¡Hola, hola! Gracias por leer esta historia, quiero aclarar que esta historia es un Spin-off de mi fic Thorki "Mr. Seduction". Si están aquí sin conocer ese fic, los invito a leerlo. Recuerden que cualquier petición, duda o sugerencia lo pueden dejar en los comentarios o ir directamente a mi página de Facebook "Fanfics by KittieBatch".
Un beso y ¡A leer!
Uno: En Problemas
La tormenta se desató sobre la ciudad justo cuando se quedó sin auto y caminaba por una de las calles más concurridas. –Mierda– maldijo sintiendo el agua caer sobre él, no tenía idea de a dónde correr o a quien pedir ayuda. Los taxis no parecían detenerse a su señal y temblaba de frío, seguramente cogería un resfriado de los buenos. El aroma de comida llegó de pronto a su confundida naríz y sus ojos buscaron con desesperación el origen de ese aroma.. Avanzó unos pasos y dio con la entrada a un restaurante que parecía de buen gusto.. Entró justo cuando la tormenta golpeó con más fuerza y el cielo parpadeó gracias a los relámpagos.
–No hay servicio señor– un joven moreno con aspecto de adolescente y uniforme de mesero salió a su paso.
–Está bien Niel, hay una tormenta afuera– Tony identificó una voz más gruesa y varonil saliendo detrás de la barra.
–Siento colarme así– Tony avanzó confiado, el joven mesero regresó a limpiar algunas mesas dejándolo solo. La barra apenas iluminada por una lámpara de mano no dejaba ver al portador de aquella voz.
–No se preocupe, la tormenta hizo colapsar a todos. El restaurante se quedó sin energía y la planta se estropeó y solo provee a algunos equipos– El hombre tras ese rostro por fin apareció y Tony decidió que era la imagen de un ángel. Un rubio de ojos azules y cabello perfecto parecía pelear con algunas cuentas.
–Gracias por dejarme quedar, no sé exactamente dónde estoy y la tormenta me tomó desprevenido- comentó sentándose en la barra.
–¿Café?– ofreció el rubio y eso suena a gloria con el frío que tiene Tony.
–Por favor.
–Toma pequeño extraño- dijo poniendo un café caliente y un sándwich frente al moreno que le deba la impresión de ser un gatito mojado.
-Me quedé si auto hace unas horas, intenté tomar un taxi y ninguno parecía dispuesto a llevarme, no puedo contactar con mi asistente... así que decidí meterme a tu restaurante, Tony Stark- se presentó aún temblando.
-Steve Rogers- el rubio sonrió sin dejar pasar la temperatura fría del pobre moreno. -Tienes que cambiarte, mi apartamento está arriba, ven, te daré ropa seca- ofreció y Tony asintió, se estaba muriendo de frío.
Steve pidió que subieran el café y el sándwich y guió a Tony por una de las escaleras, llegaron a la segunda planta apreciando un apartamento modesto, el Omega no pudo evitar sonreír, todo el lugar tenía impregnado el aroma de ese Alpha, suave, como una caricia, eso le gustó. Era como un pequeño paraíso en la tierra. -¿Quieres darte un baño caliente o solo cambiarte?- ofreció Steve guiándolo a la pequeña habitación con una cama de buen tamaño, una pantalla plana, alguna que otra decoración y una puerta que llevaba a un baño bien equipado.
-Tomaré un baño, muchas gracias- dijo temblando.
-Todo tuyo- ofreció Steve antes de ir al armario y buscar algo que pudiera quedarle a Tony, aunque a decir verdad la diferencia de tallas era colosal, una camiseta que se encogió en la secadora fue la mejor opción junto a unos pantalones de pijama que guardaba de su adolescencia. -Te dejé algo sobre la cama para que puedas vestirte- anuncia.
-Gracias- se escucha la voz de Tony antes de ser opacada por el sonido del agua cayendo. Las luces parpadean, la tormenta continua y Steve suspira, jamás imaginó que terminaría con un Omega en su casa dándose un baño caliente y vistiendo su ropa vieja. Hace mucho que nadie además de él ponía un pie en su casa. Desde que Peggy apareció para decirle que se marchaba y lo dejó con el corazón roto. Preparó más café y el aroma se mezcló con ese rastro que dejó el moreno hacia su habitación, era difícil no sonreír ante un aroma tan delicioso, de pronto todo se iluminaba y parecía que estaba en un verdadero hogar y no solo ese sitio al que subía por la noche a descansar.
La puerta de la habitación se abrió dejando ver a un Tony descalzo y vestido con la ropa que Steve le dio -Esto me quedó perfecto, ¿acaso tu novio es de mi talla?- preguntó secándose los cabellos con una toalla.
-No tengo novio, y esa ropa es mía, de hace mucho tiempo, cuando tenía como diecisiete- rió Steve -Ven, tienes que tomar algo caliente, comer un poco y yo pondré a lavar y secar tu ropa.
-Eres muy hogareño Steve Rogers- Tony dio un sorbo a su café y una sonrisa en su rostro se posó -Es buen café.
-Sirvo el mejor de todo Londres, buscó tener los mejores productos a pesar de ser un negocio pequeño.
-¿Hace cuánto abrieron?
-Dos años, antes era una bodega que alquilaba a una empresa de producción de papel.
-Vaya... Jamás vengo por esta zona de la ciudad, antes supongo que lo hice, cuando adolescente, pero a mi padre no le hace gracia que su niño salga de su zona controlada- rió
-No lo puedo culpar, eres joven, atractivo y antes de que las grandes empresas pusieran los ojos en esta parte de la ciudad, era solo un barrio de ladrones y granujas, no pareces del tipo que se junte con ellos. Pareces un chico decente.
-Eso dice mi padre, ser un Omega con un padre como el mío es un poco tortuoso.
-Lo imagino, yo también protegería a mis hijos si los tuviera- sonrió el rubio dando un sorbo a su café.
Quedaron en silencio un momento a causa de un estruendo en el cielo causado por la tormenta, no parecía querer amainar y las horas pasaban, Tony debería estar ya en casa, su teléfono estaba mojado e inservible, entonces se le ocurrió hacer algo. -Disculpa ¿puedo usar tu teléfono? el mío murió de camino hacia aquí y debería avisar que aún no me ahogo.
Steve soltó una risa y ofreció el aparato al moreno -Todo tuyo, diles que estás en el Sarah's por la antigua villa del tren, aunque ya no queda nada de eso.
Tony tomó el teléfono y marcó a la única persona de quién recordaba el número de teléfono, su mejor amigo y confidente, Loki.
"¿Hola?
Loki, soy Tony, necesito que llames a mi madre y le digas que estoy bien y que volveré a casa cuando la tormenta pase.
¡Tony! Pepper está como loca buscándote, ¿dónde demonios estás?
En un restaurante llamado Sarah's, por la antigua villa del tren, su dueño fue muy amable de refugiarme de la tormenta.
¿Quieres que pase por ti cuando deje de llover?
Sí, por favor.
Te veo entonces, llamaré a tus padres."
Steve se ocupaba de la ropa de Tony en la pequeña habitación que fungía como lavandería, pensaba en tantas cosas y en nada al mismo tiempo, el aroma de ese Omega lo mantenía tranquilo, por lo general los días como ese le daban un poco de melancolía, sin embargo ahora se sentía bastante optimista, a pesar de que las reparaciones al restaurante volverían a ponerlo en una mala posición económica. Algo en él parecía volver a vivir, algo cálido en su corazón aparecía lentamente.
Tony terminó de beber su café y por fin puso atención a aquel pequeño apartamento, era cómodo, sin mucho estilo, pero acogedor, a diferencia de la enorme mansión de su familia o de su gran apartamento en una de las zonas más exclusivas de Londres, ese sitio parecía abrazarlo, invitarlo a quedarse allí y ser él mismo. Contribuía a ese sentimiento el aroma del Alpha bailando por todos lados, pocas veces conoció a un tipo tan decente como ese, tantos hombres pasaron por su vida siempre intentando obtener algo, sin embargo, Steve ofreció lo poco que tenía y se lo dio sin hacer preguntas o pedir garantías. Una sonrisa honesta se posó en sus labios y un suspiro se dejó escuchar, ¿por qué de pronto se sentía de esa forma?
-La tormenta parece ceder- comentó Steve volviendo con una sonrisa suave, Tony pudo apreciar con mayor detalle a ese hombre y pensó lo caprichosa que se vuelve la vida en ocasiones.
-Eso parece...- suspiró viendo las gotas caer por la ventana de la cocina -Oye, dijiste que tenías problemas con la planta de energía, si quieres, cuando terminen de secar puedo venir y repararla como pago a todas tus atenciones.
-No te preocupes, me las arreglaré- otra vez esa sonrisa que iluminaba maravillosamente el rostro de ese rubio y Tony suspiró sin querer.
-Por favor, quiero hacer algo por ti y te aseguro que no hay nadie mejor para arreglar algo en esta ciudad que yo.
-¿Acaso eres una especie de arregla todo experto?
-La tecnología es lo mío, soy el principal Ingeniero de Stark Industries, pioneros en energía limpia, entre otras cualidades.
-Vaya... ¿millonario?
-Playboy y filántropo- dijo con una sonrisa orgullosa -Repararé tu generador en menos de lo que te imaginas y será gratis.
-Siendo así ¿puedo yo negarle a un millonario hacer caridad con un pequeño negocio local?
-Oye, no es caridad, es un agradecimiento por levantarme de la lluvia y darme un lugar calientito donde pasar la tormenta.
-Jamás dejaría que te quedes afuera tiritando de frío, estabas azul.
-¿Y se veía bien en mi?
-Iba perfecto con tu ropa mojada y tus dientes castañando.
-Sexy hasta en la tormenta, creo que me caes bien rubio- ambos rieron ante el comentario de Tony y su corazón se llenó de algo más cálido que ese café caliente.
La tormenta cedió y llegada la noche la ciudad volvió a ser medianamente transitable, sin embargo el tráfico aún era imposible, no había forma de llegar o salir sin atascarse un par de horas. Steve tuvo que volver al restaurante para evaluar los daños y ocuparse que cada uno de sus empleados se marchara a casa de forma segura, al volver tras unas horas se halló con Tony dormido en la sala con la televisión encendida en un canal de noticias, suspiró y decidió que lo dejaría quedar, mañana podría irse a casa tranquilamente. Tomó en brazos al Omega y su cuerpo recibió una descarga de adrenalina, su aroma le dio directamente y sintió su corazón acelerarse, sus piernas temblaron y su respiración se agitó, algo tenía ese Omega que le resultaba particular, no era como otros que conociera antes, Tony era diferente por alguna razón.
Llevó al moreno hasta su cama y lo metió bajo las mantas, él se quedaría en la sala, una noche durmiendo allí no lo mataría, era mejor que su invitado descansara. Al salir de la habitación se dio cuenta de algo, toda su casa guardaba el aroma de Tony, era como tener el sol dentro, algo cambió en el ambiente, era como estar en el hogar familiar nuevamente. -¿Por qué me siento así?- se dijo cuando se acomodó en el sillón para dormir y el aroma de Tony impregnado en los cojines le dio en la cara -¿Por qué con él?- y bajo esas preguntas se quedó dormido, agotado, pero con una sonrisa dibujada en los labios.
La mañana llegó y con ella el aroma a café recién hecho logró despertarlo, el sonido de algo en la cocina terminó de espantarle el sueño y tras estirarse caminó hacia el origen de aquel estruendo, no pudo evitar sonreír al ver al pequeño Omega preparando el desayuno -Buenos días- dijo y se arrepintió al instante pues Tony dio un brinco y casi tira el plato que sostenía.
-¡Steve!- gritó el Omega y el rubio se echó a reír, definitivamente era como un gatito, pequeño, adorable y dulce.
-Lamento asustarte.
-Lo siento, quería hacerte el desayuno antes de irme- murmuró terminando de servir la mesa.
-Gracias, no tenías por qué hacerlo.
-Me salvaste rubio, así que acepta mi agradecimiento.
-Bien, bien, lo acepto con honor.
Ambos se soltaron a reír antes de sentarse a la mesa y desayunar conversando de cosas triviales, Loki llegaría pronto por Tony, el Omega aún seguía con la ropa de Steve y parecía bastante cómodo con ello, ninguno hizo mención de ello, realmente resultaba cómodo estar con el otro, muy cómodo. Loki llegó justo cuando terminaban de desayunar, entonces Steve puso en una bolsa la ropa seca de Tony y lo acompañó a la entrada de servicio, así nadie podría verlo en aquellas fachas, se despidieron quedando en que Tony volvería pronto y se marchó. Al volver al apartamento y ver la mesa aún servida sintió un vacío extraño, como si una burbuja se reventara y lo regresara a la realidad, quien sabe si volvería a verlo, lo único claro era que las cosas no volvería a ser igual para Steve, no ahora que recordó como se siente un hogar.
