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DLAD
Lección I: Cuidado con la primera impresión
Desde tiempos inmemorables, los monstruos y los humanos convivían cazándose los unos a los otros, a veces ganaban los humanos y otras los monstruos, formando constantemente un equilibrio. En algún de aquel mundo, se erigía la Academia Beacon, famosa por formar a varios de los mejores cazadores dispersos por todo el mundo y ahora en ese mismo lugar, una leyenda estaba a punto de nacer...
En una parada de autobús que llevaba debajo un cartel que decía "reservado para alumnos y aprendices de cazador de la Academia Beacon" había muchos jóvenes que ansiaban convertirse en la próxima generación de cazadores del país, pero tres de ellos destacaban por encima de los demás.
Chispeantes como el rayo más brillante, sus ojos poseían una tonalidad azul eléctrica totalmente a juego con su pelo rubio eléctrico totalmente aplastado contra la cabeza con una cinta negra tapando su frente. Llevaba una camisa sin mangas roja eléctrica, unos pantalones vaqueros, pero con un corte japonés hasta llegarle por encima del tobillo, que tenía el mismo color que la camisa aunque un pelín más oscurecido con un cinturón negro con una hebilla plateada y unas botas militares negras con tres correas para sujetarlas. Llevaba tatuado a lo largo del brazo derecho la imagen de una serpiente marina.
Oscuros como una noche sin la luna, sus ojos negros azulados y su cabello negro rojizo recogido por detrás en un moño y dos grandes mechones cayendo por encima de sus hombros hacían el equilibrio perfecto. Vestía una camisa negra como la absoluta oscuridad que ocultaba su garganta y la zona dónde debía estar su cinturón acompañada de una chaqueta negra rojiza que la hacía parecer una científica a juego con sus pantalones vaqueros de la misma negrura que la camisa, su final no se veía al estar ocultos por las botas plateadas con algo de rojo que daban calor de solo verlas al ser diseñadas para la nieve.
La inocencia que denotaban aquellos ojos morados verdosos eran muy palpables a pesar del intenso tono que poseía su pelo rojo como la sangre suelto hasta llegarla a las rodillas divida en dos secciones por encima de su cintura que hacía juego con su camisa rosada oscurecida con mangas que llegaban hasta poco después de los antebrazos oculta por un chaleco con la cremallera cerrada hasta arriba del mismo color aunque más claro acompañada de una minifalda plana negra con una línea naranja por la parte inferior, unos calcetines negros que llegaban hasta poco antes de la rodilla y unos botines con algo de tacón rosados.
- Los autobuses de este país son muy lentos – Dijo con desgano la científica al ver la tardanza del vehículo que los llevaría a su destino.
- Hoy es el día del ingreso oficial y muchos de los aprendices de cazador tienen que tirar de autobús, así que es normal el retraso del mismo – Respondió la mayor.
- ¿Cuántas vidas tendremos que lamentar esta vez? – Se preguntó el chico.
- Sé que todavía te afecta la muerte de todos aquellos pobres diablos que empezaron el año pasado, pero ten claro que al igual que ellos murieron, nosotros también estamos sujetos a perder la vida por la peligrosidad que entraña ser cazador y... – Empezó a decir la mayor.
- Ana, ya lo sé, no hace falta que me lo repitas – Dijo con molestia el chico deteniendo el recordatorio de Ana.
- (Si usara esa seriedad para lo realmente importante...) – Pensó la científica dramatizando la situación – (Hasta los chimpancés son más listos que él...) – Sus pensamientos fueron interrumpidos por un espeluznante alarido que la asustó mucho – (Genial, ahora esta chamuscado, inconsciente y esta lloviendo, ¡me cago en to' lo cagable!)
- ¡Yesayd, espera a que tu dulce y querida primita mayor te atienda! – Gritó Ana loca de preocupación saltando encima del inconsciente y chamuscado Yesayd provocando una bochornosa escena – ¡Angel, no te vayas muy lejos! – Dijo en el mismo tono de preocupación mientras aplicaba toda clase de soluciones de dudosa efectividad.
- (Yo me voy, esto es demasiado vergonzoso para alguien de mi reputación) – Pensó Angel sudando de vergüenza ajena mientras subía al autobús, que había llegado escasos segundos y todos lo abordaron excepto Ana y el inconsciente Yesayd, que no lo vieron.
El autobús no tardó mucho tiempo en arrancar a pesar de faltar gente por subir rumbo a la Academia Beacon, Angel intentaba no caerse mientras suspiraba de alivio cuando una voz femenina la sobresaltó.
- ¡Me cago en la puta! – Angel dirigió su atención a dos chicas que estaban protagonizando la misma bochornosa situación de la que había escapado hace nada – ¡Yang, suéltame de una puta vez, que todos nos están mirando y me estas avergonzando delante de todo el mundo! – Gritó la joven de rojo portadora de una guadaña del mismo color mientras forcejeaba por librarse del agarre de la vaquera que la abrazaba como si fuera una osa.
- Venga Ruby, si solo le estoy mostrando al mundo lo mucho que amo a mi queridísima hermana pequeña – Respondió Yang con tal dulzura, que Angel creyó ver a su prima Ana por un momento, lo que colmó su infinitamente poca paciencia.
- ¡IDIOTAS! – Sus ojos negros azulados obtuvieron un color rojizo ennegrecido brillante que la hacía parecer un demonio y lo que pasó a continuación era sencillo de adivinar por los gritos, golpes y otros ruidos perturbadores que agitaron al autobús, que no paró en ningún momento durante el viaje – Lo siento – Dijo Angel con la tonalidad habitual de sus ojos mientras tomaba uno de los muchos asientos que quedaron libres mientras los aprendices de cazador e incluso Ruby y Yang repletos de heridas temblaban de miedo y observaban a Angel, que miraba por una de las ventanas.
Algún tiempo después de que dejara de llover, en la parada del autobús posterior a la bochornosa escena que protagonizo Ana, Yesayd se encontraba dando vueltas sobre sí mismo desesperado al descubrir que el autobús los había dejado ahí tirado.
- ¡Todo esto es culpa tuya, Ana, ahora no llegaremos jamás a la Academia Beacon! – Gritó desesperadamente Yesayd mientras señalaba a Ana con el dedo acusador.
- Tu adorada prima mayor por once años se preocupa por ti y ¿así es como me lo pagas, echándome la culpa de que intentaras usarte como pararrayos para detener ese trueno? ¡Eres un cerdo aprovechado! – Reprochó Ana comenzando una discusión con su primo que a medida que discutían, alcanzaban mayores cotas de estupidez que no fueron a más por la intervención de alguien que pasaba por ahí.
- ¿Os habéis perdido? – Preguntó una chica vestida de negro al par que dejó de discutir al verla seguido del chico de rojo que se abalanzó sobre ella aferrándose con fuerza burra a su cintura y la miró con ojos de carnero degollado.
- ¡Sí! – Gritó Yesayd en un tono de súplica desesperada de rodillas sin soltarse de aquella chica que había aparecido sin darse cuenta de que estaba mascándose una tragedia que lo involucraba.
- ¡MIAUUU! – La chica pareció sufrir una súbita oleada de violencia extrema que se cobró como víctima a Yesayd dejándole la cara totalmente destrozada entre aullidos que parecían de una gata rabiosa dejándolo tirado en el suelo.
Unos minutos después de que Ana lo volviera a socorrer y le vendara toda la cabeza menos los ojos, la nariz y la boca, la misteriosa chica se identificó como Blake Belladonna.
- Lo siento, mi instinto felino se sale de control cuando se me acerca algún humano impregnado del aroma de los gatos y el resultado es... Ese – Dijo una apenada Blake señalando a la víctima.
- Desde que mi adorado primo adoptó a esa gata blanca que la llamó Alicia por la protagonista de "Alicia en el País de las Maravillas", mi ropa no ha dejado de oler a gato – Confesó Ana.
- Ah..., perdonad si parezco grosera, pero... ¿Sois aprendices de cazador? – Interrogó cautelosamente Blake.
- Es nuestro primer año, pero perdimos el autobús y no sabemos ir a la Academia Beacon – Respondió Ana resumiendo la situación.
- Yo soy aprendiz de segundo año y voy a la Academia Beacon, os puedo llevar si queréis – Reveló Blake ya un poco más contenta.
Yesayd intentó lanzarse sobre Blake otra vez agradeciéndola su gesto siendo detenido por Ana, que lo sujetaba por los pantalones dejando parte del lugar donde la espalda pierde su casto nombre expuesto.
Mientras tanto, en el autobús que había finalmente a su destino y al poco de abrir las puertas, todos los pasajeros intentaron abandonar el vehículo al mismo tiempo quedándose atorados en la puerta mientras que Angel por su parte salía por una tercera puerta situada en medio de las otras dos siendo observada detenidamente por Ruby y Yang, que seguían muertas de miedo por la paliza que recibieron hasta que vieron en la lejanía entrar a alguien que debían conocer, al atropellar como si nada a Angel.
- (Mira, por fin la encontré) – Dijo mentalmente la recién llegada esquivando como si nada la doble bala humana mientras caminaba hasta llegar a la altura de Angel – Las olvidaste en el parque la semana pasada y te las estuve cuidando hasta que pudiera encontrarte – Anunció entregándola unas gafas rosas en perfecto estado tanto físico como higiénico.
- No lo sabía, gracias por cuidármelas, errr...
- Weiss, Weiss Schnee – Respondió la recién llegada.
- Angel – Respondió Angel inconscientemente mientras que en su mente manifestaba su opinión acerca del asunto – (¡Aleluya, al fin alguien normal entre tanto chiflado!) – Pensó con euforia Angel hasta que la situación se tornó catastrófica.
Yesayd apareció corriendo y al ver a Weiss, intentó parar, pero entre su velocidad sobrehumana y la confusión del momento, la monumental colisión los derribó dejándolos en una posición cuanto menos, comprometedora.
- (Se avecina una catástrofe...) – Pensaron al mismo tiempo Ruby, Blake y Yang previendo la reacción de Weiss.
- (¡Dioses, ¿que hice para merecer esto?!) – Pensó Angel montando otro drama por la estupidez de Yesayd – (Ahora todos pensarán que soy una lunática basándose en la bochornosa primera impresión que hemos dado.)
Lección I: FIN.
No esperaba tener tan pronto este primer capítulo de DLAD teniendo en cuenta que hoy mismo completé el guión.
Por ahora la "parte" de Monster Hunter quedará fuera hasta la Lección III (aproximadamente), dónde ya empezará a haber un poco de MH.
