Podrán pensar que estoy loca, pero de repente se me vino la idea de escribirlo. Quizá poca gente lo lea, y menos gente comente , porque un crossover de House y Crepusculo no es lo mas común…

Una disculpa si algo no les cuadra bien, pero son todos personajes complicados ¿en qué me he metido?

Michigan 1988

La familia Cullen estaba establecida en New Jersey. Cierto que de vez en cuando hacia demasiado sol, pero la mayoría del tiempo el clima era muy agradable para los frios y palidos vampiros. Carlisle estudiaba un diplomado en la Universidad de Michigan y del mismo modo, cada uno de los miembros de su familia usaba su tiempo en alguna actividad academica.

Edward no tenia el interés suficiente por la medicina, ni el bastante control como para oler sangre humana bajo su nariz todo el tiempo. Asi que para tratar de comprender mejor la psique humana y así, tener un mejor uso de su don estudiaba psicología, muy cerca del campus de medicina, pero sin entrar a los sangrientos laboratorios.

Una tarde de otoño, caminaba por el campus buscando a Carlisle cuando algo o mejor dicho alguien llamó su atención.

Era una chica casi tan palida como el, pero su piel no se asemejaba tanto al frío granito, mas bien se aproximaba a la cremosidad del marfil. Tenia un cuerpo tan finamente esculpido que, a pesar de llevar casi 100 años sobre la tierra, a Edward le costo creer que fuera verdad. Unos suaves rizos color castaño con destellos rojizos solo visibles para sus agudos ojos, le caían justo donde comenzaba el sosten que cubria sus dos perfectos pechos. Tenia además una sonrisa capaz de deslumbrar al mismo sol, pero no había nada como sus ojos. Un par de ojos del mismo color de la electricidad cuando cruza el cielo en las noches de tormenta.

Esos mismos ojos lo miraron con interés y a la vez con desconfianza. Edward alcanzó a leer difusamente lo que pasaba por su mente:

"¿Qué demonios me está mirando? Por guapo que sea, no le da derecho a mirarme como un animal raro."

Su pensamiento se alejó con ella. Edward pensó que si la volvia a ver, trataría de concentrarse para tener un mejor alcance de sus pensamientos.

-Bonita ¿verdad?- le dijo Carlisle a Edward mientras le agarraba el hombro.

-Tan hermosa que pensaría que es uno de nosotros- respondío mientras la seguía con la mirada- Creo que superaría a Rose, si fuera un vampiro.

-En cierto modo lo es- respondió Carlisle- Desciende de los Vulturi, por lo que he podido investigar.

-¿De los Vulturi?- Edward abrió los ojos a todo lo que podía para después fruncir el ceño- Pero ¡ es humana! Solo la ví de lejos pero pude sentir su olor; aunque pensándolo bien…

-Era demasiado dulce ¿no es así?- le dijo su padre con una sonrisa- Demasiado delicioso para un simple mortal. Eso es lo que me intrigó y me llevó a investigar.

-Cuentame- pidió Edward por cortesía, pues ya empezaba a leer la historia en la mente de Carlisle.

-Cuando Aro era un neófito, de los pocos recuerdos de su vida humana, era una novia que tenía en Israel. En su nueva condición llegó ahí en pocos días y la buscó. Por supuesto, había cazado ahí mismo, de modo que cuando llegó con ella no tenía sed. Al acostarse con ella no la mordió, pero la besó y la lastimó bastante. Asi que toda la saliva de Aro y por supuesto su semen, que en un novato son bastante ponzoñosos , al igual que todos sus fluidos, produjeron su efecto en esta mujer. Se convirtió en la mas hermosa humana que el mundo haya visto jamás. Desde luego después de esa noche no quiso saber nada más de Aro, y después ella se caso y tuvo hijos. Pero ese poco de ponzoña transmitido por Aro, fue suficiente para transmitirle a ella y a sus descendientes toda la belleza de la inmortalidad. Ella no es un vampiro, pero le debe su belleza a uno.

Justo en ese momento la belleza venia de regreso. Desde lejos saludo a Carlisle y se quedó mirando a Edward, con la misma intriga de hacía un momento.

-¿Cuántos años tiene? – preguntó Edward a su padre- ¿Es tu compañera?

-Es aun muy joven, va comenzando la carrera, pero debido al posgrado que tomo hay algunas clases de los primeros grados que tenemos en común.- respondió él.

-¿Nombre?- preguntó el joven vampiro, lleno de curiosidad y empezó a leer la respuesta en la mente de Carlisle antes de que el abriera los labios para decir:

-Cuddy. Lisa Cuddy.