Disclaimer: Harry, Severus, Hermione, Sirius, Albus y todos los personajes de esta maravillosa saga no me pertenecen.

Este fic participa en el reto "Olores de Amortentia" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".


La Maldición de Una Poción

O de porque no debes de oler un filtro de amor

Hermione comenzaba a reumoverse nerviosa observando por momentos la imponente puerta de madera negra que se erguía frente a ella, escondiendose recelosamente a lado de un aparatoso librero, su profesor se había ido por allí y era de suponer que volvería por ahí. Aquella puerta debía de llevar a sus habitaciones privadas o quisas otro laboratorio de pociones del hombre. Por eso mismo tenía miedo porque ya se había tomado la libertad de sentarse en la hermosa silla de cuero negro que reposaba detrás del escritorio del temible profesor. Suspiro un par de veces antes de levantarse para alejar un poco la silla y así ella acercarse más al escritorio donde el objeto de su tentación la llamaba, era un caldero común como cualquier otro y suponía que los ingredientes y la utilización era como la de cualquier otra poción que se encontrara en los libros de pociones que pedían en las listas escolares. Tal vez lo único maravilloso que le podía ver, era que estaba hecho de oro y el contenido tan familiar y de suculento aroma le atraía sin miramientos…

Tomo un chucharon que colgaba de una de las azas del caldero, y observo el líquido nacar burbujear de vez en cuando. Volvió a mirar la puerta y así sumergir la cuchara igual de oro provocando que sus sospechas se hicieran ciertas, al remover la poción en el sentido del reloj el calor del fondo se levanto haciendo que un poco de vapor ascendiera en forma de espirales y corazones, ya no quedaba duda alguna tenía frente a ella y a su posible dispocisión el más poderoso filtro de amor.

La castaña se encontro inhalando un par de veces el hermoso aroma de aquella poderosa poción, recordando vagamente lo que alguna vez había detectado en la clase del profesor Horace. Se sorprendió al encontrar dos nuevos olores, y sonrió con amargura al percatarse que de pronto el aroma del cabello naranja de Ronald se había ido por fin. Era de esperarse pues, las cosas entre ellos no iban bien por culpa de una tercera persona…

Cesped recíen cortado, pergamino nuevo, pasta de dientes de menta,un caldero viejo y esto otro no sé…― Se dijo a sí misma apagando su sonrisa por la insertidumbre que de pronto se había presentado en su estómago. Todo eso convinado le había recordado a una persona que últimamente rondaba por su ocupada y transtornada mente.

Sin siquiera pensarlo la castaña se acerco un poco más a la poción, mirando con intriga el cucharón acercandolo de poco en poco a ella. ¿Qué tan mala idea sería probar un poco?

―¿Qué cree que hace, Granger?― Hermione se sobresalto alejandose inconcientemente del escritorio y el caldero aún caliente, solto el cucharón manchando todo el escritorio y olvidando la prescencia de la silla tropezo con esta callendo torpemente asía atrás y así ser sostenida por mera suerte y consideración de Severus Snape.

―Y-Yo a…¡Lo siento, Profesor!― Severus frunció el ceño torciendo la boca en una mueca de hastió mientras observaba las sonrojadas mejillas de la castaña.

―Le he preguntado que hacía, no que se disculpara―Hermione asintió varias veces estremeciendose por el contacto de las viriles manos de su profesor en sus costados sonteniendole con una fuerza y brusquedad que le causaba recurrentes escalofríos.

―Yo quise recordar el aroma de la Amortentia, Huele muy bien.― Snape le dio un leve pero brusco empujón asía el frente haciendola parar y sostenerse sola en el acto.

―Setenta y cinco puntos menos a Gryffindor por meter la nariz donde no le importa, ¿Qué es lo que quería?― Hermione se encontro sonrojada de pronto, intentando recordar a lo que había venido.

―La profesora McGonagall quería saber si se podía hacer cargo de la enfermería por unos días, Madame Puppy esta en San Mungo arreglando unas cosas.― Severus miro inquisitoramente a la castaña notando que después de muchos años la había visto bien por primera vez.

―Digale a la profesora McGonagall, que por esta vez aceptaré…―La castaña asintió ante la mirda onix de Snape, el hombre se acercó a su propia poción y la removió un poco.

―Entonces, ¿Me puedo retirar, profesor?― Severus levanto la vista después de haber inundado sus sentidos del aroma que le proporcionaba la Amortentia. Era sumamente díficl el controlarse cuando tenía enfrente al ser que emanaba todos esos aromas que le volvían loco.

―Claro Granger, pero antes…― El hombre camino hasta ella, dejando una distancia prudente entre ellos para la mala suerte de la Gryffindor.― ¿Qué aroma percibio en la Amortentia? Se veía muy interesada…―

Hermione no pudo evitar jadear, mirando el piso e intentando mediar alguna palabra estaba segura que sí le contaba tal cual la verdad se burlaría cruelmente de ella como alguna vez sus compañeros habían hecho y con claras razones, estaban en su derecho de reírse lo que quisieran de ella ecepto él. El pelinegro camino hasta llegar a la puerta esperando la misma respuesta que leía en su mente escuchando casi sin querer el debate mental que la castaña se daba sin notar que sus murallas mentales estaban hasta abajo…

―Fresas, Sales de baño y La Sala Común de Gryffindor ¿Y usted Señor?― Sin poder evitar que su curiosidad saliera, formulo rápidamente la pregunta comenzando a caminar asía él intentando no agachar la mirada o arrepentirse.

El hombre sonrió de medio lado pensando en donde había quedado el cesped, la pasta dental, los calderos y los pergaminos. Abrió la puerta observando a la Gryffindor arrastrar los pies esperando con anscias su respuesta.

A usted, no le importaría en lo más mínimo…― Dijo divertido observando el ceño fruncido de la chiquilla sin notar el doble mensaje. Además de mentirosa, tonta Gryffindor.

La chica recobró la compostura aun crispada por la grocera respuesta de su proesor, ella había revelado algo que sinceramente era personal aun que fuera mentira y él, simplemente le había contestado de ese modo, de igual forma ni quería saber…

― Buenas noches, Profesor Snape―Dijo aún indignada la Gryffindor, caminando por fin en las afueras del aula sentía que el olor de la amortentia no se iba y le mareaba.


Sí bueno, soy una mujer precipitada. Me encontré un hermoso foro, con retos y cosas enviciantes y aquí me ven de nuevo. Enviciada de cosas por escribir, en fin cinco fueron los olores que Hermione detecto en la poción por lo tanto junto con este capítulo este fic tendrá seis capítulos que espero para esta semana estén hechos. En fin espero que les haya gustado y lean los próximos, como siempre ando con SevMiones pero vamos los llevo bien pegados a mi corazón. Por cierto el "A usted, no le importa en lo más mínimo" es una frase disfrazada ¿Lo comprenden?