Hola, aquí vengo con un nuevo fic. De una pareja que siempre me había cautivado pero que nunca me atreví con ella, espero que me haya salido bien. Katie Bell y Oliver Wood. Bueno, es una respuesta al reto de Cuatro estaciones del foro de Weird Sisters. (Link en mi profile)
Besos, que os guste
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Verano
Katie Bell está segura del todo. Hubiera sido capaz de apostar su Barredora, a pesar de todo el cariño que siente por esa escoba. Pero es que Katie, también hubiese estado segura de que no iba a perderla. Porque, aunque Angelina y Alicia le hayan dicho, por activa y por pasiva, que este año Oliver sí que se va fijar en ella; Katie sabe que no.
Que da igual que su cabello haya cogido ese brillo durante el verano, y tampoco importa mucho, que durante esas vacaciones, haya pegado un pequeño estirón. Ni que su piel se haya librado de los indeseados granitos que el curso pasado habitaron su frente. Y por supuesto, lo que menos le va a importar a Oliver, será la nueva silueta que su cuerpo ha formado.
Es Oliver, por Merlín. ¿Acaso no se acuerdan de cómo es Wood? Un mago estelar, así cómo un brillante capitán de Quidditch. Pero eso sí, ante todo es un amante del Quidditch.
-"Amante del Quidditch" –le ha dicho a Angelina cuando ésta la ha avasallado en el expreso. –"No mi amante"
-"Pero bien que te gustaría"- le ha contestado Alicia con una pícara sonrisa.
Y ahí Katie no puede decir nada. Porque sí, lleva razón. Es Katie, por Merlín. ¿Acaso nadie recuerda como es Bell? Una bruja loca, con el cerebro absorbido por escobas y constelaciones, por sueños por cumplir y sonrisas robadas a los gemelos. Y, eso sí, con la mente en otro sitio, buscando indefinidamente a su príncipe azul. Aquel a quien todos han tildado como Oliver Wood.
Se han reencontrado después de estar separados todo el verano. Egipto, Praga, París, Irlanda, Chelsea y el Callejón Diagon. Desde luego el más original, Harry que, aunque no se ha movido mucho ese tiempo, parece tan feliz como el resto.
Se enzarzan a hablar, después de intercambiar saludos. Bueno, si entendemos como saludos a abrazos, achuchones, puñetazos en el hombro, y algún que otro beso en la mejilla. Los chicos, las chicas, el sol, el mar y un motón de aventuras que contar. Todo alegría, hasta que sale el tema: Quidditch.
-Bueno, este año, que es el último que voy a estar aquí, quiero deciros algo muy importante. Tenemos que ganar la copa, sea como sea. ¿Entendido, equipo?
Los gemelos, Harry y Katie asienten; pero Angelina y Alicia no. Se cabrean porque Oliver no ha utilizado esa ilusión que mostró al decir la palabra copa, para saludarlos, para saludar a Katie. Las dos se levantan, agarran a su compañera y se la llevan de la Sala Común.
-¿Qué…? –pregunta asombrado Oliver
Fred niega con la cabeza y mira a George, quien se levanta y se acerca a su capitán:
-Wood, tío, eres un rematado capullo.
Y con esto los chicos sonríen. Eso, y se olvidan del tema.
