¡Buenos días! ¡O noches! JEJE este es un fic 100% mío y si hay algún parentesco con otro fic háganme saber por favor.
Prólogo: "Futuro"
El estruendoso ruido de la tormenta no le dejaba escuchar ni su respiración, la nieve que arrastraba el viento le impedía ver más de a dos metros de distancia. Sus pasos eran lentos y pesados, arrastrando sus pies por la nieve que le llegaba hasta poco antes de las rodillas.
No sabía cuanto tiempo había caminado hacia la nada donde se encontraba, mirara por donde mirara todo era blanco. Siguió caminando recto durante lo que parecieron horas.
Entonces la tormenta pareció ganar fuerza, el joven llevó su mano a su cabeza evitando que la capucha de su capa expusiera su rostro, fue entonces cuando vio una luz acercarse, le alegró saber que alguien estuviera vivo, pero cambió de parecer cuando notó quien era.
- Ya pensaba que nunca llegarías - Habló el hombre con una lámpara en la mano
- No vine a hablar contigo - Advirtió el joven
- Lo se, no eres el primero que viene a hablar con él -
El hombre se giró y retomó el camino por donde había venido, el encapuchado lo surgió de cerca, pronto llegarían a su destino.
Pronto divisaron una montaña y decidieron apurar el ritmo, pasó el tiempo y la tormenta no aparentaba mostrar cansancio, parecía que cuanto más se acercaban más fuerza tenía, cuando llegaron a la base empezaron a rodearla hasta encontrar una cueva donde ingresaron sin apuro.
- Sigue el túnel y pronto llegarás con él, yo los dejaré solos -
El joven observó la caverna, solo pudo ver un punto luminoso que marcaba su objetivo, lentamente caminó apoyando su mano en la pared, ansioso llegó al final del túnel, iluminado por una fogata, ésta era observada por un anciano de alrededor de 80 años, el muchacho prosiguió a sentarse en frente del viejo, miró como su arrugada piel colgaba de sus brazos, como sus huesos se dejaban ver a causa de desnutrición, como unas pocas canas caían de su cabeza, como sus andrajosas ropas habían perdido brillo tras años de desgaste, como sus ojos llenos de dolor y pena se veían perdidos en el recuerdo.
El gastado hombre miró de reojo a su visitante, suspiró cansado y susurró.
- ¿De verdad crees que puedes cambiar esto? -
- Si, solo debes decirme que salió mal -
El viejo rió por lo bajo - Estás mucho más seguro que los otros, incluso más seguro de lo que estuve yo al venir aquí-
- Ya no tengo miedo - Respondió - De todos los futuros posibles tú eres el único que logró vencerlos, pero hubo un error y por eso ya no queda vida aquí -
- Me pasé los últimos 50 años de mi vida buscando un sobreviviente… no encontré a nadie y ahora estoy aquí esperando que vinieran por esperanza… sabes que no puedo decirte que pasará en tu futuro a menos que ya lo tengas planeado -
- Si lo se, ya he empezado -
- ¿Qué sabes del chakra negro? -
- Todo, Ootoko me lo a explicado -
- Bien, entonces ya sabes los riesgos de controlar al Juubi -
- Si no retiro el chakra negro de Ootoko y sus hijos es posible que el Juubi controle a alguno de ellos -
- Irá por el más débil de corazón, ¿Sabes qué significa que estés aquí? -
- Si… que él está en algún lado, ¿Pero tu solucionaste todo eso antes verdad...? ¿Qué ocurrió? -
Los ojos del anciano se hundieron en el sufrimiento, traicioneras lágrimas caían por sus arrugadas mejillas sorprendiendo al viajero, su semblante cambió a uno de susto cuando el viejo empezó a toser violentamente, el chico se levantó dispuesto a ayudarle, pero el hombre lo detuvo al instante.
- ¡No me toques! ¡El mismo individuo no puede ocupar un solo punto! - Gritó advirtiendo al muchacho, el viejo procuró tranquilizar su respiración antes de contestar la pregunta que le había hecho, recostándose en la fría roca de la cueva - Yo… creí que entendería… creí en sus palabras… que no me impediría morir por la paz de este mundo… pero se interpuso entre el que debía ser mi asesino y yo… -
- ¿Ella…? - Preguntó confundido.
- Al final se la llevó la muerte y yo perdí el control liberando al Juubi… después todo fue un caos, muerte destrucción… la luna se hizo pedazos cuando el Juubi regresó a su cuerpo… el mundo se alejó del sol dejando lo que vez ahora, nieve y hielo… te sorprendería saber que ahora estamos dónde una vez fue Sunagakure - Acabó el viejo.
- Aún no… -
- Que te halla podido decir eso quiere decir que tu futuro a cambiado, que hay una posibilidad de que no ocurra esto - Serraba sus ojos - Salva a Tsunade… - Susurró - Tendrás que llamar la atención de Sano… - Casi no se le escuchaba, su compañero empezó a acercársele - De verdad me sentí feliz cuando descubrí que realmente eran mis hijos…- Dijo en su último aliento.
El joven se sentó a su lado observando a su yo futuro, se preguntaba de quien estaría hablando, si de alguien de su pasado o de su presente.
Se retiró del lugar, saliendo al frío mundo. Un hombre lo esperaba en la salida.
- ¿Disfrutaste destruyendo el mundo? - Preguntó con odio el muchacho.
- En realidad no lo hice yo… - Contestó secamente, sorprendiendo a su interrogador - Ya te enteraras - Finalizó cerrando sus ojos.
El encapuchado vio como el cuerpo de aquel hombre se desarmaba en miles partículas luminosas, elevándose al cielo como luciérnagas al vuelo, sin ser arrastradas por el viento.
Se quedó mirando hasta que la última chispa de luz desapareció. Abandonó ese sitio sin mirar atrás adentrándose en la violenta tormenta. Su silueta se hacía cada vez más pequeña y difusa, pronto abandonaría esa roca donde presenció la muerte del único ser vivo de ese mundo.
Nota: Este es mi primer fic, si si si si, grcias por leerlo y lo voy a ir actualizando mientras alla reviews, así que nos estamos leyendo.
