoMi (beso!), pero el argumento no tiene nada que ver.

De una vez hago la ADVERTENCIA de que el fic será muy erótico y algo fuertecillo, mismo por lo que está en la categoría "M", así que cada quien sabe si quiere seguir leyendo o no. Claro, yo quiero que sigan leyendo!, y de ser posible me dejen sus comentarios y dudas.

No se tomen a mal la actitud de Ron, no odio al personaje ni pienso hacerlo quedar como una horripilante persona. Solo sigo su forma de ser y pienso que debe estar muy enojado y triste por la muerte de su hermano, y eso afecta mucho su comportamiento.

En este capítulo no he sacado a Ginny, pero también tendrá su momento y se aclararán las cosas de cómo sigue sin Harry.

Y bueno, es todo por ahora, no sé cuándo actualizaré, pero será regular, ya tengo toda la historia planeada y eso ayuda mucho a no perder el hilo. Ahora solo espero motivaciones ;)

Saludos,

V. Enchanted