Neón Génesis Evangelion
El Caballero Platino
Disclaimer:Neon Genesis Evangelion no me pertenece a mi (eso quisiera), es de Gainax animation studios y por eso no busco un fin de lucro con este Fic por lo tanto disfruten de mis bizarras ocurrencias.
Prologo
El comienzo del fin
Era un día caluroso del año 1980 en el mar muerto, pero aun así varios investigadores recorrían las cuevas con el afán de encontrar algo. Años atrás habían sido encontrados unos rollos que presagiaban la muerte de la humanidad en las manos del poder supremo, el Único.
Ahí estaban Lorenze Keel, un hombre venido de tierras alemanas, caucásico y de cabello rubio; y su gran amigo Evan Von Hossen, sólo que el venía de suiza aunque parecía más alemán; traspasando la última frontera puesta el día anterior, ambos ambicionaban los secretos de la cueva que aun no se habían revelado.
-¡No creo que encontremos nada!- señaló Keel, un hombre de unos 30 y tantos años, llevaba su atuendo de arqueólogo, al igual que su compañero.
-Estas grutas no han sido exploradas por siglos, debemos hallar algo. Si alguien encontró los rollos en esta cueva debe haber algo aún más grande, ¡lo siento en mis venas!- sonrió Von Hossen.
La cueva se extendía más allá de la luz que sus lámparas podían alumbrar, un reflejo blanquecino llegó a ellos y al acercarse más a donde provenía vieron un esqueleto en posición fetal, y sobre él, símbolos escritos con una piedra que a pesar del tiempo parecían en buen estado.
- "¡No avancen! Porque los mensajeros dejarán sus manos impregnadas de sangre sobre sus rostros." Parece una maldición- dijo Evan traduciendo.
-Entonces deberíamos irnos, sabes lo que paso en la tumba de Tutankamón. Será mejor no arriesgarnos a averiguarlo-replico su amigo
-Se nota que solo eres un hombre de ciudad, ¿cómo puedes creer en maldiciones a tu edad? Sigamos, ya no falta mucho- el hombre avanzó.
La cueva comenzó a hacerse más angosta y baja, por lo que tuvieron que ponerse en cuclillas para seguir adelante. Después de un momento una gran luz iluminó la cámara haciendo que Keel y su compañero cayeran a un vacío. Muchas luces los rodearon, se sentían libres como si su cuerpo hubiera desaparecido, un chico de cabello blanco y ojos carmesí se acerco a ellos, sus manos estaban teñidas de un rojo sangre. El chico marcó una cruz en las frentes de Lorenze y en Evan.
-¡Han sido marcados!- dijo el joven. Su voz era tan dulce como oír el amanecer o ver a los pájaros volar-por ustedes se derramará sangre inocente al momento de que yo les entregue el encargo por el cual estoy aquí- sacó un libro forrado con piel de cordero y un grabado en su cubierta-¡aquí está el libro de la muerte! Escrito por mil ángeles.
Unas alas color negro salieron de la espalda del muchacho para cubrirlo, y con una pequeña explosión de plumas, desapareció. Lorenze y Evan despertaron de su letargo y el primero llevaba entre sus manos el libro que les había dado el ángel, el mensajero. Lo abrió y en el observó varios grabados donde se veían gigantes sobre la Tierra y seres de luz pura.
-¡Esta es la clave de la vida eterna!- sonrió ampliamente Lorenze Keel.
- No debemos jugar con la vida, como dijo el ángel muchas vidas se perderán si esto se revela-dijo Evan
-Ahora tu eres el llorón, ¿no lo entiendes?, esto es lo que los humanos han buscado por millones de años. ¡Este que está aquí es el árbol de la vida!- señalo levantando el libro.
-Primero hay que traducirlo, y si vemos que no hay nada más que supersticiones como en los rollos lo daremos a conocer-
-Me parece bien-
Salieron de la cueva. Todo su equipo había sido masacrado, nadie quedaba vivo. La sangre que estaba alrededor de los cuerpos daba una vista macabra del lugar. Lo que no se explicaban eran las marcas de quemaduras y cortes en la piel de sus ayudantes y guías.
Volvieron a Alemania para iniciar la traducción del libro que les había dado el extraño, hablaba de la caída de un gigante de luz que junto a otro había procreado a varias generaciones de seres iguales, pero que al 15° surgió uno pequeño que fue llamado Lilim. Entonces los gigantes y sus hijos fueron al sueño eterno cuando llegó la era del hielo, los únicos que quedaron fuera fueron los Lilim que olvidaron sus raíces y se autodenominaron humanos.
Entonces los dos hombres comenzaron a atar cabos. Tal vez la caída de los gigantes correspondía al extraño fenómeno que había extinto a los dinosaurios, el libro también daba la ubicación de los dos gigantes: uno se encontraba en lo que era mencionado como la Luna Blanca, que se encontraba en la Antártida; y el segundo estaba en Japón, en la Luna Negra; por último, venía una serie de pasos y señas para hacer un ritual donde se unificaría a la humanidad haciéndola un solo ser inmortal.
-¿Lo ves? ¡Te dije que éste era el árbol de la vida! necesitamos hacer una expedición a la Antártida y encontrar a ese gigante-
-Conmigo no cuentes Keel, esto es inhumano. Además estamos jugando con fuerzas más allá de nuestro entendimiento, no sabemos lo que ocurrirá cuando lo encontremos-
-Yo te diré que es lo que ocurrirá: seremos…inmortales. No temeremos más a la muerte, seremos seres superiores-
-Al parecer esta aventura te cocinó el cerebro. Dame esos manuscritos- iba a tomar el libro cuando Keel lo tomó de improviso y salió corriendo de la mansión de los Von Hossen.
-¡Alguien más me apoyara, lo verás!- grito a lo lejos Keel.
-Maldito loco, espero que Dios nos ampare por lo que acabamos de hacer.-suspiró profundamente.
Después de 20 años Keel por fin veía reflejado los frutos de su encuentro con los manuscritos, observaba desde una pantalla lo que pasaba en las instalaciones de Gehirn en la Antártida
-Profundidad a 500 metros del objetivo- dijo un tipo con una chamarra gris llamado Kartsuragi Miroku profesor en jefe de la expedición.
-El objetivo fue alcanzado. La Luna Blanca está expuesta, terminamos por hoy muchachos, ¡buen trabajo!- dijo el doctor Hideki Nakasame.
La cámara que los observaba se apagó, y todos salieron hacia el área de descanso. Después de trabajar meses incansables para encontrar la Luna Blanca, por fin la habían dejado expuesta, ahora solo faltaba el último paso: hacer una regresión del gigante que se encontraba ahí, al cual se le dio el nombre de Adán por ser el primero en formar la humanidad.
Hideki llegó al área de descanso donde estaban la hija del doctor Katsuragi y su propio hijo de casi un año de edad.
-¿No te dio problemas, Misato-chan?-dijo, sosteniéndolo.
- No, Nakasame-sensei. Estuvo muy tranquilo. Tal vez sabía que su papá estaba ocupado. Hizaku es muy lindo si no llora- dijo la jovencita de 15 años.
-Sí, mañana cumplirá un año, y su madre 6 meses de muerta; como vuela el tiempo-
- Mañana harán ese experimento que trae loco a mi papá y así podremos regresar a casa-
-Así es pequeña, ¿podrías hacerme favor de traer la pañalera? creó que Hizaku necesita un cambio-
-Si Nakasame-sensei-
Al día siguiente todo estaba preparado. Cada una de las cámaras del complejo grababa todo lo que acontecía, Hideki llevo los papeles y algunas muestras de aquel gigante tomadas el día anterior, a una de las capsulas y también dejo a su hijo dormido ahí. Tenía un mal presentimiento acerca de ese día.
-Grabando bitácora, día 13 de septiembre del año 2000, estamos listos para iniciar la regresión de Adán a embrión, con la ayuda del doctor Katsuragi y un servidor lograremos lo impensable-Hideki tomo aire y lanzó un largo suspiro-. ¡Iniciemos!, protocolo 1965-5265-
Los ayudantes tecleaban a una velocidad impresionante los comandos para ejecutar el protocolo señalado, varias máquinas comenzaron a girar y un rayo de energía se dirigió al centro de la Luna Blanca. Todo el panorama cambio en un abrir y cerrar de ojos, una explosión se oyó cubriendo el complejo: al parecer habían despertado accidentalmente a Adán. El gigante emergió de la Luna Blanca y comenzó a destruir cuanto aparato se encontraba así como las personas a su paso, Nakasame fue arrojado por el viento contra un vidrio el cual le hizo varias cortadas en su cara, con trabajos volvió al lugar donde estaban las cápsulas de escape. Todo estaba destruido, excepto donde estaba su hijo, lo cual le generó un gran alivio. Vio caminar al doctor Katsuragi con su hija en brazos, gritó, pero al parecer el ruido del viento amortiguaba todo sonido. No se quedó a ver más, empujó la capsula al agua, abrazó a su hijo y la cerró para escapar, así permaneció por algún tiempo, lo que para él fueron horas cuando se sintió elevado, y se abrió la escotilla.
-¡Aquí hay uno vivo!- dijo un tipo barbón con pinta de marino- No te preocupes, estas a salvo-
-¿Eres de Gehirn?-
-No, de otra organización denominada Asgard-
-Que bien, porque si fueran seguidores de SEELE los asesinaría en este momen…- se interrumpió cayendo desmayado
-Señor Odín, encontramos a uno con vida- dijo un marinero cuando un tipo de cabello cano y una figura imponente como su nombre apareció.
-Al parecer tenemos la clave de SEELE- Odín vio en el horizonte cómo se formaban una luces anaranjadas en forma de alas- El FIN HA COMENZADO-gritó a todo pulmón- ¡Y TU SERÁS EL CULPABLE LORENZE KEEL!.
