"Este fic participa en el reto temático "TEN MIEDO" del foro ¡El Cometa de Sozin!"


-¿Estas segura que podrás cuidarte sola una semana? –preguntó Kya completamente nerviosa. La mujer llevó su mano temblorosa hasta la cara de Korra para hacerle una leve caricia.

-Claro que si –contestó el Avatar tras un suspiro. Ella quería verse bien pero aunque lo intentaba no podía lograrlo ya que todos notaban que no se encontraba en un buen estado. Sus ojeras eran claramente notorias, además de sus bostezos y miedos irracionales.

-Te veré en unas semanas –murmuró la maestra agua al no tener una respuesta de la morena. La hija de Aang suspiró, para luego acercarse hasta la puerta para abrirla y cerrarla de una manera rápida.

-¿Qué ocurre Kya?- preguntó su hermano. Tenzin no dejaba de sorprenderse por la actitud de su hermana desde que había llegado a Ciudad República esa mañana. Kya no le había contestado, sino que se movía lentamente y pestañaba nerviosa. Ante esta actitud el maestro aire añadió con poca paciencia- Kya.

-¿Qué? ¿Qué?

-¿Estas bien? –cuestionó.

Ella comenzó a asentir rápidamente y luego se quedó quieta.

-Korra está mal, Tenzin –indicó su hermana- lo que sea que haya tenido ese veneno no la afecto tan poco como creíamos.

-Pero, tía –intervino Jinora en la conversación ya que había escuchado todo prácticamente- luego de los tratamientos ha estado mejorando completamente, hasta podría correr.

-Lo sé pero… pero… ustedes no estuvieron una semana con ella. No se da cuenta de las cosas, simplemente está ausente en su mundo. Es malo, completamente malo.

Tenzin rio.

-Por favor, eso es completamente aceptable. Hace un mes de la lucha contra Zaheer es común que le queden secuelas y…

-¿No quieres creerme? –Preguntó Kya ofendida- Entonces no lo hagas –y tras decir eso se giró para caminar lejos de su hermano y sobrina.

Jinora no podía evitar demostrar lo confundida que estaba. Sabía que Korra se encontraba en una situación delicada pero tampoco creía que fuera para tanto y que se esté volviendo loca. Pero, si ella podía ver a los espíritus cualquier cosa podía pasarle al Avatar.

-¿Por qué no vas a ver como esta, hija? –preguntó su padre, aunque en su tono de voz sonó como una orden.

La maestra aire asintió y luego se encaminó hasta el cuarto de Korra. Tocó levemente la puerta con la mano y avanzó, sin esperar que responda. La habitación estaba totalmente caótica, simplemente daba miedo verla en ese estado considerando que Jinora era una de las personas más ordenada en el templo. La hija de Tenzin suspiró y siguió observando todo detalladamente, la ropa tirada por toda la habitación, libros dados vueltas por doquier, pero Korra dormía placenteramente en el suelo.

Jinora se agacho para verla más de cerca. Respiraba de una manera rápida, como si estuviera alertada o intranquila mientras tomaba fuertemente con las manos la alfombra en donde estaba.

De pronto Korra abrió los ojos, mostrando un nerviosismo claro en ese color azulino. Jinora prácticamente se cayó para atrás tras ese sorpresivo gesto.

-Yo…

-Iré a dormir –murmuró Korra y se levantó lentamente hasta la cama en donde se acostó de un tirón.

-Korra… ¿Qué es lo que te hicieron? –se preguntó para sí misma la muchacha, mientras se encaminaba hasta la puerta para salir de la habitación. Una vez en el pasillo largo todo ese aire contenido.

Un trueno sonó y causo que Jinora saltara de su lugar. La muchacha se tocaba el pecho mientras respiraba levemente. Seguramente la tronada había sido cerca del templo del aire para que se escuchara tan fuerte.

-¿Jinora, estas bien? –cuestionó Kai mientras se acercaba a su amiga corriendo.

La muchacha asintió y vio como venían por el pasillo Asami con Mako. Ambos sonrieron al verla, no era una noticia nueva saber que a la hija mayor de Tenzin le aterrorizaba los rayos, relámpagos, prácticamente el fuego mismo.

-Todo está bien –indicó ella con una mínima sonrisa- son las típicas tormentas en Ciudad República.

-Se atrasaron –explicó Asami- ya estamos a fines de octubre y por lo general ocurren en septiembre.

Jinora se encogió de hombros.

-Yo era feliz sin las tormentas.

-¿Cómo es que tienes ese miedo?

-Es una historia horrible y…

La maestra aire iba a comenzar a relatar su historia pero fue silenciada por el ruido de un cristal rotó proveniente de una ventana. Las luces comenzaron a fallar en el templo y los gritos no se hicieron esperar, pero a pesar de la celebración de Ikki o del disgusto de Meelo, el que más llamo la atención fue el de la joven avatar.

-¡Korra! –gritó Mako.

El muchacho comenzó a correr hasta la habitación e intento abrirla pero no pudo, algo la estaba bloqueando. La luz titilaba y un ruido de golpes comenzó a llenar sus odios, además de los gritos de la morena.

-¡Mierda! –murmuró Mako perdiendo la paciencia.

-¿Korra, que sucede? –preguntó Asami apoyando su oído contra la puerta, estaba totalmente nerviosa por los gritos de su amiga. Parecía que la estaban torturando, golpeando, y muchas otras ideas completamente horribles.

-¡Zaheer! –gritó la morena totalmente acongojada y se la escuchaba llorando.

-A un lado –gritó Mako corriendo a las personas en su alrededor. Se alejó un poco de la puerta y tiro una gran bola de fuego.

Lo único que quería saber era ¿Qué estaba pasando? pero más precisamente: ¿Qué hacia Zaheer ahí? Y ¿Por qué generaba tanto terror en Korra?