DISCUSIONES, GRITOS Y SARCASMOS.
Tras la muerte de Dumbledore el ambiente estaba bastante tenso para todos. Eso, sumado al insoportable calor seco de verano nada usual en Inglaterra, hacia aparecer conflictos en La Madriguera día tras día.
Ginny, acompañada de su incondicional amiga Luna, interceptó a su madre a la entrada de la cocina.
-Mamá, ¿por qué Ron puede asistir a las reuniones de la Orden y nosotras no?
Molly pasó la mirada de su hija a Luna y respondió con severidad.
-Ya hemos hablado de eso, jovencita. Los chicos son mayores de edad, al contrario que vosotras, además estamos hablando de asuntos muy, muy peligrosos.
-Se supone que todos formamos parte de esto ¿no? –dijo la rubia con tono calmado-. Si estamos, estamos para todo.
-Seguís siendo menores…
-¡Ya empezamos, no soy una niña, mamá! Cuando mis hermanos eran más pequeños que yo podían hacer todo lo que quisieran y no pasaba nada.
-Tú lo has dicho, Ginevra, hermanos… no es lo mismo.
¿Y qué pasa con Hermione? –preguntó Luna. Ginny asintió efusivamente, agradeciendo la intervención-.
-Es verdad ¿qué pasa con ella?
-Ya está bien –dijo la señora Weasley sin saber bien qué responder-. Se acabó esta conversación absurda. Marchaos.
Ginny estaba cabreada, muy cabreada, y Luna lo sabía por cómo se movía de un lado a otro de la habitación con la cara del mismo color de su pelo, farfullando cosas sin sentido.
-¿Cómo es posible que estés tan tranquila?
-Cambiarán de opinión.
-Y dime, Luna, ¿Cuándo será eso? ¿Cuándo a Trévor le crezcan trenzas? ¿Cuándo tengamos cuarenta años? ¿Cuándo nos hagamos un cambio de sexo?
-Eh, eso podría funcionar. –dijo la rubia con una sonrisa intentando calmarla-. No, en serio, siempre está la opción B.
-¿Hablar con Ronald?
-Además, siempre nos queda la opción C.
-¿Cuántas opciones tienes bajo la manga, Lunática?
Luna agarró a su amiga del brazo y salieron en busca del Trío de Oro, que se encontraban en el alborotado jardín de La Madriguera, especulando sobre algo con secretismo. Las dos amigas se miraron y se acercaron.
Se hizo un silencio largo e incómodo y Luna fue la primera que lo rompió.
-¿Qué hacéis, chicos?
Hermione miró a Harry con urgencia, que apartó la mirada de todos. Ron miró mal a su hermana.
-No es asunto vuestro. Estamos hablando de cosas importantes, y vosotras seguís siendo menores de edad.
Harry y Hermione no desacreditaron al pelirrojo sino que asintieron, provocando en Ginny una mirada asesina.
-¡Oh, discúlpennos, señores maduros e importantes mayores de edad, que no se llegan ni a llevar once meses conmigo! –dijo Ginny, sobreactuada-.
Luna la miraba con su característica expresión de sorpresa.
-Ginny, no es justo que le hables así a tu hermano, sabes que en el fondo tiene razón.
-Oh, Hermione, ¿tú también? –dijo Luna con cara de pena-. Creí que estarías de nuestra parte…
La castaña se sintió algo culpable pero no se retractó en su respuesta.
-Todos formamos parte del ED –dijo Ginny, a punto de perder la poca paciencia que le quedaba- ¿Qué pasa con él?
En ese instante fue Harry el que agachó la cabeza sintiéndose algo dolido.
-Mirad, chicas… nosotros… bueno… veréis…
-Lo que Harry quiere deciros es que no vamos a volver este año al castillo-acabó Ron por su amigo.
Luna y Ginny se miraron incrédulas y soltaron un sonoro "¿QUÉ?" al unísono. Ginny apretó el puño y miró hacia otro lado, Luna se aventuró a preguntar:
-¿Pero por qué?
-Tenemos… cosas que hacer…-contestó Harry con un hilo de voz, Luna abrió la boca de nuevo pero el moreno no había acabado-No, no. No podéis venir.
-¡OH CLARO QUE LOS SEÑORES PUEDEN HACERLO TODO SOLOS PORQUE SON MUY BUENOS Y GENIALES! ¿PARA QUE PEDIR AYUDA? ¡NOSOTROS SOLOS NOS VALEMOS!
Ginny gritaba muy alto y un grupo de pajarillos salió volando cerca.
-¡ES QUE NO DOY CREDITO A LO QUE OIGO! ¿DE VERDAD OS CREEIS TAN BUENOS? ¿QUÉ POTESTAD TENEIS PARA DECIDIR SI NOSOTRAS PODEMOS O NO AYUDAR?-Un grupo de gnomos de jardín salieron corriendo a esconderse asustados por el estruendo. Ginny se calmó un segundo-Y dime Harry ¿Qué pasa con nosotros?
-¿Nosotros?
Luna miró a su amiga consternada y hasta Hermione se llevó las manos a la cabeza.
-Voy a obviar esa pregunta por tu bien. Vamos Luna, opción C en marcha.
Se dio la vuelta para volver hacia la casa y los otros tres la imitaron.
Todo fue demasiado rápido, se giró sobre sus talones y pilló a Harry por sorpresa cuando le cruzó la cara con toda la mano abierta.
Todos se quedaron petrificados ante tal acto. Ginny actuó con naturalidad y se volvió a girar hacia La Madriguera.
-Nos vemos en la cena -dijo arrastrando a Luna.
