NOTA: Esto sucede luego de los acontecimientos de Silent Dazzlings, pero no es necesario leer esa historia para entender esta.


Era una noche sin estrellas, el viento soplando y las nubes en el cielo amenazaban con dejar caer una fuerte lluvia, razón por la que las personas en las calles llevaban puestos abrigos y sombrillas, o en su defecto trajes impermeables.

El amenazante clima no impidió que en un estadio de la ciudad, cientos de jóvenes y algunos no tan jóvenes se reunieran para presenciar la actuación musical de un particular grupo.

Quien las viera pensaría que eran solo tres chicas con un gran talento para el canto y el baile, pero más allá de su superficie se escondía un secreto que muy pocos conocían, de hecho, nadie en ESTA ciudad lo sabía.

Ellas no son tres chicas cualesquiera, ni siquiera son humanas, son, las Dazzlings, tres seres mágicos conocidas como sirenas que vinieron, en contra de su voluntad, desde un mundo igual de mágico, y que tras una serie de eventos demasiado complicados para explicar, ahora deleitan a la juventud con su mágico e hipnótico canto.

Todo el público vitorea al trío mientras este hace su actuación en el escenario, son aclamadas tanto en grupo como por separado, y aunque ningún ojo presente lo nota, mientras cantan las joyas que prenden de sus cuellos brillan con intensidad absorbiendo algo que podría clasificarse, como magia, las tres sirenas sonríen y se deleitan con el poder que sienten llenar sus cuerpos a medida que pasan los minutos y los gritos se vuelven más intensos.


Luego de acabar la función las tres sirenas se relajan en su suit, ubicada en la sima de un elegante hotel de la ciudad.

Aria sentada en el gran sofá semi circular del lugar degusta una rebanada de pastel de limón, tomando un poco con una cuchara se lo lleva a la boca y lo saborea.

Aria: luego de una buena actuación, nada mejor que el pastel de limón.

Sonata: Aria hiciste una rima!

Dice con emoción mientras se apoya en el respaldo del sofá, la sirena mayor la mira con una expresión medianamente sorprendida antes de fruncir el ceño.

Aria: no lo hice.

Sonata: si lo hiciste.

Aria: que no.

Sonata: que si.

Aria: que no.

Sonata: que si.

Aria: que no.

Sonata: que si.

Antes de poder seguir su discusión la melodía del programa de noticias en la televisión llama la atención de ambas.

Presentador: siguen los fenómenos climáticos en diferentes partes del mundo, estos van desde lluvias momentáneas hasta ventiscas de nieve y tormentas eléctricas repentinas, hasta ahora no se ha podido dar con la causa de estos fenómenos, los informes dicen que de momento no se han presentado pérdidas valiosas pero expertos temen que estas anomalías puedan extenderse y llegar a ser peligrosas se recomienda-

Aria: vaya, este mundo se está yendo al diablo.

Sonata: deberíamos volver a Equestria antes que las cosas se pongan feas.

Aria: odio decirlo pero estoy de acuerdo contigo, tristemente no podremos regresar hasta que el portal se abra otra vez.

Sonata: oh! Podríamos llamar a Sunsie y pedirle que abra el portal para nosotras.

Aria: Sonata se supone que debemos irnos sin que nadie nos note.

Sonata: eh? por qué?

Aria: ugh… en serio Adagio que se supone que hagamos? … Adagio?

Ambas sirenas voltean hacia su líder y la ven sentada en una mesa frente a un tablero de ajedrez que parece estar a mitad de una partida, a pesar de que no había nadie jugando junto a ella.

La sirena mayor mantiene la espalda contra el respaldo y los brazos cruzados, toda su atención centrada en el tablero, sus hermanas solo observan como mantiene esa posición hasta finalmente tomar una pieza negra entre sus dedos y moverla, pocos segundos después Adagio levanta levemente su índice y una pieza blanca se mueve por sí misma, la sirena cambia su posición inclinándose hasta apoyar los codos en la mesa y entrelaza sus dedos, siempre con la vista y la atención en el juego.

Aria: ya la perdimos, nunca escucha cuando se pone así.

Sonata: no se porque le gusta tanto ese juego racista.

Aria: racista? Qué tiene de racista?

Sonata: las blancas siempre van primero.

Aria golpea su frente con su palma y con un gemido de frustración saca un rollo de billetes de su bolsillo.

Aria: mira, ten esto –le da el dinero- sal y cómprate unos tacos o lo que sea.

Sonata: wiiiiii tacooooooooos!

Con eso la más joven de las sirenas corre hasta la salida y se retira.

Aria: al menos estaré tranquila un rato.

Regresa su atención a su hermana quien no había cambiado su posición ni había movido ninguna pieza del tablero, sintiéndose algo frustrada se le acerca para hablarle.

Aria: qué tanto le ves a ese juego?

La mayor no responde sino que sigue centrada en el tablero, Aria pasa su mano frente a su rostro pero no hay respuesta, con un gemido y una rodada de sus ojos se da la vuelta y salta al sofá para ver la televisión.

Presentador: la policía sigue la pista a un grupo de ladrones que extrajeron una importante suma de dinero en la mañana-

Aria: -toma el control remoto- si que les vaya bien con eso.

Cambia el canal un par de veces.

Aria: Aburrido. Viejo. Repetitivo. Refrito. Insulso.

Sonríe al dar con lo que parece una película con escenas de disparos múltiples, deja el control y se acomoda en el sofá.

Aria: esto si me gusta –toma su pastel-


Sonata vestida con un impermeable azul y cubriendo su cara con la capucha va dando suaves saltos en los charcos de la acerca mientras canta con alegría.

Sonata: taco taco quiero yo, taco taco es lo mejor, si un buen taco quieres probar, el taco sombrero has de visitar.

Poco después de acabar su estrofa escucha lo que parece una discusión, al voltear ve a dos chicas metidas en una pelea verbal, intrigada mira más detenidamente y se da cuenta que en el suelo están los restos de una clase de reloj, vuelve a ver a las chicas y con un poco de esfuerzo logra hacerse una idea de lo que pasó.

Mira a los lados para asegurarse que nadie esté cerca y luego entona su canto de sirena, su voz sale con esplendor y pronto su joya resplandece, la canción llega hasta las chicas aunque estas no parecen darse cuenta, sin embargo pronto su discusión empieza a morir y ambas se miran con melancolía, tras unos momentos se sonríen y se abrazan la una a la otra.

Sonata acaba su cántico y al verlas irse juntas y felices sonríe para sí misma y sigue a su camino hasta llegar a un puesto de comidas cuyo letrero muestra el nombre "Taco Sombrero".


Sentada en una esquina la joven cantante disfruta con entusiasmo su comida, frente a ella descansa un plato con varios tacos diferentes.

Mientras come Sonata no evita echar una mirada al establecimiento y ver a toda la gente allí reunida.

Traga el bocado en su boca y luego mira hacia su dije, cerrando los ojos centra su magia y empieza a cantar.

Su voz se extiende por el lugar, los clientes y los trabajadores del local son envueltos en el hechizo del canto comienzan las discusiones entre todos.

Sonata siente la energía negativa llegar hasta ella y luego de unos minutos se detiene dejando su rostro reflejar su sorpresa, se mantiene inmóvil por un momento hasta notar a las personas discutir y pelear, tras lo cual centra su magia pero esta vez al cantar provoca que las disputas cesen y cada uno de los presentes sigan sus actividades de forma amena.

La sirena mira su dije y susurra para sí misma mientras sonríe.

Sonata: lo… lo hice, de verdad… pude hacerlo por mí misma.

Un temblor de emoción amenazó con hacerla saltar de su asiento pero por fortuna logra contenerse y en su lugar da otra mordida a su taco para celebrar.


Aria: por qué siempre tienen que meter una ridícula historia de romance en las películas de acción? Tú lo entiendes?

Pregunta volteando levemente a ver a su líder quien sin oírla sigue centrada en su juego de mesa, y mueve una pieza hacia delante.

Aria: si eso pensé.

Voltea de nuevo para seguir viendo la película, pero al momento en que heroe y heroína van a besarse apaga la televisión.

Aria: -se levanta- meh ya perdí el interés.

Mira por la ventana y ve que empieza a llover.

Aria: … ya no se puede saber, si es una lluvia normal, o una señal del desastre.

Se oye un estruendo, es leve, pero se deja escuchar.

Aria deja la ventana de lado y camina hacia su líder sentándose junto a esta y la observa un momento para luego mirar el tablero.

Aria: por qué no mueves el alfil?

Como ya esperaba, no hay respuesta de la mayor.

Con un gesto de aburrimiento apoya sus codos en la mesa y la cabeza en sus manos, rueda los ojos distraídamente y entonces nota un celular sobre la mesa.

Aria: Sonata olvidó su teléfono, vaya niña.

Sin nada mejor que hacer para entretenerse toma el aparato y juguetea con las teclas, levanta una de sus cejas al ver una fotografía de Sonata junto a las Rainbooms, por el fondo deduce que la tomó aquel día que fueron a la playa.

Aria: … qué crees que estén haciendo las Rainbooms? Se habrán dado cuenta ya de lo que está pasando?

Mira a Adagio pero, sin respuesta.

La sirena con coletas inclina la silla hacia atrás y sube sus pies a la mesa.

Aria: más les vale darse cuenta pronto y llamar a su princesa, quiero irme de este mundo lo más pronto posible.

Arroja el teléfono en la mesa y se queda callada mientras suavemente se mese sobre la silla.

Pasan un par de minutos hasta que la sirena líder deja salir un suspiro y sube la mirada al reloj en la pared, dichos actos son suficientes para llamar la atención de su hermana quien se queda viéndola.

Adagio: … ya es tarde, es mejor irnos a dormir.

Aria: bueno hasta que decidiste hablar, ya estaba creyendo que te volviste muda.

Adagio: y Sonata?

Aria: salió por ahí, no debe tardar.

La líder observa por la ventana la lluvia caer, algunos destellos se ven en el cielo seguidos de cerca por leves estruendos.

La más joven sigue en su posición hasta que en fallo de cálculo se inclina demasiado y la silla cae hacia atrás, por fortuna la mayor logra tomarla de la mano e impulsarla para que se ponga de pie antes de estrellarse en el suelo.

Aria: … gra… gracias.

Adagio observa detenidamente a su hermana y al ver que no hay heridas solo asiente y regresa a ver por la ventana.

Adagio: se pone peor.

Aria: y qué podemos hacer?

Adagio: … no podemos hacer nada hasta que las Rainbooms abran el portal.

Aria: y luego de eso?

Adagio: -viendo el ajedrez- … eso es lo que intento averiguar.

Antes que Aria pudiera cuestionar esa frase la puerta se abre revelando a Sonata mojada pero sonriente.

Sonata: Arie! Adie! No lo van a creer!

Deja su impermeable en un perchero y corre hacia las otras.

Adagio: donde estabas?

Sonata: en Taco Sombrero! Pero escuchen! Pude hacerlo!

Aria: te comiste media docena de tacos tú sola?

Sonata: no! bueno si… pero otra cosa!

Adagio: que sucedió?

Sonata: pude hacer que mi magia funcionara, por mí misma! Hechicé a todos lo que estaban ahí!

Aria: de verdad?

La sonrisa de Sonata solo se agranda y da leves saltitos por la emoción.

Adagio: pudiste hechizarlos a todos? A cada uno?

Sonata: si! mientras comía empecé a cantar, y todos comenzaron a pelear, no use mucho poder porque no hacía falta alimentarme pero pude hacerlo! Creo que me estoy haciendo más y más fuerte.

Dice lo último con una sonrisa presuntuosa e inchando el pecho con las manos en las caderas.

Las otras dos solo la miran sorprendidas.

Aria: cuántas personas eran?

Sonata: -sonriente- es el Taco Sombrero! Siempre hay mucha gente!

Aria: pues si tú tienes el poder para hacer eso, entonces yo no debería tener problemas para hechizar a todo un estadio.

Sonata: ah y eso por qué?! crees que eres más feurte que yo?!

Aria: no, yo SE, qué soy más fuerte.

Sonata: no es verdad –le empuja la nariz-

Aria: si lo es –la despeina-

Ambas siguen su suave disputa, pero esta es ignorada por la sirena mayor quien centra su atención de nuevo en el tablero, pone la mano en su mentón mientras piensa en algo, y finalmente toma una de sus torres y lentamente la mueve hasta posicionara frente al rey blanco.

Adagio: … jaque… -sonríe- … Sonata.

Ambas sirenas se detienen, quedando ambas en una posición un tanto ridícula, con Sonata jalando la coleta de Aria y esta a punto de picarle los ojos a la otra.

Adagio: buen trabajo, es información nos será muy útil.

La más joven sonríe y tras separarse de la otra le hace un gesto de burla sacándole la lengua, la mayor se cruza de brazos y rueda los ojos antes de devolver el gesto de una manera agresiva, tan agresiva como puede ser dicho gesto claro.

Adagio: mañana tenemos reunión con la disquera, es mejor irnos a dormir.


Las tres cantantes duermen en una misma habitación, cada una tiene su propia cama.

Dos de ellas duermen con tranquilidad pero la tercera no lo consigue por un malestar en su estómago.

Es ya bastante tarde cuando la sirena líder es despertada de su sueño por una voz suave y dolorida.

Abre los ojos y en la oscuridad logra distinguir a Sonata quien la mira con ojos suplicantes y agarrándose el estómago.

Adagio: … por eso te digo que no comas tantos tacos de una vez.

La mayor levanta un poco sus sábanas permitiendo a la menor recostarse a su lado, en su rostro se refleja su pesar y para calmarla Adagio la abraza con un brazo y con el otro frota suavemente su vientre, este acto parece calmar a la más pequeña pues sonríe y se acerca más quedando recostada en el pecho de su hermana, la mayor solo suspira y con una pequeña sonrisa frota el cabello de Sonata antes de cerrar los ojos para volver a dormir.

Aria despierta poco después y tras una breve parada en el baño nota a las dos dormidas en la cama al lado de la suya.

Rueda los ojos con desinterés pero en su pecho siente una ligera presión, el verlas dormir juntas y pensar en tener que dormir ella sola la molesta.

Con algo de nervios se acerca a la cama de Adagio y de forma lenta y cuidados se mete bajo las sábanas, con suavidad se acerca a sus hermanas y ya estando bastante cerca se da la vuelta para dormir.

Repentinamente siente algo envolverse en sus hombros y tirar de ella, para cuando se da cuenta está recostada en el hombro de la sirena mayor.

Siente sus mejillas calentarse, en parte por la vergüenza de haber sido descubierta, y además el hecho de que se siente bien estar así con sus hermanas.

Un suave apretón le obliga a ignorar la pena y simplemente acomodarse en el hombro de su hermana para dormir.

Adagio mira a las dos, Sonata en su pecho durmiendo con una gran sonrisa, y en su hombro Aria muestra una sonrisa pequeña, pero una sonrisa.

Ver a sus hermanas felices la hacen sonreír de igual forma, deposita un suave beso en la cabeza de Sonata, lo que hace a la más pequeña reír entre sueños, da un beso igual en la frente de Aria ganando un suave murmullo de esta.

Cierra los ojos y tras un muy suave suspiro deja que su mente deambule por el reino de las fantasías, los bellos recuerdos del pasado, y los aún más bellos deseos del futuro.