Capitulo 1

Como tantas veces Dante regresaba de un largo día de trabajo, matar demonios, descuartizar a sus enemigos, esas cosas que siempre solía hacer. Después regresaba a Devil May Cry con Nero esperándolo y una deliciosa pizza en camino.

Esta vez no sucedió, Vergil comía su pizza que había ordenado antes de llegar, Nero dormía recostado en el sofá.

-¿¡Que te crees que haces!?- Grito Dante al ver a su gemelo comiendo la última rebanada de su pizza.

-Comiendo- Contesto el otro.

-¡Esa era mi pizza!, ¡Estúpido!, ¡SI sabes lo que te conviene más te vale pedirme otra!.

-Ni loco.

-Además, ¿Qué haces aquí?-Dante pareció olvidar el asunto de la pizza por un momento.

-Me han quitado la mansión.

Dante entrecerró los ojos y comenzó a carcajearse.

-¡No pagaste la renta!-Reía Dante.

Vergil puso los ojos en blanco y dio un último mordisco a la pizza. Se levantó y se recostó en el sillón frente al que estaba Nero.

-¿Qué te crees?, ¿Acaso es tu casa? ¡NO!, largo ahí voy yo.

-Tienes dos habitaciones más, Dante… Nero y yo dormiremos juntos para no molestar.

Dante gruño. Ding Dong… Alguien llamaba a la puerta. Nero se levantó como una bala como cuando Kyrie tocaba la puerta de Devil May Cry.

-¡Yo abro!- Grito Nero.

Nero abrió la puerta. Era Lady con un regalo, Nero se preguntó si seria para él, ya que Lady nunca se olvidaba del pequeño y siempre le traía algo.

-¿Qué es eso?- Pregunto con curiosidad Nero.

-Es para tu padre- Dijo Lady y se abrió paso y fue hacia Vergil- Toma.

-Eh… gracias…

Vergil no estaba acostumbrado a recibir regalos, y mucho menos de los compañeros de trabajo de su hermano gemelo.

-Te lo traje porque hace unas semanas fue tu cumpleaños y no pude darte nada la semana pasada, es una de esas cosas nekos que te gustan.

Vergil se apresuró a abrir su regalo y encontró en su interior un lindo peluche de un gato blanco.

-¡Gracias!-Exclamo Vergil con felicidad.

Dante nunca veía feliz a su hermano, a menos que pasara tiempo con su hijo Nero o con Lady. Ella sí que lo traía loco… pero nunca lo admitia.

-¡Puag!-Exclamo Dante llevándose una mano a la frente.

Nero cerro la puerta con violencia y se fue indignado por que lady no le había traido nada a el. Nero volvió a salir y puso sus manos en su cadera, mirando fijamente a Lady con esos ojillos de cachorro que siempre le ponía cuando iban al parque y quería un helado.

-No creas que no me olvide de ti- Dijo Lady y le entrego un CD de música a Nero.

-¡Oh no puede ser Rammstein!-Grito Nero abrazando el CD y luego abrazando a Lady.

-¿Y yo que?- Pregunto Dante.

-¡Para ti nada!-Grito Vergil y Lady asintió.

Ding Dong…

Alguien tocaba de nuevo… Vergil se paró y abrió la puerta, gran sorpresa la que se dio cuando encontró a una muchachita de cabello negro y ojos negros, piel clara y vestia como una colegiala.

-¿Qué haces tan tarde afuera de tu casa eh?- Pregunto el peliblanco viendo a aquella muchacha que Vergil le calculaba como unos 14 años.

-¿Eh?, ¿De qué hablas imbécil? ¡Tengo 18!- La muchacha empujo a Vergil y entro a la agencia.- ¡Dante!- Grito la muchacha.

-¿Qué quieres mujerzuela?- Le respondió este.

-¡Como que que quiero! ¡Eres un vago no has cambiado nada!

-Y tú pareces una niña.

-¡Y tu un imbécil!

-¡Y tu una majadera!

Lady y Nero se quedaron boquiabiertos al ver a Dante discutiendo con una mujer en vez de estarla ligando.