Hola a todo el mundo, esto es algo nuevo que quiero probar y les aviso de antemano que no tiene nada que ver con PPG PX.
Los derechos de King of fighters no me pertenecen, solo el fanfic.
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Capitulo 1: "Juntas en Paris"
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"Año 1916, despues de la revolucion Bolchevique"
POV ELOISE BLANCTORCHE
Eran ya las 8:00 de la noche y yo ya me encontraba lista para asistir a la fiesta, solo me faltaba encontrar el obsequio para mi adorada nieta. Por suerte se hallaba en mi mesa de noche emitiendo esa bella melodía que ella y yo habíamos compuesto juntas.
Salí a la calle donde me esperaba mi carruaje y lo abordé con elegancia mientras mi chofer se preparaba para partir.
Hubo una epoca, no hace mucho tiempo, en la que viviamos en un mundo encantado de elegantes palacios y grandes fiestas; y mi hijo Antoine, era la cabeza de la familia Blanctorche dentro del circulo de la nobleza francesa.
Entré al salón de fiesta y allí se encontraban todas las familias nobles de Francia al igual que muchas parejas bailando al son de la música de orquesta.
—Hola. — dije mientras veía a mi nieta favorita bailando con su padre —Querida.
Hoy celebrabamos el decimo octavo cumpleaños de la querida Elisabeth, y aquella noche ninguna estrella brillaba mas que mi dulce Elisa, la mas joven de mis nietas.
Su vestido era hermoso, hecho de la más fina tela y cubierto por seda azul; parecía una princesa.
Se me acercó alegremente y me abrazó con una sonrisa adornando su rostro.
Hace un par de días me suplicó que no volviera a París así que mandé a hacer un obsequio especial para ella, así la separación sería menos dolorosa para las dos. Le extendí mi obsequio mientras veía como su sonrisa se extendía aún mas por su rostro.
—¿Para mi?, ¿Un halajero abuela?
En eso, un joven nueve años menor que mi nieta que se encontraba a un lado de ella, seguramente su sirviente personal, recibió un llamado de la cocina dejandonos solas.
—Escucha. — dije mientras abría la pequeña cajita esférica y permitía que saliera la música. Me alegré mucho cuando la reconoció.
—Es mi canción abuela.
—C'est comme ca (así es), la podrás oir en las noches para que te arrulle, y pensarás en nuestro tiempo juntas.
Entonces ambas comenzamos a cantar al son de la musica de la cajita.
Es un vals para ti, y recuerdame siempre
Con amor junto a mi
Una vez en diciembre.
—Vamos, lee lo que dice. — le dije entregandole una llave circular para la caja musical, tenía un pequeño grabado dorado. Ella lo tomó en sus manos y lo leyó.
—Jun- tas- parís. — Elisa exhaló fuertemente emocionada — ¿De verdad? Huh te amo abuela.
FIN POV.
0-0-(EN LA COCINA)-0-0
—Ash, llevale esto a mademoiselle Elisabeth. — dijo el cocinero mientras le entregaba al rubio una pequeña bandeja de plata con una taza de chocolate caliente.
— maintenant même (ahora mismo) —respondió inmediatamente para despues dirigirse hacia donde se encontraba su ama, y secretamente mejor amiga, Elisabeth.
La vió riendo con madame Eloise y no pudo evitar sentir un ligero ardor en sus mejillas al verla alli sonriendo alegremente. Si bien era conciente de la diferencia de edad, admitía que se había encariñado con su ama, casi hasta el punto de enamorarse aunque no estaba seguro de esto último.
Se acercó con paso seguro y manteniendo la compostura para no armar un papelón frente a Betty (Asi le decía cuando se trataban como amigos que eran).
—Mademoiselle Elisabeth, le traje una taza de chocolate caliente. — dijo cortesmente mientras extendía la bandeja a su amiga.
La joven rió levemente al ver el acto de cortesía de su amigo, le agradaba verlo tan metido en su papel de sirviente. Aceptó la taza con una sonrisa.
—Merci. — dijo agradecida con la taza en mano. Lo miró por un par de segundos que para el joven parecieron eternos —¿podrías traer otro para mi abuela por favor?
Mas que una orden para el, parecía una sugerencia para la anciana mujer quien aceptó.
—Bueno pero que sea una taza de té por favor. — dijo dirigiendose al niño el cual hizo una reverencia.
—Comme tu veux (como desee). — inmediatamente se dirigió nuevamente a la cocina con la bandeja bajo su brazo tratando de ocultar su sonrojo; nunca habían intercambiado miradas tan cerca de algun familiar y eso lo ponía nervioso.
La fiesta siguió su curso, los invitados felicitaban a la cumpleañera con obsequios y consejos, los caballeros la invitaban a bailar y ella aceptaba gustosamente, algo que provocaba un poco de celos por parte de Ash, pero ¿Qué podía hacer?, solo era su sirviente; habían bailado juntos un par de veces en su habitación pero no era lo mismo.
En eso, las luces se oscurecieron y la música se detuvo, todos los presentes se asustaron ligeramente por el repentino ambiente tétrico que se había formado en el salón.
Una figura conocida por todos se hizo presente cruzando la puerta principal llamando la atención de todos, especialmente la familia Blanctorche…
Saiki, ex-lider de la armada francesa y antiguo consejero de Antoine Blanctorche. Además era el tío de Ash Crimson.
Todos creían que era un hombre santo, pero era un farsante, deseoso de poder y caos.
—Mi señor, que gusto verlo esta noche en una ocación tan especial. — dijo con falsa cortesía y ensanchando una sonrisa retorcida y macabra.
—Retirate de inmediato Saiki, no dejaré que arruines el cumpleaños de mi hija.
—¿Qué? — esclamó con fingida sorpresa —Pero… yo soy su confidente.
—¿Confidente? Querrás decir traidor, ¡Largo!
Ante ese grito de autoridad, el hombre se ofendió.
—¿Cree que está por encima de mi identidad? — preguntó en tono de amenaza mientras sujetaba un extraño medallón del cual salían extrañas flamas oscuras —Por los antiguos poderes de "Aquellos del pasado", yo te maldigo con un conjuro.
Ante esas palabras, todos los presentes se asustaron por lo que podría pasar.
Eloise abrazó a su nieta protectoramente.
Ash por su parte estaba confundido… su tío no le había dicho nada de esto y eso no era nada bueno.
—Recuerde mis palabras, tu y tu familia morirán en 15 días. — las palabras malevolas de Saiki aterrorizaron a todos —No descansaré hasta que la dinastía de los Blanctorche desaparezca ¡Para siempre!
Dicho esto, más fuego comenzó a salir del medallón rodeandolo hasta el punto de hacerlo desaparecer. Nadie sabía adonde se había ido.
—(Esto es malo) — pensó Antoine preocupado, levantó la mirada y les dijo a los guardias —¡Busquenlo, encuentrenlo y matenlo cuando lo vean! No dejaré que ese traidor cometa mas maldades contra mi familia.
Todos los guardias actuaron de inmediato y salieron en busca del traidor; la fiesta había terminado.
0-(DOS DÍAS DESPUÉS)-0
La amenaza de Saiki seguía latente dentro de la familia Blanctorche, los soldados no paraban de buscar al hombre que había conspirado en contra de la nobleza y para hacer mas complicadas las cosas los ciudadanos comunes comenzaban a hacer revueltas en las calles cada ves peores.
—Esto es inaudito, ¿Por qué aún no lo encuentran? — Antoine se encontraba furioso al no recibir buenos resultados de las busquedas, quería deshacerse de Saiki lo mas pronto posible pero no habían noticias que lograran calmarlo.
—Querido relájate, solo han pasado dos días no tienes que desesperarte, lo encontrarán tarde o temprano. — trató de consolarlo su esposa sin éxito.
—Es que no lo entiendes; durante ese corto tiempo el crimen en la ciudad aumentó antes de darnos cuenta. Mas encima el rey me culpa a mi de la traición de Saiki.
Elisabeth oía todo desde el pasillo; se sentía culpable por la situación en la que su familia estaba pasando puesto que todo comenzó en su cumpleaños, sin duda ese había sido el peor día de su vida.
Caminó hacia su habitación preocupada y ligeramente asustada, no podía dormir bien sabiendo lo que ocurría afuera y todo por lo que pasaba su padre. Se sentó en la cama con una expresión intranquila, algo que Ash notó enseguida por lo que decidió intervenir de alguna forma.
—Emm… Betty...
Al oir su nombre por parte de su sirviente y mejor amigo, la chica de cabello azul volteó a verlo y trató de fingir una sonrisa; no quería que la viera triste, menos llorando.
—Lo siento Ash, no sabía que estabas aquí.
El rubio se acercó a ella y de improvisto la abrazó de la cintura. Elisabeth no entendía el motivo del abrazo pero no le importó y procedió a corresponder con el mismo acto.
—Ya sueltelo, no es bueno contenerse. — le dijo en tono protector provocando que la chica se sobresaltara ligeramente, ¿Era tan obvia? Haciendo caso al menor comenzó a llorar suavemente.
Ash se sentía raro; en parte estaba agradecido con dios por esta oportunidad de sentir los brazos de Betty, pero por otro lado era algo incomodo ser el quien consuele a la mayor siendo que tiene que ser al revés; pero no le importaba, cualquier cosa por su Betty.
Asi estuvieron por tres minutos hasta que la mayor rompió el abrazo, el joven sirviente le dio un pañuelo con el cual se limpió las lagrimas y se sonó la nariz.
—¿Mejor?
—"snif" Mejor… merci.
Lamentablemente eso fue lo único bueno que pasó durante los 15 días que había mencionado Saiki, el resto no fue una buena temporada:
Las revueltas eran cada vez peores, no se hallaban rastros del traidor y en ese lapso de tiempo varios miembros de la familia Blanctorche habían muerto en manos del pueblo.
Era el último día del conjuro y la noche estaba teñida de rojo.
Desde algún lugar oculto, cegado por su odio hacia Antoine y su familia, Saiki vendió su alma a cambio del poder para destruirlos.
Con el medallón en su mano, invocó llamas oscuras que cubrirían el corazón de los hombres dispuestos a asesinar a la familia Blanctorche de una vez por todas.
—Eso, ejecuten su oscuro propósito y sellen el destino de los Blanctorche y la nobleza, ahora y para siempre.
Las hordas de ciudadanos molestos eran muy numerosas, tanto que los guardias no pudieron hacer nada para detenerlos.
Dentro de la mansión varios sirvientes trataban de huir antes de que el pueblo entrara con sus tridentes y antorchas a crear una masacre con lo que quedaba de los Blanctorche.
Entre los muchos que trataban de escapar se encontraban Eloise y Elisabeth corriendo hacia la puerta trasera junto a los demas sirvientes. Sin embargo la joven se detuvo en seco al recordar algo que había olvidado en su habitación.
—Mi caja de musica. — dijo casi en un susurro pero llamando la atención de su abuela al sentir libre su mano.
—¡Elisa vuelve!, ¡vuelve! — gritaba la mujer mientras corría en dirección a su nieta.
Una vez en su habitación, la peliazul tomó en sus manos el pequeño objeto guardandolo entre sus ropas. Levantó rapidamente la cabeza al sentir el sonido de la puerta cerrandose con fuerza pero se calmó cuando vió que era su abuela.
En eso se oyó un estruendo que alertó a la anciana mujer quien corrió hacia su nieta para tratar de sacarla del lugar.
Todo esto era observado por Ash quien veía todo desde una puerta secreta ubicada en la pared. Por acto reflejo salió de su escondite y tomó la mano de Betty tomandola por sorpresa, ¿Qué hacía todavía el ahí? Poco le importaba, se alegró de verlo a salvo.
—Rapido salgan por aquí, llegarán a una calle vacía y segura. — dijo mientras las conducía hacia la pared abierta.
Elisabeth volteó a ver a Ash al darse cuenta de que el no entraba.
—¿Y qué hay de ti? — preguntó preocupada, despues de todo era solo un niño.
—Estaré bien, ve. — dijo el joven sirviente mientras cerraba la pared rapidamente sin darse cuenta de que la cajita de musica había caído al suelo en un descuido de la mayor.
Justo en ese momento la puerta de la habitación se abrió abruptamente por unos pueblerinos armados; el rubio se puso en una posición de combate muy básica, tenía que ganar tiempo para que pudieran escapar.
Trató de pelear pero fue noqueado por un golpe de culata; cayó inconciente junto a la caja de música.
0-0-(AFUERA)-0-0
Elisabeth y su abuela corrían lo mas rápido que podían, tenían que llegar al tranvía antes de que las encontraran.
—Abuela.
—No te apartes de mi. — dijo protectoramente mientras corría en dirección a lo que sería su salvación.
Pasando por debajo de un puente alguien saltó encima de la joven de 19 años tirandola al suelo helado.
—Saiki. — exclamó la anciana asustada al verlo dispuesto a matar a su nieta.
—¡Sueltame! — gritó Elisabeth mientras forcejeaba tratando de safarse del agarre del traidor.
—No escaparás de mi, eso te lo aseguro. — dijo mientras su mano derecha se cubría con fuego negro dispuesto a matarla en ese preciso instante.
Al ver un hueco, la joven le propinó una fuerte patada que lo alejó hacia lo que era un rió congelado. Al caer, el hielo se rompió provocando que Saiki se hundiera sin poder salir jamas.
—No, ¡NO!, ¡REMI! —gritó antes de ahogarse llamando a un pequeño murcielago blanco quien no pudo hacer mas que verlo hundirse en el agua mientras las dos victimas huían hacia el tranvía.
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Finalmente habían llegado, sin embargo había mucha gente y subir les resultó dificil.
Ambas iban agarradas de la mano, Eloise logró subir pero su nieta no corrió con la misma suerte.
—Elisa, no te sueltes. — gritaba mientras se esforzaba por no soltarla.
—Abuela. — gritó la joven antes de chocar con un hombre desconocido provocando que su mano resbalara y cayera al suelo golpeandose la cabeza con una piedra.
La anciana no pudo bajar para ayudarla puesto que un hombre no se lo permitía, solo pudo verla por última vez mientras gritaba su nombre.
—¡ELISA!
El tranvía siguió su curso y todo terminó, la promesa nunca se cumpliría.
POV ELOISE.
Mucha sangre inocente se derramó esa noche.
Y mi querida Elisa, mi adorada nieta… jamás la volví a ver.
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Fin capitulo 1.
Listo, ya está.
Para los que no lo sepan este es mi primer fanfic de esta pareja y el primero que no sea de Powerpuff girls.
Espero que lo hayan disfrutado y si vieron la pelicula de Anastasia seguramente entenderán varias de las escenas.
Eso es todo, nos vemos en el siguiente capitulo.
Chau.
