Disclamer: KHR no es de mi propiedad yo solo uso a sus personajes para hacer este fic que no tiene fines de lucro. La trama de los drabbles o viñetas como prefieran si me pertenece, todo lo demás es de esa maravillosa mujer llamada Akira Amano.

Palabras: 440

Pareja: A su libre imaginación, al menos hasta que lean el final

Género: Romance y algo de Humor (¿?)

Drabble 1

Marca

Si alguien le hubiera dicho que hacía mucho calor, como para andar con un abrigo de lana, se hubiera quedado en su casa.

-¿No tienes calor Haru-chan?-Preguntó una muy inocente Kyoko, preocupada por el hecho de que su amiga sudaba demasiado, e insinuando que se quitara el abrigo.

-No e-estoy perfectamente-replicó nerviosa.

Kyoko no creía una mísera palabra de Miura, conocía bastante bien a Haru-diez años no son en vano-lo suficiente como para afirmar que Haru quería ocultar algo.

La pregunta era… ¿Qué era lo que quería ocultar de los ojos ajenos?

Kyoko no podía soportar ver a Haru en ese estado, sudando y tratando de respirar lo mejor que podía. Hay días en que una maldice estar en Italia

-"A lo mejor no ha quedado marca alguna"-Pensó con esperanzas Haru-De acuerdo me quitare el abrigo-cedió, con una sonrisa que detonaba algo de nerviosismo, vergüenza y preocupación a la vez, mientras hacia una mueca y se quitaba el abrigo.

-Haru-chan ¿Esas marcas en tu cuello son…?-Dejó la oración al aire, era evidente que aquellas marcas rojizas, que tenían una especie de color algo un poco más oscuro y algo de morado entre rojizo (¿?). Se encontraban esparcidas por diferentes sectores de su cuello, Kyoko torció los labios, ante aquella visión algo, perturbadora.

-Haru-chan…-llamó Kyoko

-Sabía que no debí haberme quitado el abrigo-se regañó con así misma.

-Mira el lado positivo, solo te dejo marcada, no muerta-añadió Kyoko, al ver como las lagrimas (de esas que tienes cuando piensas, Que jodida es mi vida, he ironizas cada aspecto de ella, o actos de la misma) comenzaron a salir como cataratas de los ojos de Haru.

La chica de cabello corto, y marrón oscuro, se seco las lágrimas con un pañuelo que Kyoko le había extendido amablemente, con una sonrisa algo nerviosa en el rostro. Su amiga sí que la tenia difícil.

-¡Te lo juro Kyoko-chan!-exclamó la otra con el rostro rojo de la vergüenza-¡Cuando Hibari vuelva de Paris con los muchachos, el cuello no será lo único que me quede marcado!-agregó con seguridad, mientras su rostro cambiaba a diferentes tonalidades de rojo.

Porque cuando Hibari dice que te morderá hasta la muerte, ese concepto solo se aplica a los hombres, mientras que con las mujeres, con Haru únicamente, eran solo palabras que le susurraba antes de besarle y morder algo de su blanca y tierna piel.