Nota del autor: Os dejo una pequeña carta que escribí hace tiempo…Durante aquellas largas horas que me pasaba devorando los relatos de Anne Rice. Las últimas palabras dirigidas a una amante inmortal.

Espero que os guste! (Aunque ahora que lo releo no me complace mi forma de escribir de antaño….. u.U)

-------------------------

Aún recuerdo con amargura todas aquellas noches. Aquellas frías noches que pasaba sola soñando contigo. Soñando con poder tocar tu pálida piel, con poder besar tus hermosos ojos negros llenos de vida, con poder acariciar tu espeso y brillante pelo... Cada noche, despertaba con una sola imagen en la mente. La tuya. En mi interior se libraba una cruenta batalla entre la razón y el corazón. Yo te deseaba con toda mi alma... pero no podía arrancarte de tu vida mortal... no podía privarte de disfrutar los cálidos rayos del Sol. Pero el destino quiso que tú también te encapricharas conmigo. Me perseguías allá donde fuera, suplicándome que te quisiera, implorándome que te abrazara. Al fin, lograste que sucumbiera ante tus encantos. Lograste atraparme en tu tela de araña…Pasamos noches enteras bailando como un único ser, disfrutando de cada minuto como si fuera el último de nuestras simples vidas. La tentación de convertirte en una de nosotros se me hizo irresistible. Ya no podía luchar contra ella. Debía hacerlo o caería en la locura... No podía soportar la idea de verte marchitar poco a poco… Por eso tomé aquella decisión tan cobarde. Me marché lejos, donde no pudieras encontrarme. Dispuesta a pasar siglos dormida o escondida, deseosa de olvidarte. Pasé años enteros acurrucada en una esquina oscura y húmeda. Hasta que el dolor que sentía en el pecho se me hizo irresistible. Tenía que volver a verte. Volver a oler el dulce aroma de tu pelo... Pero nada más llegar a tu casa, deseé no haber ido. Te encontré en aquel estado tan lamentable... SIDA creo que lo llaman los mortales...no se... Solo vi que te morías. Por eso te tomé, hice que el gigantesco abismo que había entre nosotras desapareciera por siempre. Ahora que añoras tanto a tus seres queridos, que se que desearías volver junto a ellos, te pido perdón. Se que jamás me perdonarás lo que te hice... y por eso he decidido volver a marcharme. Tan solo ten en cuenta que solo quería la felicidad para ambas… Mi único pecado fue amarte demasiado.

Hasta siempre…

SnaL