Todos los días es lo mismo, despierto, abro los ojos y me levanto intentando tener esperanza, la cual parece desaparecer poco a poco. Siempre te miro a los ojos, iguales a los míos y puedo sentir esa frialdad que me lanzan. Me gustaría tener la esperanza de pie
Pero no puedo.
No quiero.
Tengo miedo.
Me gustaría tener el valor para hablarte
Pero fallo en el intento.
No puedo.
Soy débil.
Te miro igual que siempre, junto a él, tan perfecto, tan fuerte, tan valiente y siempre tan diferente a mí. Siempre lo preferiste a pesar de que yo te amo más que a nadie.
Me duele.
Me pesa.
Me mata.
La veo a ella tan igual a mí, sus ojos, su rostro y la inocencia que alguna vez tuve.
Es fuerte
Valiente
Perfecta, igual que el…
A veces pienso que sería mejor no haber nacido…
No me quieres.
Me ignoras.
Soy un estorbo para ti.
Vine a este mundo con amor pero al parecer el simple hecho de haber nacido complico tu existencia.
¿Por qué me odias?
¿Por qué no me quieres?
¿Desearías que no estuviera aquí?
A veces también lo deseo, no soporto vivir con tu indiferencia, con tu desprecio…
No soporto vivir sin tu amor…
Sin embargo me levanto. Y al salir al mundo veo sonrisas y cariño de muchas personas…
Todos están ahí para mí.
Solo por mi…
Por esas personas, esos amigos, esos recuerdos, esas sonrisas y ese gran amor…
Voy a luchar…
Voy a crecer…
Seré valiente…
Venceré…
Viviré…
Solo para que un día yo levante el rostro
Y te vea sonreír…
Estarás orgulloso…
Lo se…
Es una promesa…
