Otro día más, el templo vacío, como siempre. Yo medito, medito sobre mi vida, medito sobre mi mundo pero...

- Ohayo Aoshi-sama! Le traigo el t

- Gracias Misao-chan

- No es nada – dijo dedicándome una amplia sonrisa

Tras eso la ninja posó el té en el suelo y se fue, dejándome otra vez solo y perdido, meditando sobre algo que aún no sabía ni que era.

Pasadas unas horas me levanté y volví al Aoiya, todo era normal aparentemente allí: Mis compañeros se dedicaban a atender a la gente y Misao... Misao estaba con ellos, atendía a la gente con su sonrisa... Me seguía pareciendo extraño no verla saltar por cualquier lado como hacía antes, pero es normal que no lo haga ya... ella ha crecido, ya tiene dieciocho años, su cuerpo y su mente han cambiado pero su alma sigue siendo igual de pura.

- ¿Le pasa algo Aoshi-sama? –dijo mientras de acercaba a mi

- Iie

- Pero Aosh... - Sus palabras se cortaron cuando me di la media vuelta y salí a la calle para pensar, necesitaba recapacitar sobre lo que había pasado en esos dos años que llevaba en el Aoiya.

Misao fue donde estaba Okon, la preocupación se le notaba en la cara pero aún así ella no perdía la sonrisa.

- Okon, tú sabes lo que le pasa a Aoshi-sama?

- Mmmm dejame pensar... no

- Vale, gracias

- ¿Pero que te pasa?

- No me deja ni terminar de hablarle... ¿crees que tendrá novia o algo?- miró al suelo sonrojada.

- Jajajajajaja vaya, vaya, si al final Misao se nos ha puesto celosa – dijo burlona

- No, yo no estoy celosa! Sólo quiero saber si él... y... ¡bueno dime!

- No te engañaré, puede que tenga novia, pero no lo creo, él prefiere a su estatua del templo jajajajaja

- Gracias por la opinión – dijo con su sonrisa habitual.

Después de eso Misao se fue al patio del Aoiya a entrenar un poco con sus kunais. Yo la observaba desde mi ventana mientras la recordaba hace un par de años... pero Okina entró de repente.

- Buenas tardes Aoshi

- Konbanwa

- Misao ha crecido, ¿no crees? – dijo mientras miraba por la ventana

- Hai

- Dime Aoshi, ¿la sigues viendo como una niña?

Esa pregunta me desconcertó, Misao era una niña, mi niña... pero, ¿lo seguía siendo?, ¿acaso mientras yo pasaba mi tiempo en el templo ella se estaba convirtiendo en otra?... Las preguntas estaban invadiendo mi mente, me estaba quedando paralizado ante la situación.

- Mírala bien

- Hai

Me asomé a la ventana y... no podía creerlo, Misao ya no era una niña, esas curvas, esa cara, esos movimientos... era una mujer y no me había dado cuenta...

- Y ¿que te parece?

- ... - No pude vocalizar ni una palabra ante tal impresión... Misao, mi Misao...

- Comprendo – dijo Okina mirando mi cara de espanto, y tras eso se retiró dejándome sólo en aquella habitación.

Volví a asomarme a la ventana, ella seguía allí, tan alegre, tan energética, tan perfecta... no, ella no...

Misao se giró y miró hacia mi ventana

- ¡Konbanwa Aoshi-sama! – me gritó con su dulce sonrisa

Yo me oculté al instante en la habitación, no quería que ella me viera así, con esa cara de pánico que me producía.

Misao volvió a ir con Okon, esta vez en su cara se expresaba duda, anécdotas sin resolver.

- Okon-san, algo le pasa a Aoshi-sama, ya no tengo ninguna duda

- Haber linda, dime lo que te paso ahora

- Cuando estaba entrenando me fijé en su ventana, él estaba asomado allí, mirándome como si yo fuera la Muerte materializada.

- Pues... la verdad no sé que decirte, ese hombre es muy raro, nunca llegué a entenderle (bueno, creo que ni yo ni nadie); es un caso perdido

- Pero...bueno, da igual, creo que tienes razón, es mejor dejarlo así – dijo sonriendo

En ese momento Omasu entró a la habitación donde se encontraban las chicas

- ¿Interrumpo algo? – dijo aún en la puerta

- Que va Omasu, pasa – dijo Okon

- Vengo sólo para avisar a Misao

- ¿Avisar de qué? – preguntó la okashira

- De que tienes visita

- Vale, bajo ahora – después de decir esto se fue a la entrada para ver de quien se trataba

Bajó las escaleras rápidamente y al llegar a la planta baja vio a Okina sonriendo, aunque eso era habitual en él.

- Que bien que llegarás tan rápido Misao – dijo Okina

- Si, bueno, es que quería recibir a mi visita

De repente se oyó una voz que sonaba familiar pero que no se podría decir ciertamente de quién era.

- Buenos días – dijo una voz sonriente

- Un momento... eres tú!


Espero que os haya gustado este capítulo jeje os dejaré con la duda de lo que pasará después.

Misao: Eh! No puedes hacer eso!!!!

A.D.Luna: Claro que puedo, no ves que lo estoy haciendo ¬¬

Misao: Eres muy cruel, esta era mi historia, mi papel, mi camino a Hollywood

A.D.Luna: Yaaa ¬¬

Misao: Di algo Aoshiiiiiiiiiiiiii!!!

Aoshi: ...

Misao: Menuda ayuda

A.D.Luna: Ya basta! Hasta el próximo capítulo. No os olvidéis de dejar reviews