Cap 1:
¿Con que sueñan los niños? Siempre se dice que los niños sueñan con castillos, aventuras en las que salvan a doncellas de un malvado, con superhéroes, con lo que serán de grandes ¿Pero… todos sueñan con esto?
Nunca podría imaginarse que un pequeño de tan solo 9 años soñara con huir de su casa, uno nunca pensaría que un niño deseara con todas sus fuerzas nunca volver a ver a sus padres y sin embargo esa era la realidad del pequeño Severus Snape el cual a la tierna edad de 9 años ya se había mudado incontables veces hasta llegar a la casa en la que ahora se encontraba.
La casa era vieja, siempre estaba sucia, la iluminación era realmente mala aunque eso tal vez se debía a la suciedad de los vidrios que nunca habían sido limpiados. Esa casa de ladrillo y faroles rotos cerca de un rio sucio y un molino abandonado con una alta chimenea era ahora el hogar de una familia compuesta por un padre una madre y un niño.
Uno pensaría que durante una mudanza los niños estarían correteando por la nueva casa y peleando por la mejor habitación para convertirla en su recamara mientras que los padres se encargan de desempacar mientras hablan sobre el hermoso futuro que les espera en su nuevo hogar. Ese no era el caso de la familia Snape, ya que ni bien llegaron a la casa su padre, Tobias Snape, dejo las maletas y se recostó en un sucio y roído sillón y su madre, Eileen, dejando las maletas en el suelo le dijo que tenía que regresar al trabajo y le pidió que por favor comenzara a desempacar para no hacer enfadar a su padre.
"Regresare a casa muy tarde hijo, por favor comienza a desempacar y no molestes a tu padre"
Era así que el pequeño Severus se encontraba ahora solo en una casa nueva rodeado de maletas y comenzando a desempacar.
Desde que tenía memoria sabía que él era capaz de utilizar la magia, ya que su madre le había confesado que era una bruja de sangre pura, sin embargo y aun sabiendo que era capaz de desempacar todo y dejarlo ordenado en cuestión de segundos él prefería hacerlo lentamente y de forma "Muggle" ya que si su padre despertaba y veía las cosas flotando todo podría ponerse desagradable.
Su padre odiaba todo lo relacionado con el mundo mágico, siempre que lo veía a él o a su madre hacer magia las cosas terminaban mal. Gritos, portazos, cachetadas todo eso era algo normal para él, después de todo ya estaba acostumbrado.
Sin embargo no todo siempre fue así, él aún recuerda a aquel padre amable y cariñoso que jugaba con él ni bien llegaba del trabajo. Aún recuerda a aquel padre que recibía a su madre con beso y un abrazo cariñoso. Pero todo cambió cuando el cumplió sus seis años y esa magia que se encontraba en su interior comenzó a manifestarse. Aquel cumpleaños cambio todo en la vida del pequeño pasando de una hermosa familia a lo que ahora era un desastre de vida.
Cuando el hiso magia por primera vez fue la cosa más hermosa que jamás había visto. Severus estaba jugando en su habitación cuando de repente se fue la luz en la casa y él se quedó solo en la oscuridad, podía escuchar a su madre diciéndole que no se mueva que en unos segundos estaría a su lado. Sin embargo él presa del pánico por no poder ver nada se puso a llorar y se encogió lo más que pudo deseando que la luz volviera y que su madre este a su lado. Fue entonces cuando distinguió algo brillando a su lado aun teniendo los ojos cerrados, y al abrirlos vio varias lucecitas pequeñas como luciérnagas que iluminaban toda la habitación.
Cuando su madre llegó y vio aquel espectáculo él pudo ver en su rostro una pequeña lágrima, en su momento pensó que era de felicidad al enterarse de que su hijo también era mago pero más tarde se enteró que era de miedo por lo que ocurriría cuando su padre se enterara de lo sucedido.
Como era de esperarse su padre se enteró de lo ocurrido y aquella imagen que tenia de él se desvaneció tan rápido que ahora aquellos recuerdos parecían un hermoso sueño que jamás ocurrió realmente.
En cuestión de segundos el padre amoroso se transformó en el peor de los monstruos cuando la situación económica de la familia empeoro. Gritos sobre por qué no usaba su magia para hacer aparecer billetes o por que no podía tener un hijo normal que no haga cosas extrañas en la escuela que causaran una mudanza para evitar sospechas comenzaron a hacerse comunes.
Severus no recuerda la razón por la cual su padre comenzó a golpear a su madre la primera vez, lo único que recuerda era que estaba más asustado que nunca en su vida y que ese miedo se transformó en pánico cuando su padre se dio vuelta para continuar con él diciendo que la razón de que ahora estuvieran mal era por su culpa.
Un padre abusivo, una madre que ocultaba sus moretones con maquillaje y fingía felicidad, un hijo golpeado por algo que no podía controlar. Esa era la familia que ahora ocupaba la casa de la calle La Hilandera.
