Debía escribir esto que estuvo dando vueltas en mi cabeza hace semanas. Como buena amante de los crossover debía escribir sobre dos historias que no tuvieran nada que ver una con la otra (Yo y mis retos...), Katekyo Hitman Reborn! es mi anime shounen favorito, y durante un tiempo estaba loca por Free! aunque actualmente solo lo rescato por el MakoHaru (Mi tercer pareja yaoi favorita). No considero esto bajo el género de yaoi, pero habrá leves insinuaciones por la pareja anteriormente dicha, sin embargo, no escribí esto con la intención del romance, más bien por la de "comedia".
Respecto al universo de KHR!, tampoco pienso emplear el romance, pero si escribo alguna insinuación (O llego a confirmar alguna pareja después) podrían ser las siguientes: 2795 (Para los que no estén familiarizados con números, me refiero a Tsuna x Kyoko), 5986 (Gokudera x Haru), 6996 (Mukuro x Chrome), 3387 (Ryohei x Hana), D18 (Dino x Hibari) y tal vez un poco de 2786 (Tsuna x Haru). Aún no estoy segura de las últimas dos.
Espacio temporal: Después del final de ambas series. Tengo pensado poner participación de todos los personajes de Free!. Respecto a KHR!, no solo pondré personajes del anime, sino también del manga, aunque no creo que importe mucho si es que no lo han leído. ¿Spoilers? Solo de lo que sería la vida de los personajes después de cada serie.
Advertencias: Muy posible OoC, en este capitulo se me hizo difícil por Haru y un poco por Tsuna. Como leyeron, posibles insinuaciones shonen-ai con MakoHaru y D18, creo que el Reigisa será inevitable xD digo, es Reigisa (?).
Disclaimer: Ninguna de las series entrelazadas en este fic me pertenece. Katekyo Hitman Reborn! es obra de la gran Akira Amano. Free! es obra de Kouji Ouji, Hiroko Utsumi y KyoAni.
Capitulo 1
¿Qué estaba pasando?
La competencia de natación tendría lugar, esta vez, en Italia. Nanase Haruka, con veinte años de edad, era la nueva estrella de natación representante de Japón. Tachibana Makoto, por su parte, estaba a punto de graduarse de la Universidad de Tokio como entrenador, su sueño era ayudar a los niños que acudían a clubes de natación para aprender y superarse, como él.
Ambos chicos habían viajado a Italia, el castaño aprovechando sus vacaciones para ver la competencia en vivo y animar a su mejor amigo desde las gradas. Sin embargo, debido a lo improbable que les sería volver a salir de viaje los cuatro, decidieron hacer de dicho viaje unas vacaciones juntos, realmente, la idea había sido de Nagisa, pero debido a que él seguía en temporada de exámenes, Rei y él los alcanzarían una semana antes de la competencia.
Porque aunque Rei ya estaba libre de obligaciones, no quería dejar al rubio solo.
Entonces, sería una semana extra para ellos dos. Makoto no iba a mentir, pero extrañaba las excentricidades de Nagisa y la información turística gratis de Rei. Esa misma mañana le había propuesto a Haru dar un paseo, así, entre un Haruka desvistiéndose frente a cada fuente que encontraban y un Makoto intentando impedirlo, se les había pasado la mañana.
¿Cómo había terminado, entonces, recargado en una pared protegiéndose de la lluvia de balas que acontecía en la calle principal?
Cualquiera que viera a Haru junto a él, diría que ni siquiera eso era suficiente para alterarlo, pero la realidad es que él también tenía miedo, Makoto puede leerlo lo suficientemente bien como para no darse cuenta de eso, sin embargo, no podía tranquilizarlo… ¡Vamos, que ni siquiera puede tranquilizarse el mismo!
—¿Qué demonios está pasando aquí? — No quiso gritar, pero en esos momentos lo que menos podía controlar era el temblor de sus manos y el volumen de su voz. La pregunta se la había lanzado al tercer chico escondido en el callejón, recargado en la misma pared que los otros dos, con la diferencia de que él estaba casi en la esquina, espiando ocasionalmente lo que pasaba al otro lado de esta.
A pesar de que aparentaba tener la misma edad que ellos, su aspecto era demasiado punk, con pircings en todo lo que uno se podía perforar de la cara, cadenas en su cinturón y cabello rojo vivo peinado hacia arriba, tomando forma de picos. Sostenía un arma lista para atacar si era necesario y observaba a Makoto con una sonrisa tonta en el rostro.
—Lamento si los asusté~ — Canturreo el desconocido. Asustados era un adjetivo demasiado corto para lo que ellos sintieron cuando escucharon el primer disparo y vieron pasar la bala cerca de la mejilla del azabache. Aunque dudaba que fuera ese tipo el que disparó cuando, de la nada, apareció y los arrastró con él al callejón donde se encontraban ahora. — No se preocupen por las balas — Al decir esto, una de estas se estrelló en la esquina, volando un pedazo de pared a milímetros de su cabeza. Makoto ya estaba a un paso de desmayarse. — He llamado a una famiglia aliada, la más fuerte de toda la mafia italiana.
Recapitulando: pistola, balas, famiglia, mafia.
Esto debía ser un mal sueño.
Haru tuvo que moverse rápido para sujetar a Makoto y evitar que se estrellara de lleno en el suelo. Desde pequeño siempre fue un cobarde sin remedio, sin embargo, esto sobre pasaba por completo al castaño, el propio Haru tampoco estaba bien, no podía pensar con la cabeza fría escuchando el sonido de las pistolas tan cerca de ellos.
Dirigió una mirada severa al pelirrojo, tal vez no sea buena idea desafiar a alguien con un arma, pero en ese momento el Nanase no solo estaba asustado, sino que se encontraba enojado e impotente, sin saber la razón por la que se vieron envueltos en una balacera.
—Moo, no me mires así Nanase-chan, yo soy tu fan — Sintió una casi imperceptible vena saltar en su sien, ¿Acaso ese completo desconocido acababa de llamarlo Nanase-chan? De un momento a otro se había olvidado por completo del miedo que sentía. Pero aunque hirviera de enojo por dentro, no perdía la calma… Sí, Haruka Nanase era conocido por las personas que lo rodeaban como alguien a quien poco le importaba lo que dijeran los demás (Sin saberlo, pronto sería conocido de esa forma por la más grande mafia del mundo), pero por ahora, lo más importante era… ¿Quién demonios era ese punk?
Estuvo a punto de tragarse el coraje para preguntarle si lo conocía, sin embargo en ese momento, por la calle principal llegó un automóvil lujoso de color negro. El azabache solo rezaba a los cielos que no fueran más personajes extraños buscando matarlos a él y a Makoto, este último había tenido suerte de haber caído desmayado.
Supo que sus problemas apenas empezaban cuando un joven de cabellera blanca abrió la puerta apuntando su pistola hacia los que le habían disparado, contraatacando.
—Hayato, Takeshi, encárguense de los subordinados. Aprésenlos y de ser posible eviten usar pistolas — Una de las cuatro personas que salieron del vehículo habló, el que había disparado recién y otro joven, este de cabello negro y ojos castaños, aceptaron la orden. — Onii-san, hay que revisar si esos dos están heridos — Con un ademán de su cabeza señaló a Makoto y a Haruka. Otro joven de cabello blanco, con una bandita en la nariz y una cicatriz en la sien, corrió, esta vez a donde estaban los nadadores. — Después puedes ayudar a los otros, solo déjenme al líder a mí — Habló sin despegar su mirada amenazante de su objetivo, esto mientras se ponía unos… ¿Guantes del lana?
—¡Que un trueno…! — No, era muy posible que lloviera— ¡Que un toro venga a golpearme si es que sus guantes pueden contra esas balas! — Pensó el azabache cuando vio al que había dado las órdenes (Y por tanto, suponía que era el jefe), avanzar sin más armas.
Y ahí no supo lo que le golpeó, solo supo que algo se le había acercado por su costado izquierdo y lo mandó volando una distancia de tres metros. También, pudo escuchar la risa –casi desquiciada- de un niño. Su cuerpo dolía, dio gracias a dios por tener un cuerpo entrenado, pues cuando se incorporó en el piso, visualizó un enorme toro de cuyos cuernos salía… ¿Electricidad?
¡El mundo se estaba volviendo cada vez más loco!
—¡LAMBO! — Gritó el joven que se encontraba arrodillado junto a Makoto, fue un intento de regaño, pero el niño montado sobre el toro solo lo miró con cara de inocente. ¿Qué hacía un niño montando esa bestia? — ¿No te dijo Sawada que esperaras en la mansión?
—Sí, así es Ryohei-nii — Contestó el pequeño que, ahora que lo notaba, no debía tener más edad que Ran y Ren.
—¿Entonces qué haces aquí, AL EXTREMO? — Preguntó mientras alzaba la pierna de Makoto en el aire, revisando que no tuviera heridas. El pequeño volvió a reír.
—Supuse que Tsuna-nii necesitaría más ayuda, así que llamé a Gyudon y seguí el auto hasta aquí —.
El joven mafioso de cabello blanco soltó un suspiro, luego se volteó a ver al pelirrojo. — ¡Hey, Longchamp! ¿Qué es lo que extremadamente sucedió? — Algo le decía a Haru que ese chico tenía un grave problema con las cosas extremas.
—Arrastre a Nanase-chan y su novio a un lugar seguro — Comentó el aludido, totalmente calmado… Esperen ¿Novio?
—El no es… — Haru intentó negarlo, pero cuando pudo articular la frase, esta murió en su garganta pues el que estaba revisando a Makoto continúo hablando.
—Pues parece que tiene un pequeño esguince en el tobillo — Murmuró. Haruka pensó que Makoto se hubiera quejado de dolor si así fuera, pero después pensó que con la balacera en la que se vieron envueltos, el miedo y la desesperación fueron tan fuertes que el dolor físico paso inmediatamente a segundo plano, — Pero no te preocupes — Ryohei observó a Haru esta vez, sacando una pequeña caja amarilla — Lo curaré Al EXTREMO —.
No supo distinguir si esa situación era buena o mala.
La persona que dijo que curaría a Makoto alzó su mano en forma de puño y el anillo que tenía en ella entonces brilló con una llama de color amarillo, — ¡Se está quemando! — Exclamó Haru con sorpresa, por dentro se había asustado, aunque por fuera no pareciera que la sorpresa lo hubiera alterado mucho.
—Descuida — Tranquilizó el de cabello blanco, juntando la caja que tenía en la otra mano con el anillo, llenándolo con esa extraña llama por medio de una pequeña apertura — Está en buenas manos —. Cuando retiró el anillo, la caja se abrió con una luz amarilla y lo que parecía una pequeña pluma de hierro apareció en su mano libre.
Haruka se acercó a paso lento hacia ellos, solo para comprobar que su mejor amigo estuviera bien, después de todo no podía confiar en un extraño y menos si este pertenecía a la mafia, era el "Onii-san" del jefe y el niño toro, y además poseía una caja con brillitos amarillos… ¡Brillitos amarillos!
No, no, debía mantener la calma. Ahora que el sonido de las balas se había detenido podía pensar con la cabeza fría. — Un sueño — Pensó lo más lógico que pudo. En definitiva, nada estaba pasando, ni las cajas de brillitos mágicos, ni el toro eléctrico, mucho menos los mafiosos que lo querían matar o los amigos del loco punk pelirrojo que contraatacaron mientras este se escondía junto a ellos.
—Ya veo… — Murmuró más para sí mismo que para las personas en el callejón, comenzó a caminar hacia la calle principal para echar un vistazo, llegó hasta ella a paso lento, quejándose levemente del dolor que le dejó la embestida del toro... ¡Era un sueño! Se supone que no debería dolerle.
Cuando llegó observó a un joven de cabello castaño, al que antes había identificado como el jefe, caminaba tranquilamente hacia el montón de mafiosos inconscientes, con las manos esposadas y los pies atados, mientras arrastraba a otro en las mismas condiciones. Un joven de cabello negro lo seguía, a ese no lo había visto bajar del coche junto al resto.
—Tsk, no entiendo lo que está pasando aquí — Murmuró el chico de cabello blanco y ojos verdes. — ¿Por qué atacar en plena calle principal a dos chicos que no tienen nada que ver con la mafia?
—Parece uno de esos grupos a los que les gusta armar alboroto — Dijo uno de los pelinegro en la escena, al lado del que había hablado antes, tenía una sonrisa en la cara y un temple bastante tranquilo, no parecía contrastar con el escenario a su alrededor.
Entonces, el castaño volteó la mirada en dirección a Haruka, posiblemente haciéndose una idea de lo que pasaba por la mente del nadador. — Habrá que interrogarlos — Habló refiriéndose al grupo armado — Algo me dice que esto no se ha acabado — Lo que dijo hizo que todo aquel que lo escuchara sintiera un escalofrío en la espalda, incluyendo al joven nadador.
—¡Espera, Tsuna! — Habló el de actitud relajada, esta vez un poco tenso, — ¿Qué estás diciendo? — El anteriormente nombrado caminó rumbo al nadador mientras le respondía a su amigo.
—Que ni ellos ni otros nadadores estarán a salvo hasta que pasen las competencias… — Hizo una pequeña pausa — O encontremos a todos los que quieren asesinarlos.
Esta vez, Haruka sintió un pequeño tic en el ojo derecho. ¿Alguien, en algún lugar del mundo, quería asesinarlo? ¿Por qué?
—¿Por qué piensas eso, décimo? — Preguntó su fiel mano derecha, intentando entender lo que había llevado al jefe a ese análisis.
—Solo diré que es una corazonada — Respondió, aunque los tres guardianes detrás de él comprendieron lo que significaba: super intuición Vongola. Algo que, lamentablemente para los nadadores (Aunque estos no lo supieran), nunca fallaba.
—Este debe ser el sueño más real que he tenido — Para ese momento, el callado Haru se murmuraba a sí mismo mientras lentamente ayudaba a Tsuna a cortar la distancia entre los dos, el resto de los presentes podían escuchar sus palabras. A pesar de todo, lo único que los mafiosos veían en su rostro era un ceño fruncido. — Y es de locos… — Seguía murmurando, esperando que así su cerebro pudiera comprenderlo como tal, porqué... realmente era de locos. — Que alguien me golpeé para despertar — Concluyó deteniéndose frente al castaño que lo observaba seriamente, en parte maldiciendo su costumbre de seguir hablando en japonés y en parte curioso por lo que parecía ser el momento de "negación" en el que se encontraba el azabache.
Haruka no supo que lo golpeó, y al castaño le tomó por sorpresa la cabellera negra que se le adelantó. Esta vez era Hibari el que había golpeado al nadador, solo que ahora el joven sí había terminado noqueado. Hayato y Takeshi sintieron una gotita de sudor resbalar por sus nucas. Ryohei, que iba saliendo del callejón junto a Naito, Lambo y Gyudon que cargaba con Makoto, solo suspiró y sacó su caja Vongola.
—¡Kyouya! — Gritó Tsuna en forma de regaño. Sin embargo, Hibari solo dio media vuelta y caminó ignorando al nadador inconsciente en el suelo.
—Él lo pidió — Fue todo lo que dijo como excusa.
Notas de Eclipse: Escribí este capitulo para hacerme reír a mi misma (?), porque al menos en mi mente fue divertido imaginarme esto. Espero les gustara y perdonen que no sea buena con la comedia. Aún no me decido su el otro género del fic será "aventura" o "acción", me inclino más por el segundo, a ver que sale xD
