No sé precisamente q escribir aquí, es lo primero q publico… y en realidad lo hago a pedido de esa niña que ha logrado varios traumas en mi ya de por sí, traumada mente. Espero que les agrade!!
IMPORTANTE: Me veo en la necesidad de aclarar que todos los fics publicados aquí son traducciones. Que quede constancia que pedimos permiso y seguimos esperando respuesta…
Cuatro veces Bill no pateó a Tom, y una vez sí lo hizo
Autor: JenJM
Resumen: "Nunca me miras." – Tom continúa arruinándolo, y Bill poniéndose de mal humor por eso.
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Tres años. Bill se sentía lleno de vitalidad solo con pensar en eso, y no podía esperar para contarle a los otros, para contarle a Tom. Dentro de su corazón, en algún lugar, esperaba que Tom recordara el día, pero su hermano no había mostrado ninguna señal, al igual que Georg y Gustav.
Con una sonrisa plasmada en la cara, entró la habitación que compartía con Tom. Georg estaba pasando el tiempo tocando con su bajo y su hermano estaba hablando por teléfono.
-Sí, eso estará genial. Te recojo a las siete ¿está bien? -preguntó Tom con un pequeño sonrisa de satisfacción en sus labios-. Sí, yo también. Nos vemos después. -Él cerró su teléfono y lo lanzó a la cama.
-¿Saldrás? -preguntó Georg sin apartar la vista de su bajo.
-Síp -asintió Tom e ignoró la mirada enfurecida de Bill mientras caminaba hacia alcanzar su maleta en el suelo.
-¿Vas a salir? -cuestionó Bill, incrédulo, siguiendo los movimientos de su gemelo-. ¿Esta noche?
-Ya me escuchaste. -Tom encogió sus hombros a la vez que seguía buscando su camisa-. ¿Qué hay de malo con eso?
-¿Qué hay de malo con eso? –volvió a repetir Bill riendo entre dientes, molesto, pero su hermano no le miró. Tres años.
Finalmente, Tom lo miró frunciendo el ceño cuando vio la furia en los ojos de su gemelo.
-Voy a salir. No es especialmente sorprendente ¿sabes?
-Vas a salir. Con una chica. Esta noche. -Bill no quitó la mirada mientras hablaba y el soplido exasperado de Tom sólo lo enojó más.
-Dime por una jodida vez ¿cuál es el problema contigo?
Bill únicamente sacudió su cabeza y se giró, tempestuosamente fue hacia la puerta y dio un portazo saliendo.
Un par de segundos después Gustav entró, con un gesto confuso en su cara. Sus ojos encontraron a Tom y suspiró.
-¿Qué hiciste esta vez?
-¡Nada! -bufó éste, reanudando su búsqueda en la maleta-. Él está siendo una perra.
-Le dijo a Bill que iba a salir -explicó Georg, viéndole y levantando una ceja.
-¿Vas a salir?
Tom casi gruñó ante el tono sorpresivo de Gustav.
-¿Qué diablos hay de malo con qué salga?
-Anda a hablar con él -dijo Georg, volviendo su atención al bajo-. Y puede que descubras algo, imbécil.
-Va a regresar, este también es su cuarto.
-Créeme, tú no quieres molestarlo más. -Gustav le dirigió una mirada realmente preocupada por el problema y Tom suspiró, inclinando su cabeza por un segundo.
-¿Qué hice esta vez?
-Le dijiste que ibas a salir -explicó Gustav, pero antes que Tom pudiera replicar, añadió-: Mira la fecha.
Tom lució confuso un par de segundos, entonces, por fin entendió, y su ceño desapareció.
-¡Mierda, es hoy!
Tan pronto como Tom habló, la puerta se abrió de nuevo, dejando entrar a un Bill echando chispas que caminó y se encerró en el baño, ignorando la voz de su hermano llamándolo.
No, Bill no quería calmarse ahora. Solo quería golpear a Tom. Quería pegarle por no recordar que ese día era especial, para la banda, para ellos. Realmente quería patear a Tom. Fuerte.
En su lugar, pateó su par favorito de botas. Una de ellas aterrizó en la bañera que Tom no había vaciado todavía y se hundió en el agua. Bill gruñó, maldiciendo y pateando el otro zapato.
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Bill se sentó en el pequeño sillón, en una silenciosa esquina del club, mirando alrededor y buscando por todo el sitio a su hermano. No lo había visto desde que habían llegado, y realmente no se sentía muy sorprendido.
Probablemente ya había encontrado a una chica servicial, y ambos estaban discutiendo el arreglo. No es que a Tom le gustase hablar mucho acerca de eso; una vez que estaba encantado con una presa, quería ir directo al grano.
Una pequeña sonrisa se fijó en los labios de Bill ante la recuerdo de la noche anterior. Tom había tratado de anotar con la muchacha incorrecta y en vez de que ella cayera ante él, la chica había hecho que cayera de cara al piso. Su hermano se había desquitado maldiciendo el karate de mierda y a todas las chicas locas, mientras estaban caminando de vuelta al hotel.
Por una vez, a Bill, de hecho, le había gustado la chica que Tom había elegido, a pesar de que el pensamiento le hizo sentirse ligeramente culpable.
Sonrió sin ganas cuando finalmente vio a su hermano bailando con una linda morena no muy lejos de su esquina. Por la manera en que sus cuerpos se movían juntos, Bill podía decir que ella era la presa de esa noche y parecía muy satisfecha con eso.
Bill quitó la mirada y tomó un sorbo de su trago. Él sabía que esas muchachas no significaban nada más que una noche de diversión para Tom, pero no podía evitar sentir celos cada maldita vez, y eso sencillamente le hacía sentirse molesto. Con las chicas, consigo mismo. Con Tom.
Le hacía querer golpear a Tom y decirle que abriera sus jodidos ojos y le mirara a él, no a alguna falda al azar para "juguetear". Realmente le hacía querer herir a Tom justo como él le hería. Le hacía querer pegarle.
Pero sabía que cada vez que trataba de herir a Tom, él mismo también se hería. Así que solo se sentó en la esquina, tomando lo que Tom le daba, cuando Tom se lo daba.
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La sesión de fotos había sido larga, los cuatro no podían esperar a regresar al hotel y descansar. Habían estado cubiertos en lodo y ahora el equipo comenzaba a limpiar; supuestamente tenían que quitarse la ropa sucia y tomar una rápida ducha antes que Saki los llevara de vuelta.
Bill se estiró, teniendo cuidado que su cabello no tuviera mucho contacto con el fango. No estaba precisamente entusiasmado con las fotos, pero podía lidiar con unas prendas sucias. Había esperado que fuera mucho peor.
Lo que no esperaba fue a Tom caminando hacia él, por detrás, con un envase repleto de lodo, Georg observando la escena con una profunda y poco convencida mirada de fastidio, y Gustav sacudiendo su cabeza de un lado a otro.
Cuando el menor de los Kaulitz sintió una sustancia fría cayendo sobre su cabeza, no reaccionó de inmediato. Se congeló en el instante que el lodo resbaló por su cabello, frente y cuello, para perderse dentro de la camiseta.
-Vete a la mierda, Tom -murmuró Bill, aún sin moverse, mientras las carcajadas de su gemelo llenaban la habitación, seguida por algunas de un par de personas pertenecientes al equipo de cámaras-. En serio, jódete, maldito imbécil. -Se giró rápido y le dio su mejor mirada de muerte y furia a su hermano, quién solo rió más fuerte-. ¡Tiraste toda la maldita mierda encima de mi cabello!
-Ése era le punto -admitió Tom, retrocediendo un paso hacia atrás y riéndose por lo bajo-. Luces gracioso.
-¡TOM!
El grito de Bill hizo que las risas se cortaran entre los del equipo, pero la sonrisa de Tom se ensanchó, su lengua jugando con el piercing en su labio en la misma forma que lo hacía cuando estaba muy divertido.
-Oh... ¿mi princesa tiene lodo en todo su cabello?
Bill sintió la furia enfriarse en su pecho por un par de segundos con las palabras "mi princesa", pero cuando procesó el resto de la oración, gruñó furioso.
-Tú -señaló Bill a su gemelo, adelantando unos pasos hacia él-. Eres. -Paso-. Un jodido. -Paso-. Imbécil.
-Vamos Bill, no seas una perra, solo es un poco de lodo -río por lo bajo Tom, y Bill sintió la necesidad de golpearlo. Muy, muy fuerte.
Bill se tiró contra su hermano, pero Tom se movió más rápido y Bill falló, terminando casi en la mesa donde los otros recipientes con lodo estaban. Con una sonrisa de suficiencia cogió uno y volteó.
No, no iba a patear a Tom, iba a ahogarlo en el jodido fango.
-¡Hey! -gritó Tom, con una sonrisa deslucida formándose en sus labios lentamente-. Ni siquiera lo pienses.
-Vamos Tomi ¡solo es un poco de lodo!
Bill sonrió ampliamente y trató de acercarse a su gemelo. Gracias a Tom, él estaba hecho un desastre, así que no tenía problemas con ensuciarse más. En un momento diferente ese pensamiento habría estado relacionado con otra clase de "desastre" y "suciedad", pero ahora realmente no quería pensar en eso. En ese minuto exacto era él el centro de atención de Tom, y eso le gustaba. Un montón.
Finalmente Bill se acercó lo suficiente y el contenido del envase salpicó contra la espalda de Tom. Este se giró y maldijo, mientras Bill tomaba ventaja de eso y tiraba algo más de lodo en su cara.
-¡Mierda, Bill ¡Ahora tengo en la boca!
-Has tenido peores cosas en la boca, Tomi -se burló Bill, y oyó un poco de risas de parte del equipo.
El fotógrafo se acercó a los hermanos con una amplia sonrisa.
-Bueno, considerando que ustedes ya han arruinado su... ehm... cabello -se detuvo levantando una ceja en una expresión notoria de diversión-. ¿Qué tal si hacemos un par de tomas todo cubiertos?
-Está bien por mí –dijo Gustav, y Georg asintió con una sonrisilla.
-No quiero más de esa mierda en mi cabello -susurró Tom y fue el turno de Bill de reírse por lo bajo.
-¿Quién es la niñita ahora?
-Bien. -Tom le dirigió una mirada furiosa, estrechando sus ojos, enojado-. Vamos a hacerlo. -Entonces se volteó para mirar a Bill y sonrió burlonamente-. Y tú todavía eres la niñita.
Bill pensó otra vez en patear a Tom, pero simplemente se encogió de hombros, viendo de reojo la amplia sonrisa de su gemelo.
-Lo que digas, Tomi.
Tom le miró molesto ante el sobrenombre y el equipo puso todo de nuevo en su sitio.
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-Nunca me miras. -Bill no levantó la vista de sus uñas mientras hablaba, y esperó a que su hermano respondiera. Como Tom no dijo nada, Bill levantó los ojos para verle fijamente. Su hermano le devolvió la mirada-. ¿Qué? -preguntó, tornando los ojos.
-Estoy mirándote ahora mismo.
-No quise decir eso -dijo volviendo la vista hacia sus uñas y peleó por no formar un puchero.
-¿Entonces qué quisiste decir? -La voz de Tom era paciente, pero Bill podía oír la exasperación en el tono y eso por algún motivo, le molestó.
-No importa. Olvida que abrí la boca.
-No va a ser fácil porque lo haces a menudo.
Tom quiso decirlo como un chiste, pero únicamente hizo que Bill se molestara más y se parara, dirigiéndose a la puerta
-Jódete Tom.
Tom observó la puerta cerrándose y suspiró, medio-cerrando sus ojos. ¿Qué rayos estaba mal consigo mismo ¿Y qué rayos estaba mal con Bill? Gruñó antes de dejarse caer en la cama tamaño king que compartía con su hermano, y golpeando accidentalmente la pequeña botella de esmalte que Bill no se había molestado en cerrar antes de hacer su escenita. Maldiciendo, Tom trató de limpiar el esmalte del cobertor pero solo logró manchar sus dedos.
Perfecto. Simple y jodidamente perfecto. Bill iba a matarlo.
Pensó en esconder el desastre, pero la puerta se abrió y se sintió como si fuera un venado atrapado por las luces de un auto.
-Olvidé mi es... -Bill detuvo totalmente su camino y miró la cama, entonces las manos de su hermano, y luego la cama de nuevo. Lentamente una sonrisa burlona curveó sus labios y mordió su lengua para dejar de sonreír así-. Sabes que si quieres hacerte las uñas, puedes preguntar.
-No quiero tener las estúpidas uñas pintadas -murmuró Tom, tratando de arreglar el desorden. Bill se le unió y sacudió su cabeza-. Nada más derramé tu... esta cosa.
-Sí, puedo ver eso.
-¿Esta mierda se va salir de mis dedos? -Tom miró de repente hacia arriba y Bill río bajito, tomando la media-vacía botellita de las manos de su hermano y cerrándola.
-Tal vez -dijo con una mueca de burla poniendo el esmalte en su maletín de maquillaje-. ¿Vas a mirarme en el escenario?
-Siempre lo hago. -Tom frunció el ceño, preguntándose porque su hermano estaba siendo tan jodido respecto a eso.
-Tú nunca me miras. -Bill se veía mucho más calmado que hacía unos minutos antes, y Tom tuvo la sospecha que su hermano pudiese ser ligeramente bipolar-. Solo tocas tu guitarra e inspeccionas a las chicas del público de vez en cuando.
-¿Qué...¿Estás celoso del público? -preguntó Tom, con una sonrisa incrédula en los labios.
-Yo... olvídalo ¿ya? -Bill cogió algo de su maletín de maquillaje y alcanzó un pañuelo-. Dame tus manos.
Sin una palabra Tom hizo lo que le dijo y Bill rápidamente quitó la pintura negra de sus dedos. Tom le vio directamente todo el tiempo, pero Bill no.
-Estoy mirándote -dijo Tom suavemente, su lengua jugando con su anillo en el labio-. Ahora mismo.
-Basta.
-Dijiste...
-Solo cállate. -Bill tiró el pañuelo en la basura y puso todo de nuevo en su sitio, parándose rápidamente.
-Voy a mirarte. -La resignación en la voz de Tom hizo que el pecho de Bill se apretara con furia.
-Bien por ti.
Tom agitó sus manos en el aire y Bill se sintió enfadado consigo mismo por pensar que Tom había entendido. Y también se sentía enfadado con Tom por no entender.
Una vez más sintió el deseo de patear a su hermano, pero únicamente se dirigió hacia afuera, pateando débilmente, en vez, un lado de la cama.
-Al escenario dentro de dos horas.
-¿Mis dedos lucen normales?
Bill con una ceja levantada vio a su hermano examinando las yemas de sus dedos.
-Tus dedos están bien. -Bill mordió su labio inferior nerviosamente, arreglando los últimos detalles de su maquillaje. Debían estar en el escenario en unos cuantos minutos.
-¿Estás seguro que esa cosa no va a picarme o algo?
-Es esmalte, no ácido -suspiró Bill, poniéndose delineador marrón y observando el reflejo de su hermano en el espejo. Tom también le miró y sus ojos se encontraron.
-Lo digo en serio. Voy a mirarte -dijo Tom y no hubo señal de broma en su tono-. Solo recuerda que tengo que tocar la guitarra ahí.
Bill no pudo evitar la amplia sonrisa que arrastró sus labios, y Tom asintió, volviendo a la inspección de sus dedos afectados.
-Después, en el escenario-
Era la canción de ellos, por la santísimamierda. Era su canción y Bill estaba justo en frente de él, pero Tom no quitaba la vista de su maldita guitarra.
Era. Su. Maldita. Canción.
Bill quiso gritar y golpear a Tom, pero se mantuvo cantando, dejando que las palabras fluyeran. Repentinamente vio a Tom dar un vistazo de lado, entonces rápidamente volvió a fijarse en su guitarra tan pronto como se dio cuenta que Bill lo estaba mirando.
Eso golpeó a Bill.
Tom lo estaba haciendo a propósito. El maldito imbécil lo estaba haciendo a propósito.
Una sonrisa se formó en sus labios y levantó su pie golpeando débilmente la pierna de su hermano. Una suave, dolorosa patada, y ninguno de los dos se hirieron mientras Tom le miraba brevemente y le dirigía una sonrisa, volviendo a tocar entonces.
Bill siguió cantando, sin quitar los ojos de encima de Tom, sintiendo por primera vez que su hermano estaba realmente mirándole a él.
Fin
Nota: Dejen reviews!! así me suben la autoestima xD
