Disclaimer: Naruto no me pertenece, los derechos son de Kishimoto-Sensei
Konichiwa lectores, aquí les traigo mi nueva obra maestra, de seguro ustedes ya la leyeron en alguna otra parte, es que esta historia es muy popular ˆ.ˆ
Créanme me mate pensando en como quedarían los personajes, hice castings con cada uno de ellos…
Naruto: Créanle, no esta mintiendo dattebayo
¿Tu que haces aquí? Deberías de estar ayudando a la producción con el escenario… A veces es difícil encontrar personal eficiente U_U´
Elenco: ¡Que dijiste!
Nada, nada, ustedes sigan con su trabajo, que ya empezamos con al historia.
Un Cuento De Navidad
Cap1.- El Anciano Avaro y Una Advertencia.
Era una mañana muy hermosa en la ciudad de Tokio, pero no era cualquier mañana, no amigos, era la mañana de la Nochebuena, todos en la ciudad estaban muy apurados, ya sea con las compras o con los regalos o invitando a sus amigos para la cena de Nochebuena.
Los niños jugaban con las bolas de nieve o creaban muñecos con formas muy graciosas.
Si todo era diversión en aquella ciudad o buena en la gran mayoría.
Así es compañeros, en el centro de la ciudad, había un pequeño local, era un local de prestamistas, en él trabajaba el hombre más avaro y tacaño de todo Tokio. Madara Uchiha.
Como dije antes, Madara Uchiha era el hombre más avaro y tacaño que existía en esta alegre ciudad, pero aunque era un pequeño local, Madara había acumulado una grandiosa fortuna que incluso decían podía superar a la de los Reyes. Vestía de la manera mas fina, tenia una gran mansión que podía cubrir casi tres cuadras.
-Hace un interminable frio, ¿no lo cree Sr. Uchiha?- empezaba la conversación su empleado, Minato Namikaze.
-Pamplinas, el frio solo es para los pobres- decía fríamente sin despegar sus ojos de las cuentas del mes pasado. –Ah, por cierto Minato- empezó a hablar –Se a estado despareciendo carbón, ¿tu no tienes nada que ver en esto?
Minato empezó a ponerse nervioso.
-Bueno… Señor… lo que pasa es que… bueno tuve que tomarlo… en mi casa empezó a entrar frio… y lo ocupe para poder encender el fuego… y calentar mi hogar- Minato esperaba una reprimenda.
-Mph, al menos aceptas tu culpa… pero se te descontaran 5 yenes de tu sueldo- decía mientras lo apuntaba en su libreta.
-P-p-pero señor Uchiha…
-Sin excusas Minato ¿o es que acaso quieres que te descuente mas?
-No señor- decía con la cabeza baja mientras volvía a escribir.
Entonces tocaron al pequeño negocio y entraron dos personas. Uno era alto, vestía con un saco café y unos pantalones del mismo color y era pelirrojo; la otra persona era joven, rubio y vestía con un traje negro y en su mano una pequeña bolsa.
-Buenos días- hablo el pelirrojo –Mi nombre es Akasuna No Sasori.
-Y mi nombre es Deidara Katsu- hablo el rubio.
-Y venimos en representación del pequeño orfanato "Shikon", para pedir una pequeña donación para los huérfanos.
-Si, lo estamos recolectando para poder darles una buena cena navideña.
-¿En serio?- contestaba sarcásticamente mientras se levantaba.
-Así es señor- decía Deidara –Si fuera tan amable de poder ayudarnos con la donación, los huérfanos se lo agradecerían mucho.
-¿Huérfanos? ¿Qué han hecho los huérfanos por mí? Nada ¿Es que acaso no hay asilos? ¿No hay prisiones? ¡Esos niños terminaran ahí seguramente y yo no malgastare mi dinero en mocosos tontos! Minato retira a estos hombres de mi presencia.
Minato se levanto de su asiento y condujo a Sasori y Deidara a la salida, no sin antes desearse una buena Navidad.
-Paz al fin- suspiraba Madara, pero no conto con la presencia de…
-¡Buenas Días Tío!- entro gritando felizmente un hombre de edad joven, cabello negro recogido en una pequeña coleta y de piel bronceada.
-Fugaku, por un demonio ¿Qué es lo que quieres ahora?
-Solo pasaba a visitarte tío. Buenos Días Minato- saludo al otro joven que estaba en su pequeño escritorio.
-Buenas Días Fugaku- saludaba amistosamente Minato.
-Si vienes por dinero, no te prestare nada- gruño Madara.
-Bah, tío, usted siempre piensa en esas tonterías del dinero. He venido por que Mikoto y yo hemos decidido invitarlo a la cena de Nochebuena hoy.
-¿Y yo que diantres tengo que ir a tu casa?
-¿No quieres convivir un poco con la familia?
-Lo único que quiero es poder seguir con mis cuentas y mi trabajo.
-Bien, si usted lo ha decidido así tío, no hay nada mas que hacer- entonces Fugaku se giro hacia donde estaba Minato y le dio un apretón de manos –Feliz Navidad Minato, saluda a tu familia de mi parte.
-Igualmente Fugaku, que tenga una Feliz Navidad- le respondía Minato.
Entonces Fugaku antes de salir grito -¡Feliz Navidad tío Madara!- Y salió de aquel local.
-Pamplinas- gruño y volvió a las cuentas.
Entonces llego la tarde y con ella la puesta de sol.
-Bueno Sr. Uchiha me retiro- decía Minato mientras tomaba su abrigo.
-Si.
-Este… Señor… quería decirle… mañana es Navidad… y yo me preguntaba si…
-¿Quieres que te de el día libre?
-Si… perdón… digo… es una fecha muy importante… y quisiera pasarla con mi familia mañana.
Madara pareció pensarlo y al final dijo:
-Te daré el día libre mañana, pero procura llegar temprano al día siguiente o te descontare 2 yenes.
-Si… Muchas gracias señor- entonces Minato se encamino a la salida y volteo a decirle a Madara –Feliz Navidad Señor Madara.
-Pamplinas- volvió a gruñir.
Al final del día, Madara se encaminaba hacia su hogar, la gran mansión Uchiha. Cuando llego vio su casa tal y como la había dejado, en oscuridad y con una gran suciedad
Madara Uchiha tenía una sirvienta, una anciana algo enferma llamada Chiyo, pero últimamente ya no podía limpiar más que el propio cuarto que el de Madara. Cuando el llego a su cuarto, se quito el traje y se puso su bata de dormir, preparo él te que la señora Chiyo le había dejado. Y con un gran dolor de cadera se sentó en su sofá mientras se calentaba con la chimenea.
Cuando de pronto el reloj que tenia arriba de la chimenea, se detuvo y de repente las campanas que tenia para el servicio empezaron a sonar por si mismas.
Madara creía que era algún efecto del sueño en el que estaba cayendo, pero el ruido fue haciéndose cada vez más grande, tanto que parecía que esas diminutas campanas se volvían campanas gigantescas y su sonido hacia un gran eco en su cabeza. Pero de repente se detuvieron y Madara escucho claramente como alguien subía sus escaleras, alguien que estaba cargando unas grandes cadenas.
Entonces se volteo hacia la puerta y alguien empezó a girar la perilla, pero al estar con seguro, no había logrado abrirse la puerta. Cuando Madara creyó estar a salvo una cadena con un yunque atado a el atravesó la puerta, y le siguió otro, y luego otro, así hasta formar unas 10 cadenas de hierro cada una con su yunque.
Madara veía con horror al espectro que estaba atado a esas cadenas, era su antiguo socio, Kakuzu Hazuno, su socio que había muerto diez años atrás.
-Madara Uchiha- decía con voz fantasmal su antiguo socio -¿Te has olvidad de mi?
-Como podría hacerlo, si eres mi antiguo socio y amigo Kakuzu.
-Así es Madara.
-¿Y a que debo tu gran… aparición?
-Madara, he venido a ayudarte a que limpies tus pecados.
-¿Pecados? ¿Qué pecados?
-Los pecados de la avaricia, por ellos es que estoy así- decía mientras levantaba sus cadenas.
-Pero si tú eras un gran trabajador.
-Y no lo niego como me encantaba estafar a las empresas y robar de mas a los pobres. Pero tu Madara Uchiha, tu has acumulado mas pecados que yo… oh Madara si pudieras ver ahora tus cadenas… estarías aterrado.
-Si con solo verte ya me he aterrado.
-Escúchame bien Madara Uchiha, esta noche serás visitado, visitado por tres espíritus que te ayudaran a limpiar tus pecados.
Madara se lo quedo mirando para finalmente decir –Pues no quiero.
-No tienes otra elección Madara, o limpias tus pecados y corriges tus errores o al morir tus cadenas te pesaran por toda la eternidad- decía mientras se alejaba hacia al ventana y la traspasaba y volvía a decir –Espera el primero cuando toquen las doce. Hasta nunca mi buen amigo, Madara- decía mientras se iba flotando.
Madara sin poder creerlo fue a ver hacia la ventana y con incredulidad veía como la ciudad estaba infestada de fantasmas todos con largas cadenas y volteo hacia un callejón donde estaba una joven cargando un bebe quien lloraba y vio como varios fantasmas se acercaban a ella.
-¡Quisiera poder ayudarla!- decía el fantasma de una señora gorda y con un traje fino
-¡Escúcheme por favor, quiero ayudarla!- gritaba otro fantasma con graves quemaduras
-¡La ayudare jovencita!- decía el fantasma de un joven
-¡Escúcheme por favor¡- Entonces ese fantasma se volteo hacia donde estaba la ventana de Madara y con una velocidad sobrehumana llego hacia la ventana y grito -¡Porque no puedes ayudarla!
Madara cerró su ventana y se metió corriendo a su cama, rogando que todo lo hubiese visto, haya sido un sueño.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o o-o-o-o-o-
¿Y bien que tal quedo esta hermosa versión?
Madara: Mas les vale que digan que bien, porque si no…
Madara-Sama cálmese, estoy segura que varios dirán que si
Kakuzu: Tiene razón, esta tacaña no nos esta pagando
Ahh, disculpe Kakuzu-San pero esto es para entretener a los jóvenes lectores
Kakuzu: ¿Quiere decir que me aprendí esos guiones de en balde?
Bueno… pero de que te quejas si solo saliste en este capitulo
Jeanne: Bueno mientras Princezz se pelea con Madara y Kakuzu, yo aprovecho para decirles que si tienen alguna duda, comentario o sugerencia si fueran tan amables de dejarla, no importa que tan tonta o larga sea, aquí se acepta de todo
Kakuzu *Aparece algo descocido de sus manos*: Hasta dinero
Tu y tu reverendo dinero me tienen hasta la…
Jeanne: No se olviden de comentar ya que cada review será un regalo para los personajes de Naruto por su gran esfuerzo en esta obra
Naruto: ¡Genial, dattebayo!
Fecha de Publicación: Martes 11 de Diciembre del 2012
