Así como escribí "Fell for you" (de Bubbles y Boomer) y "Villains" (de Blossom y Brick), pensé que no podía dejar a mis verdes fuera de esto. Si escribiré acerca de una pareja, tengo la necesidad de hacer de las tres, es mi ley de vida.
AU; rated T por palabras "fuertes".
BASADO EN: "Irresistible", de Fall Out Boy.
Nota: Por si no queda claro:
Brick está en la universidad, tiene 18 años, estando por cumplir 19;
Blossom y Butch tienen 17 (aunque Blossom ya cumpliría pronto los 18, en tanto Butch tiene los 17 recién cumplidos). Van a la misma clase;
Buttercup tiene 16;
Bubbles y Boomer son los únicos que coinciden en la edad, ambos con 15 años, con Bubbles mayor que él por tres meses. Mismo curso (primer año), pero distintos salones
La palabra mujeriego, cuya definición señalaba a un hombre que es muy aficionado a relacionarse con mujeres intentando conquistarlas o seducirlas, no definía a Butch. Él no se consideraba mujeriego, porque nunca se vio envuelto en aquella situación de tener que conquistar a las chicas, simplemente salía con ellas porque ellas se lo pedían, y sus relaciones terminaban también porque ellas decidían eso.
Así que no, él no era un mujeriego.
La única chica que le gustaba, y que siempre ha dejado en claro, era Buttercup Utonium. Tal vez esa era la razón por la que le terminaban constantemente. Por supuesto, hoy no era la excepción. Tania, su novia actual, le había pedido hablar después de clases, bajo el aro de básquetbol de las canchas al aire libre.
–No quiero seguir con esto.
La pelirroja –con hermosas caderas, según Butch– tenía el ceño fruncido, los puños apretados y la mirada fija en los verdes ojos de él. Bufó un par de veces, porque no tenía una respuesta por parte de su, ahora, ex novio. Cuando tenía pensado dejarlo solo, Butch habló por primera vez, en lo que había llegado al lugar de encuentro.
–Como quieras.
Eso terminó por indignarla aun más. Lo dejó solo, luego de escuchar el bostezo que emitió.
Butch, por su parte, ya sabía que eso se venía, Tania ha sido la novia menos paciente que ha tenido, con solo decir que, recién llevaban dos semanas saliendo, y ya quería que fueran a la cama.
Recuerda las palabras exactas con las que les contó a sus hermanos:
–Dos semanas es muy poco tiempo, yo no caigo tan fácilmente. El fácil de la familia eres tú, Brick.
También recuerda que el puñetazo que recibió le dolió por tres días, y la mancha morada le duró por un par de días más.
Rascó su nuca, entrecerró un poco sus ojos y miró a su alrededor. En media hora llegarían los del equipo a jugar, incluyendo a su hermano menor, por lo que sería mejor que se fuera a su casa. Aprovecharía la soledad que habría para tratar de terminar el libro que debe leer y así aprobar el examen de literatura que se avecinaba. De todas maneras, Brick también llegaba tarde esos días, a causa de la universidad.
Caminó rodeando las gradas, esperando por encontrar la puerta de las canchas, también conocida como la salida trasera de emergencia, abierta. Sería como un atajo hasta la parada del autobús. Hoy no había usado su bicicleta porque estaba lloviznando en la mañana, por lo que su padre los llevó hasta la escuela, a él y a Boomer, pero la vuelta a casa dependía de ellos.
Sonrió ampliamente al ver dicha puerta aún abierta, así que trotó hasta ella y salió de los recintos cerrados de la escuela.
La parada estaba por esa misma calle, así que simplemente caminó, sintiendo el frío aire directamente en la cara, así como ese viento característico que, según decían sus abuelos, indicaba que la lluvia estaba cerca. Le parecía divertido pensar aquello, porque recién estaban a mediados de otoño… ¡otoño! Llovía, sí, pero no tanto como en invierno. Las temperaturas también estaban bajando considerablemente.
Cruzó los brazos sobre su pecho, como un mecanismo de autodefensa contra el frío. Ya estaba pensando en su casa, en su cálida casa. Considerando prepararse un poco del té blanco que su madre le había comprado. Tenía una afición con todas las clases de té y café, por eso siempre le compraban de las variedades que encontraran en el supermercado o en las tiendas independientes.
–Ya lo estoy saboreando –dijo en voz alta, de todas formas no había nadie cerca–. Ideal para mi momento de estudio.
Llegando a la parada de autobús, en la que había chicos y algunas personas adultas, tuvo la necesidad de desviar la mirada hacia la parada del transporte escolar. Siempre que podía –por no decir todos los días– esperaba hasta poder verla ahí. Generalmente estaba en compañía de sus hermanas, o bien con el idiota de su novio.
Sí, Buttercup, la chica que le gustaba desde hace ya bastante tiempo, estaba saliendo con el playboy de la escuela. Y la verdad era que le costaba creer que el niño problemático de la primaria, ese a quien varias veces se le vio con los mocos colgándoles por la nariz, que en reiteradas ocasiones fue castigado por romper los útiles escolares del resto de los estudiantes… ¡Que Mitch Mitchelson fuera el novio oficial de Buttercup y no él!
En ese momento, estaba aferrada al brazo del chico, restregándose cual gato, mientras sonreía y recibía un beso en su cabeza, cortesía de Mitch. Butch sentía que la sangre le comenzaba a hervir y, aunque nunca lo admitiría, que el pecho le dolía.
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Se dejó caer en el sofá mientras su taza humeante de té blanco estaba enfriándose un poco, ya que no le gustaba beberlo muy caliente, la idea era disfrutarlo, no quemarse la boca. Tomó el libro y siguió con su lectura. Apenas cien páginas y ya terminaba. Era jueves, el examen sería el lunes… Tenía tiempo de sobra, sobre todo ahora que ya no estaba saliendo con Tania.
Pero Butch es bueno para engañarse a sí mismo. Leyó diez páginas y cerró el libro. Ya incluso, había terminado de beber su té. Suspiró largo, pesado y hasta soltó un sonoro quejido. Como estaba en su casa completamente solo, no le importó en lo absoluto el ruido.
Tomó su celular, tenía un mensaje de su querida y adorada tutora, quien además es la novia de su hermano mayor: Blossom.
Blossom – 04:43pm
"¿Terminaste los deberes?"
Lo había enviado casi media hora atrás y como estaba en silencio para evitar ser interrumpido, no pudo contestarlo inmediatamente. Cuando pensó en la respuesta ideal, comenzó a escribirle.
Butch – 05:15pm
"NO, NO HE TERMINADO LOS DEBERES Y NUNCA LO HARÉ"
Le fue inevitable recordar esa graciosa escena en una de sus caricaturas animadas favoritas. Bostezó y se puso de pie, metiendo su celular en el bolsillo de su hoddie. Iba a prepararse otra taza de té, así que llevó la taza a la cocina y puso a hervir el agua.
Apoyado en la repisa de la cocina, aguardaba a que el agua de la tetera terminara de hervir, así lograría sacar lo mejor de la infusión. El sonido de una botella destapándose había sonado, por lo que sacó su móvil; tenía otro mensaje.
Blossom – 5:17pm
"Ja, ja, ja. Idiota. Recuerda que tienes examen. Brick me dijo que aprobaste química, ¡felicidades! Si quieres ayuda, recuerda solo pedírmela, ¿sí?"
Butch – 5:17pm
"¿Me ayudas con tu hermana? :("
Apoyó sus manos en el mueble de la cocina, suspirando. Masajeó sus ojos, volviendo a suspirar. Miró por la ventana que daba a la entrada del garaje, el gato blanco de la vecina parecía estar dando un paseo, pero apenas lo vio, salió corriendo.
–Es increíble que hasta asustas a los animales. Por eso no te duran las novias.
Sonrió tontamente al recordar ese paseo que hicieron ambos, junto a sus respectivos hermanos (y sus padres, no iban a dejar que seis chicos fueran solos), a la ciudad vecina, donde se rumoreaba tenían una de las mejores playas de todo el país. Los gatos y los perros de las familias que también se alojaban en las cabañas del recinto huían de él, por lo que Buttercup no hacía más que burlarse.
Lo que más recuerda, fue que en ese momento…
–¿Para qué quiero novias? Si a la que quiero es a ti, pero claro, tú sales con el idiota de Mitch.
Antes del viaje, Buttercup les comunicó a todos ellos que estaba saliendo oficialmente con él, algo que a Butch no le hizo mucha gracia, puesto que en lugar de felicitarla como lo hizo el resto –quienes ignoraban los sentimientos de Butch hacia ella–, solo lanzó comentarios sarcásticos acerca de lo poco que creía que iban a durar y lo patético que le parecía ese playboy.
Blossom – 05:19pm
"¿De verdad quieres mi ayuda?"
La tetera empezó a chillar, por lo que no tuvo tiempo para mirar pasmado aquel mensaje. Sirvió su té y lo dejó reposar. Siguió apoyado en la mesa de la cocina, acariciaba su barbilla y mantenía su mirada fija en la pantalla de su teléfono.
Varias veces, después de que llegaron de esas vacaciones, les decía a Bubbles y Blossom que quería su ayuda para conquistar a su hermana. Las chicas le preguntaban si iba en serio, pero solo reía y negaba. Siempre fue así. Quería que todo quedase como si fuese broma.
Es que, entre ellos seis, siempre existió como ese lazo odioso que los unía. Cuando eran unos niños de cinco años, apenas sí se veían, a los diez ya empezaban a jugar entre ellos… La situación era clara: su padre y el padre de ellas son compañeros de trabajo, fueron juntos a la misma preparatoria y fueron compañeros de clase y habitación en la universidad. Estaban prácticamente sujetos a ser amigos.
Los únicos que habían dado el paso, eran Brick y Blossom. Fue, de hecho, el último día que estuvieron en la playa. Al momento en que Brick le dio un beso en la boca Blossom, a modo de buenas noches, la madre de los chicos tuvo una reacción cual fangirl al ver su "pareja favorita ser canon".
Gracias al par de pelirrojos, ahora parecían presionarlos con eso de salir con las chicas.
Apretó sus labios, comenzó a escribir.
Butch – 05:20pm
"Dame ideas de cómo llamar la atención de tu hermana"
Como ahora estaba oficialmente soltero, no sentía culpa alguna al estar pidiendo ayuda. ¿Y si tal vez lograría llegar al corazón de la chica? Debía intentarlo. Si como lo está haciendo ahora no le daba ningún fruto, significa que debe cambiar; qué mejor ayuda que la misma hermana.
Blossom le contestó después de media hora, pero no revisó el mensaje, estaba muy absorto en la lectura, increíblemente ya había avanzado otras diez páginas y no quería detenerse. Le molestaba que el libro haya llamado su atención cuando ya lo estaba por terminar.
Seis y media, escuchó que alguien metía una llave en la cerradura. Se sobresaltó, pero luego recordó que Brick llegaba a esa hora. Escuchó el suspiro de su hermano, así como el sonido que hacía al frotar sus manos. La pelirroja cabeza hizo su aparición con sigilo, porque tenía todas las intenciones del mundo de asustar a su hermano menor. La sorpresa se la llevó cuando notó los ojos verdes viéndolo.
–Ah… Hola, Butch.
–Deberías mejorar tus bromas, señorito universitario.
Brick desanclaba la mochila de su espalda y la dejó junto a su hermano en el sofá. El clima estaba frío, por lo que ya no ocupaba su gorra con visera, sino que un gorro de lana, lo único que se mantenía intacto era el inseparable color rojo.
–¿Mamá no ha llegado? Dijo que hoy salía temprano.
–Nop, estoy completamente solo.
El mayor asintió y se fue a la cocina. Probablemente había llegado con mucha hambre. Tomó su teléfono para revisar el mensaje de la novia de su recién llegado hermano.
Blossom – 05:50pm
"Mañana hablamos ;) Lo prometo"
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Si Butch tuviese que contar cuántas veces ha tratado de llamar la atención de Buttercup, considerando desde las anteriores a su actual noviazgo, le faltarían dedos de las manos y los pies. Han sido demasiadas, en serio. Sin embargo, tiene su ranking TOP 3 de las más emblemáticas.
Primera: "El bombón" (Butch en segundo año, Buttercup en primer año; primavera):
En un bombón de chocolate belga –que le había sacado a su madre–, escondió una nota que solo tenía escrita dos palabras: me gustas. Cuando se lo entregó, no contó con que iba a estar un poco derretido. La chica lo agradeció, pero la nota se fue a la basura.
Segunda: "El regalo" (Butch en segundo año, Buttercup en primer año; invierno):
Resulta ser el primer intento de declaración. Butch, en la fiesta de cumpleaños de la madre de la chica, le dice a Buttercup que tiene que confesarle algo muy secreto. Por un momento, ella pensó que se trataba de algún experimento extraño (él era un tanto fanático de esas cosas que encontraba en internet), pero solo terminó dándole una pulsera a cuadros negros y blancos. Si bien a la chica le agradó el regalo, las palabras dichas por ella fueron: Gracias por ser detallista, Butch. Aunque yo no tengo un regalo de amistad para ti en este momento. Prometo conseguirlo.
Yup, y aunque siempre lleva consigo esa pulsera completamente de cuero negro, solo le recordaba que era su símbolo de amistad.
Tercera: "La canción" (Butch, matriculado en tercer año, Buttercup, en segundo año; inicios de verano, tres días antes de la relación de Buttercup con Mitch):
Hablaban por chat y se estaban mandando muchos vídeos un tanto graciosos que encontraban en internet. El humor de ambos era algo cruel, pero no rayaba en lo morboso. Generalmente eran vídeos donde aparecían bebés manchándose o gatos cayéndose. Hasta que en un punto, Buttercup le manda el link de una canción. Butch la escucha, prestando atención a la letra. Era algo que podía interpretarse como si se la estuviera dedicando. Preguntó a qué se debía –de cierta forma, le había agradado la voz del cantante, hasta el ritmo, pero la letra lo dejaba confundido–, y cuando obtuvo la respuesta, dictaminó que la canción era la basura más grande de la historia: "Me la acaba de mandar Mitch, dice que le recordó a mí".
–Ugh, qué se ha imaginado ese idiota al dedicarle esta canción a Butter.
Butch ya iba rumbo a la escuela, con un auricular puesto y con su reproductor encendido, escuchando aquella canción. No iba a mentir, la canción estaba muy buena, pero no podía imaginarse a Butter con ella.
Precisamente iba haciendo un recuento de ese top 3 para ver qué ideas le traería Blossom en ese día. Dijo que lo ayudaría, ¿no? Pues estaba bastante nervioso y ansioso por escuchar aquellas sugerencias.
Boomer iba por delante de él, aunque ya había tomado larga ventaja y apenas lograba distinguir su cabellera rubia si no fuera por el brillo que le provocaban los rayos solares. Porque sí, ese día estaba soleado… Frío, pero soleado.
Ya cuando logró encontrar a su hermano, fue al llegar al estacionamiento, donde anclaban sus bicicletas. Boomer estaba hablando con Bubbles… y Buttercup estaba con ellos, cruzada de brazos y sonriendo. Se apresuró en bajar de su bicicleta para acercarse hasta ellos.
–¡Hey, Bubbs, Butter!
Ambas chicas se giraron hasta él, sonriéndoles a modo de saludo, solo que una de ellas parecía sonreír con cierta intención de burlarse.
–¿Cómo estás, Butch? –preguntó Bubbles–. Espero hayas hecho tus deberes. Blossom dijo que no te ayudaríamos –la rubia alzó ambas cejas– si tú no hacías tus deberes.
Se quedó mudo, ni siquiera escuchó el saludo de Buttercup. Al menos no al instante. Por la forma en la que Bubbles había hablado, sabía que tenía una doble interpretación. Volvió su mirada a la morena, quien tenía su nariz rojiza a causa del frío.
–¿Y tú qué? –Boomer rodó los ojos, ya sabía que empezaría el numerito usual entre esos dos–. ¿Vas a quedarte parada ahí todo el día?
Buttercup entreabrió su boca, frunció el ceño y miró a Boomer, que esta vez acariciaba su frente, un tanto avergonzado.
–¿Eso es de tu incumbencia? Idiota –respondió.
–Eres mi futura novia, obvio que es de mi incumbencia.
–Bubbles, vámonos –dijo Boomer, jalando un poco del brazo de la chica rubia que solo reía.
–No soy tu futura nada, jódete.
–Sí lo eres, está escrito en tu frente.
Con delicadeza, despejó el flequillo que caía por su frente, cubriéndole parte de sus cejas y se acercó un poco, como si de verdad estuviese leyendo algo.
–"Yo seré la novia de Butch" –dijo, luego de eso, volvió a su posición inicial–, ¿ves?
Pero Buttercup desvió la mirada, sonriendo socarronamente. Butch ladeó su cabeza, esperando por la respuesta de la chica, que parecía no querer llegar. Solo se mantenía en silencio, mirando al resto de chicos que llegaban a resguardar sus bicicletas. Cuando por fin volvió a mirarle, habló:
–Estoy saliendo con Mitch –se encogió de hombros–. Sabes que no eres competencia para él.
Sin decir más, comenzó a caminar, pasando junto a él; sin embargo, Butch no se quedó quieto y le tomó el brazo.
–Yo podría hacerte infinitas veces más feliz que ese tipo, lo sabes.
–Claro –zafó su agarre–, cuando madures y tengas metas claras en la vida, tal vez me lo podría ir pensando un poco. Por ahora, quiero tener una relación con un hombre, no tengo tiempo para niños.
Verla caminar por el pasillo luego de esas últimas palabras, solo le provocaba una sensación de gusto difícil de explicar. Conquistar a Buttercup le resultaba un reto, y más aun considerando que tenía grandes expectativas acerca de las relaciones de pareja teniendo, solamente, dieciséis años. Butch mordió su labio, totalmente embelesado por la figura de la chica que parecía confundirse con el resto de los alumnos de la escuela.
Le gustaba, y le gustaba demasiado.
–Lo único que no te haría, Butter, sería sufrir.
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Blossom, disimuladamente, en clases de biología, le extendió un papel a Butch, en el que anotó diez ideas, resaltando con color rojo las tres que le recomendaba más, buscando que pudiese tener éxito. Él lo guardó entre los cuadernos que tenía en su mochila, agradeciéndole mediante un gesto con su pulgar.
Era viernes, por tanto, todos quedaban libres a la hora en que usualmente salían a almorzar. Blossom se dirigió hasta la parada del transporte escolar, encontrándose con sus hermanas. Se sorprendió un tanto al no ver a Buttercup con Mitch, y esa expresión de molestia en su rostro le llamó la atención por completo.
Durante el trayecto hasta su casa, Buttercup no habló nada, solo estaba con sus auriculares escuchando música y con la cabeza apoyada en la ventana. No quiso preguntar hasta llegar a casa, puede que haya algún chismoso o chismosa con malas intenciones.
No fue necesario preguntarle, porque cuando estuvieron en su casa y bajaron para poder almorzar –las tres solas, sus padres llegaban más tarde–, Buttercup habló sin tapujos, sin guardar nada. Son sus hermanas, les tenía más confianza que a cualquier persona en el mundo.
–Creo que Mitch quiere terminar conmigo.
Bubbles quedó con su bocado de salmón a medio camino hasta su boca, a causa de la sorpresa, mientras que a Blossom se le hizo muy difícil tragar el sorbo de jugo. Buttercup, luego de decir aquello, fue capaz de tomar un poco de arroz con el tenedor y llevárselo a la boca. A pesar de que no estaba mal de sabor, le parecía una molestia tener que tragarlo solo para tener algo en el estómago.
–¿De qué hablas? ¿Cómo que crees eso?
La pelirroja dejó el vaso con cierta brusquedad sobre la mesa, llamando la atención de sus dos hermanas menores. La morena se encogió de hombros, volvió a tomar otro bocado de arroz, pero esta vez lo masticó con cierto malestar.
–Butter…
–Hace días que lo siento extraño, ¿saben? Distante. Si yo no le tomo la mano, él no lo hace… Al menos no cuando estamos en público.
De todas las personas del mundo, ni Blossom ni Bubbles creyeron que Buttercup sería de aquellas que estarían sufriendo por un amor de preparatoria. La expresión que tenía en su rostro demostraba lo afligida que estaba por la situación; también se lograba explicar la actitud que tuvo cuando se devolvían a casa, ese día, en el bus escolar.
–Estará viendo a otra –soltó llanamente Blossom–, no puede ser de otra forma.
Bubbles la miró, bastante sorprendida por lo poco delicada que fue al decirle aquello a su hermana. Buttercup, en tanto, apretaba sus labios, con la mirada fija en el plato que tenía en frente. Blossom seguía comiendo, aunque esperaba alguna reacción por parte de Buttercup, suspiró para añadir:
–Puede que me equivoque. Tal vez solo tuvo un mal día.
–No –Buttercup volvía a llevarse un bocado a la boca, pero ya no estaba triste, parecía furiosa–. Lo primero que dijiste es la verdad.
–No, Butter, me pude haber…
–¡Te digo que es la verdad! –interrumpió la morena–. Siempre he respetado su privacidad, ¿sabes? Siempre. Pero hace una semana, justo una semana, cuando salimos a dar un paseo en su auto nuevo –Blossom evitó rodar los ojos, a veces olvidaba que el novio de su hermana era un playboy en desarrollo–, se detuvo en la estación de gasolina, porque quería comprar tabaco. Yo tenía su celular, ya que desde ahí escuchábamos música. Le llegó un mensaje de texto, ya que los datos estaban desactivados…
No siguió hablando, puesto se había llevado un gran trozo de salmón a la boca. Sus hermanas la miraban con ciertas ansias por saber lo que seguía, no para saber el chisme, sino para ver cómo aconsejar y ayudar a su hermana.
–El puto mensaje era –miró directamente a su hermana mayor– de la maldita de Princess. Le decía "espero que podamos vernos mañana. Estoy ansiosa por nuestro encuentro". No le comenté nada de eso, sino que después le pedí si me podía ayudar a estudiar química, ¡aun sabiendo que Mitch no era muy inteligente! Me dijo que no podía, porque acompañaría a su padre a un evento –sonrió falsamente, volviendo a llenarse la boca con comida–. Una segunda vez, fue ayer.
De no ser porque Blossom le enseñó la mano, para pedir que se callara, hubiese seguido hablando, aun con la boca llena de comida. La pelirroja aclaró su garganta –Bubbles parecía estar viendo un partido de tenis, por la forma en la que movía su cabeza de lado a lado, para estar atenta a los movimientos de sus hermanas–, juntó ambas manos y suspiró, apoyando un poco su frente en ellas.
–Buttercup, tú sabes muy bien lo que yo pienso de ese chico. Estaba feliz porque tuvieses novio, ¿sabes? Pero Mitch, jamás en mi vida, ha sido de mi agrado. Si ha estado tomando esa actitud de darte cariño cuando están a solas, y considerando lo del mensaje y la mentira, quiere decir…
–No lo digas en voz alta –pidió Buttercup–, por favor.
Blossom asintió.
Los minutos restantes, estaban acompañados por un silencio, no incómodo, pero bastante molesto, ya que esa energía negativa que tenía Buttercup parecía apoderarse del ambiente, lo que las imposibilitaba para poder terminar del almuerzo de buena manera. Bubbles, entonces, se le ocurrió hablar, desde lo más profundo de su imaginación, solo con buenas intenciones para su hermana.
–¿Y si le terminas tú y empiezas a salir con Butch?
Tanto Buttercup como Blossom escupieron el jugo que habían bebido. Ambas chicas tenían expresiones de sorpresa, pero una de ellas parecía más asqueada que sorprendida.
–¿Te pegaste en la cabeza o qué, Bubbles? –Buttercup arqueó una ceja–. Ese sí que es peor.
–¿Por qué? A mí Butch me parece un buen tipo.
–Sí –rio con ironía–, un buen tipo para tener novias, pasarlo bien un poco, y después salir con otras.
–Tú eres especial para Butch –dijo, esta vez, Blossom–. No por nada te dio esa pulsera que sigues usando.
–No seas tonta, Bloss. Esto –alzó su brazo para mostrarla– es un lazo de amistad.
–¿Y si le pides consejos a Butch? –Bubbles se estaba llevando el récord de "el mayor número de miradas de extrañeza en una hora".
Pero ninguna respondió. Bubbles miró a Blossom, buscando la aprobación de esta, pero la verdad era que la pelirroja se estaba cuestionando si había sido buena idea contarle lo de Butch.
–De todas maneras –siguió hablando la rubia–, no sé por qué no sales con él. Se mostraba interesado en ti hace mucho tiempo.
–Ya te digo, es un mentiroso. Nunca he creído en esas veces que me confesó que le gusto. Somos amigos, buenos amigos, de verdad, pero no creo que pueda llegar a confiarle esto que me ha pasado con Mitch ni menos en creer alguna de sus palabras. Es un bromista por excelencia, ¿no recuerdan? –su mirada se volvió a fijar en su hermana mayor–. No entiendo cómo es que tú sí pudiste terminar siendo novia de uno de ellos.
Blossom tenía su cabeza apoyada en una de sus manos. Lo último que dijo su hermana no lo tomó en serio, entendía que estaba dolida y molesta, por eso lanzaba cualquier cosa que se le venía a la cabeza. Notó el arrepentimiento que sintió su hermana por la expresión que puso.
–De todas maneras –dijo Bubbles–, siempre he pensado que si bien Butch no parece ser muy maduro, es bastante sincero cuando habla de sus sentimientos por ti; siempre les ha dejado en claro a sus novias lo que siente por ti.
–Pero él no es mi novio, mi novio es Mitch. Él es quien me gusta, no Butch.
Terminaron por acordar pensar en alguna forma para ayudarla y dieron por finalizado el tema. Blossom pasó buscando algunas páginas en internet, pero no precisamente para ayudar a Buttercup con Mitch, sino que para tratar de persuadirla de que ese chico no merecía su atención, su tiempo ni su amor, ya que era verdaderamente un idiota que estaba a punto de actuar como un maricón.
Por otra parte, cuando creyó encontrar un foro perfecto, le llegó un mensaje de su cuñado: Butch.
Butch – 03:07pm
"OYE, PELIRROJA. CREO QUE EMPEZARÉ EL VIERNES, ¿ME CUBRIRÍAS LA ESPALDA POR SI LLEGO A JODER LA SITUACIÓN?"
Mordió su labio inferior, dudosa de la respuesta; miró a su hermana en cuestión, quien se divertía jugando en su consola y asustando a Bubbles por las gráficas explícitas del videojuego a la hora de asesinar.
Blossom – 03:07pm
"Tendrás que dar lo mejor de ti. No te daré detalles, pero esta es tu oportunidad. Dime, ¿qué planeas hacer?"
Algunas definiciones, para que no queden dudas:
Playboy: Hombre seductor y conquistador, de aspecto físico atractivo y elegante, generalmente de posición social acomodada, que frecuenta ambientes distinguidos y lugares de moda.
Mujeriego: Que es muy aficionado a relacionarse con mujeres, intentando conquistarlas o seducirlas.
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La segunda parte de esta historia será publicada el 23 de marzo, aunque puede que me tarde un día más, todo depende de los deberes que me den en la universidad.
Muchas gracias por leer, xx.-
