¡Hola a todos! Os traigo una más bien corta pero a la que le he cogido mucho cariño. Llevo un montón de tiempo queriendo hacer una con James de prota, creo que es un personaje bastante complejo y con muchos matices. Para mi, va mucho más allá de ser "un simple casanova" como se suele retratar en muchas historias. Y siempre me lo he imaginado enamorándose de una persona que no tiene nada que ver con su estándar de chica. Además de que me apetecía muchísimo escribir un fic en el que tuviéramos como protagonista principal la música. A mi el Wizard Rock me dejó muy marcada y siempre he querido hacer algo con el así que...ahí estamos!

Las parejas que usaré en el fic serán: James/Oc, Lily/Scorpius, Rose/Oc, Dominique/Oc. Me moveré también con el canon, por supuesto, por lo que queda obviado. Y...en fin. Sin mucho más que decir al respecto, pasadlo bien y disfrutad mucho de la historia!

DREAMCAST

Anna Simón - Lily Collins • James Potter - Dylan O'Bryen • Primrose Selwyn - Indiana Evans • Rose Weasley - Saoirse Ronan • Lily Potter - Karen Gillan • Scorpius Malfoy - Bradley James • Lorcan Scamander - Hunter Parrish • Lysander Scamander - Hunter Parrish • Louis Weasley - Tom Odell • Marc Penhallow - Chase Crawford • Dominique Weasley - Jane Levy • Albus Potter - Logan Lerman

Ahora...A leer!


TRACK 01. PROLOGUE

-¡Annaaa! ¡Anna!

Aparté la mirada de mi libreta y la dirigí hacia la dirección de donde venía esa potente y melodiosa voz. Prim, mi mejor amiga, se acercaba a mi con una enorme sonrisa en la cara y la túnica cerrada a cal y canto. Llevaba su pelo largo, liso y rubio suelto al viento mientras sus ojos verdes claros sonreían por sí solos mientras que su nariz respingona estaba roja y, apostaría, congelada.

-Hace un frío que pela, ¿se puede saber qué haces aquí? -preguntó frotándose las manos -Te estaba buscando por todas partes, menos mal que Finnegan te ha visto merodeando por aquí por que si no...¡Y he tenido que correr por tu culpa! Odio correr, ya lo sabes, me canso en seguida.

Yo omití sus quejidos y expiré algo de vaho por mi boca mientras que sostenía mi boli como si fuera un cigarrillo. Miré a mi amiga y volví a soltar vaho, sonriendo algo divertida.

-Estaba fumándome encima -le dije. Ella rodó los ojos, se acercó y tiró de mi mano haciendo caso omiso a mi gesto. Pero en el proceso, en lugar de levantarme como cualquier persona normal y cívica, tropecé con mi propio zapato y caí de bruces al suelo. Prim se tapó la boca con las manos aguantándose las ganas de reír -¡Lo siento! Jajaja

Yo la fulminé con la mirada y me volví a incorporar de la forma más decente posible. Eso sí, me había ensuciado hasta el alma.

-Podrías haberme cogido ¿no?. Ya sabes, ese sentimiento de la amistad en el que cuando uno cae el otro cae también y tal - refunfuñé, apretando los dientes. Ella ahogó un espasmo de carcajada y trató de recomponerse.

-Los amigos están para ayudar al otro cuando éste se cae, aunque en nuestro caso es más literal de lo que desearía -y rió. Yo le pegué un codazo suave en el costado y ella me fulminó con la mirada, frotándose la zona -Eres una arpía. Un gremlin, una ena...-paró en seco supongo al advertir la mirada asesina que le mandé nada más empezó la palabra.

-Ni te atrevas a decir eso.

Ella suspiró y se encogió de hombros. Yo la miré a los ojos unos segundos y ella puso cara de no haber roto nunca un plato. Maldita Primrose, me costaba mucho no perdonarla cuando se metía conmigo.

-No es justo, yo debería ser la adorable aquí -dije, haciéndome la ofendida - soy la más bajita, algo bueno tenía que tener ¿no?

-Eres la más adorable Ann - contestó ella con una sonrisa - solo que eres muy tonta y no quieres darte cuenta.

Nos miramos un momento en silencio sin decir nada.

-Como sea -dije, cambiando de tema. Cogí mi libreta y el boli que previamente se había caído al suelo y me levanté -¿Qué pasa?

-¿Eh? -justo después de eso se me quedó mirando y empezó a frotarse la nariz.

-¿Por qué me buscabas? -pregunté, mirándola sin comprender -¿Y por qué no paras de rascarte la nariz?

-Barro... -me dijo, señalando de nuevo la nariz. Aha. Tras hacer un puchero me la manga de mi sudadera del Puddlemore United por la cara frotándome con fiereza a la vez que Prim sacaba un pañuelo de punto de su bolsillo - ¡Anna!

-¿Mmhm?

Prim se puso las manos en la cintura y me miró con el ceño fruncido.

-Luego no te quejes de que te quedas sin ropa limpia.

-Bueno, para algo existen las lavadoras.

-Aquí no tenemos lavadoras, tenemos elfos súper trabajadores a los que vas a colmar de trabajo hasta las cejas - reprendió - ¡Pobrecitos! Encima te da igual...no tienes corazón.

Yo rodé los ojos y guardé en el bolsillo de la sudadera el boli y la libreta. Acto seguido me eché la capucha encima de la cabeza. Tenía las orejas heladas.

-No tienes remedio.

Sonreí divertida y cuando me respondió con una ceja enarcada le saqué la lengua y empecé a caminar rápidamente hacia el castillo. Prim guardó el pañuelo de vuelta en el bolsillo, se encaminó hacia mi, se puso a mi altura y seguimos andando juntas.

-¿Y bien? -pregunté.

-La reunión de la profesora Park, tonta -me dijo.

Paré en seco y abrí los ojos de par en par, sorprendida.

-¡Mierda! -Prim suspiró y me cogió de la mano.

-Las sorpresas para luego, como no vayamos corriendo llegaremos tarde. MUY tarde - acto seguido empezó a correr pasillo arriba en dirección al Gran Comedor.

-¡Que sí, que sí! -exclamé, soltándome de su mano - ¡La que no podía ni echar a correr!-

Prim, que seguía corriendo delante de mi, usó la mano recién liberada para enseñarme el dedo corazón sin siquiera girarse y yo reí a pleno pulmón. Si es que no podía no quererla. Tan señorita que era y tan gruñona al mismo tiempo. ¡Un Primor! Je, ¿lo pilláis? Vale, ya...desde ya aviso que soy de las que hacen chistes de esos tan malos que una se plantea por qué realmente tiene amigos.

Llegamos al Gran Comedor poco después y pudimos comprobar que, fuimos de las últimas personas en llegar. Aquello estaba llenísimo de estudiantes de todos los cursos y casas de la asignatura de Arte. La implementaron cinco años atrás. Yo estaba en segundo curso aún y cuando vi que la profesora McGonagall lo anunciaba casi le escupo a la cara el zumo de calabaza a McMillian. Mucha gente se apuntaba porque quería distraerse un rato y hacer algo divertido, pero otros (como yo) lo había hecho porque realmente me gustaba el arte. En concreto, la música. También es que es inevitable; he crecido rodeada de música desde que tenía...no sé, memoria, y yo misma toco la guitarra y el ukelele.

De cualquier forma, Arte ha sido y será una de mis asignaturas favoritas. Y la cuestión es que la semana anterior, la profesora Parker había publicado un anuncio en todas las Salas Comunes en el que convocaba a todos los alumnos matriculados en la asignatura a una reunión extraordinaria.

Todo esto a una semana de empezar el curso. Que por cierto, ¡era mi último en Hogwarts! Ay...cómo echaría de menos el castillo...¡Y la torre de Gryffindor y su sala común! Y mi dosel...le había pegado tantos chicles que había perdido la cuenta. Prim siempre se enfadaba conmigo porque eso no hacía más que darle trabajo a los elfos y porque le parecía una guarrada. A ver, técnicamente lo era pero era muy divertido, los chicles mágicos tenían sabor y textura de duración indefinida así que se pegaban con facilidad. Engullí una carcajada al recordarlo pero no duró mucho más porque de tan distraída que estaba acabé estampando mi cara contra algo tan duro como una pared, solo que algo más suave (también había perdido de vista a Prim, pero en esos momentos me importaba más mi dolida nariz).

El golpe hizo que rebotara hacia atrás pegándome en la cabeza con el codo de otro compañero que encima se atrevió a mirarme mal. Le devolví el gesto algo enfadada y volví mi vista hacia el primer punto de choque solo para encontrarme frente a frente con la cara pálida de James Potter. Le miré algo compungida.

Y a ver, hay una cosa que debo aclarar sí o sí antes de seguir con la historia. Es importante puesto que aunque parezca increíble, ni yo ni Prim tenemos relación alguna con los Potter o con los Weasley. Esto no quiere decir, por supuesto, que nos ignoremos o no nos dirijamos la palabra. No. De hecho, teníamos amigas y amigos que sí se llevaban estupendamente con ellos, sin ir más lejos, Alison Wood, que estaba en el equipo de Quidditch con varios Weasleys, entre ellos también James Potter y su hermana Lily. Simplemente no llegó a darse nunca nada cercano a una amistad con nadie de esa familia, aunque por supuesto que sabíamos quienes eran. Prim porque provenía de una familia puramente mágica y yo porque me empapé de la Historia de Hogwarts y de la magia antes incluso de entrar en el colegio. Así que simplemente, aunque admiro mucho lo que ha llegado a hacer Harry Potter por el mundo en el que ahora mismo vivo, porque obviamente no estaría ni aquí, supongo, por lo que a mi respecta y por lo que mi padre me ha enseñado en mi corta vida es que no hay dos personas iguales, así que por muy héroe que Potter padre haya sido, no tiene nada que ver con lo que puedan llegar a ser sus hijos.

Siempre lo había pensado y aquello no hizo más que reafirmarse a medida que iban pasando los años. Iba con James Potter a prácticamente todas las asignaturas que tenía y no había un solo día del año en el que no estuviera o bien flirteando con alguna pobre chica que probablemente se haría ilusiones para después tener que tragárselas al verse rechazada o bien haciendo bromas de muy mal gusto con sus amigos. Por lo tanto, una persona que era engreída por encima de sus posibilidades a mi me resultaba algo molesta. Además, las pocas veces que habíamos cruzado alguna que otra palabra acababa pronunciando mal mi apellido adrede. Y no me gustaba un pelo de gamba. Él seguramente lo sabía y por eso seguía diciéndomelo.

Pero volvamos al presente. Nariz contra espalda de James Potter. "Auch" y todo eso.

-Eh… oye, ¿Estás bien? -preguntó algo inseguro, señalándose la nariz.

Le miré confundida y él rodó los ojos. Así que tampoco eres paciente, ¿eh, James Potter? Vaya. Entonces, de repente, apuntó con el dedo a mi nariz. ¿Qué demonios tenía todo el mundo con mi nariz esa mañana? Demonios.

-Estás chorreando sangre, love -dijo.

-¿Qué? -Exclamé, tapándome automáticamente la parte de abajo de la cara. Genial, lo que me faltaba -Estoy bien, no mires -dije con voz nasal.

Potter estaba entre pálido y divertido. Supongo yo que le parecería interesante verme tan ignorante de mi propia hemorragia nasal pero no podía evitarlo. Me pasaba ya tan a menudo que directamente no me daba ya ni cuenta de ello. El problema es que de repente me puse roja de vergüenza. ¡Pero jolin! ¡No quería que me viera nadie en un momento tan vergonzoso!

-A ver, yo sé que estoy cachas pero... ¿tanto como para llegar a romperte la nariz? No sabía yo que fueras tan delicada, "Saimon" -contestó, pronunciando mal mi apellido. Otra vez.

-Simón - corregí - Y no estás cachas. Y no soy delicada. Solo...-inflé un puchero, molesta - ¡Tengo las fosas nasales dilatadas! ¡Eso es todo!

Él levantó una ceja y me miró divertido. A mi no me hacía gracia. Metí la mano libre en el bolsillo para ver si tenía pañuelos pero oh, sorpresa, no. Potter, por otro lado, tenía toda la pinta de querer decir algo más pero justo en ese momento un carraspeo suave pero potente llamó la atención de todos. La profesora Parker se había posicionado con una gran sonrisa en el atril donde la directora McGonagall solía dar los discursos y las charlas. Todo el mundo miró hacia allí, esperando a que ella terminara de acomodar unos papeles que tenía en la mano.

O al menos casi todos, porque a mi me tocó ponerme de puntillas y aun así no había manera. No con James Potter y su amigo Marc Penhallow justo delante. ¡Eran demasiado altos! Aun de puntillas, mi 1'51cm y yo no conseguimos ver nada. NADA. Si es que ser bajita no tenía ninguna ventaja...de verdad.

Empecé a escuchar una risilla a mi lado izquierdo y cuando miré hacia dicha dirección vi a Potter tapándose la boca tratando de no romper en una estruendosa carcajada. Le fulminé con la mirada y él me la sostuvo. Si había algo que odiaba a muerte era que la gente se metiera con mi altura. Era algo así como mi talón de Aquiles.

Vi entonces como, en un alarde de lo que supongo que podría llamarse caballerosidad, dejó un hueco entre su amigo Marc y él, haciéndome una sutil seña para que pasara. Me puse roja pero no me quedaba otra, aproveché la oportunidad y salí de la marabunta de gente, no sin antes sacarle la lengua al chico justo al pasar por delante de él. Lo sé, lo sé, super maduro. Pero oye, una hace lo que puede con lo que tiene. Finalmente, conseguí ponerme en primera fila justo a tiempo para escuchar el discurso de la profesora Parker.

-Bueno, como todos sabéis -empezó la profesora, que estaba hablándonos desde el atril - este año se cumplen 25 años desde la Segunda Guerra Mágica. Por lo que el elenco de profesores hemos decidido hacer un evento especial en el Pilar de Conmemoración este 2 de Mayo y cuanto antes empecemos con las preparaciones, mejor. Para ello, necesitamos de toda vuestra ayuda y colaboración -profirió una sonrisa que a mi se me antojó algo diabólica.

Se aclaró la garganta y prosiguió.

-Como es tradición ya desde que se inauguró esta asignatura, las mejores performance que se hagan a lo largo del curso acabarán siendo representadas en vivo delante de la comunidad mágica en la festividad del 2 de Mayo. Este año, sin embargo, vamos a hacer el proceso de trabajo de una forma un poco diferente -volvió a sonreír.

-Hey, dónde estabas -susurró Prim que consiguió acercarse a mi abriéndose paso entre la gente - ¡La nariz! -exclamó, elevando demasiado la voz, por lo que acabé pegándole un codazo suave en el brazo y posteriormente le hice una señal de que estaba todo bien. Ella hizo un puchero, pero en seguida volvió a dirigir su mirada hacia el atril.

-En esta ocasión, vais a tener que poneros por parejas - Prim y yo nos miramos la una a la otra, sonriendo - elegidas al azar - nos volvimos a mirar, esta vez con la boca abierta - por lo que es muy posible que os toque con un compañero de otro año o casa. ¡O las dos! Y ahí reside uno de los puntos diferenciales y cruciales; vais a tener que trabajar probablemente con personas con las que no habéis coincidido hasta ahora y vais a tener que hacer un muy buen trabajo en equipo. Lo consideramos tan importante que el elenco de profesores hemos decidido ser estrictísimos con respecto a las sanciones y o beneficios que cada pareja consiga. Es una de las formas que hemos pensado para que os lo toméis en serio.

Se escucharon varios quejidos a lo largo y ancho del Gran Comedor. La profesora Parker sonreía e intentaba calmar los ánimos pero casi se le podía ver una enorme vena hinchada en la frente. Era muy maja, pero tenía muy mal genio. Y muy impaciente. Cosa mala cuando las clases se las estaba dando a una horda de adolescentes hormonados como nosotros.

-Ejem...-carraspeó con más fuerza de la necesaria, captando de nuevo la atención y el silencio que quería - como decía, en lo referente al trabajo en sí, se elegirá también al azar en lugar de poder decidir vosotros qué hacer. He sido inventiva este año, así que hay más actividades además de las clásicas, que como sabéis son baile, canto o artes gráficas. ¡Todo para que mis chicos tengan variedad y riqueza artística para parar un carro! - y se quedó más ancha que larga mientras que los demás nos mirábamos los unos a los otros, incrédulos - Entonces. Poneros en dos filas y os explicaré exactamente como vamos a hacer el sorteo. Que haya el mismo número de gente en una fila que en otra, ¿vale?

Hicimos caso a la profesora y nos dividimos en dos filas indias esperando más instrucciones. Cuando la profesora calmó de nuevo el ambiente mostró dos urnas grandes y negras justo en frente de nosotros. Prim y yo nos miramos, confundidas.

-En cada una de estas urnas hay papelitos con un número -explicó - iréis cogiendo cada uno, uno y posteriormente os reuniréis con la persona de la otra fila que tenga exactamente el mismo número que vosotros. Ese número a la vez corresponde a la actividad en cuestión que tiene que hacer cada pareja. Como veis, es totalmente aleatorio. El objetivo de este ejercicio es la cooperación entre compañeros. Debéis aprender a ayudaros y conoceros aun si no tenéis una relación cercana, al igual que vuestros padres, tíos, abuelos, amigos y conocidos tuvieron que ayudarse unos a otros en la guerra.

Nos quedamos en silencio, escuchando con atención y respeto.

-Hay ocasiones en esta vida en las que seguramente todos tendremos que lidiar con situaciones difíciles, pero la cuestión es conseguir salir adelante sea como sea y os aseguro que solo no se llega a ningún sitio - hizo una pausa y profirió una sonrisa - Así pues, por favor, pasad de uno en uno y esperad a que haya terminado todo el mundo. Cuando estéis todos os iré llamando por números.

Asentimos e hicimos lo que nos había dicho. La profesora Parker era bastante joven y la verdad es que era bastante querida por todo el mundo. A pesar de su carácter era amable y siempre estaba ahí para todo el mundo. Hacía cosas raras y era muy estricta, pero porque se tomaba muy en serio el arte. Creía que se debía fomentar en todas las personas, aunque no se fuesen a dedicar profesionalmente a ello. Porque hacía falta mucha creatividad también para inventar pociones o pensar en una mejora para las escobas de Quidditch. Y es muy cierto.

-Uh…¿qué número te ha tocado? -preguntó Prim mirándome con esperanza en los ojos - dime porfa que es el dieciséis.

Yo suspiré y negué con la cabeza, enseñándole el número tres que rezaba en mi papelito. Ella hizo un puchero y yo le acaricié suavemente el brazo.

Prim era notablemente más alta que yo, muy esbelta y guapa. Una chica que podría ser perfectamente la protagonista de cualquier historia o novela. Era divertida, femenina y justa. Encandilaba muy fácilmente a las personas. A mi la primera, por eso estábamos tan unidas. Para mi ella era como mi hermana y no podía haber una persona mejor en el mundo. Sin embargo tenía un gran problema. Era también muy tímida. No en el sentido de ser introvertida y no hablar con la gente porque para nada era así, sino en el de que le costaba muchísimo sentirse cómoda de verdad con alguien. Quizá le costaba confiar en las personas, no lo sé, pero la cuestión era que lo pasaba bastante mal. Le costó mucho confesármelo y tuvieron que pasar cuatro años de amistad con muchas historias de por medio.

Me sentí un poco mal por ella.

-Míralo de otro modo -le dije -mejor ir con una persona que no sangra por la nariz cada dos pasos que camina ¿no? - dije, dramatizando la frase. Prim rio y me pegó un pequeño golpe en el hombro. Sabía que reiría. Siempre que me ponía en plan teatral lo hacía y a mi no me importaba. Todo el mundo decía que mi cara era muy expresiva por mis rasgos faciales por lo que en ese tipo de ocasiones...bueno, simplemente lo aprovechaba a mi favor.

-Tonta -me dijo. Yo le saqué la lengua y ella me tendió el pañuelo de antes - Límpiate anda, que parece que te haya venido la regla por la nariz. Tendrás que conformarte con el pañuelo, no tengo tampones.

-Qué agradable eres -le dije, limpiándome.

-Siempre - sonrió.

Iba a replicarle pero justo en ese momento la profesora Parker volvió a ponerse en el atril y comenzó a enumerar. Los primeros emparejados fueron Louis Weasley y Scorpus Malfoy. Me resultó cuanto menos bizarro. Ambos eran del mismo curso, sí (sexto, uno menos que Prim y yo) pero creo que tenían la misma relación que yo con el calamar gigante. Eso y que Weasley era Ravenclaw y Malfoy (ante la gran sorpresa que esto pueda generar a oídos sensibles) Gryffindor. La segunda pareja que se formó fue algo injusta a mi parecer. Los gemelos Scamander, ambos Ravenclaw y en el mismo curso que Weasley, tuvieron la enorme suerte de ir juntos. Vi otras cuantas miradas más de envidia cochina clavándose en sus gemelas y rubias cabezas. ¡El problema es que encima se atrevían a restregarlo alardeando en voz alta no se qué de "telepatía de hermanos"! ¡Telepatía mi trasero!

-¡He dicho el número 3! - escuché a la vez que sentí una punzada en mi costado. Prim me había pegado un codazo para llamarme la atención pero para mi mala suerte, estaba tan en babia y ella había empujado con tanta fuerza que me acabé abalanzando hacia delante para acabar tropezándome con el escalón del atril, cayendo de bruces contra el suelo.

Hubo un silencio sepulcral seguido de una carcajada general. Genial. Me incorporé quedándome sentada por un momento y noté que mi nariz volvía a sangrar. Perfecto, el rojo sangre combinaba a la perfección con el sonrojo general de mi cara en sí. Me tapé de nuevo la nariz con la manga. En esos momentos solo quería un pañuelo y meter la cabeza en el pavimento para pasar allí lo que quedaba del año. Sin embargo, una mano se interpuso entre mi nuevo propósito y yo.

Extrañada, alcé la vista y cual fue mi sorpresa al encontrarme frente a frente con James Potter, de nuevo. Parpadeé confusa pero no tardé mucho en aceptar su ayuda.

-¿Estás bien Simón? -preguntó la profesora viendo que aún tenía la nariz tapada con la mano.

-Sí -dije con una voz nasal que aumentó de nuevo el flujo de risa. Fruncí el ceño. James también parecía querer mearse de risa ahí mismo.

-Bueno...de todas formas pásate luego por la enfermería, estoy segura de que Victoire te podrá echar un ojo y parar el sangrado - yo asentí con la cabeza -bien, pues entonces el equipo tres sois Anna Simón y James Potter - habló un rato de no se qué y solo unos segundos después fue cuando abrí los ojos desmesuradamente cayendo en la cuenta de que, efectivamente, iba a ser pareja de Potter. ¿En serio? Aquel día no podía ir a peor, en serio - Vuestra actividad es la composición de una canción. Tendréis que componerla desde el principio y posteriormente cantarla. Los dos. No puede ser que cante solo uno porque es mejor ¿estamos? Igualdad de condiciones.

Ambos asentimos y nos pusimos a un lado para no estorbar a los que aún no habían sido seleccionados. Potter se rascaba la nuca. Parecía como...no sé, ¿incómodo? Realmente no le conocía tanto como para saberlo ni era demasiado observadora. Pero yo sí que estaba incómoda.

-Entonces…-empecé, siguiendo con mi voz nasal. Me mordí suavemente el labio y le tendí la mano que tenía libre - supongo que encantada de trabajar contigo.

El chico tardó unos segundos en reaccionar pero finalmente me correspondió al gesto.

De las situaciones más bizarras que he tenido últimamente, en serio.

Las parejas se fueron formando poco a poco, pero pocas que fueran realmente interesantes. Albus Potter con Tessa Violett, una chica dos cursos menos que él pero que sé que canta super bien; Marc Penhallow, el mejor amigo de James, con Dominique Weasley. Otros con suerte. Esos dos parecían realmente un matrimonio. No lo querrían admitir pero si hasta una persona como yo se da cuenta de eso es que no puede ser más evidente.

-Primrose Selwyn y Rose Weasley, vosotras tendréis que re-interpretar una canción a otro estilo musical. Recomponerla de forma que el ritmo cambie pero que la canción siga teniendo el mismo concepto e intención.

Ambas sonrieron y yo me sentí aliviada por Prim. Sabía que dentro de su incomodidad patológica solía estar más cómoda alrededor de una chica. Y Rose Weasley era muy simpática. Como al resto de la familia Weasley-Potter, no la conocía demasiado pero sí que era con la que más había hablado. Era un año menor que Prim y yo, pero al ser prefecta de Gryffindor nos la habíamos cruzado alguna que otra vez por ahí. Siempre nos ayudaba con lo que fuera y me caía genial.

-Bueno -dijo Potter de repente, captando mi atención - en fin, no sé tú pero...la verdad es que me apunté a la asignatura solo porque quería pasar un poco el rato. Era esto o Adivinación, así que la decisión estaba bastante clara. Pero joder, de haberlo sabido...no creí que tendríamos que hacer algo como esto.

Parpadeé un par de veces y después suspiré. Obvio. Aparté mi mano de la cara y pude ver como el chico enarcaba una ceja.

-No me mires así por favor, no tengo monos en la cara -le dije.

-Monos no, solo...ya sabes, un poco de matanza de enanos de jardín en la parte inferior de tu cara - contestó. Debí de poner una cara realmente graciosa porque empezó a reír sin control. Fruncí el ceño y le pegué un puñetazo en el brazo -¡Oye! Cuanta violencia para alguien tan pequeño ¿no?

Ya está. Iba a darle de nuevo pero levantó las manos en son de paz.

-Vale, vale, bandera blanca. Entendido, no me meteré más con tu altura -dijo - Aunq...- Iba a decir algo más pero le interrumpí descaradamente.

-De cualquier forma, respecto a lo anterior, yo sí que me tomo en serio esta asignatura - le dije con los brazos cruzados - me gusta mucho y quiero hacerlo muy bien así que espero tu colaboración. Para mi es muy serio.

James profirió una sonrisa divertida y entonces, como si me conociera de toda la vida, me pasó la mano por el pelo despeinándome entera mientras reía.

-Pequeña pero matona ¿eh? - murmuró.

-¡Oye! -exclamé, apartando violentamente su mano de mi pelo -¡Suéltame, Potter!

-Hm….-murmuró el chico - Puedes llamarme James, pequeña Anna, después de todo vamos a pasarnos el resto del año trabajando juntos ¿verdad?

Le saqué el dedo corazón y empecé a caminar lejos de allí para parar tan solo unos segundos después, girándome hacia él.

-El martes a las 09:00 am en la biblioteca. Buscaremos cosas antes de entrar en la clase y así preparamos un poco el terreno. Y por cada vez que te metas con mi altura, te recordaré aquel patético episodio de quinto donde acabaste enseñando al mundo entero tus preciosos calzoncillos de corazoncitos rosa. Ahora, si me disculpas...

No atiné a ver del todo la expresión que se le quedó al escuchar aquello, solo sé que yo me di la vuelta me fui más a gusto que un arbusto.

Continuará.


Muchas gracias por leer, no olvides comentar! Cada comentario es un caramelito que aviva mis ganas de crear historias =D

.

.

.

.

Un besito!

K