Dragón Ball ni los personajes me pertenecen.
Esta es una nueva historia, no creo actualizarla muy seguido pero igual quiero compartirla con ustedes.
Espero les guste.
Era un nuevo día, ella estaba ahí acostada, toda su familia la estaba apoyando para el nacimiento de su bebé, uno más en la familia, pero algo le decía que sería un niño muy especial.
Su abuela estaba ahí con ella, tan hermosa que era, ahora solo estaba arrugada y enferma, su último deseo era ver a su bisnieto nacer.
Abuelita no es necesario que estés aquí – le dijo pues ella estaba muy enferma en cualquier momento podría morir, era necesario que ella guardara reposo.
No te preocupes hija – le respondió su bisabuela con sus azules ojos llenos de arrugas.
Su abuela sufría de alzhéimer parcial, solo recordaba algunas cosas de su vida, más otras no, ellos la apoyaban pues era una de las personas más tiernas y cariñosas que podían conocer pero sufrían con ella pues como no recordaba algunas cosas nunca pudo contarles a ellos las historias de su familia.
Es el momento – dijo el doctor llamando a todos los doctores y enfermeras para asistir al parto.
Por favor deje que mi bisabuela se quede, por favor doctor – le rogó ella.
El doctor miró a la anciana y asintió, luego su bisabuela le tomo la mano a la preciosa peli azul que entraba en trabajo de parto.
Se fuerte – le dijo animándola.
Te amo abuela – le respondió ella.
Todo se desarrollaba tan rápido, los doctores la ayudaban las enfermeras iban de un lado a otro y algunas les animaban a pujar.
Puja, puja – solo podía escuchar eso.
Su respiración estaba intranquila, el esfuerzo que hacía era sobre humano, pero todo era por ver a su pequeño nacer, ella sería madre, lo sería.
De repente sintió un gran alivio un calor hermoso se apoderó de su corazón, junto con el llanto alegre de su bebé.
Por fin había dado a luz a su hijo, el líder de su linaje, el heredero de la Gran Corporación Capsula.
Ella quería tocarlo, quería tenerlo entre sus brazos, se lo rogó a los doctores. Que estos finalmente conmovidos accedieron a ello.
Le colocaron a su hijo sobre su pecho para que sintiera su calor, el calor de una madre. Su abundante cabello le cubrió el rostro prácticamente. Apartó el cabello de su hijo y luego miró a su bisabuela, se veía trastornada, en shock.
¿Qué sucede abuelita? – le preguntó.
Papá, papito – decía llorando.
¿Qué? – respondió ella.
Eh recordado a mi papá, es… es igual a tu hijo, tu hijo es como mi padre, el estaría tan orgulloso de conocerlo – lloraba la anciana.
Abuela ¿es eso cierto? – le preguntó ella.
Si te lo juro, es igual a mi papito, lo extraño tanto – pronunciaba mientras seguía llorando.
Abuela, y dime ¿Cómo se llamaba tu papá? – le preguntó ella, al fin tendría información sobre sus antepasados.
Vegeta – dijo la muy vieja Bra.
Abuela, si es que mi hijo se parece a tu papá o mejor dicho mi tatarabuelo, entonces honraremos su nombre colocándoselo a mi bebé – le dijo sonriente la joven Bulma Leigh.
Pequeño Vegeta, mi padre estaría feliz de conocerte – dijo mientras tomaba al niño en brazos.
Abuela… no creo que eso sea posible, él de seguro ya murió – dijo la joven.
No… estoy segura que aún vive, mi corazón lo siente – afirmó con esperanza.
La familia entera llegó, todos los descendientes de Bra estaban ahí junto a la más joven de la familia que acababa de dar a luz, el padre del niño había muerto lastimosamente cuando ella tenía 5 meses de embarazo, fue algo muy duro para ella pero gracias al apoyo lo pudo superar.
¿Cómo vas a llamar a esta preciosura? – dijo su prima Bikini mientras cargaba al pequeño.
Vegeta, abuela Bra recordó a su padre y me dijo que es igual – le dije a mi prima.
Me parece genial, hay que darle el gusto a la bisabuela, está muy vieja y pronto morirá – dijo tristemente.
Un silencio incomodo se apoderó de ellas.
Pero es que era verdad, Bra tenía 120 años aproximadamente y para un hibrido humano-saiyajin quizá ese era su límite, aunque con el pasar de los años la familia de Bra había olvidado su origen saiyajin, tal como ella había olvidado ciertos detalles de su vida.
Y así pasaron los meses, el pequeño Vegeta era un amor, no lloraba mucho y a los 4 meses ya caminaba, aunque tenía un carácter bastante notorio ya en esos meses de edad.
Todo estaba transcurriendo bien en su familia Bulma Leigh tenía una casa propia donde viva sola con su pequeño y trabajaba como gerente de marketing en la corporación capsula hasta que un día en su oficina su prima Bikini había llegado con el rostro y los ojos rojos.
¿Qué sucede? – le preguntó.
Abuela Bra, ella está en sus últimos días – dijo dolorosamente.
Tomó sus cosas y fue junto a su prima rápido al doctor en donde estaba internada su bisabuela.
Verla fue devastador, una mujer tan enérgica como ella estaba atada a cables e intravenosas.
Abuela Bra – dijeron ambas.
Estos son mis últimas horas – dijo lentamente.
No digas eso – dijo Bikini.
Bikini, eres una chica con un corazón tan dulce y amable, quiero que cuides de que la familia este siempre unida y por favor busca ponerte en contacto con la familia de mi hermano Trunks – le dijo Bra muy agitada.
Si – afirmó la joven de cabellos lilas y ojos negros intentando no llorar.
Y tu Bulma, eres muy parecida a mi madre, te encargo un favor muy especial, quiero que busques a mi padre y lo unas a la familia de nuevo, él se fue cuando mi madre murió, él estaba muy triste por eso se fue – dijo Bra.
Abuela, yo no creo que tu padre este vivo – dijo con dolor la joven Bulma.
Lo está, lo está, aun puedo sentir vagamente su presencia – respondió Bra.
Yo… – respondió la peli azul.
Prométeme que lo harás – le pidió ella con mucho dolor.
Te lo prometo – dijo la joven bisnieta de Bra.
Ahora vayan a descansar – les indico Bra.
Ambas salieron de la habitación, caminaban llorando por el pasillo hasta que algo las desesperó, ellas vieron que varios iban de urgencia, iban a la habitación de Bra, era todo en cámara lenta, Bikini se había desmayado y Bulma lloraba tirada en el piso.
Hasta que salió el doctor a afirmar lo que ya se veía venir. Bra había muerto.
ABUELAAAA – gritó Bulma Leigh.
La luz, de sus ojos, su princesa, la energía de su pequeña desapareció, él había huido de ellos para no volver a sentir el dolor de perder a un ser querido pero ahora, ahora sintió eso.
Bra – dijo apretando sus puños y con un dolor grande en su interior.
Su corazón se estremeció, su princesita había muerto, al igual Bulma y Trunks. Él ya no tenía nada en este mundo por el cual aferrarse, se sentía vacío, incompleto, a veces maldecía ser un saiyajin y poder vivir tantos años, y el suicidio no era una opción.
Espero les haya gustado, lloré mucho con esto en serio.
