¡Advertencia!: La siguiente historia contiene material de la 4 temporada de Sherlock. Si no quieres enterarte de que va la trama, o si no la has visto, abstente de leer la historia.

¡Hola de nuevo! Pues... ¿Qué puedo decir? Vi la temporada 4 y hubo muchas, muchísimas cosas que quería reparar. Por eso creo que cada uno de estos capítulos es tan largo. Al final creo que solo "repare" lo más importante. Este capítulo solo fue reparado el final, y quise que hubiera una idea de lo que podía decir la enigmática carta/mensaje de John.

¿Qué es lo más importante que hay en esta historia? Si, como lo adivinaran, Johnlock. Había muchas cosas que aclarar (como el Mystrade) y de verdad que me hubiera encantado reparar todo, pero el tiempo fue corto. Así que solo encause la historia a su verdadero final jaja LOL.

El titulo viene de todas aquellas cosas que no se dicen, y que prefieren enterarse. Y cada nombre de cada capítulo hace referencia indirecta a su titulo original

En resumen, lo que aquí se reparo fue: el disparo (lo siento, pero no creo que Mary fuera tan sacrificada), el que John estuviera eternamente enojado con Sherlock (ya no tenía tantas razones), mate a un personaje que no muere en el original y di vistazos de toda la tormenta. Así que, no se extrañen. Eso si, no soy muy descriptiva con lo que llamo "contenido reciclado" es decir, aquellas cosas que uno tiene que retomar para "arreglarlas". En fin...

Disclaimer: Los personajes aquí me presentados no me pertenecen. Le pertenecen a Conan Doyle y en la versión de la BBC a Steven Moffat y Mark Gatiss. Si los personajes me pertenecieran, quizás Sherlock y John hubieran terminado juntos. Que si, mis deditos picaban de la pura idea jaja.

Todas las dudas, sugerencias y comentarios son bien recibidos. Puede ser que me haya tomado algunas "licencias creativas" con el contenido original. Lo que significa que probablemente olvide muchas partes, haganmelo saber. recuerden que cada review es un poco de vida al escritor.

Muchas gracias por tomar la atención de leer esto, espero que lo disfruten. ¡Nos leemos pronto!

Este fanfic participa en el reto especial "¡Puedo repararlo!" del foro I am sherlocked.


"Seis posibilidades,una razón."

Mientras Sherlock iba a la locación favorita de Vivian Norbury,el acuario de Londres, iba pensando en los mensajes que acababa de enviar. Esta seria la conclusión de largos meses de tener los nervios tensos. Sentía que después de todos esos meses,esos años de estar en una constante montaña rusa de emociones todo terminaría. Un par de oraciones con un toque dramático y aquel escenario de crimen vería caer el telón. Al fin,después de tanto tiempo unas pocas palabras servirían para poner todo en orden. Cuando envió los mensajes sus dedos picaban. ¿Pero qué se le estaba escapando? ¿Alguien más jalaba delos hilos del destino? Era poco probable. Todo terminaría ahí, esa noche.

Iba solo,como siempre había estado, pero ya se había acostumbrado a esa idea. Le tomo tiempo aceptar que ya no volverían a ser jamás él y John, pero ¿Qué importaba? Su amigo era feliz al lado de Mary y el podía ser feliz por él. Y, si tenía que ser sincero, le alegraba que la mujer con la que John compartiría el resto de su vida fuera alguien como ella. Ella había jugado limpio y había ganado el corazón del doctor, y sin ella no estaría Rosie en sus vidas. Prefería tener a John cerca como amigo que hacer algún movimiento brusco y perderle para siempre, por que, si conocía bien a John Watson, el era un hombre integro,que jamás sería capaz de engañar a su esposa o de pensar en un separación y menos si involucraba cambiarla por una compañía de dudosa moral. Y el que fura un hombre también importaba, suponía.

Cuando se bajo del taxi casi tenía una sonrisa en los labios. Ya le había avisado a Mycroft y a Lestrade, por que en ocasiones eran necesarios los refuerzos y para que fueran testigos de la dulce conclusión. Todo eso era tramite, solo que Sherlock Holmes jamás se resistía a un toque dramático. Por que, ¿qué tan lejos podía ir una mujer tan patética como esa? Era una simple oficinista más. No podría hacer mucho daño, no más que el de alguna mente criminal muy trabajada. Alguien como Moriarty.

Al ver a la mujer y comenzarle a hablar Sherlock sabía perfectamente que la mujer tenía seis posibilidades de diferentes reacciones:

1)Al verse acorralada intentaría huir. Esa era la más probable, por eso la cercaría. Los criminales entre más patéticos eran más predecibles. Esa mujer había hecho a sufrir a Mary, le había causado mucho dolor e indirectamente también a Sherlock. Él había jurado proteger a John y a Mary e iba a cumplir esa promesa.

2)Confesaría los crímenes y se entregaría gustosa. Ese era el escenario que casi nunca sucedía pero que haría todo más fácil. Y aun,debajo de todas aquellas cosas,tenía esperanza.

3)Nunca confesaría los crímenes pero no opondría resistencia. Bueno, algo era algo.

4)Confesaría los crímenes pero escaparía. El sueño de todo criminal, presumir y obtener la momentánea gloria mientras todos sus ayudantes montaban una escapada gloriosa. Aunque estaba claro que era solo una persona contra todos. Era poco probable que hubiera obtenido ayuda de nadie,ya lo había dicho Mary "las telefonistas siempre saben todo." Pero eso no significaba que alguien le ayudara en la huída.

5)Intentaría lavar su culpa en un tercero. Algo como "alguien me dijo que lo hiciera" no era poco común entre los diferentes criminales. Eso de "lavar la culpa" lo había llevado a un montón de casos de infidelidades. Pero si Vivian era la persona que creía, ella no intentaría algo tan bajo.

6)Y la última pero no descartable. Opondría resistencia de alguna manera. Aunque ¿Qué miedo podría causarle una vieja mujer sin destreza física? Estaba claro que si hubiera tenido más fuerza física o algún otro tipo de talento

Una vez que estuvieron frente a frente y Sherlock comenzó a hablar no pudo detenerse. Ya estaban todos ahí, incluso John que había llegado a tiempo para presenciar el desenlace. Su amigo le estaba haciendo incanpie en que se estaba luciendo y lo estaba haciendo. Era su manera de vengarse por que esa mujer había infligido mucho dolor en sus vidas. Y luego todo sucedió muy rápido. Demasiado rápido. Tuvo esa vaga sensación llamada "deja vú". Él parado frente una mujer que le amenazaba. Y, por su experiencia previa sabía que aquella mujer tenia una ventana de oportunidad. Y luego, solo sintió otro tipo de dolor en el pecho. El del miedo,cuando en lugar de sentir el disparo escuchó un grito de dolor.

Al ubicar el sonido y ver caer a John, su instinto se activo y solo logró correr hacia él, mientras no veía que a la par de dos detonaciones Mary abatía a Vivian Nordwood limpiamente. O eso creían.

—John, John,¿Estas bien?—Sherlock estaba realmente asustado. En todas sus aventuras jamás pensó en la posibilidad de perder a su amigo. Prefería él recibir la bala, aquella bala que casi lo mataría que perder a el mejor hombre que jamás conocería.

—Cariño,¿Estas bien?—Dijo Mary corriendo tras Sherlock. Vivian estaba muerta en el piso del acuario. Y todos en esa habitación tenían la suficiente sangre en las manos como para que les remordiera la conciencia el haberse librado de un alma tan rencorosa.

—Si, tranquilos los dos, solo fue un rasguño parece ser...—Intentó sonreír a ambos pero el dolor no le daba espacio para ponerse muy alegre. Genial, otra bala. John Watson ya podía acumular un mapa de cicatrices de balas. Ojala y esa no le diera otro dolor psicosomático.

—Me alegra tanto...—Tan solo terminar esa frase las rodillas de Mary se doblaron. Mycroft y Lestrade estaban intentando decidir que hacían primero y por eso no prestaban mucha atención a lo que ocurría.

—Mary, ¿Mary que pasa?—John no podía hacer nada, la cabeza le empezaba a dar vueltas, por eso Sherlock evitó que viera lo evidente: la mancha de sangre se extendía por todo su pecho.

—Lo, lo siento John...—Al fin Mary había sucumbido al dolor. El disparo de Vivian si había acertado, y justo en medio de su pecho. Fue vida por vida.

—Mary...No, no por favor— La desesperación en la voz de John hacia que la sangre dentro del cuerpo de Sherlock se congelara.

—Mary...—¿Qué decirle a esa imposible mujer? Ella le había salvado la vida, por que en cierta manera había salvado a John y John era su vida. Si, el disparo había casi destrozado su corazón. Pero las certezas que había obtenido de todo ello se lo habían regresado. En su convalecencia había entendido que a veces las cosas suceden por un motivo más elevado. No podía irse, tenía que estar bromeando.

—Sherlock.¿Ya te dije que me caes muy bien?Sin rencores por la bala, ahora se que duele de los mil demonios—Mary sonreía. Si, le creía. A él también le caía muy bien Mary Watson.

—Mary no...—Y al ver que la vida se escapaba lentamente de sus ojos supo que tenía solo una oportunidad de disculpar todo—También me caes bien. No tengo que disculparte nada. Entiendo tus motivos. Los dos queríamos lo mismo—No sabía por que se estaba despidiendo. Y evito decir "queríamos a la misma persona" Eso no era una despedida ¿verdad? Mary se pondría bien ¿verdad?

—Las cosas al final te alcanzan ¿Cierto? Lamento esto. Prométanme que cuidaran de Rosie—Las lagrimas anegaban el rostro Mary.

—No, no... no digas eso—John intentaba ayudarla, pero no podía hacer mucho y Sherlock estaba congelado. No sabía que hacer, eso no podía estar pasando. No ahora que todo había terminado, no ahora que la felicidad se sentía debajo de los mismo dedos que tanto le habían estado molestando.

—Oh, fui enfermera no me mientas. Se exactamente que paso. Solo quiero que sepas que ser Mary Watson es lo mejor que me ha pasado en la vida. Tú y Rosie—La respiración de Mary se iba haciendo más frenética mientras su volumen bajaba.

—Mary... No, por favor no me dejes. No...—Sherlock quería dejar de estar ahí. Pero justo cuando pensaba en marcharse Mary Watson había dejado de existir.

John simplemente se había desmayado después de eso, mientras Sherlock gritaba a todos por una ambulancia, por que le debía a los dos estar un poco más entero. O demostrarlo. Ya que en cuanto todo estuvo arreglado quería vomitar. El aire en sus pulmones se había evaporado, el mundo giraba y en solo unos cuantos minutos había perdido literal y figurativamente a dos de las personas que más quería en el mundo.

Cuando John abrió los ojos en el hospital supo la verdad. Y solo en ese momento supo cuanto odiaba la situación. Supo que odiaba todo, a todos y por supuesto una buena parte a Sherlock Holmes. Holmes y sus ridículas y peligrosas ideas sobre la felicidad.

—John, yo...—Lo primero que pudo ver era la cara culpable y acongojada de Sherlock Holmes. Y eso no le ayudo a su estado de animo.

—Callate Sherlock Holmes, sal de mi vista—No quería verlo y saber que no sabía que podía ocurrir con cualquiera de los dos. Con todos esos sentimientos encontrados que fluían dentro de él.

—John...—Su tono era lleno de precaución, lleno cautela. Y sobre todo, lleno de compasión. El amaba a John. Y amo a Mary. Y por su culpa ahora había herido irreparablemente a los dos. Los había perdido.

—¡Sal de mi vista he dicho! Todo lo que haces, siempre causa daño— La ira comenzaba a subir por su cuerpo, su monitor cardíaco no tardaría en reaccionar al sentimiento de desesperanza que estaba sufriendo.

—John...—¿Qué decirle a John? Ni siquiera entendía cual razón darle o que sentir.

—Todos los que te aman terminan lastimados. Lo sé. Y aun así... aun así me quede a tu lado ¿Debo estar demente verdad?—John empezó a reír con una risa que intentaba ocultar un llanto.

—Todo esto es un un error todo...Voy a...—Sherlock estaba desesperado. ¿Cuantas veces podías romper a una persona? De seguro el ya había roto el record dañando los sentimientos de su... amigo.

—¿Arreglarlo? ¿Cómo? ¿Acaso crees que todos pueden regresar de la muerte? No todos sobreviven a la caída— Los siempre amables ojos de John ahora solo eran dos bloques de hielo. La ira poblaba cada pequeño recoveco de los mismos.

—Yo no...—Sherlock quería morir. El quería que aquella bala le hubiese pegado a él. ¿Quien necesitaba de Sherlock Holmes? Nadie. Si, quizás su madre, su padre y Mycroft se sentirían tristes,pero él era solo el gran "detective consultor". Él no era alguien que fuera amado por otra persona. Alguien a quien otro ser humano necesitara por que era su corazón. El era solo cerebro. Y eso ya no servía por que su cerebro había tenido un fallo y ahora ni eso le servia.

—¿No era tu intención? Con un demonio Sherlock prometiste protegerla, a las dos... a todos...—El doctor Watson comenzaba a hiperventilarse y su monitor no tardaría en hacer que las enfermeras entraran.

—John yo... Será mejor que vaya con Rosie...—Dijo nervioso Holmes. No deseaba que las enfermeras lo echaran de la habitación. No deseaba que John le odiara con una buena justificación. Sabía que, tal vez no hubiera nada que hiciera que le permitiera recuperar a su amigo. Ni hablar de los sentimientos que guardaba en su corazón.

—No te quiero cerca de nosotros, ya no—Con eso Sherlock se levantó de la silla en la que había vigilado la salud de su amigo la noche pasada mientras arreglaba todo para el funeral de Mary. Esa era la declaración. John ya no lo quería en su vida y él no podía hacer nada. No podía reparar ese error o disculparse. John tenía razón, a veces las disculpas no servían para todo.

Días después fue a la casa de su amigo. Nadie le abrió la puerta. Y se iba a rendir cuando en ese momento escucho ruidos dentro de la misma. Sabía que Rosie estaba con Molly en casa de la forense y esos ruidos solo podían significar que John estaba solo en casa ¿Qué hacía John? Temiendo lo peor tiro la puerta abajo y encontró a un ebrio Watson inconsciente en la alfombra.

—John despierta, John—Sherlock le daba palmadas en su cara a John.

—Ahora resulta que estas feliz por que se cambiaron los papeles ¿no? El drogadicto salvando al doctor —John no enfocaba y peleaba patéticamente con su amigo. Y de repente solo se dejo hacer.

—Yo, yo no puedo seguir Sherlock—Dijo cuando el detective lo puso en el sillón de su sala de estar. Aquella que había construido con el amor de su esposa. Su esposa que ya no estaba en el mundo.

—Rosie te necesita —Ninguno de los dos dijo nada. Era la verdad. Ambas oraciones eran la verdad.

—¿Y?— John no quería levantarse. Irónicamente ahora entendía mejor que nunca las adicciones de su amigo. Tal vez solo había necesitado caer. Y estar solo. Y ser un adicto a cosas que terminaría dañando todo lo que amaba. Bien, era el momento de regresar a tocar el clarinete para ver si también había desarrollado el gusto musical.

—Mary no era de las que le daban su confianza a cualquiera. Mucho menos una oportunidad de vida—Fue lo que contesto fríamente Sherlock. Si alguien podía decir eso era él. Mary había salvado su vida de manera real y figurativa.

—Vete, no eres quien para darme sermones sobre lo que debo hacer con mi vida—Le escupió John. No soportaba que ahora él fuera el que le hubiera fallado a alguien. Él no era de esas personas. Él era el racional.

—Tienes razón...—Y por segunda vez decidió que lo mejor era dejar a John solo. Sabía que el trabajo curaría su dolor. Y le estaría vigilando de cerca. Por más que quisiera quedarse a cuidar de él, sabía no podía ir más lejos. Y al querer pasar por la puerta, vio un papel con su nombre en él. Era lo que parecía una carta y decidió tomarla, aprovechando que John se había quedado dormido. La tomó, aun sin seguridad de querer saber que decía.

Ya de regreso en Baker Street, después de mandar a Molly y a Graham a visitar a John y que estos intentaran ponerlo en cintura, decidió leer las palabras que John. Se dio cuenta de que era una especie de nota y que no estaba terminada.

Sherlock:

Hemos pasado juntos por un infierno. No quiero decir que siempre haya sido tu culpa, pero desde que entraste a mi vida la has llenado de demasiadas sensaciones. Yo solo quiero decir que, el tiempo que hemos pasado juntos ha sido maravilloso y tormentoso. No sé si echaré de menos tus interminables serenatas nocturnas o tus disparos a la pared siempre que estabas aburrido. Quizás el ver que en el refrigerador haya más partes humanas que comida... todas tus excentricidades que es lo que me ha echo regresar una y otra vez.

Amo a Mary más que a mi propia vida. Y tal vez por eso estoy haciendo esto. Aunque si he de confesar,no es la única persona que yo he amado en mi vida,en realidad

Sherlock buscó el pedazo final de la nota, pero no lo encontró. ¿Y si se le cayó en el camino? Y se fijo que era una nota que estaba fechada un poco después de que el regresara. De cuando había conocido a Mary. Creía entender de que iba el asunto.

Justo cuando estaba atando cabos, llegó la Sra. Hudson con un sobre para él. No era una nota de Moriarty como inicialmente había creído. Era una de Mary.

Habia un video en donde ella le decía cara a cara las cosas. Pero había otra cosa, una pequeña nota, en ella decía:

"Yo también se algunas cosas. No te preocupes por eso, tengo una corazonada. Gracias y cuidate. Mary"

Sherlock estaba más que intrigado. El video solo era la manera en que ella le encargaba a John. "La persona a la que los dos amamos". La nota solo confirmaba sus sospechas: Mary siempre supo lo que Sherlock sentía por John y tal vez ella también sabía lo que John sentía por ambos. Quizás, del grupo era la más inteligente, la más amable. Y ahora ya no estaba para seguir metiendo en cintura al par. No podía no extrañarla. Tal vez le había robado a John, pero había sido una pelea justa. Además de que había sido culpa de Sherlock. Demasiados "y si"en el aire como para ignorarlos. Decidió dar una vuelta por su Palacio Mental solo para evitar ponerse sentimental

—¿Si sabes por que no termino esa nota verdad?— La figura de Mary Watson le hablaba desde su Palacio Mental, lo cual no era una sorpresa, considerando los sentimientos que estaba tratando de evitar. Desde que lo había salvado era como si se hubiera convertido en su consciencia. Con ello soñaba todas las noches. Con decirle lo que siempre le quiso decir. Ya hasta estaba considerando que debería mencionar "alucinaciones" en su terapia. Ya hasta había empezado a ir a terapia, lo cual hablaba de la clase de sueños que estaba teniendo. Pero no sabía si se debía a un golpe emocional o que ya no controlaba lo que usaba de drogas.

— ¿Qué es lo que John no me quiere decir?— Le contestó el detective consultor a la sombra de la esposa de su amigo.

—No lo sé... ¿Por qué no le preguntas la próxima vez que lo veas?— Le reto Mary. De seguro ella sabía todo lo de su esposo. A Sherlock siempre le cayó bien. Hubieran resuelto esto. Le hubiera gustado más compartir el amor de John que quedarse sin ellos dos. Llenaban de luz su vida, y ahora estaba vacía.

—No creo que el se aparezca por aquí hasta dentro de mucho tiempo—Contestó con amargura el detective consultor. El, Billy y la Sra. Hudson viviendo en el 221 de Baker Street siempre era el escenario del futuro.

—Entonces creo que lo mejor será que pongas manos a la obra en algo que realmente despegue tu interés—Le sugirió Mary con una sonrisa de oreja a oreja. Claro, esa era su chica.

—¿Te refieres a un caso?—Le contestó escéptico Sherlock. Tenía que admitir que era una buena idea.

—Me refiero a un buen caso—Le dijo Mary. Y pues solo quedaba eso. Casos y morir lentamente. Por que ya no podía esperar que John le perdonara. Si alguna vez hubo amor en el corazón de su amigo este se había acabado en cuanto se interpuso entre el doctor Watson y sus sueños.

Y sin más se puso a revisar que es lo que podría hacer para traer a su amigo de vuelta, para que pudiera pensar con tranquilidad. Era el momento de resolver uno de los casos más complicados de su vida. Y se ser "El gran detective consultor Sherlock Holmes". Por que no podía ser solo el deprimido y abatido Sherlock el resto de su existencia.