Hola, hace ya bastante no me paso por aquí.
Estaba pensando mucho en escribir algo de Egoist y lo intente varias veces pero al final nada salía, y pensé tal vez deba probar con Terrorist y esto fue lo que salió, vamos a ver qué les parece :3. Cronológicamente está ubicado después del acto diez del manga y antes del once.
Aclaraciones: los pensamientos de Shinobu estarán en cursiva y lo de Miyagi en negrita cursiva, aunque creo que se entiende sin necesidad de esto XD
Como siempre, los personajes son propiedad de Nakamura- sensei.
Ahora si, a leer!
…..
¿Por qué no vienes?
Esta historia comienza en el departamento de un chico rubio llamado Shinobu. Él está sentado en el genkan de su casa frente a la puerta, mirándola con una mezcla de frustración y furia.
"Estúpido viejo" pensó una vez más Shinobu, bufando. Estaba sentado abrazándose las rodillas y de la depresión que sentía cayo de costado al suelo sin soltar sus piernas.
Hacía ya una semana había decidido esperar a que Miyagi lo visitará a él, ya que vivían a una puerta de distancia, y además tenían las llaves del apartamento del otro pero después de este tiempo y muchas horas sentado frente a la puerta esperándolo, el profesor seguía sin dar su brazo a torcer y por tanto aún no se había aparecido por su casa.
"Debí suponer que no vendría- pensaba el rubio desanimado- a pesar de todo lo que hemos pasado aun siento que lo presiono a quererme, siempre lo estoy persiguiendo y sigo pensando que soy solo una molestia para él, ¿seré solo eso?, tal vez debería marcharme y dejarlo en paz".
El pobre chico de pensamiento en pensamiento se fue hundiendo en un estado depresivo, pero su orgullo era bastante grande, por lo cual le puso un alto a la tristeza y mejor pasó a la frustración.
"Estoy harto, si no quiere verme, pues que no lo haga entonces- grito exasperando desordenándose el cabello y levantándose en un brinco- Ese molesto anciano debería estarme persiguiendo, espero que este feliz sin tener una molestia como yo a su lado, ¿Quién lo necesita?
Sin más salió de su casa camino a la biblioteca con la idea de llenarse la cabeza de otras cosas que no fueran Miyagi y adelantar los trabajos que se le estaban acumulando por estarlo esperando, sin éxito.
En otra parte de la ciudad, más específicamente en el sofá de la oficina del departamento de literatura de la universidad de Mitsuhashi, un profesor de cabello oscuro y ojos azul grisáceo llamado Yoh Miyagi, estaba recostado fumando el ultimo cigarrillo de la tercera caja que consumía en el día (y apenas era mediodía). Puede parecer extraño que fume tanto y que su rostro este lleno de ansiedad, su estado se debía a una sola persona, y ese no era nadie más que Shinobu.
Hace una semana que el ojigris de carácter fuerte no aparecía por su casa, a pesar de vivir a una puerta de distancia y andar siempre persiguiéndolo. Además tampoco lo había llamado ni le enviaba ningún texto. La abstinencia de verle le estaba pasando factura y cada vez se ponía más ansioso, el no escuchar la bonita voz del chico por ningún medio lo tenía muy desesperado.
Muchas veces cuando llegaba a su casa, le llegaban los sonidos amortiguados del departamento de su vecino, principalmente antes de la hora de la cena cuando el chico cocinaba su especialidad, repollo, porque lo cortaba violentamente produciendo sonidos bastante fuertes. En esos momentos conteniendo la risa lo atacaba la necesidad agobiante de ir corriendo hasta él, pero se daba cuenta de lo ridículo que era para un adulto como él estar pensando de esa manera y al único lugar al que terminaba por correr era a la caja de cigarrillos siendo la nicotina lo único ligeramente efectivo para calmarlo.
Saliendo de estos pensamientos el profesor sintió que su cara se estaba calentando poco a poco y sentándose sacudió la cabeza con la esperanza de que el calor se esfumara. "Me niego a sonrojarme al pensar en Shinobu-chin, ¿qué acaso soy un chiquillo?"
"Demonios, contrólate Miyagi- murmuro mientras se daba una palmada en la mejilla- Eres un adulto, un viejo prácticamente, deja de comportarte como adolescente enamorado- se levo la mano hacia el cabello y se lo hecho para atrás totalmente frustrado"
Su orgullo, al igual que el de su pareja, era bastante grande, por lo que se consoló diciendo "Estoy seguro que Shinobu-chin esta tan desesperado como yo, dejare que el venga a mí- se animó apagando su cigarrillo y se acomodó la corbata para ir a su siguiente clase- Solo espero que venga pronto, ya no aguanto"
Cuando Shinobu salió de la biblioteca eran ya las ocho de la noche, por lo que se apresuró a su departamento, pensando que el profesor ya debería haber salido del trabajo, pero sacudiendo la cabeza repentinamente recordó que a él eso no le interesaba.
"Estúpido viejo" Bufó por centésima vez desde que salió su hogar.
Mientras realizaba sus trabajos las dudas sobre los pensamientos del pelinegro se habían ido despejando en su cabeza, aunque parezca mentira, porque él bien sabía que si el hombre no lo quisiera aunque fuera un poco jamás hubiera dicho las cosas que dijo frente a la tumba de su sensei y las que le repitió en la playa cuando no se atrevió a creerle. Pero entonces ¿por qué es tan frio con él? Eso si no lo entendía.
"Debe de ser porque aún no se acostumbra a que los dos seamos hombre y por la diferencia de edad que hay entre nosotros- suspiro frustrándose un poco más- aunque a mí eso nunca me ha importado, Miyagi no piensa de la misma forma tal vez lo estoy presionando mucho, y se encuentra confundido nuevamente"
Entre pensamiento y pensamiento llego al pasillo donde se encontraba su hogar pero al ir tan concentrado no se fijó en la persona que estaba a punto de tocarle el timbre. Para buena suerte de esa persona él sí vio al chico y reaccionado rápidamente corrió hasta ocultarse en el final del pasillo donde quedaba oculto por la sombra.
"Uuuuffff eso estuvo cerca- pensó observando al ojigris, respirando agitadamente- ¿Por qué Shinobu-chin parece tan triste?
El rubio tampoco lo había notado, que su estado de ánimo era de tristeza, y al profesor al verlo así sintió algo incómodo removerse en su interior, haciéndole sentir bastante culpable. Aunque ni el mismo comprendía el por qué de ese sentimiento, si comprendía que no se había dado cuenta de cuanto extrañaba al chico y recordó cuanto le gustaba tenerlo cerca.
"Ríndete mocoso y ven a mí, de prisa" murmuro dirigiéndose a su hogar cuando ya no corría peligro de ser descubierto.
En casa del rubio, el chico se encontraba medio sentado, medio acostado en el sofá de la sala, ahora sí, dándose cuenta de lo triste que se estaba poniendo. Pero no quería perder, no quería tener que ir a ver al profesor sabiendo que Miyagi seguramente estaba bastante tranquilo sin su presencia.
"Debería ir solo para poder quitarle esa tranquilidad- dijo haciendo puchero- Además realmente quiero verlo, aunque él no quiera verme a mí"- pensó poniéndose triste nuevamente- "No, no quiero darle el gusto, mejor me quedo aquí y preparo mi cena"
Ahora en casa del profesor, este seguía fumando, caminando alrededor de la sala como animal enjaulado. Su límite se acercaba peligrosamente y ya ni siquiera le importaba estar teniendo ese tipo de pensamientos aunque fueran inapropiados para su edad.
"Demonios en serio necesito verlo, ya no lo aguanto más- pensó Miyagi deteniéndose de golpe- No me importa como estoy actuando, ni siquiera me importa darle el gusto al mocoso, seguro que se pone feliz de verme. Además me gusta verle cuando sonríe"
Se dio cuenta que ya estaba exagerando en lo ridículo de sus pensamientos pero ya no podía importarle menos por lo que corriendo más emocionado de lo debido se dirigió a la puerta.
En el departamento contiguo sucedía algo similar. Shinobu ya desesperado por ver a su pareja se dirigió a la puerta sin importarle darle gusto al pelinegro, necesitaba verlo y nada más importaba.
Así ambos personajes, uno rubio y el otro azabache, ambos orgullosos pero ninguno de los dos fuertes cuando se trataba del otro, abrieron la puerta al mismo tiempo, volteando a ver al departamento del contrario, atraídos por el sonido. Sus miradas chocaron e instantáneamente una sonrisa se instaló en el rostro de ambos. Jalados casi magnéticamente corrieron la poca distancia que los separaba y se abrazaron sin importar que estaban en medio del pasillo.
"Te estaba esperando" susurraron ambos al mismo tiempo.
…
Espero les haya gustado. Es la primera vez que escribo con este tipo de narrador por lo que si tengo errores o suena muy mal díganmelo para poder mejorar. Además si los personajes no tienen la personalidad correcta también me avisan por favor. Sin más que agregar…
Gracias por leer!
