Notas del fanfic:

Happy D18 day!

En advertencias debería poner: ¿AU?

Aclaraciones del capitulo:

Hola de nuevo!

Heme aquí publicando de nuevo, esta vez un fic un poco más laborioso, mas parejas, algo de misterio e intriga, lo que en mis manos se traduce en mas revoltura XD

Espero no se pierdan con los "cambios", y para ayudar en eso, suelo poner algunas ayudas que estarán centradas y en negritas ^^

Por ahora creo q es todo

Feliz día D18!


-¿Que es el destino?-

Aún no acepto y menos aún creo lo que me ha sucedido, quizá todo sea únicamente un juego, algo creado por un ser que no conozco y que me ha forzado a vivir todo esto, obligándome a lamentarme el resto de aquello que llaman vida; ¿otras opciones? Posiblemente un juego malévolo, experimentos sin sentido, también es probable que exagere, ¿quién lo dirá? quizá soy presa de mi mente, así que todo puede ser una broma de mi propio subconsciente que aún se niega a aceptar lo que realmente soy. Quiero saber la verdad, regresar a mi verdadero origen. ¿O es que ya estoy en él? ¿Cómo comprobar que todo existe? ¿Y si estoy perdiendo el tiempo? Alguien podría estarme esperando, pero si fuera una mentira, habría escapado también por alguna razón, ¿cierto?, ¿Mi pasado? Cualquiera podría decir que es lo único seguro que uno conoce, pues lo ha experimentado. ¿Y si el mío no ha sido más que ficción? Aquel que jamás sabré si es el real.

Cerré mi libro y deje de escribir, la cabeza me daba demasiadas vueltas con tantas preguntas dentro de ella. Imagino que lo que más me duele es la culpa, me pesa, es cierto. No saber a quién lastimo en realidad, si hay alguien extrañándome o realmente comparto su felicidad. ¿Quién podrá decirlo? ¿Confió en mi corazón? lo dudo, soy un cobarde que solo ha escapado a donde me siento más cómodo.

Perdóname...

Mi padre me regaló esta libreta cuando era más pequeño. Todo un hombre de negocios que desde el inicio quería que su único hijo comenzara a planear su vida, su futuro.

Recuerdo haber visto a mi padre con una cara molesta. ¿Qué otra cara podría dedicarle? Definitivamente no era el mejor regalo para un niño de apenas 7 años. Ese día, si no recuerdo mal no le dirigí la palabra, ahora que lo pienso era realmente un crio, reí para mí y abrí el cuaderno que aún conservaba en blanco. Me disculpe mentalmente con mi difunto padre y es que le daría un uso mas... diferente; definitivamente era la palabra que más se ajustaba a lo que escribiría en el. Mis recuerdos, vivencias y experiencias serian las que plasmaría en aquellas hojas. No, no quería volverlo un diario ni tampoco una autobiografía, sino un recuerdo que necesitaba analizar o seguramente me volvería loco.

Tome una pluma apuntando hacia la primera hoja en blanco. Tras un par de minutos sin escribir nada solté la pluma. Tantas ideas, sentimientos y emociones y no tenía ni idea de cómo empezar. ¿Cómo escribir todo aquello de manera ordenada? no tenía experiencia en historias. Apenas si había leído algunas por obligación, hace algunos años en la escuela.

Estaba en mi despacho bastante ostentoso debería mencionar, supongo que también a su manera, era la típica oficina con un escritorio, un gran ventanal a mis espaldas, plantas adornando en las esquinas y un sillón que en este mundo como en el otro, había sido bien aprovechado. Mi cara pareció tener un aspecto pícaro en ese momento al perder mí vista en él, pues mi acompañante la devolvió antes de salir.

Me recargué en el respaldo de mí acolchada silla y llevé mis manos a mi rostro tapándome los ojos y tomando algunos de mis cabellos, mirando la oscuridad que me otorgaban mis párpados, para pensar, ¿por dónde comenzar? dejé salir un suspiro golpeándome mentalmente, que mejor empezar por el principio. Por donde todo pareció comenzar. Tomé de nueva cuenta mi bolígrafo y lo lleve a la primera línea.

Mi nombre es Dino Cavallone, lo que escriba quizá parezca más una novela, - quizá deba serlo- pero es realmente todo aquello que ha pasado por mi mente a lo largo de todo este tiempo. Puede parecer una locura -quizá lo sea-. Pero si alguien lee esto algún día, espero descubra si esto fue o no, un simple juego del destino.

Comenzaré mi relato cuando los conocí a ellos, mis amigos; parte importante de porque esto me mortifica hasta el alma. Pero aquello que más me dolerá al estar equivocado es él.

Giré sobre mis sabanas, envolviéndome completamente en ellas. Hacía mucho frío ese día y me estaba rehusando completamente a ir a la universidad, el calor que me abrigaba era tal que tome el despertador y lo aventé hacia el jardín por la ventana. Si el frio cedía un poco quizá fuera por el más tarde, lo que significaba probablemente al día siguiente.

Tocaron la puerta. Fingí no estar aún en mis cinco sentidos. Insistieron de nuevo, pero Romario sabía lo difícil que era que me despertara por la mañana y decidió por si solo entrar a mi habitación, para dame los "buenos días"

-su desayuno está listo joven Cavallone.

Gemí pesadamente en respuesta a su aviso.

-Si no sale en 20 minutos llegará tarde.

-El día de hoy no iré - rodee nuevamente entre las cobijas.

-Eso es imposible, -replicó-. Arruinaría su perfecto promedio y no querrá que su padre se entere o lo sacará de el colegio para obligarlo a seguir sus pasos, así que le recomendaría que...
-Bien, bien. Ya comprendí Romario. Con gran pereza me desenredé de mi cama y me levante abrazándome; vaya que ese día hacia realmente mucho frio. Al menos el despertador tendría suerte, no esperaría en el jardín hasta mañana. Suspiré y tomé entre mis manos el café que me era ofrecido.

Odio los sermones de Romario. Si no fuera tan fiel a mi padre pediría que le cambiaran de puesto. Sería útil que alguien me ayudara a cuidar de Enzo.

-Dino querido, al menos desayuna algo. – pidió mi madre.
-Ya es tarde mamá – Cuando entre a la cocina, estaban sentados no solo mi mamá y mi hermano, también sus amigos. Gokudera y Yamamoto, me parece. Los salude. Tomé uno de los biscochos sobre la mesa y di un trago al jugo de mi hermano, que inmediatamente replicó arrebatándomelo.

El es igual a mi solo que más pequeño, la única diferencia notable es que el heredo el cabello de mama y yo el de papa. Le sonreí mientras le desacomodaba este y apenas se soltó me dirigí a la salida.

-Hoy no conquistes tantos corazones Dino-nii.- me gritó cuando giraba la manija de la puerta.
-Jaja muy gracioso Tsuna. - corrí al auto, vaya que iba tarde ahora.

-Salgo a las dos no olvides pasar por mí. – Se despidió en la puerta.

Romario era usualmente el que me llevaba a la universidad, excepto cuando iba tarde. Era el pretexto perfecto para poder conducir mi porsche rojo.

-Fufufu de nuevo fingiendo que se te hace tarde, Dino-chan?

-vamos Byakuran - le abrí la puerta para que subiera - tú eres el que insiste en que lo traiga y es la única manera en que mi padre me deja conducirlo.

-Are~ ¿acaso no te gusta la idea de atraer más de un par de miradas?

-súbete ya o realmente llegaremos tarde. – reí divertido.

Le obligué a ponerse el cinturón y aceleré. Llegamos aún con un poco de tiempo a la Universidad Vongola de Medicina, mala suerte que a esa hora ya no había lugares cerca de la entrada, nos tocaría caminar.

-Y bien que tal la castaña de ahí Dino-chan? me pico una costilla para llamar mi atención.
-Esa que te está mirando.

-Byakuran todo el mundo nos mira. Sonreí hacia donde había señalado, y escuché varios grititos provenir de ahí mismo.

-Si~, no te parece divertido. Ahora era él quien saludaba alrededor, con esa sonrisa típica de él.

-Vamos Dino-chan~ disfruta un poco, no por nada somos los más populares.
Rodee mis ojos e intentaba ignorar sus comentarios, mientras le agradecía a un par de chicas que me devolvían los apuntes que les había prestado el día anterior.
Les sonreía para darles las gracias y ambas terminaron rojas.

-¿De nuevo desayunaste malvaviscos cierto? - continúe mi conversación y me respondió con una sonrisa de oreja a oreja.

Mi nombre es Dino Cavallone, cuando todo esto comenzó tenía 19 años y cursaba el segundo año en la Universidad Vongola de Medicina. Si, estudiaba medicina. Mi padre era un hombre de negocios, y quería que continuara su profesión, sencillamente me negué. ¿Por qué? ni yo estoy seguro. Lo más probable es que prefiriera salvar vidas y ayudar a los demás, antes que pasarme el tiempo encerrado en una oficina. No me quejo, mi mejor amigo Byakuran me describía como él, un chico atractivo, popular, rico, inteligente y si, también soltero.

Cuando escribí esas líneas, como reí al recordar semejantes memorias. Éramos un par de niños.

-¿No vienes?

-Hoy no, debo recoger a Tsuna del colegio.

-¿Tsunayoshi-kun? ya está en secundaria, ¿no?, así que puede regresar solo. Yo te ofrezco salir con un montón de chicas a las que les interesas y…malvaviscos - me mostró una gran bolsa blanca.

-En otra ocasión, Byakuran. – reí el ver las ocurrencias de mi peliblanco amigo. Subí el vidrio de mi auto y me dirigí a la Secundaria Namimori. Hoy era el primer día de escuela de Tsuna en esa escuela y bueno yo también estaba emocionado.

-Dino-nii
-Hola Tsuna - revolví su castaña cabellera.

- ¿Qué tal tu primer día? - le sonreí aplicando un poco mas de fuerza para molestarlo
- he he, nada mal. - se soltó y corrió en dirección al auto.

Me detuve un momento antes de seguirlo, sentía una mirada sobre mí, pero ya estaba acostumbrado a llamar la atención de las chicas, así que ignoré el sentimiento e imité a mi hermano. Cuando lo alcancé platicaba con alguien que me parecía realmente conocido.

-Te lo encargo.

-Si profesor. Hasta mañana

Cuando me acerque un poco más, alcance a escuchar a Tsuna despidiéndose. No le tomé mucha importancia, pero tenía curiosidad.

- ¿Y esa persona? - pregunte una vez dentro del porsche.

- Es mi profesor, Reborn.

Mi boca debió quedar realmente desencajada para que me mirara de aquel modo.
-¡No es cierto! – sonreí.

-Es la verdad. – me miró molesto, como si no le creyera.

-No, Tsuna. No lo digo por eso. El también fue mi profesor cuando estaba en secundaria.
-¿En serio?, mañana le contaré sobre ti.

-Ja ja, pero vaya que no ha cambiado nada.

*dos años después*

Si lo he intentado pero no puedo seguir la historia en línea, es difícil explicarlo, espero no revolverme demasiado.

¿Qué pasó durante esos años? Solo diré esto por ahora.

Dino Cavallone. 21 años. Relación sentimental... en una relación con Hibari Kyoya, el en ese entonces líder del comité disciplinario de la Preparatoria Kokuyo. Era recién ingresado con 15 años.

Sonó el despertador y giré sobre mis sábanas... o eso intenté al menos. Kyoya se aferraba fuertemente a todas ellas.

-Calla esa cosa - gruñó bajo la almohada con la que intentaba tapar el sonido.
Me recosté boca arriba y cerré los ojos -Solo si me besas. – intentaba negociar con él, tal vez sacara algo de provecho. Y quizá no fue buena idea, se levantó apoyado con sus antebrazos, estiró la mano hacia el buro y... bueno, ahora debo comprar un nuevo despertador.

Terminó por levantarse y se dirigió al baño.

-Dino - llamó con ese tono seductor por el que no me habría importado siquiera salir desnudo en el polo norte.

Ni mis manos ni mis labios podían dejar de tocar y recorrer aquella nívea piel. Su aroma, que aún bajo el agua, no dejaba de embriagarme y esos cálidos besos.

-déjame llevarte a la escuela –pedí

Cómo si hubieran dejado de calentar el agua, Kyoya se aparto de mí y salió de la bañera empapando todo a su paso.

-porque no me dejas acompañarte. - le esperé sentado sobre la cama - pregunté con cuidado.
Como solía hacer cuando estaba furioso me dio la espalda y terminó de arreglarse. Desayunó en lo que yo terminaba propiamente de arreglarme y antes de salir alcanzó a murmurar.
-Rokudo Mukuro estará allí.

Me sorprendió un poco la respuesta, no creía que aún se preocupara por eso, se que en ese momento me deje llevar por él - bajé la cabeza avergonzado - pero mi promesa fue de corazón.

Y si aún no le quedaba claro, se lo demostraría esa misma tarde. Pasaría por él y le pondría un alto al peli azul.

Milagrosamente logré escaparme de mi amigo come malvaviscos. Hubiera sido un pequeño problema, aceleré, Kyoya sabe lo terco que puedo ser cuando insisto en recogerlo de la escuela, si no llegaba a tiempo, se iría sin mí.

Se escucho un ruido, un fuerte estruendo y alcance a visualizar la luz de otro auto frente al mío y no supe nada más.

Abrí mis ojos, suspirando, no estaba tan equivocado cuando pensé que estuve en un accidente de tráfico.

-Idiota – pensé al recordar al que conducía el otro auto.

Intente ponerme de pie, una punzada recorrió todo mi cuerpo, lo que me hizo darme cuenta que todo mi cuerpo dolía.

Deseaba saber cómo terminó el otro, porque seguro terminaría peor cuando lo tuviera cara a cara. Cerré un ojo por el dolor y fue cuando note que estaba en una habitación tan blanca como los malvaviscos que Byakuran solía comer.

Con algo de esfuerzo y un leve dolor en el cuello, giré mi cabeza hacia un lado. Descubrí a Kyoya saliendo de la habitación.

-¡Kyoya! –intenté llamarle pero mi voz salió ronca y tan suave como un murmullo.
Pero no tuve la necesidad de intentar gritar de nuevo. La puerta no había tenido ni tiempo de cerrarse y Tsuna y sus amigos entraron.

-¡Dino-san! Qué alegría.- lo miré curioso, parecía querer llorar pues tenía los ojos vidriosos.
-¿Dino-san? – repetí. – ¿por qué de pronto la formalidad Tsuna? mí voz parecía ir recobrando poco a poco su tono.

-¿Te sientes bien? Ignoró la pregunta.

-Pues fuera de que apenas siento el cuerpo - bromee. - sí bastante bien - le sonreí alegre.

Vi a Kyoya al fondo de la habitación con la vista perdida. Quizá se sentía culpable por mi accidente, así que antes que cualquier cosa sucediera, le llamé.

-Kyoya. – pareció dudar un poco pero aún así se acercó.

Con algo de esfuerzo levanté mi brazo y puse mi mano en su cintura, sentí como se tensaba levemente.

-N-no volveré a dejar que Mukuro intente algo para separarnos de nuevo, lo prometo.

Esos fueron los segundos más largos de mi vida. Kyoya me miró fijamente pero no parecía que me hubiera entendido ni una palabra, me veía confundido. Eche una mirada alrededor, el resto de los presentes murmuraban entre ellos.

-¿De qué demonios hablas, Haneuma? - su contestación y la manera brusca en que se alejo de mí, me quito la sonrisa del rostro y fue cuando comencé a preocuparme sobre lo que pasaba a mi alrededor.

-¿Qué sucedió en el accidente de tráfico? - pregunté al aire con la voz apenas saliendo de mi garganta.

-Oi, ¿realmente estas bien Dino?Me siento bien. ¿Pero porque está usted aquí? ¿No es usted el actual profesor de mi hermano?

Me miró solo un segundo más y palmeó el hombro de Tsuna.

-Iré por un médico.

¿Un médico? ¿Por qué? Me sentía realmente bien fuera de que apenas podía moverme. Pero podía ver en todos una mirada realmente preocupada. En los ojos de Tsuna, en sus amigos Gokudera y Yamamoto. Que no estaba muy seguro que hacían ellos ahí. Incluso podía ver esa mirada, algo débil en los ojos de Kyoya y hasta en los del profesor de Tsuna.

No lo resistí mas... aún con el dolor en mi cuerpo, logre recargarme de lado sobre uno de mis brazos me enderecé y volteé a ver a todos.

-No entiendo, ¿qué sucede aquí? - sentía que era la primera vez que gritaba en mucho tiempo, mi garganta dolía.

-Dino-san. - Tsuna realmente pareciera que lloraría en cualquier instante.
-D-Dino-san...tu... has estado… -bajo su mirada- Tu no estuviste en ningún accidente de tráfico…t-tu…estuviste en coma por casi 2 años.

Intente reír por la broma, pero Tsuna no levantaba la mirada; ¿espera? ¿Qué? no podía creer que hablara en serio. Recibí la noticia como si me hubiera golpeado un balde de agua helada. Entre en shock y me desplomé nuevamente sobre la cama.

-¿Q- qué? – susurré.

Miraba al techo. La información pareciera se negaba a entrar a mi cabeza. No podía asimilarlo. ¿Dos años? Es imposible. Aún no me contaban nada y mi cabeza ya estaba saturada de tantas cosas. Pero más importante… Kyoya.


Notas finales del capítulo:

Se dieron cuenta? (yo lo hice al terminar el capitulo) Dino estudia en la UVM (Universidad del Valle de Mexico =9 ) XD

Pensaba publicarlo una vez estuviera terminado para no atrasarme, pero hoy es dia D18 y no pude aguantarme para celebrar, los primeros 4 caps ya estan listos, estoy por terminar el 5, asi q al menos esos los prometo puntuales =3 y como hoy es miercoles, procurare subir todos los miercoles.

Gracias por leer!