Disclaimer: Los personajes de Rurouni Kenshin no me pertenecen, solo la idea de la historia es mía.
Escrito por : Alcione Yil de Cfiro / RinKo InuKai (estos dos son mis nicks).
Nupcial: Rompiendo las barreras del Amor
Capítulo 1: Encuentro de Almas perdidas
Roma, Italia, 16 de Febrero del 2005
Las doce del mediodía, era la hora exacta marcada por el reloj del estereo del automóvil que manejaba un joven alto de cabellos cafés algo desordenados, su mirada era cálida, castaña y seductora , sus labios dibujaban una ligera sonrisa al escuchar hablar a la elegante mujer que le acompañaba de copiloto.
- Sanosuke, hijo baja la velocidad pareces alma que se la lleva el diablo - dijo la mujer que se encontraba casi gritando al joven por la velocidad con la que manejaba el coche.
- Por favor mamá, cuida tu vocabulario, no es digno que la esposa del Señor Hajime Saito se exprese de esa manera – dijo el joven mirando de reojo a la mujer.
- Sano tenme respeto soy tu madre, a buena hora se le ocurre a tu padre darle vacaciones a mi chofer y decirte que me hagas el favor de llevar esta ropa al Centro de Ayuda para niños que son victimas de enfermedades crónicas – dijo la mujer de ojos cafés como los de su hijo, vestía un hermoso traje sastre de falda verde oscuro, una blusa de seda color beige de botones dorados al frente y un saco doblado sobre su regazo.
- Lo se mamá, no te enfades, eres lo más importante en mi vida – el chico sonrió se acercó al rostro de su madre y besó su mejilla sin despegar la vista del frente – lo que sucede es que hablaste como papá – terminó diciendo el joven mientras regresaba a la postura correcta para manejar el auto.
- Sano por Dios no hagas eso, sigue manejando, luego demuestras a mamá cuanto la quieres – dijo la mujer algo asustada.
Sanosuke sonrió al escuchar a su madre, algunas veces se preguntaba como una mujer tan bella y dulce había aceptado casarse con su padre, un hombre serio, con una mirada malvada, acechadora, sin embargo un hombre de buen corazón, no tenía dudas de que Hajime Saito, su padre amará a su madre y se había prometido así mismo encontrar una mujer a la altura de su madre, para amarla y respetarla hasta la muerte, la pregunta era sencilla ¿ existiría dicha mujer que para él se encontraba presente solo en sus pensamientos, la respuesta era difícil ¿ donde la encontraría, va... tal vez no encontraría nunca aquella mujer que le apartará de su vida de Don Juan, las mujeres le sobraban, fiesta tras fiesta una nueva mujer le acompañaba a sus noches de diversión, apostaría todo si algún día pudiera encontrarla, mientras eso ocurría Sanosuke no perdería el tiempo, seguiría de fiesta en fiesta, de casino en casino apostando la vida y una inmensa fortuna, que con suerte mantenía intacta sin perder un solo centavo, al contrario era sorprendente como el dinero le sonreía y siempre estaba de su lado, aunque las cosas se vieran lo más perdidas posibles.
- Mamá dime algo – dijo Sanosuke sonando serio.
- Hai¿ que ocurre ? – La mujer espero escuchar las palabras que saldrían de los labios de su hijo, sabía que cuando él se ponía serio, algo importante vendría después.
- ¿ Tienes idea de dónde podré encontrar una mujer tan maravillosa como tú ? – preguntó Sanosuke en tono extremadamente serio, tanto que su madre lo miro pensativa por un momento.
- mmm... pues de algo estoy segura no la encontrarás en los lugares de diversión, como tu los llamas, que frecuentas noche tras noche, vamos Sano tienes 24 años, por que desperdicias tu vida de esa manera, tienes una profesión, la cual podrías poner en practica en la empresa de tu padre – dijo la mujer mirando a su hijo que se encontraba escuchándola atentamente sin despegar la vista de la carretera.
- Mamá... ya hemos hablado sobre eso ... quiero ... – el joven fue interrumpido por su madre.
- Lo sé... me lo has dicho miles de veces, y son las miles de veces que no alcanzo a comprender... no quieres que digan que eres alguien por el apoyo de tu padre, pero debes entender una vez en tu vida Sano que no tiene nada de malo que trabajes con tu padre, el necesita de un buen abogado, que mejor que su hijo para confiarle los negocios, se que eres un joven muy listo que has hecho tu propia fortuna con esas tontas y poco productivas apuestas que haces todas las noches en los casinos, lo mal gastas con esas mujeres interesadas por tu dinero y por el que tu padre te dejará algún día... Sanosuke algún día me gustaría escucharte decirme que vas a sentar cabeza y que te casarás con una buena joven, realmente no importa a que clase social pertenezca, siempre que te ame por lo que eres y no por lo que tienes – dijo la mujer intentando sonar dulce y comprensiva, algo que era difícil cuando se trataba de la felicidad y futuro de su único hijo.
- Gracias mamá... – fue lo único que se escuchó decir de los labios de Sanosuke.
- Lamento sonar dura cariño, pero siempre he querido lo mejor para ti, se que encontrarás a la mujer indicada y sabes que yo estaré allí para apoyarte en todo – dijo la mujer tocando una de las manos de Sanosuke que se encontraban sujetando el volante.
- Nunca lo he dudado mamá – dijo Sanosuke parando el auto, por fin habían llegado a su destino, aquel lugar donde su vida cambiaría, la historia de su vida daría un ligero giro, que después sería radical.
El joven estacionó el auto frente a la entrada principal del lugar donde su mamá dejaría ropa a los niños que se encontraban internados, se buscaba que los pequeños vivieran los últimos días de su vida felices, Sanosuke bajo del auto se dirigió a la puerta donde se encontraba su madre esperando que le abriera , el chico abrió la puerta, dándole su mano ayudo a su madre a salir del auto, una vez fuera de éste, la mujer tomo el saco en sus brazos y camino hacia las escaleras para subir por ellas y entrar al Centro, Sanosuke se dirigió a la cajuela de su coche, la abrió, sacó una caja con ropa para niños de edades entre recién nacidos a 12 años, dejó la caja en el suelo para cerrar la cajuela, después se dispuso a seguir su camino tomando nuevamente en sus fuertes manos y brazos la caja subió las escaleras con sumo cuidado hasta llegar a la puerta donde uno de los guardias le ayudó con la caja llevándola a una oficina.
- Gracias – dijo Sanosuke entregando la caja a uno de los guardias.
- No hay de que Joven Saito – dijo el guardia.
- La señora Saito se encuentra con la directora en la Oficina, si gusta tomar asiento puede esperarla ¿ o gusta que le indique donde esta la oficina? – dijo el otro guardia que se encontraba a un lado de la puerta .
- No se preocupe aquí puedo esperarla – dijo Sanosuke tomando asiento en el sillón que se encontraba en el Obi del lugar.
- Como usted desee Joven – dijo el guardia
Pasaron 10 minutos que para Sanosuke fueron eternos, con su poca paciencia sabía que había sido suficiente la espera, se puso de pie y hablo al guardia.
- Disculpe Señor ¿ podría decirme dónde se encuentra la Oficina ? – dijo Sanosuke frente al hombre.
- Claro que si Joven, mire camine por este pasillo hasta topar con las escaleras, suba al segundo piso, da vuelta a la derecha y en la tercera puerta allí se encuentra la Oficina que pertenece al departamento de Dirección – dijo el guardia.
- Gracias – dijo Sano metiendo sus manos a los bolsillos de su pantalón para caminar hacia el lugar que le habían indicado.
Sanosuke siguió al pie de la letra las instrucciones dadas por el guardia, llego hasta las escaleras y subió a paso lento, llegó al primer piso dio vuelta para subir al segundo piso cuando escuchó el llanto y gritos de una pequeña de no más de cuatro años.
- No quielo eso, sabe fello – dijo una niña de ojos verdes y cabellos rubios recogidos en dos coletas adornadas con listones blancos que se amarraban en moños.
- Ah no, debes comer Sakura Chan, para que te pongas fuerte – dijo una linda mujer de cabellos negros que caían sueltos tras su espalda como una cascada, tenía ojos marrones seductores y labios maquillados de color carmín, su piel blanca como la nieve.
- No quielo Menumi, no quielo¿ none esta mami, quielo a mami – dijo la niña empezando a llorar, las lagrimas salían una detrás de otra de sus pequeños ojitos rodando por sus rosadas mejillas.
- No permitiré ni un berrinche más Sakura come por favor, si no comes... no habrá postre – dijo la mujer que se encontraba sentada en una silla que estaba a lado de la cama donde estaba la niña.
Meg, yo si quielo comer, name aroz pofavor – dijo un niño de ojos azules y cabello negro azabache.
- Muy bien Hiroto, para ti si habrá postre – dijo la mujer mientras le daba una cucharada de arroz al pequeño que se encontraba en la otra cama a lado de su silla.
- SI ! – dijo el niño abriendo la boca grande para comer el arroz que la linda joven le ofrecía.
- Que mujer tan mala, privar a un hermoso angelito de un delicioso postre – se escucho la voz varonil desde la puerta.
La joven que se encontraba entretenida peleando y alimentando a esos pequeños volteo en dirección a la puerta encontrándose con la mirada castaña de un apuesto joven que se encontraba recargado en el marco de la puerta con los brazos cruzados a la altura de su pecho.
- ¿ Qué hace usted aquí, acaso no sabe que este es un lugar solo para personal autorizado – dijo la joven con voz autoritaria con el fin de que el joven se marchará
- Que falta de educación preciosa, Buenas tardes, mis padres me enseñaron reglas de etiqueta, veo que a usted no – dijo Sanosuke abandonando su postura y caminando hacia la cama donde se encontraba la niña aún llorando diciendo que no quería comer.
- Le he dicho que usted no tiene nada que hacer aquí, haga el favor de marcharse – dijo la linda joven que vestía de blanco.
- Hola angelito¿ Cómo te llamas ? – preguntó Sanosuke a la niña que se encontraba sentada en la cama llorando, ignorando por completo a la linda joven que estaba sentada en la silla que se encontraba entre las dos camas.
- Sakuya Minamoto – la niña suspiro, respondió a la pregunta de Sanosuke mientras él se sentaba a la orilla de la cama del lado donde se encontraba la joven enfermera.
- Que lindo nombre – dijo Sanosuke acercando su mano para quitar algunas lagrimas que aún rondaban en su rostro.
- Gacias – dijo la niña obsequiándole una sonrisa a Sanosuke.
- dime, el por que una niña tan linda no quiere comer – dijo Sanosuke acercando a la niña hacia él, la sentó en su regazo y acaricio su cabello .
- sabe fello , muy fello, buacala – dijo la niña haciendo un gesto de desagrado por la comida.
La joven había quedado en silencio al observar la soltura del joven al acercarse a Sakura y como ella aceptaba que él la abrazara, aún así no sería fácil aceptarle , era su trabajo hacer que esos pequeños comieran y ese joven había llegado a interferir en su labor, labor nada fácil tratándose de Sakura, una niña de tres años y medio de edad que por su enfermedad hacia berrinche y buscaba salirse con la suya solo comiendo postre.
- Menumi quielo más aroz – dijo el niño abriendo la boca.
- Hai- la chica asintió y le dio de comer otra cuchara de arroz al pequeño.
- Menumi, un simpático nombre para una Bruja espanta niños – dijo Sanosuke con toda la intención de que la joven escuchará para atraer su atención.
- ¿PERDÓN? – dijo exaltada la joven – como se atreve a faltarme así al respeto... es usted un... – dijo la joven con una mirada matadora dirigida solo a Sanosuke.
- Cuidado con lo que dice Señorita ... habemos niños presentes... nuevamente me doy cuenta que usted es una joven falta de buenos modales, es una lastima.. – dijo Sanosuke callando a la joven antes de que terminará de decirle lo que pensaba de él.
- Le pediré de la manera más atenta que se retire joven ... – dijo la enfermera.
- Sanosuke Sagara, ese es mi nombre preciosa un placer, mucho más decente que el tuyo Menumi – dijo Sanosuke guiñándole un ojo a la joven.
- Fue suficiente necesito hacer mi trabajo, los pequeños deben terminar sus alimentos y dormir un poco , haga el favor de retirarse – dijo la joven buscando calma en su interior.
- No vayas, quédate comigo – dijo la niña que se encontraba recargada en el pecho del joven.
- Basta ! de chiflasones Sakura debes comer y después ir a la cama , ven conmigo – dijo la joven intentando separar a la niña de los brazos de Sanosuke.
- No quielo, no quielo – la niña empezó a llorar nuevamente se aferraban sus manitas a la camisa del joven.
- No llores, el joven Sagara tiene cosas que hacer ¿ no es verdad? – dijo la enfermera mirando amenazadoramente a Sanosuke.
- Pues la verdad no – dijo Sanosuke terminando con la paciencia de la joven.
- Recuerde joven Sagara, haga memoria , usted tiene muchas cosas que hacer – dijo la joven con voz atemorizante.
- Pues no, no tengo otra cosa más que hacer, mira Sakura tienes que comer, prométeme que comerás lo que la señorita Menumi tiene en ese plato y me quedaré hasta que te quedes dormida ¿si? – dijo el joven mirando a los ojos a la pequeña que tenía en brazos.
- Si, peo tu name de comer – dijo la niña con una sonrisa en sus labios.
- Hai – asintió el joven y extendió su mano hacia donde se encontraba la linda joven como señal de petición para que le diera el plato con los alimentos que la niña debía comer.
- Ya que, con tal de que comas Sakura – dijo la joven entregando el plato y la cuchara a Sanosuke, su dedos se rozaron y la joven se sonrojo ligeramente, casi invisible para el joven frente a ella, que no le quitaba la vista de encima, la observaba cumplir con su labor alimentando al otro pequeño.
- Que lico, quielo más Menumi – dijo el niño de ojos azules.
- Eso es Hiroto sigue comiendo así y estarás grande, fuerte y muy guapo cuando crezcas – dijo la chica dejando el plato en la mesa, tomando otro que contenía el postre, flan bañado de delicioso caramelo.
- Así como el mucaco – dijo el niño señalando a Sanosuke.
Sanosuke le miro divertido, esperaba escuchar muy interesado la respuesta de la joven, esa linda chica le había gustado mucho, era muy hermosa, ojos marrones hipnotizadores, su mirada cálida y llena de ternura que brindaba al pequeño delante de ella, le recordaba a alguien, pero la pregunta era ¿a Quien? .
- mmm... Claro que no Hiroto, tu serás aún más apuesto – dijo la joven intentando dirigir su mirada algún lugar donde no pudiera cruzarse con la Sanosuke.
- Gracias señorita es muy halagador viniendo de sus labios, así que piensa que soy apuesto, sabes pequeño espero que seas igual o más guapo que yo como lo dijo la señorita – dijo Sanosuke buscando la mirada huidiza de la enfermera.
- En ningún momento dije que usted fuera guapo, no cabe duda los hombres siempre toman las palabras a su conveniencia – dijo la joven dando una cucharada al niño del delicioso postre que se encontraba en el plato que sostenía en su mano.
- Usted dijo que el niño sería más apuesto, eso indica que refería que yo soy apuesto, solo que según la señorita tú serás más apuesto que yo...- dijo señalando al niño – aunque según tengo entendido apuesto y guapo son sinónimos, es como decir atractivo – dijo Sanosuke dejando sin argumentos a la chica frente a él.
Por supuesto que la enfermera no podía quedarse callada otorgándole la razón a Sanosuke, así que hablo solo para no saber que decir.
- Yo ... mmm... como ya lo había dicho usted escuchó todo a su conveniencia – dijo la joven insegura en un inicio, después mientras hablaba tomo confianza sosteniendo lo que minutos antes ya le había dicho.
- Excelente esta nerviosa, esta bien preciosa quieres jugar , será un placer enseñarte las reglas antes – pensó Sanosuke dibujando una sonrisa en sus labios antes de dirigirle unas palabras a la joven.
- Si Claro... a mi conveniencia... mire las mujeres como usted treintañeras , amargadas y poco atractivas siempre buscan subir su autoestima a costa de los hombres jóvenes y sumamente atractivos como yo, así que ignorare su comentario – mintió Sanosuke al pronunciar cada palabra salida de sus labios, puesto que nadie más que él estaba convencido de que la mujer frente a él no pasaba de los 21 años, que tenía una ternura encerrada solo para pocas personas y como olvidar que era hermosa, solo quiso jugar un poco, ella la chica difícil ,él no podía dejar de hacer su trabajo de conquistador, lo único que la chica no sabía era que las reglas las ponía él sobre la mesa.
- ¿ Como se atreve a insultarme de es manera? Es un... – se dijo a si misma en silencio la joven, bajando su mirada para no poder encontrarse con la joven que le había lastimado lo suficiente, algo estaba claro tenía que ser madura, no se rebajaría a dirigirle la palabra a un mal educado como ese joven que lo que tenía de atractivo, era lo mismo que le faltaba de cerebro.
La joven guardo silencio, un silencio enloquecedor para Sanosuke, quien estaba acostumbrado a hablar sin cesar y a tener a todas las mujeres bajo sus redes, no había una sola en roma que no quisiera mirarlo por unos segundos y la joven que se encontraba frente a él solo se limitaba a dar de comer su postro al niño, después del cruce rudo de palabras todo había quedado en silencio.
- ¿Qué esta ocurriendo, no soporto este silencio, es absurdo, la joven no quiere ni mirarme¿ acaso se me habrá pasado la mano con mi comentario? – pensó Sanosuke que no dejaba de observar a la enfermera.
Paso un pequeño tiempo antes de que Sanosuke se percatará de que la niña que tenía en sus brazos se encontraba profundamente dormida, con cuidado la recostó en la cama cubriéndola con la sabana.
- Increíble, se comió todo el arroz, es una lastima que se quedará dormida antes de disfrutar de su postre – dijo Sanosuke en voz alta, se encontraba muy cerca de la linda joven que seguía atendiendo al niño.
La enfermera terminaba de dar de comer el postre al niño, cuando sintió muy de cerca la presencia del joven que anteriormente se encontraba sentado en la cama alimentando a la pequeña Sakura, escucho cada palabra articulada por Sanosuke, sin embargo no le miró, siguió con toda su atención para Hiroto.
- Lito temine de comer – dijo el niño con una sonrisa en sus labios, se dejo caer de un brinco en la cama , La joven lo observó cubriéndolo con la sabana para que se dispusiera a conciliar el sueño -
- Que tengas una rica siesta Hiroto – Dijo la enfermera acercando sus labios carmín hacia la frente del niño para besarle y dedicarle buenos deseos.
- Te quelo Menumi – dijo el niño cerrando sus ojitos.
- y yo a ti – dijo la joven dando media vuelta sobre la silla en dirección donde se encontraba Sakura, ya recostada y cubierta por la sabana blanca.
- Lindos sueños para ti también, mi traviesa y chiflada Sakura – dijo la joven inclinando su rostro hacia la mejilla de la niña y la besó.
Sanosuke seguía allí de pie observando perplejo la escena, una tierna escena , era como ver a una madre desearle dulces sueños a sus hijos, la enfermera se puso de pie, quedando a escasos centímetros de distancia del joven que había invadido su lugar de trabajo, se encontraba herida, enfadada y ¿agradecida,
- Cómo puedes sentirte agradecida Megumi, si ese hombre lo único que hizo fue hacerte sentir mal, humillarte y burlarse de ti... bueno aunque si no hubiera sido por él, Sakura no hubiera comido – pensó para ella misma la joven.
- Señorita Takani , su guardia ha terminado puede retirarse a su casa – se escucho decir a un doctor desde la puerta
- Si, muchas gracias Doctor Gensai, ya he terminado, solo me cambio y me retiro – respondió Megumi moviendo la silla de tal manera que le quedará libre el paso para llevarse los platos.
- Hasta mañana Takani, que tengas una linda tarde – dijo el doctor de manera de despedida.
- Si muchas gracias, lo mismo deseo para usted – dijo Megumi ya con los platos en una charola que tenía sus manos.
- ¿ puedo... ayudarle a llevar los platos? – preguntó dudoso Sanosuke.
- No se moleste, puede retirarse, realmente no se que le trajo por aquí, los niños deben descansar, haga el favor de retirarse – dijo Megumi fríamente.
- No es molestia... yo...- dijo Sanosuke observando fijamente a Megumi a los ojos.
- Con su permiso Joven Sagara debo terminar con mi trabajo – dijo Megumi intentando pasar por encima del joven, era inútil Sanosuke le cubría el paso con su cuerpo.
- Acepte una disculpa de mi parte por invadir su área de trabajo – dijo Sanosuke haciéndose a un lado dejando el paso libre para que la joven enfermera pudiera dirigirse a la salida.
- No se preocupe, ahora retírese – dijo Megumi con seriedad caminando hacia la puerta y parándose a un lado de esta para esperar que el joven saliera.
- Con usted no se puede señorita Menumi Takani – dijo Sanosuke dirigiéndose hacia la puerta - quite esa cara de pocos amigos, una sonrisa le haría resaltar más la belleza a su juvenil y angelical rostro - dijo Sanosuke una vez que se encontró frente a la joven, le tomó su mentón delicadamente con su mano derecha y se acercó a pocos centímetros de sus labios.
La joven tembló sintiendo tan cerca el aliento del joven, sus mejillas ardieron a causa del sonrojo que se había apoderado de estas.
Meg... Megumi ... Takani ... ese es ... mi... nombre – Balbuceo la joven deseando probar los labios del joven que se encontraban a escasos centímetros de los de ella.
- Tienes un bello nombre... Megumi – dijo Sanosuke besando su frente.
- Juraría que me robaría un beso¿ que sucedió? – se preguntó mentalmente la joven.
- ¿ Qué me ocurrió ? no pude besarla, la tenía a mi merced, pude sentir el deseo de sus labios por que los míos le rozarán tan solo un poco – pensó el joven decepcionado de sí mismo, era la primera vez en todos sus años de experiencia con las mujeres que él se acobardaba, había preferido besar su frente, que ser ladrón de un dulce beso de sus labios.
Sanosuke se incorporó quedando frente a Megumi, dejándola libre de sus amenazantes labios.
- Con permiso Joven Sagara – dijo Megumi alejándose de la habitación con la charola en sus manos.
- Hasta pronto preciosa, nos veremos muy pronto – se escuchó en voz baja decir de labios de Sanosuke, en otras circunstancias se hubiera ofrecido a llevarla hasta su casa para concluir con su acto fallido, que aún le pesaba más por ser ocasionado por él mismo, era un hecho que esa chica saldría con él y le pediría que le diera un millón de besos que gustoso daría.
Debía buscar a su madre para contarle y llevarle a casa ...
OOOOOOooooooOOOOOOO
Continuará...
Hola a todos nuevamente, bien aquí esta el primer capítulo de la serie nupcial donde los protagonistas son Megumi y Sanosuke, les comentó que no quede muy satisfecha con el desarrollo, este tipo de pareja y personajes demasiado extrovertidos se me dificultan, es por eso que si me quieren enviar tomatazos, bombas o todo tipo de cosas amenazantes las recibiré... si tienen tips o consejos para el siguiente encuentro se los agradezco de antemano.
Esta serie esta dedicada 100 a los fans de esta pareja en especial a mi querida amigui Marion, espero tus consejos con esta pareja, creo que deje el coqueteo para el siguiente capítulo...
Dejen reviews y no olviden visitar mi perfil para checar las novedades...
Gracias a todas las personas que han apoyado en mis otros fics de esta serie NUPCIAL, la próxima vez espero actualizar las tres historias juntas...será en una semana lo prometo.
Les quiere Alis Chan.
