Notas de Pulpomolcagetero: Primero que nada, esta historia se la dedico a mi querido Alex The Teknian, a quien considero mi amor, pues al pensar en ti me hace muy feliz.
Esta historia es tal vez la primera historia de amor que escribo, es un amor entre dos hermafroditas, dos personas que han convivido mucho, y si tendrá momentos difíciles, es porque todo tiene que buscar su camino. ¿No creen?, si no puedes leer historias de dos personajes "masculinos" por favor no lo leas, pero si consideras que después de todo los Namekuseines no entran en esa categoría pues adelante, lee, tal vez te guste.
Por ultimo, esto sucede entre Piccoro y Dende entre la época posterior al final del manga, es una historia de amor algo complicado. Tratare de conservar en medida de lo posible la personalidad de los personajes, excepto posiblemente Dende en algunos capítulos, pero eso se deberá a un estado descontrolado en el que va a entrar, pero el volverá a ser normalmente el chico amable y dulce que siempre ha sido.
30 de Abril del 2015
Nota adicional: Yo no soy la autora de la portada de este fic, la artista es la genial ConceptCat (Amanda) a quien agradezco por que me dio permiso de usar su obra, ella es muy talentosa con sus trazos con los namekusein. Pueden encontrar mas de su arte en Deviantart , se los recomiendo.
Instinto primario
Capitulo 1: Todo cambia
21 años antes...
Piccoro se encontraba bastante confundido al respecto, cuatro compatriotas suyos habían hecho un vuelo directo al desierto donde normalmente se encontraba solo, bueno, antes de los sucesos de los últimos dos años, se dio cuenta que estos namekuseines eran poderosos, sentía que venían en una actitud retadora a pesar de su aparente postura de visitantes pacíficos.
-Vaya, y ahora que pasa que soy tan popular estos días entre los namekuseines?- dijo algo descarado mientras el mas fuerte de los cuatro, el sabia que lo que estaban por hacer era una maniobra loca y desesperada, ¿pero que mas podían hacer?
-Nail, escúchanos, no puedes quedarte en este planeta. Tu lugar es con nosotros.
Piccoro puso una mirada fastidiada mientras movía taimadamente su cabeza.
-Nail, Nail, Nail... Siempre Nail...- El malicioso namekusein no tardo mucho en darse cuenta de que ellos lo miraban como si estuviera loco, en realidad estaba estresándose por estas constantes presiones para ir con ellos a ese nuevo planeta. - ya les he dicho un montón de veces que soy Piccoro, pero ahí van de necios y vuelven a llamarme Nail.
-Está claro, comprendemos que Piccoro es la personalidad dominante, pero también esta Nail ahí dentro. El es nuestro hermano, su lugar es con nosotros. Ven con nosotros, ya no tienes que vivir aislado. -a pesar de ésas palabras, el namekusein seguía moviéndose con cautela, como si temiera algún acto de represalia sólo por la cercanía, por muy bien intencionados que se mostraran, el comportamiento de Piccoro les parecía completamente anormal, demasiado hostil y huraño, sin mencionar esa actitud arrogante. Si, para los namekuseines él era un desequilibrado mental, pero le necesitaban, pero lo importante era que no se diera cuenta.
-Pues saben qué, yo soy perfectamente capaz de bastarme a mí mismo, no necesito su lastima. -dijo agresivo y hasta déspota, odiaba cada momento que ellos estaban cerca, porque su mente se veía invadida de esos recuerdos que no le pertenecían, afectos de otro, ese amor era de Nail, no suyos. Y eso era a lo que más temía, a que en un momento esa delgada línea que le diferenciaba de Nail se difuminará tanto hasta desaparecer y por lo tanto olvidarse de sí mismo, amaba a su gente, pero los consideraba también una amenaza a su propia vida. Lo único que le quedaba era algo bastante simple si quería seguir siendo Piccoro, hacerse odiar por ellos. - saben que pienso de esta charada de "nos preocupamos por ti", que en el fondo es porque necesitan que yo los proteja, pues saben que, yo solo protejo al número 1, yo.- Decía mientras se señalaba a sí mismo con una sonrisa que le daba un aspecto ruin.- además tengo mejores planes que jugar al granjero, este planeta me gusta tanto que planeo conquistarlo.
-¿Qué cosa?- dijo uno de los guerreros con una expresión de consternación, ya que ante sus ojos no era un extraño el que hablaba "idioteces", sino Nail, su hermano menor quien las decía.
-Y eso no es todo, cuando sea el amo del mundo lo haré un lugar más interesante, permitiré que la gente se hiera y se mate, solo me obedecerán a mí. Sera el mundo de la maldad, JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA.- se reía tan fuerte que parecía un desquiciado
Ellos se miraron unos a otros, de todo lo que dijo consideraron que más que una declaración era un discurso trasnochado. Pero ellos eran tal vez la última esperanza de convencer al necio de Piccoro de acompañarlos al nuevo planeta, por lo cual estaban dispuestos a enfrentar esta dificultad. Habían planeado estimular ese ego tan particular, con un juego.
-Bien, así que no estás dispuesto a acompañarnos por estar con este jueguito de la conquista global. Bien, pues ese no es nuestro asunto.- dijo como si le diera por su lado, Piccoro intuía que él había remplazado a Nail como líder de los guerreros.- Bien, Piccoro, sabrás que yo y Nail teníamos una rivalidad fraternal muy marcada en cuestión de fuerza. El es el hijo 109 de nuestro padre, ese niño me superó a los 3 años. No aceptó perder a mi rival.
-Me vas a hacer llorar- dijo burlonamente Piccoro.
-Se que asimilar a otro incrementar tu poder, pero apuesto a que no es la gran cosa.- se puso en una actitud retadora hacia el príncipe demonio.- hagamos un trato, tu nos quieres lejos, pues nos alejaremos permanentemente si nos derrotas, si te dominamos tendrás que venir con nosotros. - hay que hacer hincapié en que estos chicos tenían algunos temblores en el cuerpo cuando el mayor profirió este desafío.
- Jajaja, de plano quieren hacer el ridículo, nunca he visto nada igual.- dijo engreídamente mientras su capa ondeaba al viento.- trato, incluso seré amable por ser de mi raza y no me quitare mi capá, no quiero matarlos por exceder mis fuerzas.
Los cuatro guerreros se lanzaron al ataque dispuestos a todo por dominar a ese loco necio.
Cinco horas después en la Capsule Corp.
Moori y el resto se pusieron de un verde mas pálido al ver las trazas en las que sus hermanos regresaban, más que una pelea resultado (o medio de apuesta) eso había sido una masacre, miembros fracturados o hasta perdidos, heridas sangrantes y miradas rotas.
-Moori... Quiero decir Patriarca, hemos fallado. Lo siento tanto.
Moori gruñía mientras cerraba fuerte sus ojos para contener su frustración, mientras sus hermanos eran sanados y les volvían a crecer sus miembros.
-Es mejor así, este tipo es un lunático, sádico y depravado, no soportaría tenerlo cerca de los niños- dijo el más joven de los guerreros- ese tipo no tiene nada de Nail, tiene la mente llena de necedades.
Dende no estaba tan cerca, pero escuchaba perfectamente lo que ellos estaban hablando. Se sentía mal porque no creía que ese namekusein llamado Piccoro fuera una persona tan horrible, porque su hermano jamás habría permitido que alguien malvado lo asimilara.
-Hermanos, tenemos que hablar de esto mas tarde. Los niños están cansados, es hora de que se vayan a dormir.
Dende no quería ir a dormir aun, quería escuchar lo que pasaba, quería opinar, pero era obvio que los mayores no le harían casó, los adultos no respetan a los niños. Ser un prodigio no ayudaba en el asunto.
Los niños fueron a dormir, en ese entonces era 12 niños pequeños, el resto ya estaban entrando en las primeras etapas de la pubertad (la cual duraría en ellos quince años terrestres) todos dormían en la misma cama, después de lo ocurrido era común que no pudieran soportar estar lejos los unos de los otros, les asustaba esa oscuridad extraña para ellos, así que Bulma gentilmente les permitió tener la luz prendida a pesar del aumento del consumo de la electricidad. Claro que ellos no se enteraron del inconveniente, porque habrían preferido buscar otras formas de reconfortar a sus niños a provocarle algún inconveniente a sus anfitriones que eran extremadamente generosos. Incluso el Dr Breif permitió que Cargo, el hermanito menor durmiera con Tamma 2, a los niños les llamaba demasiado la atención los elementos peludos. Tamma 2 fue muy popular. Los doce le daban mucho cariño. Los niños dormían en la misma cama, aún a pesar que podían darles más comodidad ellos lo preferían mil veces.
Los seis ancianos se reunieron en el jardín interior, los animales dormían tranquilos, era sorprendente lo rápido que ellos se adaptaron a los invitados de la familia Breif, los seis se sentaron alrededor de una roca que se trajeron, era la roca donde el patriarca había muerto centrado. Planeaban llevársela en su viaje a su nuevo hogar.
-Hermanos, esta situación está fuera de control, yo considero que deberíamos desistir, ese niño hijo de Kattatsu es demasiado loco para convivir con nosotros.- pensó uno de los ancianos, quien por telepatía trasmitió sus pensamientos a sus hermanos.
-Pero toma en cuenta que si lo que nuestro padre dijo a Moori es verdad, ese loco es la esperanza de reconstruir nuestro mundo.- respondió de la misma forma otro de los ancianos.
-Desdichadamente es un chiquillo, a pesar de tener el cuerpo de un adulto no ha alcanzado la madurez necesaria, ya se hizo un intento y el no se dio ni por enterado.
-Tienes razón hermano, ¿pero qué podemos hacer?
Moori solo los escuchaba en su mente, pero no aporto nada, en el fondo, había una idea que en su mente apareció, tan terrible que cuando al fin tuvo el valor horrorizó a sus hermanos.
-El madurara posiblemente en la misma época en que los pequeños lo hagan ¿y si los dejamos atrás? ¿Para que la naturaleza encuentre su camino?
-¡Patriarca!- no lo trasmitieron con el pensamiento, sino a grito a viva voz, tuvieron que calmarse para evitar que los demás se enteraran de tan horrorosa idea, menos de quien venía, pero eso si, a Moori le llovieron los reclamos, más que ancianos sabios parecían una bola de ancianas histéricas y furiosas, adoraban a sus niños. Y aunque Moori les prometiera que él tendría otros nuevos eso no los hizo para nada ser menos aprensivos. Entonces alguno de ellos le dijo algo que lo sacudió desde lo más profundo de su corazón.
-¿Serias capaz de abandonar a Dende y a Cargo en este mundo de locos?
-Si- dijo mentalmente tratando de actuar resuelto, ellos lo miraron como si dijeran "no seas farsante", al menos Moori lo sintió así, ya que no tardo en apoyar sus manos sobre la roca y cubrirse con las manos la cabeza lleno de frustración- no, no tengo la fuerza y el valor de hacer eso, porque qué tal si terminan tan locos como los humanos, eso no ayudaría a nadie. ¿Pero qué otra opción nos queda?
-Decirle las cosas como son y esperar que no pretenda ser el rey de los namekuseines a cambio de su favor.- dijo otro anciano señalando la raíz de todo este lío, no confiaban en ese "niño cabron", los seis imaginaron algún tipo de situación propia de bárbaros.
-Fssssssssssss- todos bufaron asqueados de sus pensamientos.
Mientras Piccoro se preparaba para descansar después de otro maratónico entrenamiento, cerró sus ojos mientras se sentaba y se colocaba en su posición acostumbrada semejante a la meditación profunda. Cuando sintió una presencia frente a él y decidió enfrentarla como había hecho anteriormente, ahora si seria sádico.
-Ya dejen de fastidiarme con lo mismo. Ya dije...
-Nail...-dijo una voz dulce y aguda entonces con la luz de la fogata el aprecio a su pequeño visitante.
-Dende...-los recuerdos de Nail lo inundaron, recuerdos de sus primeros días de vida, Dende era la primera persona a la que vio y amó, si se había funcionado con Piccoro no había sido por venganza, había sido por proteger a Dende. Ese vinculo era tan poderoso como el que Piccoro tenía con Gohan, para el ladino hijo del rey demonio, esto era algo difícil de combatir. - ¿que haces aquí?
-Quería hablar contigo, ¿por qué no vives con nosotros? ¿Porque te peleaste con nuestros hermanos?
-Dende, yo no soy Nail, mi nombre es Piccoro- esta declaración le peso profundamente ya que vio esos lindos ojos negros brillantes frente a las llamas derramar algunas lágrimas.
-Lo sé, se que se funcionaron, ustedes jamás podrán separarse, pero extraño mucho a mi hermano.
Cualquier barrera que Piccoro hubiera puesto para distanciarse de sus semejantes la estaba partiendo en pedazos los sollozos de un niñito que se cubría los ojos con sus pequeñas manitas.
-No llores, los hombres no lloran.- dijo entrando en pánico.
-No soy hombre ¡SOY UN NAMEKUSEIN, HAY MUCHA DIFERENCIA!
Por un momento Piccoro entro en pánico, odiaba que los niños lloraran frente a él, podía amenazarlo con arrancarle la legua si no se callaba, pero ya no tenía el valor, se sentía perdido, le hubiera gustado que alguien le ayudara con esto, pero entonces algo comenzó a marchar, su cuerpo sin que él pudiera evitarlo se dirigió al niño, lo tomo entre sus brazos (Dende era casi un bebé en ellos) y lo abrazo, mientras que en el rostro de Piccoro había una expresión de sorpresa casi cómica.
"Odio que mi hermano llore por mi y tú que no lo consuelas, alguien tenía que hacerlo."
"Hijo de puta, según teníamos un acuerdo"
"Si que lo tenemos, pero la base de ese acuerdo es el bienestar de Dende, yo aceptó quedarme a vivir en este planeta porque ese es tu deseo, pero no aceptaré que él sufra por ello, te has portado como un imbécil con mis hermanos, me quede cayado porque en parte entiendo cómo te estás sintiendo por nuestras mentes entremezclándose, pero eso no te da ningún derecho a maltratar a Dende."
"Bien, trataré de no ser tan lacra cuando él este cerca."
"Él es estupendo, tan fácil de querer, date la oportunidad de quererlo"
-Dende- la voz de Nail salió de la garganta de Piccoro.
-¡Nail!- el rostro de Dende se ilumino con una amplia sonrisa, Piccoro se dio cuenta de que estaba el pobre agotado, había usado muchas energías para buscarlo y recorrido medio mundo en menos de una noche, pero solo escuchar la voz de Nail lo hacía revivir y olvidar su cansancio, ¿esta era la definición namekiana del amor y la lealtad?.- Eres tú, eres tú. ¡Regresa con nosotros a casa!
-Dende, escucha lo que tengo que decirte, no puedo volver con ustedes, he prometido que no alterare la vida de Piccoro, el tiene su vida hecha aquí, este mundo es su hogar, le importa por muchas razones buenas.
-¿Has dejado de querernos?
-Ni aun siendo el fin del universo- Nail le sonríe a su hermano y se quita el turbante de Piccoro y acercó sus antenas para rozar ligeramente las de su hermano en brazos. Piccoro se sintió sobrecogido al sentir lo que había en el corazón de ese niño. Un amor desbordante que se extendían hasta alcanzar a seres que no tenían vínculos de sangre, a pesar de lo que le había pasado, seguía siendo ese niño. Por un instante temió que lo que estaba pasando entre ellos pudiera dañarlo, ya que él se consideraba justamente un ser dañado, así que rompió el vínculo.
Piccoro sentía como su cara y orejas le ardían, abrió sus ojos y vio a Dende con los ojos entornados y una sonrisa de felicidad, sus mejillas tenían un intenso color purpura.
En aquel entonces ni Piccoro, ni Nail y mucho menos el pequeño Dende imaginaban siquiera lo que la rueda del destino les había deparado. La rueda del destino empezó a girar a partir de ese momento.
En el presente (seis meses antes del torneo mundial de artes marciales)
El mundo sigue con sus problemas porque los humanos son idiotas sin remedio, por eso necesitan de un Kamisama que los cuide o de lo contrario la tierra seria un desorden.
Dende ve a los humanos desde la plataforma del Templo de Kamisama. Suspirando mientras ve el desarrollo de la vida ahí abajo. La vida es acelerada, en diecisiete años de su divino reino ha visto las vidas desarrollarse tan rápido, un niño que vio al principio ahora era todo un hombre viviendo una vida emocionante y plena, una bebé ahora estaba saliendo con su quinto novio. Una madre soltera cuido sola a sus hijos ahora era visitada por el mayor, su nuera y los gemelos que nacieron el verano pasado. Mientras que Dende seguía viéndose exactamente igual que diez años antes. Como un niño de diez años. No era una cuestión de un niño deseando absurda y desesperantemente ser mayor. El problema era que a causa de vivir en un mundo donde el ritmo de vida es tan acelerado, su mente ya había avanzado lo suficiente para ser la de un adulto de 27 años.
Dende estaba al mismo nivel para charlar con Gohan y Piccoro, cuando había una reunión siempre se la paso mejor con sus amigos a pesar de ser físicamente un niño, los niños pequeños no le estimulaban en realidad mayor interés que el que despertarían en un adulto normal. Incluso había tenido una pesadilla perturbadora donde el soñaba que se había quedado así cien años, ese sueño si que lo aterro, que la vida de sus amigos pasara frente a sus ojos y el no haber podido alcanzarlos nunca era en verdad aterrador.
Entonces Dende se le acerco a su mentor y amigo quien estaba meditando como siempre a esas horas, lo miro con tanta seriedad y lo llamo.
-Piccoro, necesitamos conseguir las esferas del dragón.
-¿Por qué quieres las esferas, has detectado algo extraño, acaso crees que las vamos a necesitar?
-Yo necesito pedir un deseo urgentemente.
Piccoro no pudo evitar hacer la pregunta, ya que usar las esferas siempre ha sido considerado por el un asunto serio.
-¿Qué deseo?
-Yo… es que…- frunció el seño un poco mientras jugaba con sus dedos, acto que abandono inmediatamente, no le gustaba lucir infantil y esas manías son propias de niños pequeños. – yo quiero pedir a Shenlong que me vuelva un adulto – murmuro esto último con un vivido color purpura en sus mejillas.
Picoro se molesto, desde luego que se molesto.
-¡¿Cómo se te ocurre pensar en pedir un deseo tan descabellado?!
-Déjame explicarte- rogo Dende pero Piccoro no le dio oportunidad.
-No, sabes tan bien como yo que las esferas son solo para emergencias, no para cumplir caprichos, es más, estas pidiendo un deseo que eventualmente se cumplirá por sí mismo, de todos los deseos estúpidos que he escuchado, este es como el tercero más estúpido.
Dende en verdad se estaba sintiendo molesto, él siempre había sido un buen dios, siempre había puesto en primer sitio todas las obligaciones de su cargo, pero ahora esto era diferente, él quería algo para sí mismo, quería concederse un deseo, y Piccoro no podía entenderlo.
-No entiendes nada, yo ya no puedo esperar, me siento atrapado en este cuerpo, ya todos mis amigos son adultos, es mas, Trunks y Goten ya pueden cargarme. Y ellos son más jóvenes. Al paso que vamos Pan se estará casando y yo seguiré siendo un niño, ahí ya me traumaría en serio.
-Estas exagerando – sentencio Piccoro mientras tenía ese tick nervioso que le hacía casi pestañar un ojo de vez en cuando.- no es nada terrible tu situación.
-Tú no puedes entender como me siento, quiero hacer cosas que no puedo hacer siendo un niño.
-¿Cómo cuales? ¿Sacar una licencia de manejo?
-¡Si, algo como eso!
-¿Sabes lo ridículo que suenas? Dende, eres Kamisama, el gran maestro de este mundo, Kamisama no necesita una licencia de manejo. Es más, se puede trasportar en un rayo… ¡rayos! – el súper namekusein recordó un detalle, el rayo en que se trasporta Kamisama no acepta a Dende porque este es un niño, punto para Dende.
-En verdad no puedes entender como me siento, tu creciste en tres años, yo no sé cuando voy a terminar de crecer, ni siquiera el antepasado Kamisama sabe.
-Bueno, el viejo Kami no tiene todas sus canicas en su lugar después de todo, incluso se confunde con el tiempo en que estuvo en Yausebit antes de abandonarlo. A veces dice 20 años otras dice 30, una vez creo que ya ni siguiera estaba seguro, él es muy viejo.
Dende se sintió tan frustrado que mejor decidió terminar con el tema, ya no quería escuchar más información, lo hacía ser pesimista al respecto, eso es lo que menos necesitaba.
Piccoro por su parte ya se empezaba a sentir fastidiado por la situación, Dende se quejaba porque su infancia estaba durando demasiado, para un ser que no tuvo realmente una infancia pensaba que el afortunado era él chico, como de costumbre, el pasto es mas azul del otro lado (o lo seria en Namekusei)
Al llegar la noche la cena (que fue comida para Mr Popo y agua para ellos) fue algo tensa, ninguno dijo nada al otro, después Dende dijo que se iría a la cama a descansar. Pasaron las horas y cuando todo estuvo quieto el chico salió de su habitación, se preparo para introducirse la habitación donde Piccoro guardaba sus cosas, en teoría seria su habitación, pero la verdad sea dicha, Piccoro no puede dormir bajo techo, todo por la claustrofobia que le trasmitió Daimao, busco rápidamente y encontró el radar, pensó por un momento checar si funcionaba pero recordó que es muy ruidoso y decidió hacerlo en otro sitio, se lo guardo bien.
"Como dicen los terrícolas, si quieres un trabajo bien hecho hazlo tu mismo". Pensaba satisfecho mientras se preparaba para evadir a Piccoro, pero entonces algo empezó a marchar mal. Comenzó a sentirse mareado, es más, su cuerpo comenzó a sentirse demasiado pesado y hasta adolorido y sin darse cuenta Dende termino tendido en el suelo. Dende trato de levantarse pero cuando trato de moverse sintió como si su cuerpo estuviera en llamas, era un dolor nervioso tan potente que lo hizo gritar. Volvió a intentarlo y el resultado fue lo mismo y el pobre niño termino haciendo lo único que le quedaba por hacer, llamar a Piccoro.
-¡Piccoro! – su grito estaba lleno de miedo y dolor, se dio cuenta de que en realidad el no se sentía para nada tan adulto en estos momentos, ahora era un niño que necesitaba de la única persona cercana para que lo ayudara.
Piccoro escucho los gritos y se alarmo, voló rápido buscando a Dende, para lo cual solo podía guiarse por su sentido del oído, porque el ki de Dende desapareció permanentemente unos años atrás, al convertirse en Kamisama se volvió un dios y por lo tanto su cuerpo adquirió la falta de presencia propia de los dioses. Afortunadamente su corazón latía potentemente. Solo le tomo un minuto encontrarlo.
-¿Qué te sucede?
Trato de levantarlo pero el niño grito como si sus manos fueran brazas ardientes. El cuerpo de Dende estaba tan húmedo que su ropa estaba ya muy húmeda.
-¿Qué me pasa? – Dende estaba lloriqueando mientras sentía otra oleada de dolor.
Piccoro por un momento sintió una oleada de confusión casi simultáneamente, esto no tenía sentido, Dende no tendría que estar así, hasta que noto que su ropa se estaba manchando de un fluido verdoso y viscoso, no tardo en reconocer que era el mismo fluido que aparecía cada vez que remplazaba un miembro perdido, ese liquido también aparecía en otras ocasiones a lo largo de sus primeros tres años de vida.
"Mierda"
-Dende, tienes que estar tranquilo, esto es extraño, pero creo que estas teniendo un ciclo de crecimiento acelerado.
-¿Qué?- Dende no podía creer esto, ahora su cuerpo estaba creciendo después de todos estos años de no hacerlo para nada y para colmo, pensaba reponer el tiempo perdido en una sola noche - ¡HAS QUE PARE!
-Lo siento, yo no soy quien decide, es tu cuerpo, pasara pronto, créeme, solo que si va a dolerte una mierda. – y cuando Piccoro dice mierda, Dende podía estar por seguro que esa medición equivaldría a mil años de dolor.
-¡AAAAARRGGG!- Dende volvió a tener otra oleada de dolor y lo peor fue que Piccoro decidió levantarlo para llevarlo a su propia habitación y recostarlo en su propia cama, a pesar de lo sensible de sus nervios. Mr Popo se dio cuenta de lo que paso cuando Piccoro iba de camino llevando a Dende en brazos así que lo siguió.
-Popo, ayúdame a quitarle la ropa, podría estrangularse si no se la quitamos ahora.
Piccoro y Mr Popo fueron lo mas rápidos posibles al quitarle la ropa, a pesar de los movimientos violentos del cuerpo del chico, fue cuando el radar del dragón rodo fuera de la cama y cayó en el suelo, Dende vio aterrado a Piccoro mientras podía ver las llamas que brillaban en los ojos de su temperamental mentor.
-¡Muchacho idiota, pudiste haber muerto si hubieras estado volando cuando esto te hubiera venido o hubieras estado solo ahí abajo y yo sin poder encontrarte rápido! ¡Solo por esto me dan ganas de darte unas buenas nalgadas!
-AAAAAAARGGGG- los gritos empeoraron, Piccoro noto que no era el mejor momento para pensar en castigos corporales, Dende podía morir y eso era todo lo que importaba de momento.
El cuerpo de un Namekusein está estructurado en tejido que se conecta armoniosamente en fibras, ciertas zonas de los músculos son de un color distinto, en el caso de Dende eran de un tenue color rosa, la mayor era una que se extendía de la zona del abdomen hasta la ingle, la desnudes no era impúdica en ellos, no había genitales a la vista que necesitaran ser cubiertos. Pero por alguna razón que no podía explicarse, Piccoro se sentía profundamente avergonzado de desnudar al chico.
Dende había perdido la conciencia en ese momento, su cerebro estaba tan confuso mientras sentía que ardía en fiebre.
-Dende…¡Dende reacciona! –Piccoro comenzó a sacudirlo.
-Jajajajajajajaja- Dende empezó a reír histéricamente mientras que sus ojos estaban extraviados- Cargo no jales de ahí, el Sr Moori se enfadara.
-¡Kamisama!- Mr Popo estaba aterrado al ver lo que había ocurrido y miro a Piccoro con esos ojos fijos, Piccoro lo miro aterrado.
-¡Voy a buscar la esfera del dragón, está en el techo como lámpara! – dijo haciendo un circulo en el aire con su dedo índice. Estas palabras sin sentido convencieron a Piccoro que Dende estaba delirante. Tenía que hacerlo reaccionar y en ese entonces decidió intentar algo que había hecho años antes, la experiencia no se volvió a repetir por algún tipo de conflicto que le causo en esa ocasión, se quito el turbante y levanto la cabeza de Dende hasta que sus antenas estuvieron rosándose, para conservarlo cerca uso ambos se mantuvo abrazándole, las antenas reaccionaron ante el roce, estas comenzaron automáticamente a trenzarse, Piccoro cerró los ojos y su rostro se relajo, sus respiraciones se volvieron tan aceleradas como las del otro, como si sus cuerpos compartieran las mismas necesidades.
En el nuevo Namekusei estaba pasando algo muy inquietante.
-¡Patriarca, haga que pare!- gritaba el pobre Cargo, quien tenia los mismos síntomas que su hermano mayor, Moori le estaba desnudando cuando llegan mas de sus hermanos, trayendo a otros dos jovencitos mas, uno de ellos gritaba histéricamente mientras se retorcía en los brazos de su hermano mayor mientras el otro estaba inconsciente.
-¿Dos más? Acuéstenlos junto a los otros. – dijo el patriarca mientras recostaba a Cargo con el cuerpo completamente descubierto en una cama. – Son once niños los afectados. ¿Por qué comenzaron a tener este ciclo de crecimiento acelerado?, ellos no deberían, su crecimiento debería ser más pausado.
-Patriarca, solo son ellos, los demás niños no tienen problemas.
Moori se sintió aliviado de saber que ninguno de sus hijos estaba pasando por esta calamidad, pero seguía confundido, eran de diferentes edades, cada uno había estado viviendo en aldeas distintas y alejadas, sus actividades diarias eran diferentes, algunos eran sanadores, otros eran ordinarios. Esto no tenia sentido, entonces Moori tuvo un presentimiento, recordó al chico faltante.
-Dende, oh por nuestro padre, el debe estar pasando por lo mismo.- dijo mientras se tapaba la boca con su mano izquierda, había una razón, no quería que nadie notara la sonrisa que traviesamente se había formado en su rostro.
"Después de tantos años, todo se está acomodando a nuestro favor, estoy sorprendido, pero también feliz, oh Dende, bendito muchacho, te lo encargo, cumple con tu deber, que la vida se fructifique en ti."
En ese momento Cargo se levanto y trato de salir de la habitación tambaleándose como si estuviera ebrio, Moori lo alcanzo y lo volteo para ver su rostro, para su sorpresa el niño tenía una amplia sonrisa y sus ojos estaban extraviados.
-Tengo que ir a plantar los arboles antes de que crezcan mucho y no pueda cargarlos. – dijo antes de estallar en una risa histérica, la cual se fue contagiando entre los otros 10 niños. Incluso uno casi salto de su camastro y comenzó a dar giros como si tratara de bailar, al final perdió el equilibrio y cayó en el suelo, tuvieron que llevarlo a su camastro en medio de forcejeos y risas locas. Esta situación no era para nada normal.
"Solo espero que no estés solo en estos momentos Dende, que el hijo de Kattatsu este acompañándote, porque me aterraría que estando así estés solo." Pensaba mientras ayudaba a Cargo a recostarse nuevamente.
Entonces los once chicos gimieron al mismo tiempo y sufrieron una violenta convulsión mientras que sus cuerpos comenzaban un violento proceso de estiramiento, los gritos eran tan violentos y desgarradores que el resto de la familia se tapo las orejas para no escucharlos. Las voces que originalmente eran de niños se volvían a cada segundo más graves y ásperas, mientras que el liquido chorreaba de los camastros y sus cuerpos se expandía. Incluso parecía que estuvieran humeando. Los gritos se apagaron cuando el último tendón termino de desarrollarse. Entonces solo hubo silencio.
Moori vio sorprendido como había resultado al final todo, esos chicos ya no tenían para nada el aspecto de niños, todos eran delgados pero bien constituidos, era posible que incluso unos poco más altos que él. Todos seguían con la mirada extraviada mas ya no estaban sonriendo, solo parecían tararear en una misma frecuencia.
Piccoro sintió aquella calidez de Dende, pero en vez de rehuirla decidió ir hacia ella, abrazarla y hasta fundirse en ella. Se sentía complacido que a pesar de todo, Dende no había perdido nada de esa pureza.
-Dende… Dende…- la voz de Piccoro se escuchaba tan relajada que ni siquiera sonaba como si mismo, el abrió los ojos y vio que Dende le estaba mirando también, pero curiosamente ya no era ese niño que había traído en brazos, ahora era el rostro de un chico que se veía similar a un joven de entre 17 o 18 años. Le meraba con ojos entrecerrados y con una sonrisa de felicidad mientras su rostro adquiría un color purpura que se extendía hasta sus orejas, Piccoro no tenía idea de que el mismo tenía una expresión idéntica.
Dende miraba a su compañero namekurein, en su mente no podía recordar su nombre, solo sabía que le agradaba mucho, que se sentía feliz de tenerlo tan cerca, unido a él por sus antenas, en ese momento sintió también un fuerte deseo de abrazarlo y no dejarlo ir cuando este se alejo para contemplar confundido el cuerpo de Dende que estaba tendido a lo largo de la cama. La oportunidad se le había escapado.
-¿Cuánto tiempo nos fuimos?- Piccoro le pregunto a Mr Popo, este le contesto bastante sorprendido.
-3 horas. Piccoro se quedo en la misma postura.
-¡3 horas!- Piccoro no podía comprender como pudo perder tanto tiempo. – Dende ¿Cómo te sientes?
Dende estaba algo confundido ¿A quién le hablaban?
-¿Dende? – Volvió a preguntar su compañero, entonces algo en su mente se activo, se volvió a conectar con sus recuerdos, el era Dende, no había duda de eso, y su mente pronto se puso al día hasta la hora de la cena, pero había un espacio en blanco.
-Piccoro… ¿Qué me paso, estábamos cenando?- no tardo en notar que su voz era más grave, ya no sonaba como la de un niño.
-Pasaste por un ciclo de crecimiento acelerado, tu cuerpo creció de golpe y pasaste por mucho dolor. Y has crecido. – en verdad Piccoro no estaba tranquilo por esta laguna mental, a él nunca le paso eso, aunque debía admitir que tampoco sufrió un desmayo como le ocurrió a Dende.
Dende comenzó a examinar su propio cuerpo, al principio estaba sorprendido, ganar altura tan de golpe era extraño para él, pero no tardo en sonreír ante la noticia, el ya era adulto, que maravillosa noticia.
Pero se topo con otra noticia no tan maravillosa, estaba desnudo y Piccoro lo estaba viendo, no supo el porqué, pero sintió una gran vergüenza. Rápidamente se cubrió con una de sus mantas.
-¿Y mi ropa?
-Yo te visto… no te preocupes- dijo Piccoro mientras le hacía aparecer una túnica similar a la que usualmente llevaba, El se sintió más cómodo, al igual que Piccoro.
-Mr. Popo está feliz, ahora si le quedara mejor la túnica de Kamisama – Dijo con voz alegre el genio.
-Sí, supongo que sí- dijo distraídamente Piccoro.
Dende no se veía muy feliz que digamos ante la idea, no le gustaba ponerse la túnica, normalmente prefería usar su ropa de siempre.
"¿Es necesario?" le trasmitió sus pensamientos a Piccoro.
"Ya sabes que a Popo le hace feliz que la uses, por lo menos úsala los domingo." Le contesto con una media sonrisa.
-Mr Popo trabajara en la nueva túnica – dijo saliendo muy feliz de la habitación.- será el Kamisama mas distinguido.
-Mejor mañana por la mañana, yo tengo que ir a dormir y Dende seguro necesita descansar.- dijo Piccoro al ver que Mr Popo salió por la puerta, pero seguro ni lo escucho, el genio estaba muy emocionado.
Notas finales:Espero que les guste, este es un relato que surgió en mi cabeza, al estar charlando con Alex, por eso y por mis sentimientos por ti te lo dedico, eres el mejor.
Piccoro es mi personaje favorito de la serie, pero también debo admitir que Dende se colo en los últimos años. Descubrí hace poco que este chico tiene su grupo de Fans, espero que esta historia les agrade, mas porque no hay suficientes Fics de Dende en dado caso. Espero comentarios al respecto y a mis otras historias de los namekuseines también.
