NOTA DEL AUTOR: Después de meses al concluir Aullidos Feroces y los Oneshot El Legado De La Bestia. Les traigo una nueva secuela, la cual ya la había tenido planeada desde antes de terminar los otros fics. Quiero agradecer a todos los usuarios que han comentado las otras historias, motivándome en seguir adelante.
Bueno los dejo con el primer capítulo de AMARANTH, espero les agrade. OwO
ADVERTENCIA: Este capítulo posee escenas violentas. Mantener precaución.
TRANSFORMERS ANIMATED
AMARANTH
PESADILLA ESTELAR
CUADRANTE ZION – SECTOR 5 – BAR EXZATK
Una tranquilidad prorrumpía el ambiente; gran cantidad de clientes llegaban sin cesar a disfrutar un buen tiempo libre de las labores e inquietudes de la vida cotidiana y las jornadas inalcanzables de trabajo.
Distintas especies de variedades de planetas permanecían sentados en cada mesa; platicando, bromeando o solamente observando la belleza del espacio exterior.
Todo era pacífico…
O eso se creía.
Un sonido estremecedor, gritos enloquecidos y risas altaneras entraron al establecimiento, unos seres que eran repudiados en el cuadrante por la clientela por su acostumbrada intromisión al santuario de la convivencia.
Era la banda Hyperion, la más temible por toda la parcela… no solamente por su nombre, sino por cada miembro del grupo, en especial su líder cual su nombre era Zarnak.
Él era definido por ser un tipo de vanidad, arrogancia sin precedentes y maldad sin igual. De altura temible para aquellos indefensos e infortunados quienes se atrevieran a meterse en su camino.
Aunque al igual que él, los otros cuatro miembros no se quedaban atrás.
Zartak, el segundo al mando, de robusto físico y carácter agresivo, poseía una crueldad que helaba la piel de todo aquél quien se interpolara en su camino, sin olvidar su mortal arma: Una espada de energía que guardaba en su espalda.
Otro de los 4 temibles, era Sixtak, conocido por su terrible habilidad de combate y destreza a la estafa y manipulación. Era uno de los peores.
Blaze, de aspecto delgado, engañoso para cualquiera; podía observar con una astucia que enfatizaba el desprecio de cualquiera, su insolencia y narcisismo lo hacían ver como un patán, aunque eso no le estancaba con su comportamiento. Su apego al causar dolor de cabeza a los desventurados era su mayor gozo.
Finalmente quedaba Satkina, la única persona del grupo que era del género femenino. De cuerpo delgado, sensual para aquellos quienes la vieran y su encanto que causaba la perdición de quienes se enfrentaran a ella.
Su sonrisa, llena de inocencia, escondía cierta maldad extravagante, tomando en cuenta su habilidad al persuadir y atacar a traición, su especialidad… Un pasatiempo que saboreaba al pie de la letra.
"Miren lo que tenemos aquí… La fiesta se convertirá en un gran caos" dijo Zarnak riendo a carcajadas, disparando sus armas de plasma contra los clientes; quienes deseando salir del establecimiento, corrían por todas partes.
Unos se ocultaban debajo de las mesas, mientras que otros apartaban su miedo y comenzaban a regresar el fuego.
Sin embargo en intento sutil, ya que los otros Hyperion, con un simple movimiento, dejaban fuera de combate a todo oponente atrevido.
El cantinero sólo podía ver indefenso cómo esos despiadados rufianes desmantelaban el lugar, pidiendo un milagro para que cesara esta calamidad.
El sitio se había convertido en una carnicería, cuerpos por doquier, fluido vital regado por todas parte, muebles hechos pedazos… era una escena espantosa… una en la que una figura; la cual se encontraba en una de las mesas de la esquina, en la parte más oscura del bar; permanecía sentada de espaldas, tomando su bebida con serenidad.
El cuarteto miraba sádicos a su última víctima. Sería divertido escuchar sus gemidos de terror y súplica, ignorantes de su futuro predicamento.
"Miren, alguien quiere acompañarnos a la fiesta ¿No es así, amigo mío?" dijo Zarnak acercándose al forastero.
El extraño no decía palabra alguna, un misterioso ser de gran altura y cuerpo fuerte, cubriendo la mayor parte de su físico con una enorme capa y capucha, ideales para los climas extremosos.
"El tipo misterioso… me agrada" dijo Satkina sentándose en la mesa, acercando un par dedos a la bebida del forastero y tomándola lánguidamente, bebiendo el contenido, haciendo que el líquido cayera lentamente por su cuello y escurriera por su busto.
No obstante, la figura no expresaba interés, aun ocultando su rostro de los intrusos.
"No permanecerá así por mucho tiempo" dijo Zartak a punto de apuñalar la espalda del tipo con su espada, esperando oír un gran grito desgarrador.
Nunca llegó el ataque.
Los pandilleros quedaron en shock al contemplar como un tentáculo de color negro brillante detenía el brazo de su compañero, deteniendo el atentado y estrujando con una fuerza sobrenatural.
Sólo fue el grito plañidero de Zartak que recorrió por todo el salón y si era posible zarandear la galaxia entera.
El apéndice había arrancado el brazo de un solo tirón.
Lo acercó al rostro cubierto del forastero. El sonido de hueso machacarse y la carne engullirse por la garganta del individuo, hizo que cada Hyperion expresara un gesto lleno de horror
"¡¿Qué eres tú?!" exclamó Zartak sobresaltado, cubriendo el pedazo que sobraba de su extremidad cercenada.
Su única respuesta fue como la gran figura se puso de pie, lentamente volteándose a mirarles, aun manteniendo oculta su identidad por medio de la capucha; de su mano sosteniendo el brazo ensangrentado.
Una diabólica sonrisa expresó el engendro. En ella mostrando unos filosos dientes como cuchillos… la sangre brotando de sus labios.
El grupo dio unos pasos hacia atrás, espantados por la altura del visitante, sin embargo eso no les detendría en vengar a su camarada
"¡Desgraciado, pagarás con tu vida!" amenazaron y al a vez abalanzándose contra él.
No tuvieron oportunidad…
De un solo ataque, el ser los lanzó directo a la pared, en el proceso el crujir de los huesos romperse.
La mayoría de los Hyperion estaban incapacitados, pero no se darían por vencidos, eran los amos de este cuadrante
"No puedes vencernos, eres nada" dijo Zarnak levantándose tambaleado.
La figura permanecía parado en la misma posición, sonriendo maquiavélicamente, apretando el brazo cortado al punto de partirlo en dos
"Estás desquiciado" pensó Zartak quien había recobrado la consciencia.
Blaze y Sixtak comenzaron a disparar a quemarropa, desesperados al ansiar terminar con el monstruo.
Mala idea.
Unos tentáculos surgidos de la nada los envolvieron, prohibiéndoles del oxígeno, destrozando sus pulmones y acto seguido el resto de sus cuerpos con agonía.
Satkina era la única quien había visto aterrorizada la macabra escena. Sus gritos de dolor y piedad atormentarían sus oídos y mente por el resto de su vida.
Zarnak y Zartak sólo expresaban gran sorpresa y furia al haber perdido a dos de la familia
"¡NO! ¡Lo pagarás, maldito! ¡Pagarás por todo!" dijo el líder encimándose al forastero.
Apenas tuvo oportunidad de rozar la capa que cubría a la criatura, ya que un par de apéndices traspazaron su cuerpo, destrozando órganos y escurriendo chorros de sangre.
Zartak esta vez no pudo evitar un aullido de ira. Su líder había caído… Solo el deseo por matar al malnacido le daba la fuerza para continuar.
El gran Zartak no solamente era temido por su mortal espada, sino por su peligrosa y salvaje reacción al contemplar alguno de la familia herido o muerto.
Se aventó contra el extraño, rasgando su capa con odio y salvajadas.
"¡TE MATARÉ, TE MATARÉ!" decía enfurecido.
Por más que el pandillero apretara el cuello del monstruo este no emitía sonidos de dolor, solo sonreía y recibía gustoso cada golpe, como si de una droga le dispusieran y lo extasiara de delectación involuntario
"¡¿Por qué?! ¡¿Por qué no mueres?!" gritaba Zartak, cayendo de sus ojos gruesas lágrimas de ira
Su contestación fue repentina: El estridente sonido de cartílago reventar y jugosos fluidos caer al suelo.
El "temible" bandolero había sido sanguinariamente empalado, su cabeza siendo traspasada por la misma garra de la bestia.
Satkina emitió un grito de terror… Una pesadilla hecha realidad…
Gateo hasta una esquina, cubriéndose el rostro al tratar de apartar al despiadado ser
"Aléjate… por favor…" suplicaba con ojos llorosos y voz entrecortada.
El "demonio" se acercó a la chica, tocando su rostro de manera afectiva
"Por favor…" susurraba pidiendo que esto terminara.
La criatura acercó el cuerpo de la mujer al suyo, dejando en descubierto su cuello... tenía hambre… Había pasado milenios de la última vez que probó la carne de un orgánico.
Satkina había cerrado los ojos, sintiendo como la respiración de la bestia rozaba por su frágil estructura; los filosos dientes perforando poco a poco su yugular.
La mujer sólo emitió un suspiro, finalmente muriendo a manos del foráneo.
El ente se turbó en su gran banquete. La textura de la piel al roerla y arrancarla con sus manos… el correr de los jugos caer al piso… era un festín que disfrutaba con devoción.
El tiempo pasaba lentamente y sólo podía conseguir imágenes borrosas de lo que había ocurrido. Su rostro siendo cubierto por la sangre de sus presas.
Le causaba… repugnancia y a la vez satisfacción… un estremecimiento que anhelaba marginar ¿En qué se había convertido? ¿Quién era él?
Cubrió sus audios con ambas manos, levantando su cabeza en consternación y gran martirio, tratando de recordar su pasado.
Nada… no había nada, solamente oscuridad, no existía el sentido en su existencia…
Un aullido recorrió por los confines del espacio, un sonido que emitía furia, tristeza y sobre todo confusión.
Sin embargo, un nombre recorrió en lo más profundo de su subconsciente… un nombre que le era familiar y a la vez distante de su propia realidad
"Aurican…".
Una vez más la oscuridad dominó su interior…
Una vez más la bestia había regresado…
