Caminaba tranquila, aun era de dia.

El bosque era lo mejor de vivir en Forks, tenía tanto que ver, tanto que descubrir. Llegue a mi parte favorita, la vereda que llevaba al claro donde solía ir de pequeña, mi padre, Charlie, me había perdido por 6 años, cuando mama me llevo con ella a Jacksonville, no me quejaba, ella era mi madre, pero es tiempo de volver. Camine adentrándome más y llegue al centro del bosque, mire el cielo…

Estaba oscureciendo, ya podía ver los colores rojizos del crepúsculo.

-dios...debo irme ahora-murmure, este ya no era mi tiempo, ahora las criaturas comenzarían a aparecer.

Camine desesperada, tratando de no caerme y alertar a alguna cosa de mi presencia, cuando me di cuenta, estaba perdida. Las lagrimas de impotencia corrían por mis ojos, ¿Qué mas podía hacer? Era la regla principal de Forks, si no quieres problemas, quédate en casa de noche.

Un sonido se escucho a mis espaldas, pero no voltee la vista, oí una respiración tras de mi.

-¿Qué eres?-al menos eso podría saber.

-tu pesadilla-murmuro una vos dulce y sedosa, que ocultaba la cruel naturaleza, se oyó otra respiración a mí otro costado.

-cazan en grupo ¿Hu? Hombre lobo, o vampiro-dije con seguridad.

-ambos-murmuro otra, era ronca, con una entonación tosca.

-vaya…-me quede callada.

-¿no tienes miedo?-pregunto la vos sedosa.

-¿Por qué habría de tenerlo?-pregunte sorprendida.

-vas a morir-respondió, me voltee a verlos, uno de ellos, lo reconocí al instante, era vampiro, tenia la piel blanca como cal, unos ojos negros intensos y cabello broncíneo, era realmente atractivo. El otro, supuse que era el hombre lobo, tenia cabellos negros, muy musculosos y una piel morena.

-no le tengo miedo a la muerte-les respondí con firmeza.

-¿y porque lloraste al verte perdida?-me pregunto el hombre lobo.

-porque no sabia lo que me pasaría, la ignorancia a tu destino siempre te llena de temor, es cuando llega la muerte y estas seguro, que todo es mas fácil, y yo me he resignado-les dije, al ver que no hablaban, me senté en el suelo, esperando.- ¿les comió la lengua el gato?-pregunto con una sonrisa.

-no, solo eres rara-me respondió el hombre lobo, respondiendo mi sonrisa. Tal vez no vaya a morir, pensé. Al menos pude tener esperanza, hasta que la luna llena se revelo y una brisa meció mi cabello, los colmillos del vampiro crecieron y el hombre lobo entro en fase con rapidez.

-¿me podrían decir sus nombres?-pedí.

-Edward, el es Jacob, y ¿tu?-me dijo el vampiro.

-aunque no creo que importe, soy Bella. Fue un placer Edward, Jacob, si pueden,

No sean muy rudos-pedí…segundos después, una respiración se sintió en mi cuello y el aullido de un lobo resonó, anunciando la llegada de la noche, el momento donde todo acabo.