Temática: Fluff, ambiente familiar.
"Y el amor que le brindaban sus padres lograba calmar todos sus pesares..."
Disclaimer:
Los personajes no me pertenecen, Naruto y Naruto Shippuden pertenecen a: Masashi Kishimoto.
Minato se quedó sin palabras al atravesar la puerta de la habitación del hospital. Allí, sobre la cama, se encontraba Kushina sosteniendo en sus brazos a su hijo recién nacido.
Tomando aire y sintiendo un nudo formarse en su garganta (que le imposibilitaba hablar en voz alta), Minato comenzó a caminar a paso lento hacia ellos.
—Minato —le sonrió la pelirroja con ternura, notando claramente sus ojos cristalinos.
Situándose a su lado de la camilla, Minato devolvió la sonrisa a Kushina y bajó su rostro para besar su frente y después acariciar las mejillas de Naruto con las yemas de sus dedos.
—Es... hermoso —logró decir, luego de que su voz temblara por la emoción contenida—. Gracias, Kushina.
Sonriendo con amor hacia él, Kushina correspondió el corto beso que su esposo le daba para después verlo observar con fascinación el cuerpecito que seguía dormido.
— ¿Quieres cargarlo-ttebane?
— ¿P-Puedo hacerlo? —cuestionó el varón, sobresaltándose al instante— ¿N-No crees que es muy pequeño, Kushina? Se me podría caer y...
Riendo por su temor, Kushina se acomodó en su lugar antes de pasárselo.
Casi sin respirar y con los ojos bien abiertos, Minato observó detenidamente a su hijo ahora en sus brazos.
—Mira, tiene tu nariz —comentó con alegría, intentando relajarse un poco. Se sentía como un robot en esos momentos, ni siquiera se atrevía a parpadear.
Escuchando la risa de Kushina a su lado, Minato se avergonzó y tomó con seguridad a Naruto que abría sus ojos tan azules como los suyos.
—Oh, ¡Oh! —sobresaltándose por la sorpresa, Minato volvió a sonreír—. ¡Mira, mira! ¡Abrió los ojos!
— ¡Sí, y que ojos! —señaló con diversión la pelirroja.
—Sí, sí —animado, Minato observó los movimientos de su hijo—. Es tan tranquilo, en eso también se parece a mí, ¿no crees Kushina? —sin responder, la pelirroja se cubrió la boca con su mano.
«Si, supieras...»
— ¿Eh? ¿Por qué pones esa cara? —cuestionó el rubio, mirándola con extrañeza y sintiendo como en ese momento Naruto comenzaba a retorcerse bajo la sabana que cubría la mitad de su cuerpo.
Meciéndolo con algo de alarma, Minato comenzó a hiperventilar.
—K-Kushina...
—Está bien Minato, tú puedes hacerlo-dattebane —le animó su esposa.
Asintiendo para sí mismo y para darse valor, Minato cerró los ojos con fuerza cuando de pronto el potente llanto de Naruto estalló sin ningún aviso.
—Oh no...
Meciéndolo de arriba abajo, Minato acerco su cabeza al de su hijo y comenzó a cantarle la canción que Kushina cantaba para él desde que supo que estaba embarazada.
—Yosh —susurró, sintiéndose más seguro cuando el llanto lentamente dejo de escucharse. Sonriendo hacía Kushina, Minato lo regresó a sus brazos.
—Mira que tranquilo esta-ttebane.
Asintiendo, el rubio se sentó a su lado y la rodeó con su brazo; viendo como en ese preciso instante Naruto parecía sonreirles a ambos.
Fin.
Hola a todos los que leen.
Este pequeño lo escribí para un concurso de drabble en Wattpad y quise dejarlo por aquí. Espero que les haya gustado y muchas gracias por pasar a leer! Saludos y nos vemos en algún otro fanfic!
