Atención: los personajes le pertenecen unica y exclusivamente a Stephenie Meyer, yo solo utilizo sus nombres con el fin de compartir con ustedes mis nuevas creaciones, sin fines de lucro y con el unico proposito de divertirme.
Un hombre de aproximadamente veintitrés años, de complexión esbelta, ojos esmeraldas y cabellos broniceos caminaba aprisa por en medio de una plazoleta, era terriblemente temprano, y las calles estaban desiertas, sin embargo, el no cesaba de observar la hora en su reloj, entre zancada y zancada, cuadrando la mandibula con manifiesto desagrado. De pronto un hombre rubio, de cabellos de aspecto desalineado, salio detrás de un arbol, quedando frente al hombre que llevaba prisa. Este intento esquivarle, yendo en otra dirección, pero solo se encontro con que estaba rodeado por otros tres mas. Se quedo alli parado, con porte orgulloso y hasta se podria decir, aristocratico, a pesar de que en sus ojos yo podia ver brillar el miedo. El primer hombre, al que identifique como James Lowell, un ladron bastante cruel y patético a quien yo ya habia visto en una ocasión, se acerco a su victima, y de un agil movimiento le arrebato el maletin, los demas se apresuraron a amenazar al pobre hombre, para que les entregara todo aquello de valor que llevara encima, al parecer no tenia demasiado. A pesar de que el ojiverde habia obedecido, James, quien se habia ganado su fama de inhumano a pulso, sonrio friamente antes de patearlo, dejándolo tumbado en el piso, los otros tres hombres le aplaudieron las gracias, y pronto los cuatro se entretenian pateando y golpeando vigorosamente al hombre que se habia convertido en un ovillo sanguinolento, y sus brazos intentaban proteger su cabeza torpemente. Mire hacia los alrededores, no habia nadie por alli, suspire, sabiendo que de todas maneras el castigo divino seria inevitable, y me deje caer con elegancia, sosteniendo levemente la falda de mi vestido. Me acerque al hombre que me daba la espalda, y le toque levemente; luego el estaba inconsciente en el piso. Los otros tres se detuvieron dejando en paz a el hombre que golpeaban, quien relajo sus musculos y pronto se sumio en la dulce inconsciencia con un gemido lastimero.
-quien demonios eres tu?- dijo James, quien parecia ser el lider, acercándose con intenciones de tomarme bruscamente por el brazo, sonrei, volviéndome incorporea, dejando que su mano me traspasara, vi como la sangre huia de su rostro, lleve mi mano hacia mi boca, cubriéndola mientras soltaba una risita.
-nadie- sonrei- ese es el punto, no crees? James Lowell-.
No deje de sonreir aun cuando me materialice de nuevo, para rozar su mano y robarle su energia vital, desvaneciéndole como al anterior, los dos delincuentes restantes intentaron escapar, pero apareci frente a ellos, y corrieron con la misma suerte que sus camaradas.
Me arrodille frente al hombre que habia rescatado, y ubique su cabeza en mi regazo con delicadeza, haciendo que mis ropajes blancos se tiñeran con los restos de su sangre, tome su celular, que habia quedado tirado en el suelo, y marque a emergencias, les explique la situación y colgue en cuanto pidieron mi nombre, para dedicarme a observar las facciones de mi rescatado, debia admitir que era un hombre hermoso, pero aun no podia explicarme a mi misma el porque les habia salvado, sonrei internamente al pensar que tal vez no era un ser tan insensible como yo misma pensaba. Acaricie ausentemente su ensangrentada mejilla y de pronto vi como dos bellos orbes verdes me devolvían la mirada, vi el terror en sus ojos y me apresure a calmarle. Acaricie su rostro otra vez y susurre dulcemente palabras de consuelo y amabilidad, el se calmo, ya que realmente no tenia otra alternativa al ser incapaz de moverse. Podia entender su reaccion, imaginaba que despertar y ver mis terroríficos ojos carmesí habria sido, cuanto menos, inquietante.
-q-quien e..res?- susurro con dificultad, mirándome con recelo instintivo. Sonrei.
-soy aquello de lo que te salve- musite, observando su reaccion. Parecio confundido, pero luego pude observar como las piezas encajaban en su mente y sus ojos se abrian desmesuradamente, me apresure a poner mi mano sobre su boca y me incline para susurrarle al oido un suave "todo esta bien, no te hare daño" que me hizo sentir que era participe de una de esas bizarras películas de aliens con la super trillada frase de "venimos en paz". El parecia no creerme del todo, pero no tuve tiempo para convencerle, las sirenas de la ambulancia apresuraron mi marcha.
-debo irme- susurre, deseando no hacerlo, y deposite su cabeza en el suelo, para luego comenzar a desaparecer frente a su atenta mirada, suspire cansada... ahora era hora de mi castigo por romper la regla mas importante... la unica en realidad, no interferir con la muerte de un mortal.
Continuara...
Hola! Tuve esta idea el otro dia y quise desarrollarla, asi que aquí esta el primer capitulo. Me parecio apropiado comenzarlo ahora, para que me digan que les parece y entren en el ambiente de la historia, ahora que "A singular fairy tale" esta cerca de su final.
Esto esta mas alla de cualquier cosa que haya escrito antes, porque, como habran notado, prefiero las historias mas bien realistas y poco dramaticas, asi que espero sus opiniones, aceptare encantada cualquier critica CONSTRUCTIVA, que me ayude a mejorar en este genero.
Saludos!
