Ohayo minna-san!
Es un placer, esta es mi primera aparición en fanfiction! Estoy muy emocionada, he estado trabajando en este proyecto desde hace ya unos meses y he decidido publicarlo. El lunes por la mañana, antes de salir para el instituto, de repente y así como así me dije: Voy a publicarlo. El primer capítulo es bastante simple, se menciona a casi todos los que van a salir a lo largo de la historia, pues no saldrán exactamente todos.
Aún recuerdo la primera vez que vi Beyblade, me llamó mucho la atención y decidí seguirlo, cual sería mi sorpresa de terminar tan encantada con los personajes (sobre todo los cuatro protagonistas, Zeo que lo adoro y uno que otro de la última temporada) y tan metida en la trama.
Adoro esos ánimos tan sinceros de Taka, esa sonrisa radiante de Max, la picardía y ternura en Ray y... bueno, todo Kai, jajaja. Un día, luego de leer varios fics (uno de ellos era de otra serie), se me vino una idea a la cabeza, tomando un poco de todo lo que había leido (más de dos mil hojas en word en los últimos dos meses del pasado año) fui armado la historia. De antemano digo que es estilo escolar, ya saben, estudiantes y todo. Pero tiene un toque de misticismo que seguro les gustará. El tipo de narrador es omnisciente, me gusta hacerlo de esa manera porque queda misterio y cosas que, a lo largo de la historia, se irán resolviendo.
Fanáticas de Kai (todo el mundo), Takao, Ray (casi todo el universo creo yo) y Max, no se preocupen, los adorarán tanto como yo, sus personalidades cambian ligeramente, por supuesto, pero siguen siendo ellos .
Qué más... Hay personajes que no saldrán o que solo serán nombrados como King (El rey) ya que mi mente no da para tanto y su participación puedo no hacer falta o estar muy alejado de mi protagonista. La persona que elegí para narrar la historia es alguien que no sale mucho por lo cual el reto de nombrar a la mayor parte de los personajes fue mayor, cosa que disfruté inmensamente.
Bueno, ya me extendí de más, hay les van las premisas y todo eso que hay que decir:
Título: Fantasy
Autora: 5Hikaru no Yami5
Advertencias: Tómenlas ustedes y (aunque yo no lo considere como malo pues me encanta) Shonnen-ai.
Nota importante: La mayoría de los capítulos ya están escritos, otros están dentro de mi cabeza y hay unos que pueden ayudarme ustedes dejando un rewie. El ciclo escolar empieza en Septiembre-Octubre, años recientes, en la ciudad de Nagasaki. Los Sábados rara vez hay clases, la mitad están en tercer año y la otra en cuarto, menos Kenny, Joseph y Kiki (Kevin) que estám em primer año.
Nombres: Takao Kinomiya: Tyson Granger
Yuriy Ivanov: Tala
Mihaeru: Miguel
Hitoshi Kinomiya: Heero Granger
Mao Kon: Mariah
Hiromi Tashibana: Hilary
Kyo(no usaré el largo): Kenny
Del resto usaré los nombres de la versión estadounidense y algunos apellidos son
inventados.
Disclaimer: BB no es mío, le pertenece a Aoki Takao-san (Kami-sama lo bendiga 3), solo los
tomé prestados un rato.
AVISO SUPER IMPORTANTE: Hay algunos autores que tienen mi msn y no les diré que soy yo. Les propongo un reto a Nekot (No tiene mi msn pero creo que podrá descubrirlo), Addanight, Jendow, Ari-yuna. Si adivinan quien soy y lo dicen rápido el primero en descubrirme podrá pedirme un capítulo de la índole que quiera en este o la segunda parte que irá después de este fic y le dedicaré un capítulo al segundo que lo descubra. Ya les he dejado RR antes, como pista tiene un / y las letra principal es K. Vamos, los reto a descubrirme. Puede ser por RR, msn o contactándome pos FF. Los espero chicos!
-bla, bla, bla- Diálogo.
"bla, bla, bla" Mención de algo, ya sea un letrero o un sarcasmo.
Bla, bla, bla Pensamientos.
Aquí les va, disfrútenlo!!!
Capitulo 1: "Sorpresas"
El lugar estaba oscuro, tan solo iluminado por unas motas de luz que flotaban en el aire. Sentía sus pies descalzos húmedos, había agua llegándole a los tobillos, justo enfrente de él las partículas de luz empezaron a reunirse poco a poco formando una figura brillante que no se definía bien, se acercó lentamente y extendió la mano. La figura le imitó pero permaneció en el mismo lugar, la idea de que le sonreía se hizo imposible al no poder vislumbrar bien al ser, justo cuando iban a tocarse... Sonó el despertador.
Abrí los ojos de golpe, respirando agitadamente y me incorporé en la cama. Alargué mi brazo, igual que en el sueño y apagué el despertador, salí de la cama y me apresuré en vestirme para ir al instituto. Antes de salir me miré al espejo, no estaba mal, solo que mi cabello, de color rubio ceniza, era un desastre.
-¡Hijo, llegaras tarde! –gritó mi madre desde abajo.
-¡Ya voy!
Me peine tan bien como pude y baje para desayunar.
-Itadakimasu –susurré juntando las manos en frente del plato con restos de comida.
Me levanté de la mesa, tomé mi maletín y me lo eche al hombro para salir de la cocina, atravesé el pasillo con la mirada gacha mirando las calcetas sobre el piso de madera. Me detuve en el genkan (N/A: pequeño vestíbulo en donde los japoneses dejan sus zapatos) para calzarme, tomé las llaves de la mesita que estaba a mi lado y abrí la puerta.
-¡Itekimas! (Ya me voy!) –grité antes de salir.
Ese día, en vez de montar mi bicicleta, preferí caminar. Las calles estaban repletas de estudiantes, felices, emocionados, tristes, melancólicos y molestos por el primer día de clases. Así es, hoy comenzaban las clases para mi y muchos otros chicos. Era septiembre y como algunas pocas escuelas empezábamos al estilo estadounidense.
Me detuve frente a las altas verjas de hierro, detrás de estas se alzaba un gran edificio de color blanco de cuatro pisos de altura y entre este y yo se extendía un gran patio. Después de unos segundos entré, no era precisamente nuevo, ya este sería mi tercer año en ese colegio. Caminé por el patio en donde se veían alumnos conversando y saludándose, como aún era temprano habían pocos estudiantes. Entré en uno de los edificios, en la primera planta estaban los casilleros, fui al mío y me cambie los zapatos. Subí las escaleras y busqué el que sería mi nuevo salón.
-Salón 3-C... salón 3-C...
Lo encontré en el tercer piso casi al fondo del pasillo frente a una ventana, al abrir la puerta me sorprendió encontrar a alguien dentro, estaba sentado en uno de los primeros puestos con un libro abierto sobre el escritorio y levantó la vista al oír como se cerraba la puerta.
Sus ojos verdes, como dos esmeraldas, quedaron fijos en mi, su cabello de color naranja estaba elegantemente desordenado, tenía la piel pálida, sin ninguna mancha o peca, en el oído izquierdo portaba un delgado arete de color dorado y sus finos labios se curvaron un poco al verme. Me quedé quieto mientras lo veía levantarse e inclinarse un poco, hasta su voz me sonó curiosa cuando me saludo y preguntó mi nombre.
-Buenos días, soy Brooklyn Masefield y seremos compañeros este año. Soy nuevo aquí, es un placer –dijo amablemente-. ¿Y tu como te llamas?
Tarde un poco en reaccionar y algo apenado le dije:
-Bu...buenos días, soy Mihaeru Minamoto, el placer es mío.
-¡Pero que lindo y curioso nombre! –exclamó.
-¿Lindo?
-Si, suena místico y melodioso –dijo con simpleza como si fuera cosa de todos los días decirle eso a las personas que recién conoces.
-Ah... gra-gracias –atiné a contestar un poco azorado-. También me gusta tu nombre Brooklyn.
El me sonrió como toda respuesta, y volvió a sentarse para continuar con su lectura. Yo me quedé allí quieto observándolo y la palabra ángel se me vino a la cabeza. No estaba muy lejos de la realidad, aquella tranquilidad que despedía, esa dulzura en su mirada... ¡Hasta el uniforme le sentaba de maravilla!
La puerta a mis espaldas me hizo regresar a la realidad, ya estaban empezando a llegar los demás así que me fui a sentar, pero a diferencia del chico nuevo, fui a uno de los últimos puestos en la fila que da junto a la ventana. Dejé el maletín y me senté pesadamente, giré mi vista a la ventana y solo regresé a la realidad cuando alguien me llamó.
-¡Mihaeru! –dijo un voz muy familiar, cuando me volví vi, parada en frente de mi, a una chica de cabellos rosa pastel, ojos rojizos y sonrisa tierna.
-Mathilda –dije feliz al ver a mi mejor amiga-. ¿Te tocó este salón?
-¡Así es! –asintió-. Vamos a estudiar juntos, que gusto me da eso.
Todo un gusto francamente, Mathilda y yo nos conocemos desde primaria, estudiamos juntos casi siempre y nuestros padres, al pasar a segundaria, nos enviaron a la misma escuela en donde nos separaron en segundo año. Mathilda se sentó a mi lado, sin importarle mucho lo apartados que estábamos, hablamos de muchas cosas a pesar de que nos habíamos visto varias veces en las vacaciones de verano.
Un rato después sonó la campana que indicaba el inicio de las clases, ya el salón estaba lleno y casi todos los puestos ocupados para cuando la profesora entró. Su andar era elegante y refinado, llevaba el cabello rubio por los hombros y sus ojos azules eran vivaces y brillantes. Los labios estaban coloreados suavemente de color rosa y resaltaban de su blanca tez.
-Muy buenos días clase –saludó la maestra con voz afable y sonrisa radiante, se que había visto esa sonrisa en algún lado...
-Buenos días –respondimos a coro.
-Yo seré su profesora de matemáticas y física este año, soy Judy Mizuhara –se presentó escribiendo su nombre en la pizarra-. Hola Taka –agitó la mano a un chico sentado en uno de los últimos puestos que la saludaba animadamente.
La primera hora de clases se fue en presentaciones. Este año no habían muchos alumnos nuevos, pero aún así los que ya teníamos unos años teníamos que hablar, en el último puesto de la primera fila estaba un chico de cabellos largos y de color azul oscuro, sus ojos eran rojizos y su piel morena, se levantó un poco enfurruñado pero enseguida sonrió con ánimos y lo reconocí.
-Hola, soy Takao Kinomiya, tengo catorce años y estudio aquí desde quinto de primaria.
¡Claro! Takao estudió conmigo el año pasado, se sentaba una fila a la derecha, era algo atolondrado, glotón y no le iba bien en matemáticas, pero a pesar de eso era un gran chico; hicimos un par de trabajos juntos y nos volvimos amigos rápidamente.
Al llegar al primer puesto de la segunda fila le tocó el turno a Brooklyn, quien con su enigmática sonrisa se levantó y se dio la vuelta para que todos lo viéramos, más de uno se quedó embobado.
-Buenos días, soy Brooklyn Masefield, tengo catorce años y vengo del extranjero. Espero que podamos llevarnos bien este año y ser buenos amigos –dijo inclinándose un poco y sonriendo de manera encantadora.
Noté que a mi lado Mathilda no le quitaba la vista de encima pero luego se volvió hacia mi y sonrió de manera nerviosa al darse cuenta de lo que hacía. Un rato después le tocó a ella, intenté con una sonrisa infundirle ánimos, era tímida y le costaba hablar en público.
-Buenos días... –susurró apenada-. Soy Mathilda Usui, tengo catorce años y este es mi tercer año estudiando aquí...
Poco después fue mi turno, yo era el último que debía presentarse y ya solo faltaban unos veinte minutos de clases. Me levanté y miré alrededor, Mathilda por supuesto me miraba, Takao al verme me saludó con la mano, yo le devolví el gesto con timidez y Brooklyn me sonrió con una dulzura de la que tardé en reponerme.
-Joven, es su turno –dijo la profesora.
-Lo siento, soy Mihaeru Minamoto –me presenté por segunda vez-. Tengo catorce años y este es mi tercer año en el instituto.
-Muy bien, con esto concluimos las presentaciones –habló la maestra llamando la atención de todos, me fijé que Brooklyn tardó un poco en voltearse-. Ahora les leeré el reglamento y...
A los minutos terminamos la clase y empezaron a salir del salón los demás, Mathilda dijo que iba a saludar a Aaron y a Claude, amigos nuestros desde hacía unos años, íbamos juntos a todas partes. Yo me quedé allí sin muchos ganas de salir, ni siquiera tenía hambre y talvez me hubiera quedado así todo el descanso sino fuera porque...
-Disculpa –oí que dijeron cerca de mi, al voltearme vi a Brooklyn sonreírme-. ¿Podrías enseñarme la escuela?
No respondí de inmediato, me quedé quieto y sentí un escalofrío en mi espalda, detrás de Brooklyn habían varias chicas lanzándome miradas acecinas, tragué duro y me pregunté si el las habría rechazado para hablar con migo.
-¿Yo? –pregunté un poco incrédulo. El asintió-. Seguro.
-Genial, vamos.
Me levanté y salimos del salón, le mostré el edificio y le expliqué el orden de los salones, al bajar lo lleve al gimnasio y la piscina, en la parte trasera del patio. Fuimos al ala destinada para los laboratorios y la enfermaría, a su lado estaba el edificio de dirección, con el departamento de dirección, el salón de maestros, el departamento de orientación (al que por cierto conozco muy bien) y la sala de juntas.
Caminamos por el patio hasta la cafetería pero el se detuvo antes de entrar.
-¿Pasa algo?
-Mira –dijo solamente señalando con el dedo.
Busqué con la vista que era lo que había llamado su atención y vi que Mathilda y Claude se acercaban a nosotros. Me extrañó que Aarón no estuviera con ellos. Al llegar los saludé y le presente a Brooklyn a mi amigo.
-Mucho gusto, soy Claude Ichiyama, voy en 4-C, bienvenido –le dijo, Claude era alto y recio, su nariz aguileña y su expresión dura intimidaban un poco pero no era mal chico, como ya dije, era uno de mis mejores amigos. Su cabello era corto, peinado hacia atrás de color azul pálido.
-¿Y Aarón? –pregunté a los muchachos, ambos bajaron la vista-. ¿Qué?
-Aaron se fue a Tokio –dijo Claude.
-¡¿Nani?!
-Así es, su padre fue transferido a Tokio y Aarón tuvo que ir con el.
-Sonna bakana (No puede ser)... –el padre de Aarón trabaja en una empresa muy prestigiosa y solía viajar mucho, conocí a Aarón de la misma forma, el llegó un día a la ciudad-. ¿Era eso a lo que venían? –pregunté tras un momento de silencio.
-¿Eh? No, era para preguntarte si no querías comer con nosotros –dijo Mathilda.
-Lo siento, no puedo –contesté y señalé a Brooklyn con un gesto-. Le estoy enseñando la escuela.
-No hay problema, puedes ir con ellos.
-No, yo quiero estar con tigo –dije sin pensar.
Mathilda y Claude lucieron sorprendidos, yo me sonrojé y miré hacia otro lado tratando de saber porque demonios dije eso, mientras que Brooklyn rió por lo bajo, que linda era su risa.
-Esta bien, entonces vamos.
-Si, nos vemos luego amigos –les dije antes de seguir caminando.
Entramos en la cafetería donde se detuvo a comprar algo que no llegué a ver. Al salir andamos en silencio por los terrenos llenos de estudiantes hablando y riendo, el ambiente era muy agradable, ese día estaba fresco, cuando pasábamos frente un grupo de árboles un chico como salido de la nada cayó frente a nosotros con delicadeza. Se irguió mientras yo trataba de hacer volver a funcionar mi corazón.
-Brooklyn¿qué tal?
-¡Mystel! –exclamó acercándose al chico-. Mihaeru, este es un amigo mío. Mystel, el es Mihaeru, estudia con migo y me está mostrando la escuela.
-Un placer conocerte –dijo dándome la mano.
-El placer es mío –dije sin saber que más decir.
-¿Ya vieron toda la escuela? –me preguntó el rubio de piel morena.
-Si, solo falta el resto del patio.
-Excelente –dijo, aunque yo no sabía que tenía de excelente-. ¿Te importa si te lo robo un momento? –tomó el brazo de Brooklyn y tiró de el para acercarlo.
-Yo... no, no hay problema.
-Bien, andando amigo.
-¡Adiós Miha-kun! –dijo antes de irse-. ¡Y gracias! -gritó y me lanzó algo, un pequeño caramelo de colorida envoltura.
-Adiós... –dije atrapando el dulce en el aire, lo observé unos momentos. Eso debió haber sido lo que compró en la cafetería.
Guardé el dulce en mi bolsillo con cuidado, me encogí de hombros y me di la vuelta, ya no tenía nada que hacer allí. Decidí ir a buscar a Mathilda y a Claude, pero no podía recordar donde estaban sentados.
-Diablos... les debí haber preguntado donde estarían o haber invitado a Brooklyn a comer con nosotros...
Después de un rato, me cansé de buscar y como no faltaba mucho para la segunda hora entré al edificio donde estaban los salones, subí las escaleras, todo estaba sumido en silencio, al parecer todos estaban en el patio o la cafetería.
Entré en el aula sin levantar la mirada, pasé por las mesas hasta la última pero antes de llegar me di cuenta de que me estaban observando. Al levantar la vista vi que no era el único en el salón, tres muchachos, que se notaba eran mayores que yo, me miraban de forma insistente a unos puestos de donde yo estaba, no los recordaba de mi clase y parecía que ellos tampoco.
El que parecía más "amenazador" era el más fornido y alto, su cabello, de color entre lavanda y gris, lo llevaba corto, sus ojos eran de igual color, con una mirada altiva y enérgica, estaba recostado en la butaca donde uno de sus amigos estaba sentado. Este era... sublime, sus labios eran pálidos y carnosos, sus cabellos pelirrojos pero a diferencia de Brooklyn eran más oscuros. Su piel era pálida, tersa y estoy seguro que suave y sus ojos... Eran como dos piedras preciosas, azules y fríos como el hielo pero aún así hermosos, como estaba sentado no pude ver su contextura. A su izquierda, parado y de brazos cruzados estaba el otro, su piel era igual de pálida que la del pelirrojo, sus ojos rojos como dos rubíes y sus labios finos y pálidos. Era más bajo que el primer muchacho, debajo de la chaqueta del instituto se definían un poco unos brazos musculosos y una espalda ancha. Su cabello era quizás lo más interesante, de dos tonalidades, azul ceniza delante, azul oscuro detrás, en el lóbulo de su oreja derecha portaba una piedra roja con forma redonda, un rubí seguramente y en sus mejillas cuatro marcas como triángulos de color azul hacían contraste con su nívea piel.
-Niño, este no es tu salón –me dijo el más fornido de los tres en tono rudo.
-¿Cuál es tu clase? –preguntó el pelirrojo con voz suave que me causó un escalofrío.
-Voy en el 3-C...
-Este es el 4-B, ni siquiera es tu piso –me informó el de cabellos cortos con sorna.
-Ah... yo... lo siento, no debí haberme fijado –contesté un poco apenado, ninguno de los otros dos dieron pruebas de inmutarse. Me apresuré a salir pero antes de llegar a la puerta me llamaron.
-Oye niño... ¿Tu no ibas el año pasado con la psicóloga?
Abrí los ojos grandemente, no muchos sabían de eso, por mi personalidad cerrada y taciturna, mis dibujos y escritos me había ganado un viaje directo a "orientación" durante el año pasado.
-Mihaeru –dije sin voltearme.
-¿Qué?
-Me llamo Mihaeru y no soy un niño, cumpliré quince años en Febrero.
-Bueno "Mihaeru", dinos¿si o no?
-No tengo por que responder eso –entrecerré un poco los ojos y los miré con recelo a la vez que ellos lo hacían con interés-. Y menos a alguien que no conozco.
-¡Oh! Disculpa mis modales –dijo provocando unas sonrisas burlonas en sus compañeros-. Soy Bryan Kuznetzov, ellos son Yuriy Ivanov –señaló al pelirrojo y luego al de cabellos azules-. y Kai Hiwatari.
Volví a abrir mucho los ojos, de repente supe quienes eran. ¿Y cómo pude no reconocerlos? Los tres eran hijos de hombres de negocios muy adinerados y reconocidos, además de haber ganado varias medallas y reconocimientos en los festivales del deporte de la escuela, aparte de que todas las chicas se morían por ellos.
-¿Y si así fuera que?
-Nada, solo curiosidad –respondió despreocupadamente encogiéndose de hombros-. Aunque no aparentas estar tan loco como me lo dicen tus dibujos.
Empuñé las manos. ¡Había visto mis dibujos! El año pasado, la psicóloga me mandó a dibujar cualquier cosa, por supuesto que me dejé llevar y el resultado fueron más visitas y sesiones.
Justo cuando iba a decir algo el timbre sonó indicando que se reanudaban las clases.
-Deberías irte –habló por primera vez el que se llamaba Kai-. O llegaras tarde.
Asentí y salí apresuradamente del salón para dirigirme al mío, que esta vez resultó ser el correcto. El profesor llegó un rato después de mi. Era alto y delgado, iba vestido muy elegantemente, casi formal. Su cabello era morado e iba peinado pulcramente hacia atrás casi con perfección y exactitud, sus ojos eran profundos, intimidantes y al mismo tiempo embelesaban.
-Buenos días queridos alumnos –dijo rodando la mirada por cada uno de nuestros rostros-. Soy el profesor Barthez, doy literatura y seré su titular este año, así que cualquier queja u opinión los invito a acercarse, es mi deber y un placer ayudarlos con todo lo que pueda.
Más de uno pareció encantado con la forma de hablar del señor Barthez, vaya que el sujeto tenía el don de la palabra. No se por que pero me ponía un poco incómodo a veces. Nos presentamos otras vez pero con más detalle y al final nos dio un sermón sobre la responsabilidad, latoso y aburrido.
El día terminó con normalidad, sin encuentros ni sorpresas de ningún tipo y como lo agradecí, demasiadas sorpresas para ser solo el primer día.
Acompañé a Mathilda hasta su casa y luego yo me fui a la mía. En medio del silencio de mi habitación recordé el extraño sueño que había tenido con cierta dificultad, no entendía el significado pero intenté no preocuparme mucho, era un sueño después de todo¿verdad?
El resto de la semana hubiera sido aburrida sino fuera por la cantidad de personas que Takao se molestó en presentarme y las muchas veces que tuve que repetir mi nombre, como dicen por hay, me lo van a gastar.
Como era normal me la pasaba la mayor parte del tiempo con Mathilda y con Claude, otras veces estaba con Brooklyn y Mystel, este último también me presentó a un par de personas como un chico de nombre Garland, extranjero como ellos; mayor que nosotros, hijo de una prestigiosa familia, intimidante y agradable.
El martes llegué igual de temprano y me encontré con Brooklyn leyendo como el primer día, me saludó con efusividad para después volverse a enfrascar en la lectura. Mathilda llegó con Hiromi Tachibana, que estudiaba con nosotros y se sentaba unos puestos más adelante que Takao, y se entretuvo hablando con ella, yo me distraje viendo por la ventana y estuve a punto de quedarme dormido. Takao por supuesto llegó tarde, cosa que no extrañó a nadie pero Hiromi empezó a reprenderlo por "Empezar el año con tan mal pie" según sus palabras.
Comí el desayuno con Mathilda y Claude esa vez, estábamos hablando cuando un sonido como de estática se escuchó a lo lejos, callamos para oír lo que venía a continuación:
-Buenos días –saludó una voz alegre desde los parlantes distribuidos por toda la escuela-. Sean bienvenidos todos, alumnos y profesores, a este nuevo ciclo escolar.
-Hoy es el segundo día de escuela, aunque ayer solo fue de presentaciones, por lo menos así fue en mi salón de clases –habló otra voz-. Soy Raúl Cortez y voy en el 3-A, solo por si me necesitan.
-Y yo Julia Cortez, estudio en el salón 4-D –dijo la primera voz.
-Solo por si se lo preguntan somos hermanos, lastimosamente ella es la mayor.
-Y este año seremos los encargados de las noticias matutinas y la radio de la escuela –siguió Julia como si no hubiera sido interrumpida, por su voz tan segura y sensual, supuse que era una chica agradable y bonita-. Así que cualquier anuncio...
-Ya sea por parte de los profesores, la junta directiva o ustedes mismos –acotó Raúl.
-Nosotros nos encargaremos de darlo. Y ahora, hablando de anuncios...
-La próxima semana se iniciaran las pruebas para los equipos deportivos, los horarios serán anunciados a partir del Miércoles y se publicaran en las carteleras junto con los resultados, claro cuando se obtengan –calló para tomar aire-. Para mayor información contacten a los capitanes: Michael Lambert es el de baseball, Eddi Evans es el de basket, salón 4-A; atletismo: Yuriy Ivanov del salón 4-B, Gimnasia es con Mariam Shield, estudia con migo por cierto, muy guay la chica –rió tontamente-. Gimnasia rítmica mi hermanita, y natación King Tales, estudia en el salón 3-B.
-Recuerden que está prohibido correr en los pasillos, mantengan las instalaciones limpias y usen correctamente el uniforme; le damos la bienvenida a la profesora Judy Mizuhara, que impartirá a partir de ahora matemáticas y física para los años que vean ambas materias juntas. Para los talleres hablen con sus titulares, las planillas de inscripción estarán listas a partir de la próxima semana.
-Creo que esto es todo por hoy amigos, así que nos despedimos, nos veremos mañana a la misma hora. Recuerden que cualquier anuncio, comentario o sugerencia solo tienen que dejarlo en el buzón afuera del salón de audio. ¡Hasta luego! –se despidió Raúl con voz animada.
-¡Nos veremos pronto! Aquí Julia y Raúl Cortez, fuera –dijo y se cortó la comunicación.
-¡Raúl! –exclamó Mathilda sonriente-. Estudie con él el año pasado, es genial, muy amable y divertido. Estuvimos juntos en un proyecto, no tiene miedo escénico, déjenme decirles, jeje. Pero cambiaron de presentadores, el año pasado era otro chico¿lo recuerdan? –preguntó luego.
-Si, estaba en último curso, ahora está en la universidad. Estaban obligados a buscar un nuevo comentarista y se encontraron a dos. ¡Que curioso! –informó Claude. El timbre sonó diez minutos después y nos dirigimos a nuestros respectivos salones hasta el final del día.
El Jueves tuve que ir a la cafetería ya que no tenía mi almuerzo, me serví lo que tenía mejor pinta y me formé para pagar. Una vez con la charola en mano busqué donde sentarme, Takao agitó la mano desde una de las mesas y me llamó para que me sentara con el. Le sonreí y me senté en una de las sillas libres, entre Mathilda, que junto a ella estaba Claude, y un chico de nombre Ray.
-...luego salió corriendo. ¡Les juró que no había visto a alguien tan veloz! –decía Max, amigo de Takao que estudiaba en el 3-D. Todos rieron al escucharlo.
-Hubieran visto como se puso la maestra después de eso –le siguió otro chico, su nombre era Zeo Zagart y estudiaba con Max-. ¡Fue de lo más gracioso!
No pregunté nada, solo me dediqué a comer, la conversación parecía de lo más amena, todos reían y hablaban. Takao estaba entre Max y Hiromi, Zeo estaba junto a ella, a su lado estaban Ozuma y Mariam, que estudiaban en el 3-A y por lo que sabía eran primos. Al lado de esta un chico de cabellos verdes, más pequeño en edad y tamaño, era Joseph, su hermano menor. Del otro lado estaban sentados tres chicos de apariencia gatuna y nacionalidad china, uno de ellos era Ray Kon, cuyos ojos dorados brillaban cual soles al reírse, era conocido mío del año pasado gracias a Takao y Max, sumamente agradable y conversador. Los otros dos eran un chico llamado Lee, que se me asemejaba a un león, iba junto con Ray en el salón 4-C y una chica de cabellos rozados, más oscuros que los de Mathilda, si mi memoria no me fallaba su nombre era Mao y estudiaba en el 3-B, era novia de Lee. Al lado de Max estaba un chico pequeño y menudo, de cabellos castaños peinados graciosamente y cubriéndole los ojos, se llamaba Kyo y le decían "Jefe". Era sumamente inteligente, todo un genio a decir verdad, se la pasaba con Takao, Hiromi y una laptop que, estoy muy seguro ya que la escuché, habla.
Giré mi vista un tanto fastidiado y me detuve en una de las mesas, ocupada solo por dos personas. Una chica hablaba rápidamente y en un idioma que se me hizo desconocido con su compañero, un muchacho menor que ella. A pesar de la diferencia de edades eran casi idénticos, ambos tenían ojos verdes y expresivos, su expresión era confiada y altiva y sus cabellos eran como los de Kai. Adelante el chico era pelirrojo, la muchacha naranja opaco y atrás castaño.
-¿Qué vez? –preguntó alguien en mi mesa devolviéndome a la realidad.
-Na...nada –logré articular, pero Ozuma se dio cuenta y dirigió su mirada hacia donde yo la tenía.
-Esos son Julia y Raúl Cortez –dijo-. Supongo que los habrás oído en la radio estudiantil.
-Raúl estudia con nosotros y su hermana está en 4 algo –siguió Mariam que había imitado a Ozuma y miraba muy interesada a Raúl, Mathilda hacía lo mismo-. Son españoles.
-Si, ya los había visto...
La verdad era que, a pesar de que llamaban mucho la atención (y no parecía que les molestase) me había fijado en ellos era por que me recordaron un poco a Kai, el porte, aunque el de Kai era más elegante; el cabello, pero el de Kai era más curioso...
-¿Ocurre algo malo? –preguntó la voz de Mariam.
-¿Nani? No, solo es que me recordaron a alguien.
Si, a Kai, hablando de el... No había vuelto a verlo a el ni a sus amigos, ni en los pasillos, ni en el patio, ni en la cafetería y obviamente no iba a buscarlos en su aula de clases, tenía una maldición sobre mi que se llamaba: pena y orgullo.
El Viernes llegó con normalidad, iba en mi bicicleta hasta la escuela con una bolsa bien sujeta al manubrio, dentro estaba mi uniforme de educación física.
Llegué a la hora de siempre y al entrar al salón encontré a Brooklyn leyendo el mismo grueso libro del primer día. ¡Por Kami, casi lo terminaba! Le saludé antes de pasar a mi asiento y sentarme pesadamente con un dolorcito punzante en la sien pero lo ignoré para dejar divagar mi mente por la ventana, al rato Mathilda entró en el salón y me aislé del resto solo para hablar con ella.
El dolor dimitió un poco, cada vez que estaba con Mathilda me alegraba, ella era una de las personas que más apreciaba en este mundo. Su voz, sus ojos, sus gestos y sus atenciones con migo eran cosas que importantes para mi. Aun siendo niños se preocupaba en que yo tuviera mi almuerzo y cuando me lastimaba siempre tenía una bandita para mi o para Claude incluso.
La clase de deporte era la tercera del día, el sol estaba en lo alto pero unas piadosas nubes flotaban muy cerca. Me despedí de Mathilda en la entrada de los vestidores que estaban en el gimnasio para cambiarnos de ropa. Hiromi se le acercó y entraron charlando animadamente. Dentro ya estaban varios chicos, Takao había entrado justo detrás de mi, irradiando sus ánimos de siempre y diciendo algo sobre su habilidad en los deportes, yo reí por lo bajo, siempre tan hablador. Para su suerte sabía respaldar sus palabras.
Salimos Takao, Brooklyn y yo hablando sobre kendo ya con los uniformes de deportes, Takao vivía en un dojo de kendo y lo practicaba desde niño. Llegamos al patio en donde nos reunimos con las chicas y nos preparamos para la primera clase al aire libre del año.
En los primeros minutos del trote empecé a marearme, supuse que era el sol así que hice caso omiso. Mis amigos iban a buen ritmo y Takao demostró seguir siendo de los más rápidos en la clase. Los ejercicios que siguieron debían medir todo nuestro potencial así que teníamos que esforzarnos mucho. ¿Es que el profesor creía que todos practicábamos kendo? Estábamos en las barras cuando casi perdí el equilibrio al ver tantas vueltas¿como estaría el pobre chico en ellas?
-¿Te sientes bien Mihaeru? –susurró Mathilda por lo bajo a mi lado para que el profesor no la escuchara.
-Si, estoy bien –dije sonriendo sin ganas.
Al final de la clase caminaba lentamente y tardé un poco más en entrar a cambiarme que Takao o Brooklyn que por alguna razón me miraba con cierta insistencia. Mathilda me esperaba afuera recostada en la pared con la bolsa en donde llevaba su uniforme dentro, me miró y sonrió dulcemente.
-Vamos –dijo con su tierna vocecita y se acercó para que empezáramos a caminar.
Yo iba aún con un andar lento, mientras ella me decía no se que cosa sobre Hiromi un poco más adelante. Unos chicos pasaron cerca de nosotros hacia donde estaba la cafetería, eran unos años mayores que yo. De repente me detuve, sentía que mi cabeza iba a estallar de un momento a otro, me llevé la mano a la cara y me cubrí los ojos, el sol me molestaba demasiado.
-¿Qué piensas tu? –Mathilda se detuvo y se volvió hacia mi, su sonrisa se borró al verme-. ¿Te sientes bien?
-¿Por qué lo dices? –logré decir con un hilillo de voz.
-Tienes mala cara... –contestó aún sin moverse, su voz me sonó lejana-. ¿Mihaeru? Mihaeru... ¡Mihareu! –exclamó asustada.
Mi vista se nubló parcialmente, las rodillas me temblaron y mis piernas flanquearon. Lo último que vi fue la expresión de miedo de mi amiga y una cabellera roja antes de caer en los mares de la inconciencia, nunca sentí el duro suelo, ya que unos brazos firmes me sujetaron.
Continuará...
Do dai? (que tal?) Les gustó? Es un poco... normalito ¬.¬ y no ocurre mucho pero les aseguro que los siguientes capítulos son mejores. Les agradezco mucho a los que están gastando su valioso tiempo leyendo esto y de antemano agradezco por los R&R, los esperaré con ansias!
Y lo del reto va muy enserio chicos, si alguien más, aparte de ustedes, me identifica también lo premiaré pero ¡el tiempo es oro! Dense prisa y revisen sus R&R pues ahí está la clave. Aprovecho para decirle a Ari-yuna que la parte de la radio me la inspiró ella, por lo tanto este cap esta dedicado a ti una fan de Taka-chan como yo¡No dejes de escribir, que eres genial!
¡Mando saludos a todos esos grandes escritores y ánimos para los que surgirán!
Haré un poco de publicidad -.-: Jendow escribe cosas magníficas, pronto lo tendremos otra vez por aquí, más les vale y el lo sabe ¬¬. Lo que escribe Nekot y Addanight son de los mejores fics, las animo desde aquí a seguir! Nekot-san leí el otro día ese fic... como se llamaba... bueno, ese de 23 caps Kai/Ray, Yuriy/Bryan, ese con los enredos amorosos en la escuela, cuando Kai se enamora de Ray y en el primer capítulo pasa algo malo y empiezan los recuerdos desde que eran muy chicos. Es muy tierno y bonito, no te dejé RR por falta de tiempo y por que dudaba que lo encontraras... aún no sé como funciona esto a decir verdad n.ñ jiji.
Si, bueno. También recomiendo las cosas de Ari-yuna, Media Luna por ejemplo. Ó el regreso del cyborg de Lia Kon Neia, Los fics de Kaily Hiwatari y sobre todo los de Takaita Hiwatari que son tiernísimos, sigue con ese de AMOR IMPOSIBLE, me encantó desde el principio. Los de Senshi Hisaki Radien, como: Buscándote que es demasiado bueno o Celen Marieden como: Corazón de roca, dios! Ese me encanta! Bueno... si me acuerdo de más los pondré.
Eso es todo lo que tengo para decir por ahora. Prometo intentar actualizar pronto, es que no tengo internet y es un fastidio u.u Pero que más da. Pondré aquí mi msn para cuando alguien me descubra, quiero más contactos jeje y hablar más de BB, casi ninguna de mis amigas le gusta como yo T-T. Aunque creo que medio me obsesioné n.ñU, pero quien no? Ustedes me entienden, son geniales y es fácil quererlos.
Bueno, me alargué de más, díganme que opinan y déjenme sus msn, pongan entre paréntesis lo de barra abajo y arroba y listo, los agregaré en seguida. Chaito!!!
