Dulce Secreto
Y, ahí estoy yo, preparándome para chantajear a mi hermano mayor como me da la gana. ¿Quién podría decir qué mi apariencia tan angelical oculta un demonio?
Solo sonrió, mientras veo como Kaito nii-chan me mira. Él sabe muy bien que yo sé su secreto, pues lo pille infraganti con las manos en la masa, justo en el momento adecuado.
-¿Y bien? – No importa cuanto lo intentes, onii-chan, ya sabes bien que yo no me quedare de brazos cruzadas - ¿Por qué tanto misterio?, ¿A qué se viene esa mueca tan malévola?
-Elemental, mi querido Kaito nii-chan. – Sonrío sínicamente mientras camino rodeándolo – Te descubrí. El sonido de tu boca, verte a ti escapando para que no te descubran, eres muy obvio.
-No sé de qué me hablas, Rin – Mi sonrisa se amplía más aún al verte sonrojado, al parecer, sabes que yo sé lo que tú quieres que no sepa. - ¿A qué te refieres?
-Ya, a mi no me engañas. Ve a ponerle esa carita a Meiko o a Miku, que ellas te creen. Tú sabes bien que no me chupo el dedo*…
-O-o-Okay… ¿Qué quieres para guardar el secreto?, ¿Algo quieres, no? – Me conoces muy bien, hermanito… Espero no encuentres muy caro mi silencio.
-Pues… no es muy alto el precio… - Le dedico una sonrisa para ver si se relaja un poco – Cada vez que hagas 'la fechoría' me tendrás que dar a mi también.
-¿No estás muy chica para esas cosas? - ¿De qué habla Kaito? ¡No hay edad para eso!
-¿De qué hablas? Yo lo hice cuando era pequeña, ¡Len me ayudo! – Lo miro triunfal.
Al parecer, Kaito nii-chan me creía una santa, digo, ahora me está mirando horrorizado, ¿Acaso es tan poco normal hacer eso? Al parecer, el comenzó hace poco, pues es muy indiscreto.
-T-t-t-tú… Rin, mi hermanita… tú… Tan pequeñita… Recién con 14 años… los cumpliste hace tan poquito… ¡Y CON LEN!... ¿C-c-cómo pudiste?... - ¿Te decepcione tanto? ¡Vamos, qué no es para tanto! - ¿C-c-cuando fue… la primera vez?
-¿La primera vez? – Acerco un dedo a mi boca, deba por inercia, mientras miro para arriba e intento recordar – Haber… fue en un verano, tenía 5 años… Máster nos dejo a Len y a mí, solos en casa. Hacía DEMASIADO calor… Len me conto que en las caricaturas había visto a dos niños que andaban solos en casa y luego ellos dos…
-¡NO ME CUENTES ESO! – Qué exagerado que estas, Onii-chan, ¿Tanto te afecto saberlo? Y pensar que Len y yo lo hacemos bastante seguido…
-Bueno, bueno… tranquilo…
-¿¡CÓMO ME LO CUENTAS CON TANTA CALMA! ¡TAN JOVEN QUE ERAS EN ESE ENTONCES!, ¿Cómo pudiste?
-¡Vamos!, ¡No exageres! – Le hago gestos con las manos tratando de tranquilizarlo – Yo sé que te gusta el helado, pero también debes entender que a nosotros nos gusta el helado bastante.
Parece que Kaito nii-chan se afecto más aún. ¡Esta echo piedra! - ¿He… Helado?
-Sí… Helado… ¿De qué crees que estamos hablando? Yo sé que mientras Máster no está mirando, tú vas a la cocina y robas helados a escondidas…
-Helado… yo… creí que… creí que… - Se le iluminaron los ojos, al parecer. - ¿Entonces sigues siendo virgen? – Corrió a abrazarme - ¡Mi hermanita!, ¡No me vuelvas a dar esos sustos nunca más! ¡Creí qué…
-¿¡QUÉ! – ¡Yo lo mato, Lo mato! - ¿¡Estás loco o te hicieron de una copia pirata*!
Camine hacia la puerta de su habitación, roja de la furia, en busca de la Road Roller. Me detuve en la puerta.
-Y… por si acaso. – Le sonreí de una forma cruel y retorcida – Le contare a Máster TODO… Desde el helado hasta lo que haces con Meiko por la noche… Mira que yo lo pasaba por alto, pero como piensas tan mal de mi… Me interesaría bastante saber que dirá Len cuando se entere de que lo engañas… ¡MEJOR! Saber que dirá Meiko cuando sepa que ella es 'un extra'
-¡NO!, ¡Rin!, ¡Espera, por favor!
Demasiado tarde, ya me fui a pedirle a Len las llaves. Máster llega en la noche, por lo que creo que alguien quedara sin helado y con abstinencia…
