«Mi nombre es Swan, Isabella Swan ». Con estas palabras, la sensata princesa Isabella Swan se transformó en un agente secreto. Su misión: localizar al príncipe heredero, secuestrado en la infancia. Para ello, tuvo que adoptar una falsa identidad, y así se convirtió en la niñera de los hijos del atractivo magnate Edward Cullen.

Cuidar a los niños de Edward le resultaba mucho divertido y fácil que cualquiera de sus obligaciones como princesa. Y enamorarse de él fue mucho sencillo todavía. Pero Isabella siempre se ha considerado a sí misma como la menos atractiva sus hermanas... Y quizá fuera demasiado esperar que Edward pudiera enamorarse de ella, sobre todo cuando descubriera su verdadera identidad.