¿Qué es esto?

Otra vez esta sensación.

-Haru?

No me hables con esa voz...

No sé qué es esto... pero no me gusta.

¿Qué es esta ansia? ¿Qué siento por dentro?

Creo ya haberlo sentido antes... pero contigo cerca no puedo acordarme.

No puedo acordarme de nada, solo estas tú.

Makoto.

Desde siempre has estado conmigo, has sufrido por mí, te he visto sufrir.

Algo cambió de un tiempo para acá.

Cuando te veo me siento diferente, siento la necesidad de acercarme a ti, de poder sentir tu calor, ver tu sonrisa.

Juro haber sentido algo así antes... pero no contigo...

-Haru, llegaremos tarde.

Te miro, me sonríes como siempre, evito tu mirada, me confunde tanto...

Vas hablando, solo noto el sonido de tu voz, no lo que dices. Resuenas dentro de mi cabeza, trayendo recuerdos y buenos ratos.

Llegamos al club, en los vestidores están los demás. Rei y Nagisa están discutiendo como siempre. Tú los miras y te ríes, me miras y adivinas lo que pienso, solo sonríes.

Nos cambiamos y salimos.

Kou intenta detenerme para explicarme la rutina de hoy, pero...

Splash~

Esto era...

Me doy cuenta que me he movido justo cuando entro al agua, cuando me rodea y me acepta sin temor.

El agua fue mi primera necesidad, la primera que me ocasionaba estas sensaciones.

Estas sensaciones que ahora solo me causas tú.

No sé cómo denominar a esto, pero yo sé, que si en algún momento llegas a faltarme, no sabré que hacer. Sería como un viajero del desierto sin agua, buscando un oasis.

El oasis serias tú, más que el agua, solo tupodrías rescatarme. Sabrías exactamente que decirme, me alumbrarías.

Salgo del agua y tu mano está extendida hacia mí.

La tomo por costumbre y tú me jalas fuera, Rei comenta de nuevo algo sobre mi forma de nadar, Nagisa y Kou parecen estar diciéndole algo, pero mi mano en la tuya me distrae de todo.

El ansia en mi estómago no se calma, siento que mi corazón va a dejar mi pecho en algún momento, mi garganta siente un nudo que no puedo tragar, me sudan las manos y siente frágiles mis rodillas.

Esto solo lo había sentido minutos antes de entra a la alberca, y en menor intensidad. Pero cuando estoy contigo… todo pierde sentido, mis ganas de nadar son pasadas a segundo plano y tu sonrisa es lo único que me ayuda a estar de pie.

Sigo tomado de tu mano, la afianzo bien y me dejo caer hacia atrás, jalándote conmigo. Muestras sorpresa y hasta parece que vas a gritar, pero en el último segundo sonríes.

Caemos al agua y gracias a la inercia, seguimos bajando. Al momento de resurgir, te jalo un poco y te beso.

Solo un roce bajo el agua. Ya sabrás por qué lo hago debajo de ella, al fin y al cabo, eres tú.

Pareces sorprendido, pero al momento sonríes y me devuelves el beso, tan demandante como cuando te asustas por las películas que vemos.

Una risa parece resonar en el agua, ella me da permiso, me da permiso de quedarme con estas sensaciones.

Con Makoto.